Autor: Manuel Álvarez-Monteserín Izquierdo
Publicado: Béjar en Madrid, 2021.
Por mi afición a la fotografía y a indagar en el tejido empresarial de Béjar, recalo en una actividad que nada tiene que ver con el sector industrial textil, sino con la obtención del “oro dulce” producido por uno de los insectos más importantes de la naturaleza: la “Apis Mellifera”, también conocida como abeja doméstica o abeja melífera y su producto estrella, la miel.
Visito a los hermanos Navarro para realizar algunas fotos del proceso de extracción de la miel de los panales y para que, de una manera sencilla y coloquial, me comenten cómo va este año la campaña de recolección de la miel de sus colmenas y apiarios. También para que me narren su vida como apicultores o colmeneros y las tareas propias de esta actividad milenaria, pues ya Plinio el Viejo en su Historia Natural (libro XI) nos habla de las abejas. Me dicen que normalmente el público en general no distingue la diferencia entre estos dos términos, colmena y apiario, siendo este último un conjunto de colmenas.
Curiosamente las primeras palabras que menciona Jorge, perteneciente a la cuarta generación de apicultores de esta familia, es el cambio climático y lo que está suponiendo para la supervivencia de las abejas.
La familia Navarro lleva más de cien años dedicándose a la apicultura. En el momento actual trabajan conjuntamente la tercera y cuarta generación: Lorenzo, Carlos, el matrimonio formado por Josefa y Joaquín con su hijo Alejandro, y Maribel con su hijo Jorge. Jorge, el más joven, ya está creando su propia empresa sin pretender hacer competencia a sus familiares, pues muchas labores y oficios las comparte con ellos.
Hasta la tercera generación, los hermanos Josefa, Carlos y Lorenzo Navarro, que dan nombre a la empresa, proceden de la vecina localidad de Valero, apicultora por excelencia de la zona. Sus hijos han nacido en Béjar y quieren mantener la tradición de la industria de la miel y sus derivados, ya en el polígono industrial de Béjar.
Aunque sus comienzos se iniciaron en una pequeña nave en Valero, decidieron trasladarse a Béjar, primero por cuestiones familiares y porque Béjar ofrecía más posibilidades de promoción formativa y educativa a las nuevas generaciones, y segundo porque el Ayuntamiento de Béjar les facilitó subvenciones para ubicarse en el polígono industrial, que por aquel entonces se comenzaba a construir, siendo la nave de los Hnos. Navarro la primera en levantarse hace casi veinte años.
Los apiarios que poseen están distribuidos por varias provincias tanto españolas como portuguesas, teniendo presente la temporada de floración y la temperatura de la zona. Este año las colmenas de Santander son las que han dado mejores resultados debido a la climatología y a la floración continua de sus campos. Ha sido la flor de brezo su principal aliado (no podemos olvidar que esta planta tiene múltiples propiedades como antiséptico intestinal por sus taninos, diurética, sedante, etc.). Me habla también de Barco de Ávila, Zamora, Extremadura… donde, debido a la escasez de agua, la floración terminó pronto y diezmó la obtención tanto de miel como de polen y cera. En nuestra zona, han dado resultados bastante buenos las colmenas ubicadas en los campos de castaño, roble y olivo.
Practican la trashumancia de las colmenas permitiendo a las abejas cambiar de terreno, floración y climatología y, en definitiva, de tipo de néctar, evitando que la nutrición sea de la propia colmena en casos de necesidad. Trabajan diferentes tipos de campos y flores, siendo las más apetitosas para sus colmenas las flores de encina, romero, cantueso, girasol, etc. En el caso del girasol, como en los almendros o la colza, el aumento de plantas transgénicas, que tanto se están dando en estos momentos, hacen que el néctar de sus flores sea maligno para las abejas y ocasiona su muerte. Otra prueba más, esta vez negativa, de la acción del hombre en la manipulación genética de las plantas.
Dialogamos sobre la particularidad de la abeja doméstica y de la conducta curiosa del “pecoreo”, consistente en la toma del néctar o líquido azucarado que generan las flores a través de los órganos denominados “nectarios” en un determinado lugar, libando en flores de la misma especie en cada viaje y de cómo se lo transmiten al resto de la colmena. Esta actividad la realizan las abejas obreras con cierta madurez, por encima de los veintiún días de vida. Las abejas trabajan con mayor confort por las mañanas y en los momentos más frescos del día.
