Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar 2017.
La Banda Municipal de Música de Béjar en este año de 2022 cumple 100 años de existencia y actividad ininterrumpida, y sobra decir que es una de las instituciones con más arraigo y presencia en el transcurrir de la actividad cultural bejarana. Desde entonces cinco directores han tomado la batuta. Todo comienza con Gonzalo Martín García, quien llega al cargo tras casi cuatro décadas de actividad musical, hasta 1932; le sustituye su hijo, Adrián Martín Moreno, que había sido subdirector con su padre y director hasta 1958. Pocos años estará en el cargo José Pernas Montero (1958-1962), sucediéndole otro maestro gallego, Antonio Vaquero, que permanecerá en esta labor hasta su muerte a finales de 1988. Meses más tarde, en 1989 y tras ocuparse de la banda el subdirector, nuestro entrañable Manolo González, tomará las riendas de una muy mermada banda el director actual, Lorenzo Torrico Hernández, quien conseguirá relanzarla y auparla a destacados niveles de calidad musical[1].
Banda de Domingo Guijo
La historia y los orígenes de la Banda Municipal de Música de Béjar son, sin embargo, poco conocidos y sorprendentemente son escasos los textos dedicados a ella a lo largo de su trayectoria. Hay que destacar algunos recuerdos recogidos por Ruperto Fraile[2] o las investigaciones de Dolores González Canalejo[3], quien en el segundo volumen de la Historia de Béjar dedicó un capítulo a la historia de la música en Béjar, aportando datos importantes e inéditos sobre el origen y el devenir de la banda.
El origen de la banda municipal
Como hemos adelantado, 1922 es el año en el que la ciudad de Béjar se dota de una banda municipal de música, no sin ciertas dificultades como vamos a explicar. Antes de esta fecha, son varias las bandas de música bejaranas no municipales que existen y ofrecen sus servicios al ayuntamiento, dando conciertos o participando en romerías y procesiones como en la festividad de Nuestra Señora del Castañar o en la del Corpus Christi. Una de las más veteranas de las que tenemos constancia es la de Domingo Guijo, personaje que se significó en Béjar durante los acontecimientos de la revolución de 1868, cuya actividad se rastrea durante el ultimo tercio del siglo XIX; por ejemplo, en los festejos que se organizaron cuando se concede a Béjar la llegada del tren (aprobada por ley en 1870, la línea férrea no llegará a Béjar hasta 1894[4]), recorriendo la población tocando pasodobles[5]. En esta banda aparece un jovencísimo Víctor Gorzo, el artífice de los famosos cañones con los que los bejaranos se defendieron de las tropas del brigadier Nanetti durante la citada revolución, es retratado años después posando orgulloso con su fliscorno y rodeado por otros compañeros músicos de alguna banda de Béjar.
Banda de Domingo Guijo con mayor número de componentes y la presencia de un joven Víctor Gorzo (en la fila superior, tercero por la derecha).
Otras bandas a caballo entre los siglos XIX y XX fueron las de Martín e Izquierdo, que en 1886 amenizaba los bailes de sociedad y participaba en actos religiosos de Béjar y de la comarca[6]; las de Enrique y Jesús Hernández, tal vez padre e hijo que pudieron sucederse en la dirección; y la banda de Gonzalo Martín. El interés por la música estaba tan arraigado en Béjar que el colegio de los Salesianos tenía una banda infantil creada en 1904 más que digna, gracias a la donación de 36 instrumentos de las benefactoras doña Felisa y doña Manuela[7].
En cuanto a la creación de la Banda Municipal de Música de Béjar, el alma del proyecto parece que fue el alcalde de Béjar de esos años, Antonio Gosálvez Anaya[8]. Ocurrió en las postrimerías de su mandato, cuando se propone en el pleno del consistorio al resto de concejales el proyecto de creación de una banda municipal. Nos tenemos que remontar a 1921, concretamente al pleno ordinario del 30 de diciembre al presentarse los proyectos de los directores de dos bandas bejaranas, Gonzalo Martín y Jesús Hernández. Los proyectos serían estudiados por los concejales para deliberar cuál era el que mejor convenía a la ciudad, acordando eso sí, que la creación de dicha banda sería bajo las condiciones que aprobara el ayuntamiento.
