13 de septiembre de 2024

Una sacristía que más bien parecía ratonera

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 2021. 

        Un escudo de armas campea flamante sobre la ventana de la sacristía de la iglesia de San Juan Bautista. Sobre una ventana enrejada, mirando hacia el sol que las calienta durante casi todo el día, las armas del obispo placentino don Pedro González de Acevedo se muestran desafiantes e impolutas a pesar del paso del tiempo. Los bejaranos que transitan frente a ellas apenas se fijan en su rutinario devenir. Están ahí y basta. Y es que son escasos los testimonios documentales que se han dado a conocer relativos a este templo, sobre todo en cuanto a la construcción y modificaciones en su fábrica se refiere[1]. Sin ser uno de sus elementos más característicos, aunque no por ello menos importante, desvelamos aquí los datos sobre la construcción de su sacristía y el motivo por el que luce el escudo familiar de este obispo[2]

 

 Escudo del obispo González de Acevedo. Iglesia de San Juan. Béjar

            En 1596 el párroco de San Juan, Gerónimo Sánchez Rubio, y su mayordomo, Manuel González Bazán, presentan un escrito a don Pedro González de Acevedo[3], obispo de Plasencia a la sazón, solicitando una sacristía nueva. El espacio que hoy se utiliza como tal, la capilla de los Muñoz de Aguilar o de los Aguilares, era un ámbito sepulcral privado, propiedad de una familia concreta y, por lo tanto, de uso restringido. Además, en el momento al que estamos haciendo referencia tal aditamento es probable que aún no existiera o que estuviese en proceso constructivo.

6 de septiembre de 2024

Las fiestas de la Virgen del Castañar hace cien años

 Autor: Iván Parro Fernández

Mañana celebraremos las fiestas en honor a nuestra Patrona, la Virgen del Castañar. Serán momentos para vivir y compartir muchos encuentros, sensaciones, sentimientos… Aunque han pasado ya muchos siglos, las bejaranas y bejaranos seguimos reuniéndonos en torno a nuestra virgen estos días tan especiales, pero ¿era igual hace un siglo? ¿Cómo vivían y celebraban estos días festivos nuestras paisanas y paisanos de hace cien años? Seguro que algunos lectores podrían evocar lo que sus padres o sus abuelos les contaban. Seguro que muchos tendrán en la memoria recuerdos de aquellos días por haber leído algo sobre ello o visto alguna imagen de la época. Lo que queremos compartir en estas líneas es el relato (algunos relatos más concretamente) de cómo eran las fiestas de antaño extraídos de la prensa de la época, y más concretamente del semanario La Victoria, el cual es un recurso y elemento muy interesante para acercarnos al Béjar de aquellos años ya almacenados en la eterna memoria del tiempo.

 Foto de la prensa de la época

Llaman la atención muchas de las crónicas de los ejemplares consultados. En ellas se hace referencia a distintos aspectos de la fiesta, como por ejemplo la invitación/interpelación a participar, la misa, la procesión como tal después de esta, el regreso de la virgen a la ermita tras la bendición desde el balcón, la propia imagen de la virgen, la concurrencia que acude a la fiesta o las invocaciones y peticiones que se dirigen a la Patrona de Béjar. En esta primera parte quisiéramos centrarnos en dos aspectos como tal: la invitación que se dirige desde el semanario citado para participar en las fiestas patronales y la misa y posterior procesión hasta el lugar donde la virgen bendice a toda la ciudad y el regreso a la ermita.

30 de agosto de 2024

Calendario festivo bejarano anterior a 1950 según el libro "Cuentos Bejaranos" de Ángel Calles (2ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2023, pp. 10-15.

      El Corpus y su Octava no pasan desapercibidos para Ángel Calles Cerrudo a la hora de usarlos como telón de fondo de sus narraciones. La Plaza Mayor era el punto de reunión porque, ayer como hoy, los actos religiosos tenían su epicentro en El Salvador. Pero es curioso: entonces era tradición intercambiar regalos –quizá por aquello de estrenar una prenda en el día del Corpus-, por lo que el trajín por la calle Mayor era continuo. Los pequeños esperaban con ansia sus juguetes y los novios se rompían la cabeza para encontrar un presente para sus novias. El cotilleo estaba al orden del día, porque la Casa Caridad instalaba (imaginamos que por un donativo) sillas en la Plaza, donde los bejaranos descansaban y oteaban el paso de los transeúntes. A toda esa algarabía se sumaban las barracas y los chozos de feria, así los llama Calles, de madera que se instalaban en la Plaza Mayor y en ellas ofertaban «juguetes, platería, sedas, telas, puntillas». Había puestos «de buñuelos y churros, tiro al blanco, exposición de figuras de cera y diversas mesitas con rueda giratoria para hacer tiradas a la suerte y poder elegir caramelos retorcidos o figuras acarameladas». 