Es evidente que la colmena, como organización viva, sigue el ritmo de las estaciones. Ésta la conforman normalmente doce cuatros de estructura rígida donde se ubican los panales de cera y donde desarrollarán las celdillas (siendo la más común la de estructura hexagonal), con las larvas y la miel, obteniéndose unos cinco kilos por cuadro. Entre los meses de mayo y septiembre las abejas no cesarán de trabajar y es en este último mes cuando se inicia la recolección de miel y cera, dado que el polen se recoge durante los meses de máxima floración. No interesa dejar sin reservas de miel y polen a la colmena, pues también tiene función reproductora de nuevas abejas y, de hecho, hay apicultores cuya finalidad se centra en generar un nuevo enjambre con abeja reina incluida.
La producción y extracción excesiva del polen debilita también la colmena, pues a base de unas pequeñas cajas colocadas en la entrada de la colmena, y a modo de trampa, se engaña a la abeja, haciéndola pasar por unos pequeños orificios que, debido al roce, hace que el polen depositado en las “canastillas” de la patas se desprenda y caiga a un recipiente para su posterior recolección. Este producto oscila entre dos y tres kilos por colmena.
Cada año se produce una regeneración de las colmenas. La abeja reina de mayor edad la abandona llevándose a un número considerable de obreras y dejando a la nueva reina el resto, denominándose a este proceso “enjambrazón” y al nuevo grupo enjambre. Como dato significativo, las colmenas pueden albergar hasta unos ochenta mil individuos, constituidos en tres castas: las obreras, que son la parte más numerosa de la colmena, los zánganos y la reina. Como curiosidad decir que Andalucía, y concretamente Granada, está a la cabeza en la crianza de abejas reinas.
El escudo de Béjar luce cinco abejas
La máxima preocupación es la gran mortalidad de abejas que año tras año se produce debido a los insecticidas del campo, a la climatología adversa, y a la acción del ácaro Varroa, que ataca a las abejas en cualquiera de sus etapas (huevo, larva, pupa o ninfa, y adulto o imago, teniendo un ciclo de vida adaptado a la propia abeja). Es un ácaro de aspecto parecido a la garrapata, que se adhiere al cuerpo de la abeja y se alimenta de sus tejidos grasos, debilitándola hasta que provoca su muerte. Es un grave problema y se está trabajando en producir un tratamiento eficaz, una vacuna. Esta empresa utiliza, siempre bajo prescripción veterinaria, las tiras de Amitraz, colocándolas siempre entre los cuadros de las colmenas, como insecticida y acaricida que se vende con diferentes nombres comerciales.
Continuará
También en la provincia de Córdoba hay zonas que se dedican a esa actividad. Es un producto muy natural y endulza muy bien los duces tradicionales, yo la suelo adquirir, mayormente la procedente de Hornachuelos.
ResponderEliminarBesos
Qué buen título, El Oro Dulce, nada podría definir mejor al gustoso producto.
ResponderEliminarUna buena idea, el traer a esta página la alta labor de esa tercera y cuarta generación de salmantinos que continúan desde hace cien años.
Bien por acercarnos su desconocida, para mí, nomenclatura. Y una sugerencia. Si el producto tiene una marca concreta, por favor, háganosla saber.
Gracias y un saludo.
Hola Carmen:
ResponderEliminarPatrocinamos una colmena aquí en Castilla La Mancha. N gusta mucho este "oro dulce". Nos preocupa que sin abejas estaremos peor
Besos
Difícil entender que sin las abejas haya vida como la que conocemos. Protejámoslas.
ResponderEliminarUn saludo.
Me ha encantado este artículo, y me parece muy importante que se promocionen las industrias locales, y más, sin son tan antiguas y respetuosas con la Naturaleza, como ésta.
ResponderEliminarUn abrazo, amiga Carmen.
Yo también conozco a varios apicultores por la zona uno de ellos es del pueblo donde nací, así que le conozco desde que nació, al que talvez conozcan la familia Navarro en parte por haber tenido un cargo en un sindicato agricola.
ResponderEliminarSaludos.