6 de abril de 2009

La corte de los Duques de Béjar (2ª Parte)


Autora: Mª del Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº5506, 25 de Julio 2008



Una de las cuestiones a las que se le da menor relevancia en la bibliografía dedicada al estudio de las cortes nobiliarias de la Edad Moderna es la referente al servicio doméstico, al que pertenecían tanto personajes de rango social elevado como humildes criados, siluetas oscurecidas por el tiempo, pero muy cercanas al Duque y a sus devenires cotidianos.



Su presencia se rastrea difusamente, nombrados únicamente en ocasión de un bautizo, boda o defunción en los libros parroquiales de Santa María. La mayoría de ellos, como veremos, no eran naturales de Béjar, sino estantes, cuestión muy lógica si pensamos en la vida nómada que llevaban nobles y cortesanos, seguidores de la Corte allá donde se encontrase en cada momento trasladándose con la suya propia. Aunque es lógico pensar que algunos de sus sirvientes permanecieran en Béjar para gestionar el palacio durante sus prolongadas ausencias, mayores cuanto más cercano el siglo XVIII. Este caso además afectaría igualmente a los cargos administrativos a los que ya nos referimos en el artículo de la semana pasada.

Palacio Ducal. Béjar

Los más cercanos sirvientes al Duque eran los gentilhombres de cámara, ayudantes de cámara y mayordomos, en su mayoría personajes pertenecientes a la baja nobleza e hidalgos, bajo la autoridad del camarero mayor.


Se ocupaban de acompañarle en todo momento, cercanos a cualquier necesidad, entre las que se encontraba vestirle, pues en aquel tiempo era propio de la aristocracia el no saberse vestir y que lo hicieran los sirvientes más allegados, siendo un honor para los hidalgos la ostentación de este cargo. Así Diego Ortiz de Salceda, casado con María Arista de Zúñiga, lo desempeñó en el siglo XVII, además del de Contador Mayor y Alcaide de Palacio. Sus hijos Vicente y José lo heredarían a la muerte de su padre. Como en el caso de los Béjar, citados en el artículo precedente, estamos ante familias que acaparan el desempeño de una función ducal a lo largo de generaciones. Otros fueron Diego Pérez de Valenzuela, Gaspar de Zúñiga y Narváez (Béjar, 1643- Béjar, 1724) o Bernardo de Morales y Rueda, Caballero del Hábito de Calatrava.
El título de paje, niño que acompañaba a la familia ducal, se concedía a los hijos de la servidumbre más allegada del palacio o a los de nobles naturales de sus dominios. Suponía una especie de plataforma de lanzamiento para llegar a los más altos puestos en el futuro, pues el duque se convertía desde ese momento en su tutor, garantizándoles el pago de sus estudios y su sustento. Uno de ellos fue Francisco Guedeja, Juan Antonio, muerto en 1660 o Francisco de Bustos.

Por supuesto, para la señora duquesa, las damas de honor, cargo asimilado al de camarero o gentilhombre para el duque. Algunas de ellas fueron Beatriz de Medrano o Andrea de Venegas y Cañizares cuya partida de matrimonio se conserva en la parroquia de Santa María, datada en 1648, fecha en la que casa con el gentilhombre del duque Diego Pérez de Valenzuela. La ceremonia se celebró en la capilla de palacio.

Detalle de capitel y escudo de los Zúñiga. Palacio Ducal Béjar

Y hablando de capilla de palacio, en toda corte es necesario un capellán que celebre misa diariamente. Este es el caso de Antonio Ortiz de Salceda, otro de los hijos de Diego Ortiz, del que hablamos con anterioridad, que acaparó también el cargo de ayo del duque, encargado de su educación.

Para que el duque estuviera cómodo a pesar de los traslados desde el Palacio al Bosque en verano o desde Béjar a Madrid o Sevilla u otras posesiones señoriales, el aposentador Arias de Zumaña que desempeñó el cargo hacia 1568.

En 1648 ejercía de maestresala Paulo Tomais, cuyo cometido era servir al duque en la mesa, probando los alimentos para comprobar que estaban exentos de cualquier veneno.

El repostero tenía a su cargo el correcto estado de los vestidos de sus señores, además de los juegos de cama, manteles y demás ajuar que componían las abundantes mesas a las que estaban acostumbradas las aristocracias de la época. En 1624 era repostero Martín García y en 1636 reposteros de plata Diego Rodríguez y Alonso Rebollo. A la cocina en 1622 el cocinero Pedro Moreno y Domingo Galbán.

Por supuesto, para curar enfermedades el Médico particular del Duque el Licenciado Luis González o Juan Bautista de Alfrán. Para su afeitado el barbero Francisco de Villalobos en 1602. Y para su solaz los enanos (como la enana que murió en 1654), los bufones (como el famoso don Francesillo de Zúñiga) o los ministriles y músicos como Pedro de Morales en 1536 o Juan Payo en 1613. Y por supuesto, su propio pintor, como el caso del conocido Ventura Lirios.

La nobleza se trasladaba continuamente de un lado a otro, bien grandes trayectos en carruaje, o a la hora de cazar y de desplazarse por Béjar y sus alrededores a caballo. Existían numerosos cargos vinculados a este ámbito: el caballerizo mayor, es decir el encargado de las cuadras ducales (no pensemos que constituía una deshonra, pues lo desempeñaban miembros de la baja nobleza) Miguel de Benavides en 1637, los lacayos y mozos de caballos Francisco García, Francisco Gallego o Antonio Muñoz de Aguilar, y los cocheros Claudio Pariol y Lorenzo Rodríguez en 1632.