Procesión del Corpus pasando. Foto Documentos Béjar.

El Jueves de Corpus se iniciaba cuando el cortejo oficial salía del edificio consistorial en el Palacio Ducal al son del clarín y enfilaba el parque desplegado en la tercera terraza, sobre elevada del nivel de la calle. Abría la comitiva el concejal que llevaba la bandera, escoltado por los maceros municipales, los alguaciles y los dos hombres de musgo. Les seguían las autoridades civiles y militares, los empleados municipales, los soldados de la guarnición y la banda municipal. Detrás de las mangas parroquiales y los estandartes, iban en filas los niños y niñas de comunión. 

23 de agosto de 2024

Calendario festivo bejarano anterior a 1950 según el libro "Cuentos Bejaranos" de Ángel Calles (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2023, pp. 10-15.

 

            El día a día de cualquier ser humano está trazado de rutinas. La vida es un edificio de rutinas, un edificio cuyos ladrillos no dejan de ser las más de las veces iguales unos a otros. O eso nos parece. En realidad, cada uno de ellos está amasado con un adobe de momentos inigualables, aunque no seamos conscientes de ello las más de las veces. Aun con todo, el calendario se impone a la par que el peso de la sociedad sobre nuestras vidas, siendo casi imposible huir de fiestas y celebraciones, bien colectivas o familiares, bien religiosas o civiles, espolvoreadas sobre el pastel de nuestros días.

 Fotografía de Ángel Calles Cerrudo aparecida en el libro de la Ofrenda a la Santísima Virgen del Castañar, vol. I, 1954, p. 817.

 Libro Cuentos Bejaranos, de Ángel Calles Cerrudo

            Muchas de estas fiestas colectivas bejaranas han sido recogidas por escritores locales dentro de la investigación de la etnografía o como condimento sazonador de sus creaciones literarias. En este artículo divulgativo vamos a huir de lo histórico para caer en brazos de lo cotidiano, acercándonos a la forma en que nuestros antepasados celebraban distintas citas del calendario en la primera mitad del siglo XX. Para ello seguiremos las descripciones de Cuentos Bejaranos, escrito por el bejarano afincado en San Sebastián, el farmacéutico Ángel Calles Cerrudo (que merece una biografía). La publicación es una compilación de relatos que vieron la luz en Béjar en Madrid con anterioridad a 1950. De hecho, un análisis más exhaustivo nos daría pie a datar cada uno de ellos en distintas décadas atendiendo a detalles aparentemente anecdóticos. Me van a permitir la licencia de no rastrear las celebraciones siguiendo la paginación del libro, sino colocándolas cronológicamente y obviando, claro está, la narrativa interna del relato, donde dan calor y cercanía, incluso contextualizan y emplazan, a los personajes. 

16 de agosto de 2024

Más sobre Gutierre II de Sotomayor o Fray Juan de la Puebla

 Autor: Anselmo Rosales Montero.

Gutierre II de Sotomayor, primer conde de Belalcázar, título que cedió a su hermano Alfonso, nació el 28 de mayo de 1453 en Puebla de Alcocer (Badajoz). Según las crónicas, Gutierre recibió la llamada del Señor un día de cacería en el que se le apareció un hombre “alto y amulatado” con el que habló en privado. Tras la conversación, renunció a todo lo que poseía, ingresó como jerónimo en el monasterio de Guadalupe de Cáceres, en el que no encontró la pobreza que buscaba.

Bajo su nuevo nombre, Fray Juan de la Puebla, y junto con Fray Antonio de Santa María, en 1479 marchó a Italia. En Roma fue recibido por Sixto IV, al que manifestó su deseo de ingresar en la Orden Franciscana. El Papa lo remitió al convento de San Francisco en Roma y, para ponerlo a prueba, le ordenaron a los demás religiosos. Tras informes muy favorables de toda la comunidad, Sixto IV decidió darle el hábito de San Francisco y también a su compañero fray Antonio. La ceremonia para concederle el hábito fue excesivamente llamativa, no del gusto de fray Juan, pues assistiendo diez y seys Cardenales, más de cien Argobispos, Obispos y Protonotarios: el Embaxador de España, deudo del V. P. y más de diez mil personas de todos estados[1].

https://ayuntamientodebelalcazar.blogspot.com/2013/10/isabel-la-catolica-y-belalcazar-ii-fray.html

Estuvo en varios conventos italianos. Ingresó en el convento de Las Cárceles, en la Umbría Italiana en 1480 y allí vivió dando ejemplo de pobreza, humildad y comprensión. En 1483 estuvo en el convento de San Bartolomé. Fue tan ejemplar su vida, que en Italia llegaron a conocerle con el sobrenombre de El Grande Español.