Víctor Gorzo (en el centro de la tercera fila,
con bigote y mirando a su derecha) en una de las bandas bejaranas de finales
del siglo XIX
A partir de 1922, el año de su fundación, se van a oír las voces críticas de algunos concejales, alegando las dificultades económicas por las que atraviesa el consistorio en esos momentos. El 24 de marzo de ese año se resuelve que el proyecto más viable es el de Gonzalo Martín. En su propuesta se expone que la banda constaría de 30 músicos más el director y subdirector, siendo el presupuesto de gastos el de 8.240 pesetas anuales. Entre sus obligaciones estarían las de celebrar las sesiones musicales en el Corpus Christi y la festividad de la comunión de los niños, más una serie de actividades los jueves y domingos y días de fiesta (básicamente conciertos), empezando con la verbena de San Juan y terminando el domingo primero de octubre. Además, se debería asistir también a todos los actos oficiales del ayuntamiento y se obligaría a crear una academia de música de solfeo e instrumental preparatoria para el ingreso en la banda, la que sería dirigida por el director con la cooperación del subdirector.
En este pleno se decide que la banda quedaría organizada antes de que se constituyera la nueva corporación municipal prevista para ese año 1922; pero algunas voces críticas no estaban conformes con seguir adelante. González Benito se opone porque a su juicio el ayuntamiento iría derecho a la bancarrota si se tenía en cuenta el reciente aumento de sueldos a los empleados municipales y otra multitud de cargas que pesaban sobre el municipio. Martín Sánchez no se opone a dicha organización y la veía con simpatía, pero le preocupaba la situación económica, pues habida cuenta del nuevo proyecto de abastecimiento de aguas del municipio el ayuntamiento dejaría de percibir 15.000 pesetas, cuya suma, incluida al aumento de sueldo a los empleados municipales y a los de dicha banda, complicarían la situación económica.
Banda del colegio de los salesianos, probablemente a principios del s. XX
En cambio, el alcalde defiende a capa y espada el proyecto, argumentando que el erario del municipio no se resentiría con el presupuesto de gastos de la banda, puesto que el ayuntamiento había hecho pagos de carácter extraordinario en el presente año de más de 30.000 pesetas. Se extendió en consideraciones, demostrando que la creación de la banda era un poderoso elemento de civilización y cultura de los pueblos, siendo escasas las poblaciones que con categoría similar a la de Béjar no disponían de una. Cerrudo manifestó que, tras haber acordado crearla y de haber sido consignada en el presupuesto municipal la cantidad de 5.000 pesetas para su atención, el ayuntamiento tendría la obligación de proceder a su organización. Añadió que participaba del criterio expuesto por González Benito y Martín Sánchez relativo a la situación económica, pero pese a ello propone que para el próximo curso se funde definitivamente. Al no haber unanimidad se somete el asunto a votación nominal y su creación sale adelante por cinco votos contra tres. Seguidamente fue acordado autorizar al alcalde-presidente para encargarse de la redacción del contrato y su reglamento. El tiempo justo para tenerlo todo atado y bien atado antes de que tomara posesión la siguiente corporación.
Gonzalo Martín como director de la Banda Municipal
de Música de Béjar (1922-1932)
En el pleno del 5 de abril la nueva corporación tiene que hacer frente a distintas cuestiones, como la solicitud de la cofradía de la Vera Cruz para que asista a la procesión del Viernes Santo, petición que se rechazó en ese momento y que años más tarde se logró, siendo actualmente uno de sus compromisos anuales. El rechazo vino por la queja de Martín Cerrudo, pues estimaba que se crearía un mal precedente. Este concejal manifestó que, en nombre de los organizadores de la fiesta del primero de mayo, pedía que también se incluyera en los fastos de esta actividad. Esta oposición debió de contrariar a los concejales Pedro Marcos y Bernabé Sánchez, pues deciden ausentarse del salón de plenos. Marcos Matas protestó por el acuerdo de la anterior corporación sobre la creación de la aludida banda, pues entendía que a su juicio no era pertinente dada la precaria situación de la hacienda local.
