Amigos de Béjar y sus historias

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2/14/2025

Pueblos sin gente / 1 (adenda). Casas del Fraile, cerca de Navacarros (ca. 1528-1946)

Autor: José Muñoz Domínguez

     Toda investigación científica está sujeta al progreso en el conocimiento, abierta a nuevas aportaciones que confirmen, completen o refuten las hipótesis, y eso supone actualizar lo ya publicado cuando se conocen nuevos datos, máxime si el principal propósito del trabajo es tratar de que aflore el conocimiento disperso sobre lugares preteridos, recuperando su lugar en la historia comarcana para el público del siglo XXI. Con la tercera y última parte de la primera entrega, dedicada al despoblado de Casas del Fraile, creí haber cerrado capítulo para poder estudiar un nuevo asentamiento, el de la Redondilla, pero el conocimiento me persigue tenaz (con la inestimable complicidad de Ángel María Ridruejo y Miguel García) y, por fortuna, no queda otra que mostrarlo aquí y ahora en forma de adenda. Estas son las novedades. 

 

Fig. 1. Folio 1r del padrón de 1631, con las anotaciones de los vecinos de Navacarros, «Casa fraile» (parte media de la columna derecha) y Palomares.


1. UN PADRÓN DE 1631 

          Además de los censos y vecindarios ya reseñados, contamos con un padrón local del siglo XVII (1). Quizá esté relacionado con la toma de datos para el vecindario de 1646, pues ambos documentos resultarían coherentes si las cifras del vecindario se refieren únicamente a Navacarros, donde se anotaban 50 vecinos (200 habitantes). El padrón, que en realidad es un borrador o toma de notas en sucio, incluye los lugares de Navacarros y sus anejos, así como los colindantes de Vallejera y la Hoya. En lo que aquí nos interesa, se contabilizan 71 vecinos para Navacarros, 14 para los Palomares y 8 para «Casa fraile», equivalentes a 284, 56 y 32 habitantes, respectivamente. La mala caligrafía del amanuense dificulta mucho la identificación que se hace de cada casa familiar (desarrollando las abreviaturas, vagamente se lee «La de Francisco García de ...», «La de don José Díaz ...», etc.), así que un buen paleógrafo tendrá la excusa perfecta para entretenerse dejando la vista en la fig. 1: si da con el nombre de los ocho cabezas de familia, que comparta su transcripción, por favor.


2. UN DOCUMENTO DUCAL DE CA. 1820

         Lo publicaba en 1989 Ceferino García Martínez, alias Garci-Mar, aunque perseverando en esa fea costumbre de los eruditos locales que se guardaban para sí los datos de archivo, impidiendo que otros estudiosos pudieran utilizar sus hallazgos (2). El documento es una relación de localidades de la antigua tierra de Béjar en torno a 1820 (fig. 2), dirigida por el administrador local a la duquesa de Béjar y de Osuna, María Josefa Pimentel y Téllez-Girón (1777-1834). Los núcleos de población van ordenados en sus correspondientes cuartos (vid. entrega 0), y en el de Valvaneda se incluye el concejo rural de Navacarros con las conocidas pedanías de los Palomares (alto y bajo) y Casas del Fraile; se añade, además, el número de vecinos del concejo: 131,5 cabezas de familia o unas 448 almas en total y, por tanto, congruente con las cifras anteriores y posteriores conocidas, que revelan un descenso acelerado entre los 583 habitantes del vecindario de 1768-1773, estos 448 de ca. 1820 y los 338 recogidos por Madoz en 1847. Hasta aquí, el documento no aporta mucho más a lo ya expuesto sobre este anejo navacarrense, pero resulta más valioso por sus ausencias: en torno a 1820, ningún otro despoblado alcanzaba entidad propia como asentamiento, lo que equivale a considerar ya desaparecidos todos los demás, incluso si aún se conservaban restos de sus edificaciones. Casas del Fraile no sólo fue el núcleo de población más tardío de la tierra de Béjar, sino también el despoblado más resiliente: el último

 

Fig. 2. Documento sobre Casas del Fraile ca. 1820, con el título de Relación puntual de los pueblos de que se compone la jurisdicción de esta villa de Bejar, y en que se demuestran sus respectibas vecindades (indico en rojo los topónimos del concejo de Navacarros), publicado por Ceferino García Martín en 1989.


3. DOS ACTAS DE APEO Y DESLINDE, SIGLOS XVIII Y XIX


           El primer documento data de 1748 y es la escritura de un acto oficial de apeo, deslinde y concordia entre los concejos de la Hoya y Navacarros que también fue incorporado mediante transcripción al acta de deslinde de 1889, aunque el original se conserva en el Archivo de la Nobleza de Toledo. Los representantes públicos iniciaban el recorrido 


      En el sitio del Cubillo a la Raya, y división que se determinó para principio de los terminos entre los lugares de Navacarros, Casas del Frayle, y Palomares sus anejos, y el lugar de la Hoya, unos y otros de la jurisdicción de dicha villa de Bejar hoy veinte y siete de dicho mes y año (enero de 1748). (3)  

    Fig. 3. Página completa y detalle del acta de deslinde entre los términos municipales de Navacarros y la Hoya en 1889.