9 de agosto de 2024

El monasterio maldito y el linaje de los Duques de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

 Primogénito de Alfonso de Sotomayor, I conde de Belalcázar, y de Elvira de Zúñiga (1), hija de Álvaro de Zúñiga y Guzmán, I duque de Béjar, Juan de Sotomayor y Zúñiga (2) renunció al título que le correspondía en favor de su hermano, y entró en religión, primero en los monjes jerónimos de Guadalupe, Extremadura, y luego en los franciscanos de Italia. Estando allí, a solicitud de sus parientes fue impelido por el papa a volver a Belalcázar para hacerse cargo de los estados familiares y de la educación de su sobrino Alonso, huérfano de la guerra de Granada.

 

Juan de Sotomayor y Zúñiga (izq.) en la escenificación de El Halcón y la Columna (Pinceladas de Historia Bejarana 10/04/2017) Belalcázar 2014. Copepozoblanco.blogspot.com

 

Sus obligaciones temporales no impedirán que en los años siguientes se dedique a la creación de la Custodia de los Ángeles, cuya casa principal, Nuestra Señora de los Ángeles, se ubicará en un lugar estratégico: en plena Sierra Morena a media legua de Hornachuelos, lugar con importante tradición eremítica, y distante quince leguas de Sevilla, ocho de Córdoba y siete de Écija (Pérez García, Rafael: Espirituales, cortes señoriales y linajes nobiliarios. Construcción y desarrollo de climas sacro-espirituales de referencia social en la Andalucía de los siglos XVI y XVII. 2015).

2 de agosto de 2024

Un prodigioso suceso en las huestes del duque de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

    El contexto son los doce mil voluntarios entusiastas españoles, que al mando de Manuel de Zúñiga, X duque de Béjar, partieron en 1686 a auxiliar al emperador Leopoldo I de Austria en la lucha contra el turco en Hungría. Acompañaban al duque su hermano Baltasar de Zúñiga, II marqués de Valero, sus primos Juan Manuel López Pacheco y Zúñiga, VIII marqués de Villena y duque de Escalona (el fundador de la RAE), José Antonio de Zúñiga y Ayala, VI marqués de Aguilafuente, y otros nobles caballeros.  

 

El duque de Béjar en el sitio de Buda, grabado holandés s. XVII. Es.wikipedia.org

 

    Entre los doce mil voluntarios mencionados, número asombroso si se toma en cuenta los gastos de mantención de la tropa, había un logroñés que tres días antes de la muerte del duque por una bala que le atravesó el brazo izquierdo y le salió por el espinazo, recibió él también un arcabuzazo en un brazo.    

26 de julio de 2024

Empresarios de la pañería textil, empresarios de la metalurgia: los Izard bejaranos y el catálogo colectivo de las tapas de alcantarillado (4ª parte y final)

 Autora: Carmen Cascón Matas

          Empezamos hace unos meses en las redes sociales elaborando un catálogo colectivo de piezas de la Fundición Izard Béjar y acabó deviniendo en un intercambio fructífero de fotografías procedentes de distintas ciudades y localidades de Extremadura y Castilla y León. Tanto material propiciaba su uso en una serie de entradas en este blog que comenzaba, como no podía ser de otra manera, con la trayectoria de la fábrica. Le siguieron otras dos partes dedicadas a recopilar las tapas del alcantarillado que entre todos habíamos reunido. Pero nos faltaba una final sobre otros elementos fabricados por esta empresa bejarana, también de forja, y que podíamos encontrar a simple vista en nuestros paseos. 


          Porque, como la de Moneo en Salamanca, por poner un ejemplo, también se especializó en elementos arquitectónicos como barandillas de balcones, galerías de hierro, pilares o cubre canalones para clientes privados que, con su firma característica, podemos seguir descubriendo a poco que nos fijemos.

            En el caso de elementos constructivos, hemos hallado algunos como los pilares de edificios con un aire más o menos decorativo a gusto del cliente. Se trata de piezas de forja a modo de pilares situados en los bajos de los edificios, sustituyendo a otros elementos pétreos como columnas o pies derechos de madera. Estos ejemplos los hemos encontrado en una vivienda de la Plaza Mayor de Piedrahíta (Ávila), pero también colocados en el primer y segundo piso a modo de galerías, como en Béjar, en una casa de la Plaza Mayor con galerías de forja hacia Barrio Neila. 

