Autores: Javier R. Sánchez Martín y Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2015, pp. 55-60.
La casa de Mateo Iglesias en Béjar
Pero quizá la obra por la que se
recuerda a Benito Guitart Trulls en Béjar es por el edificio que diseñó y construyó
por encargo de Mateo Iglesias, propietario de varios comercios
de tejidos y confecciones en Béjar. Este empresario era el dueño de los Grandes
Almacenes Mateo Iglesias, situados en el edificio que estuvo hace años Correos
y después la imprenta Hontiveros, en la Plaza de la Piedad. También
del comercio llamado La Innovación ,
al principio de la calle Mayor de Reinoso (donde estuvo el antiguo Banco de
Bilbao hace ya años). A su muerte, algunos de sus empleados pusieron en marcha
El Palacio de la Moda ,
que primero estuvo donde Junquera (el edificio que albergó Auxilio Social, que
fue derribado hace pocos años para dar vista al Teatro Cervantes) y luego
pasaría enfrente, donde está hoy día Saldos Arias. La única hija de Mateo
Iglesias, Margarita, se casó con Francisco Núñez, por lo que la casa en
cuestión también se conoce como “Casa de Núñez”.
Casa de Mateo Iglesias.
Fachada principal antes de la restauración
Este edificio se puede encuadrar
dentro del auge neoplateresco del momento, como ya señalara Nieves Rupérez [1]. Según Díez Elcuaz, el neoplateresco debe su aparición en Salamanca a la
actividad del arquitecto Santiago Madrigal, quien a partir de 1916 empieza a
proyectar edificios basándose en la arquitectura renacentista local, siguiendo
las recomendaciones del VI Congreso Nacional de Arquitectos (1915) en el que
se proponía la vuelta a los estilos arquitectónicos de cada región[2].
Una placa colocada en la esquina
derecha de la fachada principal del edificio delata a su autor, algo inusual en
Béjar, así como al contratista y al constructor[3].
Además, la fecha de 1920 en números romanos se puede ver en la cartela del
balcón del último piso.
Anuncio del comercio de Mateo Iglesias
Foto sacada de Archivo Fotográfico y Documental de Béjar
El edificio consta de tres
plantas más ático retranqueado. La planta baja es un local comercial y las
otras dos son viviendas. La fachada delantera o principal consta de tres
plantas, siendo la inferior muy simple con tres huecos adintelados, uno para el
acceso a la vivienda y los otros dos para un local comercial. El paramento se
anima con un llagueado característico de la época y que también continúa por la
planta central. Ésta es la planta noble de la vivienda y está configurada por
tres grandes vanos con sus balcones de balaustres que también remiten a lo
renacentista. Los vanos de los
extremos llevan la rosca del arco decorada y ésta descansa sobre pilastras con
capiteles platerescos. En cambio, el vano central se protege por un mirador
acristalado, con pilastras y capiteles neoplaterescos en las esquinas, y con
grutescos ornamentando el cajeado de las pilastras. Un pesado entablamento
corona el mirador, sirviendo de enlace con la planta superior, al acomodarse su
único balcón metálico sobre la cornisa del mirador.
La última planta o ático se
concibe como es habitual en el neoplateresco a modo de galería. Cuatro sobrias
columnas junto con las semicolumnas laterales articulan el frente de esta
planta. El aspecto abierto consustancial a toda galería queda amortiguado al
macizar los extremos y algunos intercolumnios. En estos macizos se han colocado
elegantes paneles de azulejería con decoración a candelieri en colores blanco y azul tinta, que recuerdan más al
arte portugués que a la tradición española. Más de estos alicatados se dejan
ver por la parte superior de la fachada.
Sobre el ático, un alero volado
simula sostenerse con canes que tratan de recordar la arquitectura tradicional
en madera. Todo el conjunto se remata por una serie de flameros y una crestería
que vuelven a poner el acento en lo plateresco.
