31 de octubre de 2020

Pedro Dorantes Arias: un conquistador bejarano en el Río de la Plata (1ª Parte)

Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto

Publicado: Semanario Béjar en Madrid, nº 4748 (4/03/2016), p. 4. 

 

     La fortuna histórica de que alguien termine dando nombre a una calle, por modesta que esta sea, otorga al beneficiado algo semejante a la inmortalidad. A la inmortalidad o a la perdurabilidad de un nombre, que no de la persona ni de su historia pues ésta suele terminar devorada por la sentencia del olvido y del tiempo. Por tales decisiones en el callejero de nuestra ciudad la figura de Andrés Dorantes nos resulta hoy, al menos, familiar, mientras que la de su pariente Pedro Dorantes Arias ha quedado en el completo anonimato, por más que la historia y los hechos de este segundo sean, si cabe, más legendarios y trascendentales en la compleja y duradera etapa de la conquista de América

 

Andrés Dorantes de Carranza, el otro conquistador de la familia.

Dibujo encontrado aquí


         ¿Quién era este hombre que las crónicas de Indias recuerdan como conquistador en Méjico y Guatemala, descubridor de las tierras del río de la Plata y al que sitúan ocupando importantes cargos públicos en Paraguay? Sin duda uno de los conquistadores más renombrados en su época, prototipo de castellano entregado a la pasión de la aventura del nuevo continente, hombre de espada y sacristía, impenitente en el campo de batalla y sumiso ante Dios. Después de haber servido en España al Emperador Carlos V con su participación en la Guerra de las Comunidades, es nombrado factor u oficial real para viajar a América donde comenzaría su aventura de poder y conquista. Era el año 1529.

24 de octubre de 2020

Buscando el lema perdido del escudo de los duques de Béjar

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

       Cuando en el siglo XI Sancho, duque y señor de la villa y valle de Stúñiga, comenzó a firmar Sancho de Stúñiga legando el apellido a sus descendientes, habría surgido también el escudo del linaje, que en principio fue una banda de oro cruzada sobre campo de gules (rojo), colores de la realeza navarra, al que después de la batalla de las Navas de Tolosa Íñigo de Stúñiga agregó una cadena de ocho eslabones de oro en memoria de su participación destacada en la gesta (Muñoz, Miguel Ángel: El escudo de Gibraleón. 2013)  

 

Escudo original del linaje de los duques de Béjar.  

huelva24.com

 

          Más adelante Diego de Stúñiga, hijo de Íñigo de Stúñiga, cambió el rojo por plata y el oro por negro en señal de duelo por la muerte de Teobaldo II de Navarra, su pariente, aunque una segunda opinión dice que, ya instalado el linaje en Castilla, los colores fueron cambiados por Diego López de Estúñiga, I señor de Béjar, por la muerte de Pedro I el Cruel. Al constituirse el ducado de Béjar en la persona de Álvaro I de Zúñiga, al escudo del linaje se le sobrepuso la corona ducal (Surribas Parra, Antonio: Escudos de armas de los duques de Béjar en su señorío de Burguillos del Cerro. 2015). En ninguna de estas versiones se habla, no obstante, de que el escudo contara con un lema.

 

17 de octubre de 2020

Encuentros y desencuentros entre Prim y Béjar (6ª Parte y final): la visita frustrada

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.818 (01/02/2019), p. 4.

Tras disolverse la Junta Revolucionaria y elegirse un nuevo Ayuntamiento por sufragio universal masculino, los nuevos representantes del consistorio deciden que Esteban Anaya y Primo Comendador lleven sus asuntos en Madrid, dos personas de mayor representatividad a nivel local y nacional. No en vano el segundo era farmacéutico, director de la desaparecida por entonces Escuela Industrial y luego diputado a Cortes por Béjar por el partido progresista, el grupo político liderado por Prim. Los comisionados representaban a la Muy Noble, Muy Leal, Liberal y Heroica ciudad [1], flamantes títulos estos últimos concedidos por el Ministro de la Gobernación, Práxedes Mateo Sagasta, ese mismo 18 de noviembre de 1868. Ambos insistirán a Prim sobre su promesa de acercarse a Béjar, como lo hizo la Junta Revolucionaria. 

 

Recreación del Atentado de la calle del Turco según un grabado de la época

 

10 de octubre de 2020

Encuentros y desencuentros entre Prim y Béjar (5ª Parte): de ciudad amiga a población insurrecta

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid nº 4818 (18/01/2019), p. 4.

Un grupo de vecinos liderados por Juan Muñoz Peña, Serapio Gómez, Cristóbal Anaya y Gregorio Ortín presentaron un escrito con el fin de que no se enviara la carta de don Nicomedes Martín Mateos al ministro de la Guerra. Aducían que representaría “un desaire para el Gobierno Provisional que le ha creado en honor a esta heroica Ciudad [1]”. Las discrepancias entre los líderes de la revolución, Muñoz Peña y Aniano Gómez, provocó que este último dimitiese de su cargo de comandante de los Voluntarios de la Libertad.

 Monumento a los Mártires de la Libertad. Reproducción de los Cañones de Víctor Gorzo, del artista Ricardo Martín Vázquez. Béjar

A Prim no le faltaba razón a la hora de desconfiar en las fuerzas del Ayuntamiento si se terciaba un levantamiento popular contra el Gobierno. Los republicanos habían adquirido una relevancia importante en nuestra ciudad y un año después se produjo una insurrección republicana que obligó, al ya Presidente del Consejo de Ministros, a enviar a un batallón completo de 340 hombres para sofocarla [2]. Este levantamiento no sería el último[3].

