Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2016, pp. 48-53.
Dos de las
principales reivindicaciones de la clase obrera fueron la reducción de la
jornada laboral y el descanso dominical.
El descanso
dominical para todos los trabajadores fue reconocido por Ley de 3 de marzo de
1904, porque para las mujeres y los menores ya se contemplaba en la Ley de 1900. No obstante, el
incumplimiento era patente incluso bastantes años después de su promulgación.
Trabajadoras textiles en una fábrica de Nueva York
Foto sacada de aquí
Quedaba
constatado que en Béjar, en 1913, “el
descanso dominical sólo se observaba en el textil por los varones”. Los menores
también trabajaban en domingo y más horas de las permitidas, aunque se
reconocía que las condiciones eran menos penosas que en Cataluña[1].
El primer
límite de jornada se estableció en 1902 sólo para mujeres y menores con un máximo de 11 horas diarias.
El trabajo
nocturno de las mujeres en talleres y fábricas se prohibía el 11 de julio de
1912, entrando esta disposición en vigor el 14 de enero de 1914. Pero en las
industrias textiles afectaba en principio solamente a las mujeres casadas y
viudas con hijos. En el caso de las solteras y viudas sin hijos se reduciría
por los menos en un 6 % anual hasta 14 de enero de 1920, quedando en esa fecha
prohibido absolutamente el trabajo nocturno.
Niña trabajando en la sección de hilaturas en una fábrica de algodón (EEUU)
Las mismas
trabajadoras que ocupaban el turno de noche se mostraron en desacuerdo con esta
norma porque, según ellas, no se trataba de suprimir el turno sino de contratar
a hombres en su lugar, además preferían ese turno porque era más corto y se
cobraba más.
En 1913 se
consigue que la jornada laboral no supere las 60 horas semanales respetando
domingos y fiestas de precepto.
La
declaración de la Primera
Guerra Mundial no favoreció el cumplimiento de la reducción
de jornada, al contrario, se amplió al tener la industria textil española una
gran demanda exterior. Fue el fin de la guerra, que obligó a la reducción de la
producción, lo que determinaría su cumplimiento, así como la vigilancia que
ejercieron las organizaciones obreras[2].
Trabajadores de la fábrica textil de Can Trías (L'Hospitalet de Llobregat)
Foto sacada de aquí
Un reportaje de
El Adelanto observaba: “El bienestar que trajo la guerra europea no
llegó a las obreras que seguían haciendo jornadas de once horas o más y con
jornales mezquinos”.
Los sindicatos femeninos pedían que estas
leyes que estaban ya formuladas se cumplieran. Habría que fijar otras para
reducir la jornada en 10 horas o menos y reclamaban que las horas extras se pagaran
el doble[3].
La jornada
máxima legal de 48 horas semanales en todos los trabajos u 8 horas diarias para
trabajadores industriales se estableció por el R.D. 3 de abril de 1919, al
mismo tiempo que se preveía que no comportaría la disminución de salarios y
remuneraciones. No obstante,
en las disposiciones adicionales que regularon la jornada, R.O. de 15 de enero
de 1920, se especificaron las excepciones a la jornada máxima legal entre las
que se encontraban las fábricas textiles que utilizaban normalmente la energía
hidráulica directa o como generadora de electricidad.
La oposición de la patronal a la disminución de
jornada vino dada porque se encarecía el coste salarial al ser una industria
intensiva en trabajo y restringía el acoplar un ritmo discontinuo a las
necesidades de producción. Se especificaba la necesidad de mantener dentro de
la jornada legal dos turnos de trabajo.
Niños trabajando en el textil
Foto sacada de aquí
Las respuestas empresariales intentarán minimizar el
encarecimiento del coste del trabajo y la rigidez de la jornada legal con el
trabajo a domicilio en el período de entreguerras, y la externalización de
costes de instalación y de mantenimiento de la maquinaria.
La proclamación de la II República cambió
la situación legal de la mujer española. La constitución de 1931 establecía la
igualdad jurídica entre los dos sexos, otorgando a la mujer en el ámbito
laboral el derecho a ejercer una profesión.
La desigualdad jurídica volverá a ser un hecho con el
advenimiento de la
Dictadura Franquista. En de marzo de 1938 en el Fuero del
Trabajo se liberó a la mujer casada del taller y de la fábrica,
liberación que se acompañó de primas por maternidad (subsidios familiares) y de
la prohibición de ejercer profesiones liberales. No obstante, las mujeres no
abandonaron su condición de asalariadas en aquellos sectores productivos en los
que estaban muy arraigadas[4].