Fachada trasera
La fachada trasera da al jardín y
a la parte soleada del inmueble. Guitart plantea esta fachada de tal manera,
que parece que estamos ante un edificio distinto al de la fachada principal. No
tanto por su fisonomía al abrirse al paisaje (presente ya en la arquitectura
vernácula con la superposición de galerías graníticas), sino por construir una
pared totalmente metálica. Esta estructura de hierro y cristal permite concebir
el muro como un gran mirador ininterrumpido. Las tres plantas reciben el mismo
tratamiento, con una parte central semicircular proyectada hacia el exterior.
La balaustrada del ático sobre la estructura metálica, segmentada por machones
y flameros, vuelve a remitir a los historicismos de la fachada principal.
Guitart plantea en este edificio los
complejos de la arquitectura de esta época. La revolución industrial había permitido
crear estructuras muy flexibles con la aplicación del hierro, pero este
material se consideraba poco noble especialmente en Europa, por lo que quedaba
relegado a fachadas traseras (más íntimas) y a elementos funcionales. La
fachada principal debía ser más digna y representativa, inspirándose en la
arquitectura del pasado. Una epidermis historicista ocultaba la auténtica
estructura del edificio con molduras, ménsulas, basas y capiteles, sin lógica
constructiva y por lo tanto prescindibles, y ejecutados en escayola imitando
piedra.
Foto antigua donde se ve el edificio.
Foto extraída de Archivo Fotográfico y Documental de Béjar
Epílogo
Benito Guitart falleció en Madrid
el 8 de febrero de 1947, a
los ochenta años. Según reza en la esquela de ABC, vivía en el nº 16 de la
calle Claudio Coello, y era por entonces gerente de la razón social “Munar y Guitart”,
talleres que fabricaban estructuras de hierro y que luego se dedicó también a
la instalación y mantenimiento de ascensores. Fue enterrado el domingo, 9 de
febrero, en el cementerio de la Almudena [4]. Sólo
tuvo un hijo, Franco Guitart, natural de Béjar y casado con Mª Josefa Gregorio,
los cuales le dieron ocho nietos.
Agradecimientos
Las fotografías 1 y 2 nos han
sido facilitadas por D. Franco Guitart Gregorio, nieto de Benito Guitart, al
que lo autores quieren agradecer expresamente toda la información facilitada
sobre su abuelo.
[1] RUPÉREZ ALMAJANO, N.: “Béjar. Conjunto histórico”, en
Jardines, Sitios y Conjuntos Históricos de la Provincia de Salamanca, Diputación
provincial de Salamanca, Salamanca, 2002, p. 53.
[2] DÍEZ
ELCUAZ, J. I.: Arquitectura y urbanismo
en Salamanca (1890-1939), Colegio oficial de arquitectos de León.
Delegación Salamanca, 2003, p. 245.
[3] La
leyenda de la placa dice así: ARQVITECTO [sic] / B. GUITART. / Constructor y
Contratista / MIRÓN – RODAS.
[4]
Diario ABC, 9/02/1947, pp. 37 y 38.
Me encanta que se conserve el patrimonio artístico y la arquitectura entre de lleno en este apartado. Bonito esdificio. Buen finde
ResponderEliminarPrecioso edificio y efectivamente la parte trasera sorprende. Muy interesante.
ResponderEliminarSaludos Carmen
Ahora entendemos el motivo por el que nos encantó nuestro recorrido por Béjar: la labor de este maravilloso arquitecto y su huella en los edificios, personas como Guitart son necesarias para que nuestros pueblos y ciudades tengan rincones hermosos.
ResponderEliminarMuy bonito edificio de armónicas proporciones. Suerte tuvo Béjar de tener al señor Guitart. Saludos
ResponderEliminarHola Carmen, me he alegrado de visitar tu blog, lo hago una vez al mes cuando posteo en el mío.
ResponderEliminarMe ha gustado el estilo de ese edificio y que el arquitecto hubiese sido un tocayo mío. Béjar es un eslabón importante en la historia de nuestro país.
Gracias
Un abrazo.
