El "oro dulce" de Béjar (2ª Parte y final)

Autor: Manuel Álvarez-Monteserín Izquierdo

Publicado: Béjar en Madrid, 2021.

La campaña de obtención de miel comenzó en el pasado mes de septiembre y prácticamente en estas fechas está concluida. La producción de esta empresa es de unos veinte mil kilos de media anual y se guían por la “Regla de Farrar” basada en “cuanto más aumenta la población de una colmena mayor es la producción individual de cada abeja”. Cada temporada depende de la climatología y de las bajas que se producen por las infecciones de los ácaros, la invasión de la avispa asiática (que se nutre de las proteínas y glúcidos de las abejas), del abejaruco, por no hablar a veces de la mala praxis del apicultor. 

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La miel y el polen que manufacturan los Hnos. Navarro, aparte de la que se deja para el consumo familiar y amigos, va en su totalidad a una empresa valenciana que a su vez la exporta por todo el mundo. Están consiguiendo que en todos sus productos quede impreso en los bidones “Miel cosechada en España” para evitar así las malas prácticas y, si se trata de una mezcla, que conste el porcentaje de miel pura.

Si comentamos las múltiples propiedades de este viscoso e higroscópico “Oro dulce”, tan nutritivo como necesario para el ser humano, y la excelente labor de las abejas polinizando los campos, nos encontramos con que la miel es un producto natural que cuenta, desde el punto de vista nutricional y medicinal, con más de 180 componentes que nos hacen difícil definir con exactitud unos valores exactos de composición. Por hacernos una idea, expertos en la materia identifican alrededor de un 20% de agua, 80% de hidratos de carbono, 0,3% de proteínas, 0,2 % sales de potasio, entre otras. Dentro de los múltiples azúcares hay fructosa, glucosa, maltosa y sacarosa. El contenido enzimático también es importante, pues además de ser un indicador de calidad, favorece la digestión y es un requisito indispensable para que la miel tenga acción bactericida.

 

El sabor de la miel dependerá del néctar de las diferentes flores que sirven de nutriente a las abejas. Hay sustancias no deseadas como el hidroximetifurfural (HMF, C₆H₆O₃) presente en la miel y en otros productos alimenticios, que nos indican que la miel ha recibido un tratamiento o desnaturalización con calor; dicho de otra manera, se trata de un aldehído que se forma durante la descomposición térmica de los glúcidos y cuando supera en más de 40 mg/Kg de HMF se puede considerar como no apta para el consumo.

En apicultura la extracción de la miel se denomina “castra”. El apicultor debe tener mucho cuidado pues la extracción supone una revolución para la colmena y para ello debe utilizar el ahumador para dejarlas un tanto adormecidas y poder así extraer los cuadros móviles donde se encuentran los panales. Estos panales están sellados con el opérculo para proteger la miel y de esta manera se sabe que está madura y tiene el grado óptimo de humedad para su extracción. Realizada esta inspección, se trasladan las alzas melarias al almacén para hacer su vaciado por métodos manuales y mecánicos. El primer paso es el desoperculado de los panales o apertura de las celdillas, retirando la cera con la que están selladas. Se utilizan unos cuchillos precalentados que no deben cortar la celdilla, sino quitar simplemente la capa fina de cera. Acto seguido se extrae la miel a base de centrifugadoras en frío, dando golpes de centrifugado en ambas caras de los panales. La miel sale despedida y se deposita en las paredes de la centrifugadora, que a través de un tamiz elimina todo tipo de impurezas o materia sólida.

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La miel, antes de ser envasada, es fundamental que madure en tanques decantadores de doble pared donde la miel ocupa el centro y el compartimento exterior contiene agua o aceite caliente para fluidificarla más y favorecer así su decantación.

De los productos derivados de la colmena, el producto estrella es la miel y le sigue el polen y la cera. Parte de esta última la reutilizan en sus propias colmenas para acondicionar los cuadros y favorecer la formación de los panales por las abejas.

Por terminar con la visita y comentar el futuro de esta actividad tan ancestral, los Hnos. Navarros se preocupan por formar a sus hijos en estas lides y en animar a los clientes habituales a que consuman sus productos. Deseamos que, por todo lo comentado con anterioridad, lo sigan haciendo y se nutran de las propiedades tan beneficiosas y los efectos que se obtienen del consumo de la miel. Les mueve más la tradición familiar como “colmeneros” que la producción y su venta, pues los beneficios anuales son cada vez más bajos y poco homogéneos. “No hay una gran competencia dentro de este sector en España”, me comenta Jorge, “pero nos hacen mucho daño las mieles procedentes de China que en la mayoría de los casos están “adulteradas” con sirope de arroz, en cuyo caso no podemos hablar de pura miel”. Aclaran que China, siendo la mayor productora de miel, ofrece un subproducto que nada tiene que ver con la miel española y afecta mucho a las ventas de nuestra mejor miel.

 Escudo de Béjar

Animo al consumo de la buena miel producida por nuestras abejas que, como todos los bejaranos sabemos, son el símbolo de Béjar reflejado en nuestro escudo y protejamos a la Apis Mellifera para que siga polinizando nuestros campos y dando buenas cosechas, sin contaminantes ni herbicidas, para que entre todos mejoremos el medioambiente y, por extensión, nuestras vidas. Gracias, familia Navarro, por vuestro esfuerzo y que sirva de ejemplo a quienes quieren generar nuevas actividades empresariales.