La consolidación de los derechos conquistados por la
clase trabajadora (accidentes, baja maternal, jubilación y vacaciones)
supusieron, desde el punto de vista empresarial, un encarecimiento del coste
laboral que afectó a los costes totales de producción.
Actualidad. Trabajadoras en una empresa textil de La India
Una de las medidas tomadas para reducir costes fue
aumentar la productividad intensificando el rendimiento, hecho que provocó las
protestas de las obreras de un establecimiento fabril de Béjar cuando se
redujeron las horas extras en una sección mientras se mantenían las otras, que
continuaron haciendo 10 horas diarias.
La sección
afectada redujo al mínimo la producción. El encargado y el director intentaron que
el trabajo volviera a su ritmo ordinario e interrogaron a una de las operarias
que contestó que “era maestra en su
oficio y nadie le tenía que decir como
trabajar”. Cuando el encargado paró la máquina que ella manejaba, la volvió
a poner en marcha diciéndole que “el
funcionamiento le correspondía a ella y que no volviera a tocarla” y
siguieron trabajando a ritmo lento.
Tres cuartos
de hora después les comunicaban que las horas de trabajo continuaban como
antes. Las arbitrariedades
no se reducían solamente al aumento de producción pues en la misma fábrica cuando
un día apareció roto el candado de la puerta se pretendió poner a cada trabajadora
una multa de 25 pesetas. Se formó una comisión con una obrera de cada sección
para protestar por la multa al director. Toda la
fábrica, unos 3.000 obreros, en su mayoría mujeres, apoyó la acción y
consiguieron anular la multa[5].
Los avances plasmados en la legislación seguían sin
reflejarse en la práctica diaria porque en un taller de Béjar, donde
trabajaban muchas mujeres, los obreros ganaban un promedio de 20 pesetas al día
por 10 horas de trabajo, las obreras sólo ganaban 16 pesetas y su jornada era
de 8 de la mañana a 9 de la noche.
Tampoco se cumplían otros derechos como una prima
llamada “de producción” que no percibían porque dependía de la voluntad del
patrón, que decía que no se cumplían los objetivos.
Por otra
parte, ningún obrero estaba asegurado, pero el patrón les retenía el tanto por
ciento para el seguro[6].
Finalmente,
por la Ley de 22
de de julio de 1961 sobre derechos políticos, profesionales y de trabajo de la
mujer, que entró en vigor el 1 de enero de 1962, se declaraba la no
discriminación en el trabajo por sexo o estado civil y se reconocía el principio de igualdad de retribución en
los trabajos de valor igual. Esta ley no se aplicó y la discriminación
salarial siguió sobre todo en las fábricas y sectores con mucha mano de obra
femenina como el textil[7].
[1]
“¿Para qué queremos las leyes? Béjar
Nueva, op. cit.
[2] Para
condiciones laborales LLONCH CASANOVAS, M. (2004): Jornadas, salarios y costes laborales en el sector textil catalán
(1891-1936). En Revista de Historia Industrial, nº 26, , pp. 101-140
[3] CROTONTILO:
“El trabajo de la mujer”. El adelanto,
17 de agosto de 1918,p.2
[4] Para
situación laboral de la mujer ESCARTÍN BISBAL, J. M. (2000): Las mujeres y el trabajo industrial en la Mallorca Contemporánea,
1870-1940. En Juan, Ó. de (coord.). VII Jornadas de Economía Crítica.
Universidad de Castilla-La Mancha, pp. 1-22.
[5] “Un
plante en una fábrica textil”; “Contra las arbitrariedades patronales”. Mundo Obrero, 31 de marzo 1955, p. 6
[6] “Para
vivir mejor, esto debe cambiar”. Mundo
Obrero, 15 de diciembre 1953, pp. 3-4
[7]
DELICADO, M. “La mujer trabajadora y la discriminación salarial”. Mundo Obrero, 16 de noviembre 1965, p.
3.
Un largo camino en la conquista de derechos elementales de los trabajadores de ambos sexos.
ResponderEliminarAunque la situación que vivimos hoy es mejor sin lugar a dudas, conozco gente muy cercana a mí, en la España desarrollada actual, que trabaja más de esas 48 horas semanales y se han de llevar el portátil del trabajo a casa para seguir el fin de semana. Hablo de gente privilegiada que tiene la fortuna de contar con un trabajo medianamente estable y cobra poco más de 1000 euros al mes. Creo que estamos en una fase clara de retroceso en los derechos laborales. Una pena. Después de tanta lucha, de tanto sufrimiento...