Con todo, la banda municipal comienza su andadura en la historia no sin contratiempos, pues en la sesión del 3 de mayo Paz solicita que a los músicos se los provea de gorras, ya que no era posible hacerlo de uniforme completo, incidiendo, de nuevo y como cantinela machacona, en la precaria situación de la economía municipal. De nuevo Marcos Matas sigue arremetiendo contra la banda y con el equipo de gobierno saliente; este reproche hizo que Gosálvez Anaya replicara que le parecía que esta sesión llevaba como único fin dirigir censuras al ayuntamiento que él presidió, e insiste en los argumentos que dio en su momento para su fundación: que el ayuntamiento velando por la cultura e ilustración del vecindario así tuvo a bien acordarlo, y que, en tal caso, al alcalde que ejercía le incumbía enmendar los yerros que estimara había cometido el anterior.
Fotografía que muestra a la Banda Municipal de Béjar ya consolidada. El director es Adrián Martín Moreno (1932-1968) y la fotografía fue tomada en el jardín privado de Francisco Muñoz junto a la calleja del Orujal
Fila inferior: Valentín Sánchez-Capitán, Constante Rubio, Luis Belloso, Vicente García, Adrián Martín (director), Valentín Belloso, ¿?, Lorenzo Torrico Hernández, Juan Capitán.
Fila central: Jerónimo Nieto, Ángel Belloso, Manolo González, Cipriano Belloso, Ángel Sánchez (subdirector), Segundo Sánchez, ¿?, ¿?, ¿?
Fila superior: ¿?, ¿?, Celso García, ¿?, ¿?, Julián Belloso y Demetrio Nieto y Marcelino Gómez.
Llegados a esta fecha, la banda municipal era un hecho, pero la insolvencia económica para su adecuada dotación lastra su crecimiento. Por ejemplo, el 14 de junio fue tomada en consideración la proposición formulada por el señor Gutiérrez encaminada a la construcción de un templete de música en la plaza mayor para el servicio de la banda, pero se acordó acometer la obra en época en que la situación de la hacienda del municipio mejorara. No debió mejorar demasiado en lo sucesivo, pues ese templete nunca se llegó a ejecutar.
Primeros conciertos.
El primer concierto de la banda se programa el 2 de abril de 1922, domingo a las 11 horas, sin que conozcamos su repertorio, pues la costumbre de periódicos como La Victoria o Béjar en Madrid de anunciarlo en sus páginas no va a comenzar hasta más adelante. Para este estreno los músicos aún no estaban dotados de uniforme. Tal como podemos ver, la uniformidad aún no era homogénea, como se percibe por el distinto tono de los mismos aunque la fotografía sea en blanco y negro. La banda dirigida por Gonzalo Martín va consolidándose, legándola a su hijo Adrián perfectamente uniformada e instrumentada; una consolidación que se mantiene a la llegada de José Pernas y de los directores posteriores.
Banda Municipal de Béjar dirigida por José Pernas (1958-1962) durante la inauguración del campo de fútbol de Mario-Emilio.
La mayoría de conciertos se concentraban en los meses de verano, interpretándose una serie de obras ligeras y principalmente de autores españoles familiares para el público de la época. Se solía abrir el concierto con un pasodoble que se repetía al concluir el mismo. Uno de los primeros del que conocemos el repertorio se confeccionó con las siguientes piezas musicales para el concierto del 8 de julio de 1922, publicándose así en La Victoria[9]:
1. Pasodoble de la zarzuela “La caída de la tarde” de Soutullo y Vert.
2. El chulón del barrio (fado madrileño) de A. Peñalva.
3. Aria de barítono y coro del segundo acto de “El Trovador”, maestro Verdi.
4. Terceto de las cigarreras de la zarzuela “De Madrid a París” de Chueca y Valverde.
5. “Abandonada” (Americana) de N. N.