Sor. Cecilia
Emblématico edificio, interesante arquitectura y un hombre que no pasará desapercibido para muchos bejaranos.
ResponderEliminarUn saludo.
Aunque es de estilo plateresco y dado los distintos estilos .Se acerca más al estilo Monterrey un tipo de construcción que en Salamánca , León y Burgos tenemos los mejores referentes.No es tan recargada la fachada y dado a su buen hacer, este arquitecto supo realzar bien los estilos toscano y lombardo y con este azulejeado de estilo portugués.
ResponderEliminarUn arquitecto que dentro de su saber: también era un hombre práctico.Por el uso que le dio a la trasera de esta majestuosa construcción.
Un beso feliz domingo Carmen.
PS:ya estamos en la recta final del curso;(
Pues qué curioso, viendo el edificio de frente, no imaginaría en absoluto cómo resulta la fachada trasera. Sorprendente y bellísimo edificio.
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
Ciertamente que me gusta más la fachada trasera, al igual que me ocurre con las galerías de "La Marina" coruñesa que no son otra cosa que la parte de atrás de las casas cuyas fachadas no dan al mar, sino a la Rúa Rego de Auga.
ResponderEliminarUn abrazo,
Voy a coincidir con los compañeros respecto a la fachada posterior, no ya por su acristalamiento, sino por esa forma curva, semicilíndrica que rompe la monotonía de lo recto.
ResponderEliminarUn saludo.
Creo que todos pensamos que la fachada posterior es simplemente sorprendente.
ResponderEliminarBesos Carmen
Llevo tiempo leyendo tus entradas sobre la fascinante historia que rodea a Béjar, hoy puedo admirar lo que todavía se conserva de su arquitectura gracias al saber hacer del arquitecto catalán B. Guitart, dan ganas de hacer la maleta y emprender una escapada para conocer Béjar.
ResponderEliminarCariños en abrazos.
Kasioles
Muy buena la arquitectura de este edificio, sobretodo la fachada trasera que da el jardín, esos ventanales presentan unos preciosos miradores hacia la zona ajardinada.
ResponderEliminarBesos
Has cerrado tus entradas dedicadas a Guitart, presentándonos un edificio espectacular en su fachada principal y realmente fantástica la trasera. Gracias Carmen por tan buena aportación para que sigamos conociendo Béjar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dos características me traen el recuerdo de que el señor Guitart fue, en la lejanía, un integrante más de aquel grupo de arquitectos modernistas catalanes que ya entraban en otra época. Por un lado, los aleros tan queridos por Doménech i Montaner. Por otro las sorprendentes fachadas traseras de cristal y a veces también de metal, pura visibilidad, que fueron seña de Antonio Gaudí en muchas de sus obras más conocidas y que merecen una entrada propia.
ResponderEliminarSaludos
Entre los maestros de Benito Guitart Trulls en la Escuela de Arquitectos de Barcelona se encontraba Domenech i Montaner, así es que llevaba el modernismo en las venas nuestro arquitecto municipal. Otra cosa es que aplicase esos conocimientos estilísticos a los edificios públicos y privados que le encargaron por estas tierras. Más bien se adaptó a los estilos y materiales autóctonos, dejando el modernismo relegado para ejemplos concretos.
EliminarUn beso
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEsa casa es una joya Carmen. Te hace levantar la mirada cada vez que paso por ella.
ResponderEliminarBesos.
Muy curioso y un auténtico capricho el diseño de este edificio de difícil mantenimiento. Se nota que, aparte de arquitecto, el Sr Guitart estaba metido en el negocio de las estructuras metálicas.
ResponderEliminarAl igual que las anteriores me ha resultado muy interesante esta entrada. Un saludo.
Magnífico Edificio que bien ha merecido una restauración. Bss
ResponderEliminarUno de los edificios más curiosos de Béjar con esa renacer de las arquitecturas regionales o lugareñas que nos citas y que llevaron a la burguesía española a construir casas y palacetes tan curiosos como este.
ResponderEliminarMuy interesante.
Un beso