Un saludo.
Los derechos laborales suelen ser directamente proporcionales a la demanda de trabajadores por parte de las empresas. Cuando el trabajo escasea los derechos retroceden.
ResponderEliminarUn abrazo
Dejando aparte el hecho de que basar toda la parte final de éste artículo en lo publicado por "Mundo Obrero", órgano oficial del Partido Comunista, es tan problemático, por parcial, como hubiera sido hacerlo en lo publicado por el diario "Arriba", órgano oficial de la FET y de las JONS, me quedo con una conclusión y es que, si malas son las discriminaciones negativas, tan malas o peor lo son las positivas.
ResponderEliminarUn abrazo,
Me parece muy fuerte, que en esa época, no existiera el descanso dominical.
ResponderEliminarBesos
Hola Carmen:
ResponderEliminarHe estado leyendo estos post en voz alta a mi hijo JM que tiene 16 años. Con el post, le intento demostrar que todo se consigue con esfuerzo. No nos podemos quedar sentados a esperar que ocurran las cosas. Los derechos que tenemos hoy, se dben al esfuerzo de otros, que quizás pagaron un alto precio por conseguirlos.
Gran trabajo Carmen
Besos
Jo, Doc, me abrumas con tus palabras. Darle a leer el texto de Teresa sobre las condiciones laborales de las mujeres y los niños bejaranos de otros tiempos y su desesperada lucha por sus derechos a tu hijo me parece todo un honor. Espero que en su mente quede un poso de aprendizaje de todo ello.
EliminarUn abrazo
Once horas de trabajo y con unos salarios mínimos y encima sin seguro.-Con razón se tenían que rebelar y, muchos años aguantaron.
ResponderEliminarPor eso se les debe a estas mujeres tan luchadoras que se saque a la luz todas las discriminaciones que tuvieron que pasar y encima con cargas familiares.
Derechos y obligaciones pero todo con un equilibrio y sobre todo que sea igual hombres y mujeres.
¡Feliz día de la Luz y a todas las Lucías!
Leyendo los derechos me he acordado que yo cuando empecé a trabajar mi jornada laboral era de 48h, ya ves que en España no cambiaron mucho las cosas hasta la mitad de los años 70.
ResponderEliminarBesos.
Muchas veces lo escrito y lo que se hace difiere mucho. Creo que si publican leyes seria para cumplir en su totalidad y no lo que interese a unos pocos.
ResponderEliminarSaludos.
Si todo este proceso de conquistas laborales en las fábricas nos parece duro, más vale no pensar en las mujeres del servicio doméstico. Ahí podía darse todo. Desde el trato más bondadoso a la pura esclavitud, dependiendo por completo de la voluntad de los empleadores.
ResponderEliminarHola Carmen, en cualquier caso, en muchos sitios no se respetan las jornadas laborales, "obligando" a muchos trabajadores/as a tener que ampliarlas.
ResponderEliminarDe todo corazón, desde la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea, venimos a desearte muy Feliz Navidad.
Resulta difícil conseguir tener unos derechos, las mujeres siempre salen perdiendo, incluso ahora.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchos de los derechos que se habían conseguido a través de luchas, huelgas, etc.... en los últimos años hemos vuelto a retroceder en algunos de los beneficios conquistados, la explotación laboral está a la orden del día Carmen. Gracias a todas las valientes mujeres bejaranas por su tesón en la lucha de sus derechos.
ResponderEliminarAbrazos.
Fantástico post. Bien merece la pena que lo reedites el próximo 8 de Marzo.
La verdad es que los avances conseguidos en un siglo son espectaculares. Cierto es que queda mucho camino por recorrer... y se recorrerá.
He leído con deleite estas tres entregas.
un saludo
· LMA · & · CR ·
Mucha Teoría y poca Práctica.
ResponderEliminarLeyes que se aprobaban y no se cumplían; discriminaciones que se mantienen actualmente. Todo se imponía de manera unilateral y al arbitrio de Empresarios codiciosos y sin escrúpulos para los que las Leyes eran tan sólo "Papel mojado" y sin ninguna validez de cumplimiento.
¡¡¡Gracias por ser tan especial y fantástica!!! Me ha gustado mucho tu comentario en mi blog.
Sabes que te estimo mucho.
Que la estrella de Belén te ilumine en esta Navidad y que cada día del Nuevo año la bendición del Señor te guarde a ti y a tus familiares.
Abrazos y Besines.