6. Repetición del pasodoble “La caída de la tarde”.
Pasodobles, zarzuelas, danzas… Obras que se acomodaban al gusto del público bejarano de autores afamados y populares como Jacinto Guerrero, Francisco Alonso, Pablo Luna, Soutullo y Vert, etc. También se hacía algún guiño a la colonia catalana, con la interpretación de sardanas como “El gall de Ripoll” de Ribas. En 2017 se puede decir que la Banda Municipal de Música de Béjar mantiene en sus conciertos buena parte de este legado de música clásica y popular española, habiendo ampliado considerablemente el repertorio con obras de autores clásicos extranjeros como Beethoven, Mozart, Rossini, Schubert, Tchaikovsky o Dvorak, y música cinematográfica de autores como Ennio Morricone, John Williams, John Barry o Nicola Piovani.
La Banda Municipal de Béjar a principios de la década de 1990 dirigida por Lorenzo Torrico Hernández
Agradecimientos
Para finalizar, agradecer a Lorenzo Torrico Hernández, actual director de la banda municipal, el haber puesto a nuestra disposición las fotografías que se muestran en este artículo, pertenecientes a su colección particular. Igualmente mi agradecimiento a Lorenzo Torrico Hernández (padre) por su ayuda a la hora de aportar datos y nombres de las fotografías mencionadas, y también a Ángela Asegurado García, quien generosamente me ha facilitado alguno de los datos de archivo que aquí se recogen. Finalmente y como siempre, agradecer la ayuda y la profesionalidad de las encargadas del archivo y biblioteca municipales de Béjar, que sin su buen hacer difícil lo tendríamos los investigadores para poder escribir sobre muchos temas.
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Ayer se inuaguró la exposición sobre la Banda Municipal de Béjar en el CMC San Francisco.
[1] Ver Avilés Amat, Antonio. “Elogio a la Banda de Música”, en Béjar en Madrid nº 4.706 (4/7/2014).
[2] Fraile Álvarez, Ruperto. Recuerdos de una vida, 2ª edición, Béjar, 1985, pp. 253-255.
[3] González Canalejo, Dolores. “La música en la Villa y Tierra de Béjar hasta el siglo XXI”, en José Mª Hernández Díaz y Antonio Avilés Amat (coords.) Historia de Béjar vol. II, 2013. Salamanca: Centro de Estudios Bejaranos y Diputación Provincial de Salamanca, pp. 629, 630 y 640.
[4] Ramos Vicente, Juan J. Palazuelo-Astorga (una línea estratégica), Fundación de los ferrocarriles españoles, 2012, pp. 15 y 18.
[5] http://losabdones.blogspot.com.es/2009/11/historia-2.html (Consultado el 1/8/2017).
[6] González Canalejo, Dolores. Ob. cit., p. 626.
[7] Hernández Díaz, José María. “Educación y sociedad en Béjar en el primer tercio del S. XX (1900-1936)”, en José Mª Hernández Díaz y Antonio Avilés Amat (coords.) Historia de Béjar vol. II, 2013. Salamanca: Centro de Estudios Bejaranos y Diputación Provincial de Salamanca, p. 383.
[8] Los datos que se ofrecen a continuación proceden de los Libros de Actas del Ayuntamiento de Béjar custodiados en el Archivo Municipal, de los años 1921 y 1922 (Signaturas 194 y 195).
[9] Semanario La Victoria, nº 1.458 (8/7/1922), p. 3.
Muy interesante, Carmen. Felicitaciones a la banda por el centenario y a tí por el estupendo artículo.
ResponderEliminarMás que a mí, a Roberto Domínguez Blanca, autor de este magnífico artículo.
EliminarUn saludo