19 de julio de 2024

Béjar, centro veraniego en los "felices años veinte" (2ª Parte y final)

Autora: Josefa Montero García

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de 2021, pp. 10-15.

 

Sociedades culturales y recreativas

En Béjar había varias sociedades de esta clase, cuya actividad incluía la organización de conciertos y bailes. Entre ellas destacaban el Casino de Béjar, que reunía a fabricantes y otros ciudadanos acomodados, y el Casino Obrero, cuyos socios pertenecían a la clase trabajadora, con el lema “Instrucción, Moralidad y Recreo”. Como ejemplo, señalamos la velada benéfica que celebró el Casino Bejarano en el Teatro Cervantes, a beneficio de los asilos de la ciudad, a finales de junio de 1921. “Lo mejorcito de nuestra sociedad” abarrotó las butacas y palcos del teatro para ver la comedia Cobardías, de Linares Rivas y la zarzuela El amigo Melquiades, llena de chistes “algunos de un color subido”, en la expresión de un cronista de la época. Los actores y cantantes estuvieron tan bien que parecían profesionales, como resaltaba El Avance[1]. El mismo Casino Bejarano  organizaba más tarde algún baile de sociedad, como el que tuvo lugar el domingo 10 de julio, de las 11 de la noche en adelante, amenizado por la orquesta que dirigían Valdés y Hernández[2].

En el Casino Obrero también había conciertos, como el que ofreció la rondalla “Agrupación Musical Bejarana”, que dirigía Valentín Sánchez, el 5 de julio de 1930, donde interpretaron fragmentos de zarzuelas como Bohemios, Carro de sol, Hermana, La alegría de la huerta, Las tres de la madrugada y La verbena de la paloma[3]

 

Banda Municipal de Música con Gonzalo Martín al frente (años 20)

 

Ferias y fiestas

Muchos veraneantes permanecían en Béjar hasta avanzado el mes de septiembre, y a ellos se añadían los forasteros que acudían a la ciudad para las ferias y fiestas. Tomando como ejemplo el año 1922, la comisión de festejos propuso, además de corridas y fuegos artificiales, celebrar varios conciertos con la banda de música, para lo cual pedía que se activase el asunto de los uniformes, que reseñamos más abajo, en una ciudad en la que había paño abundante para confeccionarlos. También se preparaban unos juegos florales, en los cuales uno de los lemas era el “Estudio de los medios más prácticos para hacer de Béjar un centro veraniego”, reflejando el interés que suscitaba el tema[4]. En junio de 1924, se constituía la comisión de festejos, formada por representantes del ayuntamiento, de la cámara de comercio y de los principales ramos de este último sector, uno de cuyos objetivos era preparar un gran festival musical[5].

12 de julio de 2024

Béjar, centro veraniego en los "felices años veinte" (1ª Parte)

 Autora: Josefa Montero García

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de 2021, pp. 10-15

          Cuando en este todavía atípico verano me he sentado ante mi electrónico “folio en blanco”, confieso que no me parecía fácil escoger un tema para este artículo, y estaba prácticamente bloqueada cuando unos paseos por nuestros bellos parajes me han trazado el camino. He visto la ciudad llena de bejaranos y forasteros, quizás porque la prudencia a nivel sanitario y económico nos lleva a quedarnos en casa o a restringir los viajes al territorio nacional. Aprovechemos, pues, para disfrutar de Béjar, que por algo se llenaba de forasteros cuando nuestros abuelos preferían el frescor veraniego al calor de las playas de moda. Este verano no tendremos eventos culturales masivos ni quizás fiestas y ferias en septiembre, pero aquí están los atractivos de Béjar, que tanto valoraron nuestros antepasados.

Colonia Madrileña. Fotografía sacada de aquí

 

           Y ahora os propongo volver la vista atrás y viajar a aquellos “felices” años veinte en nos visitaban numerosos forasteros y no se conformaban con estar unos días, como en la época actual, pues muchos venían a finales de junio y se marchaban bien avanzado septiembre. Ante la alta ocupación de las viviendas veraniegas, algunos las reservaban ya en primavera[1] y otros compraron casa en El Castañar o sus alrededores. Los periódicos mostraban anuncios que ofrecían al turismo viviendas amplias y cómodas, en una época de familias numerosas que precisaban espacio y mobiliario adecuado. También se anunciaban pianos en alquiler para amenizar aquellas tardes de recreo[2].