3 de octubre de 2020

Encuentros y desencuentros entre Prim y Béjar (4ª Parte): una de cal y una de arena

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Semanario "Béjar en Madrid" , nº 4.816 (04/01/2019), p. 4.

      El general catalán, como venimos recordando en este trabajo, mantenía en su cabeza, plagada de asuntos de gobierno, dos compromisos: visitar Béjar e indemnizar a las familias azotadas por la muerte. Como ya hemos desarrollado la primera, veamos la segunda. Pronunciada ante Olleros y Lozano el 12 de octubre, la confirmación de la indemnización se recibe desde la Capitanía General de Castilla la Vieja (sección 2ª). José Martínez, el Capitán General, reproduce una carta enviada por Prim desde Madrid el día 3 de noviembre de 1868 y recibida en Valladolid en la que manifiesta [1]


            En vista de su escrito que me ha dirigido la extinguida Junta de la Ciudad de Béjar haciendo una estensa reseña de los sucesos ocurridos en la misma con motivo del pronunciamiento y defensa de aquella población y manifestando que por todos los hechos allí acaecidos espera que el Gobierno acordará medios para proporcionar auxilios de tantos desgraciados e indemnizarles de los perjuicios que han sufrido, disponiendo que la Ciudad añada a sus timbres los de Liberal y Heroica y que se cree una distinción que el propio tiempo que perpetúe tanta abnegación y heroísmo, sirva de recompensa a todos los habitantes que tomaron parte en la defensa, el Gobierno ha tenido por conveniente resolver lo que sigue =

26 de septiembre de 2020

Encuentros y desencuentros entre Prim y Béjar (3ª Parte): los preparativos de su visita

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Semanario "Béjar en Madrid" nº 4.815 (21/12/2018), p. 6.

Como comentamos en el artículo anterior, Olleros y Lozano, antes de concluir con su misión de representantes de los intereses de la Junta Revolucionaria en la capital, obtuvieron la promesa del general Prim y de Práxedes Mateo Sagasta de visitar Béjar, la ciudad que había dado tanto por los intereses de la Revolución de 1868. A tal fin Aniano Gómez Valle pidió para esta ocasión tan relevante nuevos uniformes para los 200 hombres que componían los Voluntarios de la Libertad o Milicia Ciudadana[1] y fueron nombrados el mismo Aniano y Primo Comendador Téllez para organizar el programa de festejos[2]

 

General Prim

Unos días más tarde, el 17 de octubre de 1868, la Junta de Gobierno dirige al presidente del Consejo de Ministros una carta que se transcribe punto por punto en La reseña al vapor de Juan Muñoz Peña. La redacción y envío de esta carta había sido el resultado de una sugerencia de Luis Olleros y Rafael Lozano. La reproducimos aquí en su totalidad para interés del lector:

18 de septiembre de 2020

Encuentros y desencuentros entre Prim y Béjar (2ª Parte): los primeros compases del Sexenio

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Semanario "Béjar en Madrid", nº 4.814 (7/12/2018), p. 4.

A partir del 8 de octubre, los representantes de la Junta Revolucionaria de Béjar en Madrid, Luis Olleros y Rafael Lozano, intentarán hacer valer el nombre de una ciudad que había vertido su sangre por los ideales triunfantes. Y lo hacían en una tambaleante capital aún inmersa en los vaivenes revolucionarios. En varias ocasiones son recibidos en el palacio de Buenavista para parlamentar con el entonces ministro de la Guerra, jefe del partido progresista e icono de la revolución, el general Juan Prim. Vara alta tenían los portavoces de la gloriosa Béjar que había demostrado coraje y valor en los días de la revolución. Quien después sería de facto presidente del Consejo de Ministros invitaba en su casa y departía con llaneza con los bejaranos, mostrándose cordial como veremos más adelante. Las descripciones minuciosas de éstas y otras entrevistas las podemos rastrear en la correspondencia que éstos remitían a Béjar[1].

Gobierno provisional de 1868

Ambos conversarían el día 12 de octubre con el marqués de los Castillejos, quien “nos ha recibido muy cordialmente y a quien hemos tenido el gusto de oir los mayores elogios del pueblo de Béjar”. Entre otras cosas prometía tanto indemnizar a las familias azotadas por el ataque del ejército isabelino, a las órdenes del brigadier Nanetti, como castigar a los culpables de los desafueros militares ocurridos el 28 de septiembre. Sin embargo, y a pesar de sus buenas palabras, no quiso oír hablar de que Béjar se convirtiera en la capital de la provincia, una propuesta que trasladó la Junta Revolucionaria a Prim aprovechando la fama que el nombre de nuestra ciudad había adquirido a nivel nacional. Quizá el peso obtenido a raíz de los últimos sucesos no desbancaba la importancia de Salamanca como capital provincial. El orden parecía trastocarse pero había demasiados frentes abiertos. En todo caso, las promesas del general catalán serían en parte cumplidas, pues el 4 de noviembre el Ministro de la Gobernación aprobó la concesión a Béjar de 8.000 duros para atender a la población, sobre todo fomentando las obras públicas, y el 18 de noviembre una indemnización para la ciudad de 18.000 escudos para calamidades públicas[2]. No así el castigo a los culpables[3].