 

   Como vemos, en el documento dieciochesco se menciona el topónimo de la Raya como parte de los límites que entonces se revisaban. También se cita al representante casafraileño en aquel el acto, el regidor Francisco García de Elena, sin más referencias de interés. 

          La noticia del segundo documento la proporcionaba Ángel María Ridruejo en un comentario reciente. El deslinde entre los términos de Navacarros y la Hoya, exactamente donde se encontraba Casas del Fraile, data de finales de 1889. En la descripción del recorrido consta literalmente: «Mojón 5º. Nombre del sitio: Pontoncillo», y en otra página: «Puntos notables que se descubren desde el mojón: Al Noreste La Hoya y al Suroeste las Casas del Fraile» (4). El citado Pontoncillo coincidiría con el puente sobre el arroyo Gascón situado entre las confluencias del arroyo de las Navas, aguas arriba, y del Engarilla, aguas abajo, al paso del viejo camino entre Navacarros y la Hoya que también atravesaba el pequeño núcleo urbano de Casas del Fraile, distante menos de 200 m. del Pontoncillo. Esta mención demuestra que el despoblado todavía era reconocible como entidad urbana, aunque apenas tuviera vecindario. 

 

Fig. 4. Posibles presas para el enriamiento del lino. En azul: de N a S, arroyo de las Navas; de E a O, arroyo Gascón. En rojo: las represas que pudieran haberse utilizado para enriar el lino (la más cercana a la desembocadura parece derruida), y pueden aún intuirse otras de menor evidencia. Coordenadas del centro de la imagen: X=270320, Y=4476040 (ETRS-89, H-30). Elaboración de Ángel María Ridruejo, 2025.


3. HUELLAS DE LA INDUSTRIA DEL LINO EN CASAS DEL FRAILE 

           El mismo Ángel María Ridruejo aportaba otra referencia de interés, en este caso visual, en fotografías aéreas y ortofotos como las que él mismo ha preparado (nota 5 y fig. 4). En ellas se aprecia con claridad la sucesión de pequeñas presas en el arroyo de las Navas antes de su confluencia con el arroyo Gascón, probable muestra del pasado industrial de la zona –y de Casas del Fraile en particular– en relación con los «escelentes linos» que allí se cultivaban (vid. tercera parte de la entrega 1). Acerca de esta misma industria, todavía contamos con nuevos testimonios de Miguel García, que informaba sobre el uso recurrente del término «linar» o «linares» para referirse, en Navacarros, a cualquier propiedad rústica; también señalaba la denominación de «machones» para los asientos de piedra situados junto a la puerta de las casas, elementos que relacionaba con la operación de machar el lino (6). Recordemos que este nombre no es el más común en la zona de Béjar, donde por lo general se conoce a estas piezas como poyos (evolución del término latino podium, del que también deriva la variante culta podio): por tanto, un rasgo diferenciador que suma otro indicio sobre la industria linera en el concejo de Navacarros y merecería un seguimiento que no podemos abordar en este trabajo. 

         Hasta aquí las novedades. Seguro que surgirán otras referencias documentales o cartográficas sobre el tema y posibles testimonios orales de personas mayores residentes en la zona; todo ello tendrá cabida en futuras adendas o, mejor, en una versión convenientemente revisada y aumentada para la imprenta. 


     Y ahora sí: próxima parada, la Redondilla, cerca de la Garganta (Cáceres).


NOTAS 

1. AHN, Nobleza, Osuna, C. 268, D. 31, Padrón de vecinos de Navacarros, Palomares, Vallejera y La Hoya, 1631. 

2. GARCÍA MARTÍNEZ, Ceferino (Garci-Mar), Béjar en su historia, libro primero, Librería Cervantes, Salamanca, 1989, figura inserta en p. 173. 

3. AHN, Nobleza, Osuna, C. 268, D. 29, Copia simple del acta de apeo y amojonamiento de fecha 28 de julio de 1748 de los términos municipales de Navacarros y La Hoya, Navacarros, 28 de julio de 1748 (referido al recorrido del 27 de enero del mismo año). 

4. IGN, Planoteca, Copia del acta del señalamiento de mojones comunes á los Ayuntamientos de Navacarros y de La Hoya, Navacarros, 31 de diciembre de 1889, aunque la verificación sobre el terreno se practicó el 8 de noviembre del mismo año; se toma como antecedente el deslinde escriturado en 28 de julio de 1748 (disponible en el sitio web oficial del IGN). 

5. Testimonios reportados por Ángel María Ridruejo Cabezas en la sección comentarios del blog Pinceladas de historia bejarana, 8 de febrero de 2025. 

6. Testimonios reportados por Miguel García en la sección comentarios del blog Pinceladas de historia bejarana, 11 de febrero de 2025.


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