Junto a ellos los esclavos, personajes oscuros, desconocidos para la mayoría de los lectores, pero con vidas muy interesantes, como es el caso de Cecilia de Castro (a la que dediqué un artículo en este mismo semanario) o Alonso Flórez, y muchos otros.

"La dama del armiño"
Autor: El Greco?, Sánchez Coello?, Sofonisba?, Pantoja?
Según las últimas investigaciones la dama retratada 

es la duquesa de Béjar, Juana de Mendoza


Para terminar hay personajes a los que se los denomina criados del Duque y a los que no se especifica el cargo concreto que desempeñaban, tal es el caso de Miguel del Arco y su mujer María Sanza, Andrés de Cuevas, Fernando Avalos, Antonio de Escalante y María de León o Martín Ortiz de Solórzano.

La corte ducal era, pues, compleja, compuesta por un gran número de cargos dedicados al servicio personal del duque, a gestionar sus dominios, a administrar justicia. Sólo hemos querido acercar un poco a nuestros lectores a estos personajes desconocidos que conocieron bien la personalidad de nuestros duques.

FUENTES DOCUMENTALES
Libros sacramentales de bautismos, matrimonios y difuntos de las parroquias de Santa María la Mayor y El Salvador de Béjar (siglos XVI, XVII y XVIII)

14 comentarios:

  1. Da gusto leerla, madame. Y ello no solo por la valiosa informacion que proporciona, sino por el modo tan ameno en que lo expone.

    Curioso lo de los reposteros, por cierto. Nunca hubiera imaginado que entre sus ocupaciones estaba la ropa!

    Realmente parecia la corte de un rey, por la gran cantidad de gente que movia y por toda esa etiqueta y especializacion de cada servidor.

    Saludos, madame

    Bisous

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  2. RE: El palacio de Richelieu era el palais cardinal, despues llamado palais royal. A su muerte lo legó a la corona, y cuando la familia real pasó a residir en el le cambiaron el nombre, porque no resultaba adecuado lo de "cardenal".

    El Louvre, en efecto, siempre fue residencia real.

    Un saludo nuevamente y buenas noches, madame.

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  3. Muchas gracias por sus piropos, madame. Me encanta investigar, nadar entre legajos polvorientos e intento revivir a los personajes que están esperando a que alguien les recuerde. Pero no es siempre fácil. Hay que hacer que la investigación sea amena y adaptarla a la publicación y a los lectores. En este caso, en el blog, suelo colgar artículos de divulgación, aptos para todos.
    La corte del duque era casi la de un rey porque era grande de España en aquélla época, al mismo nivel que el Duque de Alba.
    Saludos

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  4. Muchas gracias por la aclaración.

    Bisous

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  5. Yo había escuchado que el retrato de esa dama era de Catalina Micaela la hija de Isabel de Valois y Felipe II, que curioso

    Besos Gema

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  6. Gema Sierra: pues la cuestión de la autoría del cuadro y de la dama que representa no está claro. Hay discrepancias sobre el caso y los investigadores no se ponen de acuerdo. Por eso he puesto todo entre interrogantes. No es más que una hipótesis el que se trate de la duquesa de Béjar, pero ahí está. Por eso lo he querido resaltar.
    Saludos

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  7. Interesantísimo lo que cuentas. La verdad es que la cantidad de personas que vivían en torno a los duques parece ser muy elevada.Y seguro que todos se sentían muy orgullosos de servir a tan nobles señores.¡La de cosas que hablarían entre ellos, los secretillos que conocerían...! Si alguien puede saberlos, no me cabe duda que eres tú. Besos y hasta pronto. Descanso unos días.

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  8. Siempre interesantes tus palabras, añades un montón de datos a lo que yo sólo conocía de oídas.

    Un besazo guapa.

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  9. Isabel Romana: que disfrutes de tu descanso.
    Saludos

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  10. Marina: hago lo que puedo, ques es muy limitado.
    Un besazo y descansa estas vacaciones.

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  11. Muchas gracias.
    Cuando me veas por Béjar me saludas. Ya que no te conozco.
    Me gustaría preguntarte muchas cosas sobre historia.
    Te dejo mi msn y correo para que charlemos: campanillabejar@hotmail.com
    Yo también te agrego.
    Besos.
    Albä.

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  12. Alba: encantada. Cuando te vea por Béjar te saludo y así nos conocemos. Y si quieres preguntarme algo ahí tengo el correo en el blog. De todas formas te lo pongo aquí
    ccasconm@gmail.com
    Besines

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  13. Es un placer venirte a visitar, que gran esfuerzo recopilar y redactar tanta información de tu tierra! Los duques de Béjar tenían una corte muy organizada, casi parecían monarcas de un gran reino!

    Saludos,


    Caroline

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  14. Caroline: la verdad es que asombra la cantidad de personas que componáin la corte ducal. Observando los cargos que desempeñaban no hay duda de que imitaban la corte real y puede servir de modelo para estudiar otras cortes nobiliarias de la época.

    Un beso

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.