3 de septiembre de 2017

Dos notas sobre la apariencia en el linaje de los Duques de Béjar



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

     Si el aspecto o parecer exterior debe corresponder a la posición o estatus que alguien ocupa en la sociedad, sorprende encontrar al menos dos notas contradictorias en personajes que representaron la cumbre de este linaje. La primera aparece en la Crónica Burlesca del Emperador Carlos V, escrita por quien ahora se considera propiamente un componente de la familia ducal de Béjar, el célebre Don Francés deZúñiga.   


Crónica Burlesca del Emperador Carlos V.
Edición crítica de José Antonio Sánchez Paso, 1989

     Poseedor de una lengua acostumbrada a decir verdades (La afilada pluma de don Francés de Zúñiga por Carmen Cascón, Pinceladas de Historia Bejarana marzo 2012), no vacilaba don Francés en describir duramente a los integrantes de la corte del monarca, audacia o imprudencia que al final le costó la vida. Al mismísimo emperador, que padecía del prognatismo característico de los Habsburgo, le dirige esta advertencia puesta en boca de un villano de Aragón: ¡Nuestro señor, cerrad la boca, que las moscas de este reino son traviesas! (Placiéndole al monarca el consejo, mandó dar al labrador trescientos ducados)         

Carlos V, por Lucas Cranach
Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid
 
      Por eso no es nada que a su pariente Álvaro de Zúñiga, II duque de Béjar, a quien debía su encumbramiento en la corte imperial y al que en otros párrafos se refiere como mi amo, le dedique la siguiente: El duque de Béjar, que parece hombre que trae ruibarbo o que vende jabón de Chipre. ¿Descuido en el vestir del noble o físico incongruente con su dignidad? No lo sabemos porque de él no hay retratos. En todo caso dice en otro párrafo don Francés: El duque de Béjar… acompañado de muchos parientes y criados todos muy bien ataviados, guarnecidos de brocados y otras cosas que menester les eran.


Vendedor de jabón, por José Palomo, México

        La segunda nota es una anécdota que se encuentra en Histoire de Gil Blas de Santillane de Alain-René Lesage, traducida por José de Isla, y se refiere al titular de otra rama del linaje, Francisco de Zúñiga, conde de Pedrosa del Rey. Habiendo acudido al despacho del conde de Lerma, fue atendido por el secretario de este, quien al verlo vestido llanamente y que no aparentaba lo que era, se atrevió a recibirlo con un: -¿Cómo se llama usted, amigo? La respuesta es un paradigma de ironía creciente y amenazante (-En mi niñez me llamaban Frasquito, después me han llamado don Francisco de Zúñiga y hoy me llamo… ¡el conde de Pedrosa!) que termina en explosión de ira ante las inútiles disculpas del aterrado amanuense.  


Edición londinense de 1777 de Histoire de Gil Blas de Santillane de René Lesage,
obra publicada originalmente entre 1715 y 1735 

        Ciertos rasgos esbozados en los relatos anteriores, especialmente los referidos al vestir, son considerados hereditarios (Aspecto Físico y Enfermedad Mental, Enfoque Terapéutico, por Vanesa Aliseda y Paula Morales, Centro de Rehabilitación Psicosocial de Alcobendas), y es interesante observar hoy, en descendientes remotos de los sujetos comentados, conductas parecidas, disociadas y contrapuestas, que son particulares de este linaje siempre al borde de la esquizotipia. Hay antecedentes, no se puede negar (Con la Z deStúñiga. Curiosidades sobre el Ducado de Béjar, Antonio Sánchez Sánchez, Archivo Fotográfico y Documental de Béjar, septiembre 2009)
  

9 comentarios:

  1. Toda persona, aunque sea de gran linaje tien su punto criticable y hay quién se le da a la sátira bastante bien.

    En cuanto a la segunda nota, aún en nuestros días, se suele confundir la gran obstentación en el vestir con el poder económico y la clase social. Hay personas de gran bienestar económico que visten de forma sencilla y se expresan llanamente....las apariencias engañan.

    Besos

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  2. Jajaja, conozco a alguien que una mañana de sábado salía al monte a buscar setas vestido con ropa vieja pero adecuada para esa afición y botas de goma (katiuskas) para la humedad del suelo. Iba acompañado de su hijo, ataviado de la misma guisa, y ambos portaban cestas de mimbre para la cosecha. Antes de nada se dirigieron a un concesionario de determinada marca de coches pues quería adquirir uno, el modelo Sierra, y el vendedor no se dignó ni levantarse de la silla que calentaba en su despacho. Cansados de esperar sin ser atendidos, se fueron al concesionario de la misma marca pero de la competencia y, al lunes siguiente, padre e hijo paseaban en su flamante Sierra.
    Un abrazo,

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  3. Me ha recordado cierto episodio en mi vida de estudiante universitario. La paciente no quedo a gusto con lo que le había dicho la "señorita" que le había atendido en la cosulta. Es muy amable, me dijo, pero no creo que haya acertado con lo que tiene mi marido. Luego de explicarle de otro modo lo que le dijo la "señorita", me replica: Bueno, ya veo que Ud le ha enseñado bien. No mi señora- Ella es quien me enseña a hacerlo bien. La señorita, era la jefe de servicio de cirugía del hospital...

    Besos

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  4. Jjejeje Entones, ¿Algunos de los Duques no guardaban el aspecto esperado entre los Nobles? Eso es casi un halago en sí mismo. La contestación de "Frasquito" de Zuñiga demuestra bien a las claras que tenían bien interiorizada su posición.
    Saludos

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  5. Simpáticas anécdotas. Me recuerda alguna a un hecho real que nos sucedió a mi mujer y a mí. Años 90. Veníamos de andar con ropa deportiva de entonces, chandall y zapatillas, y pasamos por una inmobiliaria porque queríamos poner a la venta el piso. El agente nos miró de arriba abajo, con escaso interés, pensando que viviríamos en una chabola más o menos. Cuando le dijimos el barrio, cambió la cara y dijo: habrá que ver ese piso inmediatamente. Le dijimos: tranquilo. No nos corre prisa.
    Un saludo. Voy regresando de mi exilio voluntario y lo primero pasar a ver lo que hacen o publican algunos amigos. Selectivamente, claro.

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  6. Lo que puede influenciar el aspecto de uno en lo que es en realidad.
    Buenas anécdotas.
    Un abrazo

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  7. Divertida colección de anécdotas. Solo conocía la de la boca abierta de Carlos V, pero ahora no pararé hasta averiguar qué aspecto tenía un vendedor de jabón de Chipre.

    Feliz tarde.

    Bisous

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  8. Sobre anécdotas con el atuendo os contare dos de una persona que conocí ambas me las contaron.
    La primera que fue a comprar un tractor agrícola con el empleado que lo manejaría y el comercial de la marca le ninguneaba y solo explicaba al empleado, pero cuando llego el propietario del concesionario y le saludo creo que el comercial dijo eso de tierra tragame.
    La otra que uno de la localidad que vivía en Madrid paseando por la Castellana le saluda un señor todo engalanado; cosa que le sorprendió, al pararse y darse la vuelta y el otro hizo lo mismo, le dijo que no le daría esos sustos.
    Eso era consecuencia de que dijo y así lo cumplió que en el pueblo vestiría como el mas pobre.

    Saludos.

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  9. Sí, ya lo creo. Recuerdo el texto de Carmen sobre la afilada pluma de don Francés.
    Saludos.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.