Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
Cuando en el siglo XI Sancho, duque y señor de la villa y valle de Stúñiga, comenzó a firmar Sancho de Stúñiga legando el apellido a sus descendientes, habría surgido también el escudo del linaje, que en principio fue una banda de oro cruzada sobre campo de gules (rojo), colores de la realeza navarra, al que después de la batalla de las Navas de Tolosa Íñigo de Stúñiga agregó una cadena de ocho eslabones de oro en memoria de su participación destacada en la gesta (Muñoz, Miguel Ángel: El escudo de Gibraleón. 2013)
Escudo original del linaje de los duques de Béjar.
huelva24.com
Más adelante Diego de Stúñiga, hijo de Íñigo de Stúñiga, cambió el rojo por plata y el oro por negro en señal de duelo por la muerte de Teobaldo II de Navarra, su pariente, aunque una segunda opinión dice que, ya instalado el linaje en Castilla, los colores fueron cambiados por Diego López de Estúñiga, I señor de Béjar, por la muerte de Pedro I el Cruel. Al constituirse el ducado de Béjar en la persona de Álvaro I de Zúñiga, al escudo del linaje se le sobrepuso la corona ducal (Surribas Parra, Antonio: Escudos de armas de los duques de Béjar en su señorío de Burguillos del Cerro. 2015). En ninguna de estas versiones se habla, no obstante, de que el escudo contara con un lema.