Óscar González Hoya
Publicado: Especial Béjar en Madrid, Navidad del 2008.
El propósito de este artículo no es otro que dar a conocer los sucesos que acaecieron en nuestra ciudad hace ahora exactamente 200 años y en gran parte desconocidos para nosotros. Para ello hemos tenido como libro de cabecera Béjar y la Guerra de la Independencia, escrito por Gabriel Eduardo Rodríguez Bruno. El método de trabajo ha consistido en analizar dichos acontecimientos y seleccionar las transcripciones y documentos históricos más ilustrativos del periodo, unos tomados de este libro y otros procedentes de los archivos parroquiales de Béjar que damos a conocer al lector.
No pretendemos revolucionar el panorama historiográfico referente a la Guerra de Independencia en Béjar, sino acercar a los lectores los hechos luctuosos que dieron a luz a la primera de nuestras constituciones y lo que dichos acontecimientos supusieron para Béjar. Nos parece importante además rememorar la única invasión extranjera de nuestro territorio en época contemporánea, que impulsó al pueblo a tomar espontáneamente las riendas de la situación ante el vacío de poder, unidos todos por una causa común y una patria a la que defender.
El comienzo de la guerra: miedo e incertidumbre
Béjar, villa señorial, enclave de gran importancia estratégica, que actuaba como llave de paso entre Extremadura y Castilla en la Vía de la Plata, había florecido durante el siglo XVIII gracias a la producción textil. Las manufacturas actuaban como polo económico y centro de la vida de los bejaranos en torno al 1800, pues todos los grupos sociales dependían en mayor o menor medida de esta actividad. Una burguesía incipiente había surgido al calor de los paños, enriquecida por su producción y comercialización, y en la villa abundaban inmigrantes de la comarca y de otros lugares de España trabajando como mano de obra. Las contratas de paños para los ejércitos borbónicos habían sido frecuentes a lo largo de todo el siglo.
Ni que decir tiene que nuestra ciudad iba a tener una importancia clave para el desarrollo de la guerra, aunque ni mucho menos se produjo ninguna batalla de especial relevancia; más bien actuaría como abastecedora de las tropas, tanto desde el punto de vista de alimentos, como de paños y dinero.
La Junta Militar de Salamanca dictó órdenes
al ayuntamiento de Béjar en los primeros compases de la guerra
Los acontecimientos del levantamiento popular contra las tropas de ocupación napoleónicas ocurridos en Madrid el 2 de Mayo de 1808 no se conocieron en Béjar hasta comienzos del mes de Junio. La encargada de hacer llegar estas noticias fue la Junta Militar de Salamanca que ordenó al Consistorio bejarano el alistamiento masivo de hombres destinados al frente. La misiva que llegó a manos de los regidores fue ésta:
“Ha llegado el caso de que los espiritus salamantinos se desahoguen consiguiendo el fin tan deseado de armarse para la defensa de su querido Rey D. Fernando Septimo, la patria y la religion y entre otras providencias que ha tomado para la seguridad la Junta Suprema Militar lo es una de que se alisten todas las personas de 16 a 40 años de todas las clases y con inclusion del clero secular y en su consecuencia dispondra V. que se realice en ese pueblo y los de su jurisdicción el alistamiento que remitira luego que lo tenga concluido para presentarlo al Excelentisimo Sr. Generalisimo nombrado, que lo es el Sr Marques de Almansa y se haga luego. En el dia de hoy se nos ha comunicado de oficio estar hecha igual diligencia en virtud de orden del Excmo. Sr. Capitan General de Castilla la Vieja en las ciudades de Zamora y Segovia y se nos han dirigido las proclamas del Principado de Asturias y Reyno de Aragon. No omitira V. el que inmediatamente sin perdida de tiempo y sin aguardar al correo ordinario se comunique a la ciudad de Plasencia y demas pueblos inmediatos de la Extremadura afín de que llegue a noticia de toda aquella Provincia y la de las Andalucias. Dios guarde a V. muchos años. Salamanca Junio 3 de 1808. El Marques de Cerralvo.-Justicia R. de la Villa de Bexar”.
En la carta se destilan los ideales cohesionadores del pueblo español, aquéllos que justificaban el alzamiento contra el invasor, una resistencia que se extiende rápidamente (Salamanca, Zamora, Segovia, Plasencia) a uña de caballo, a la velocidad de los corceles de los correos.
Vista de Béjar desde La Francesa
Dada la importancia estratégica de nuestra Villa, se forma una Junta Militar en Béjar, a imagen y semejanza de otras que van surgiendo en otros puntos de España, ocupada de organizar todo lo relacionado con asuntos militares dada la gravedad de las circunstancias. La Junta se formó con personas consideradas como más válidas para ejercer esta misión, en concreto 30 miembros, entre los que se encontraban 10 presbíteros y 20 laicos (la mayoría hidalgos y fabricantes de paños), presidida esta reunión por el Corregidor de la Villa.
La nueva institución se apresuró a acometer la labor de alistamiento encomendada por la Junta de Salamanca, logrando formar una pequeña partida de 194 personas, todos ellos varones de entre 16 y 40 años, número escaso para una población que contaba por aquellas fechas con unos 4.500 habitantes.
No pretendemos revolucionar el panorama historiográfico referente a la Guerra de Independencia en Béjar, sino acercar a los lectores los hechos luctuosos que dieron a luz a la primera de nuestras constituciones y lo que dichos acontecimientos supusieron para Béjar. Nos parece importante además rememorar la única invasión extranjera de nuestro territorio en época contemporánea, que impulsó al pueblo a tomar espontáneamente las riendas de la situación ante el vacío de poder, unidos todos por una causa común y una patria a la que defender.
El comienzo de la guerra: miedo e incertidumbre
Béjar, villa señorial, enclave de gran importancia estratégica, que actuaba como llave de paso entre Extremadura y Castilla en la Vía de la Plata, había florecido durante el siglo XVIII gracias a la producción textil. Las manufacturas actuaban como polo económico y centro de la vida de los bejaranos en torno al 1800, pues todos los grupos sociales dependían en mayor o menor medida de esta actividad. Una burguesía incipiente había surgido al calor de los paños, enriquecida por su producción y comercialización, y en la villa abundaban inmigrantes de la comarca y de otros lugares de España trabajando como mano de obra. Las contratas de paños para los ejércitos borbónicos habían sido frecuentes a lo largo de todo el siglo.
Ni que decir tiene que nuestra ciudad iba a tener una importancia clave para el desarrollo de la guerra, aunque ni mucho menos se produjo ninguna batalla de especial relevancia; más bien actuaría como abastecedora de las tropas, tanto desde el punto de vista de alimentos, como de paños y dinero.
al ayuntamiento de Béjar en los primeros compases de la guerra
Los acontecimientos del levantamiento popular contra las tropas de ocupación napoleónicas ocurridos en Madrid el 2 de Mayo de 1808 no se conocieron en Béjar hasta comienzos del mes de Junio. La encargada de hacer llegar estas noticias fue la Junta Militar de Salamanca que ordenó al Consistorio bejarano el alistamiento masivo de hombres destinados al frente. La misiva que llegó a manos de los regidores fue ésta:
“Ha llegado el caso de que los espiritus salamantinos se desahoguen consiguiendo el fin tan deseado de armarse para la defensa de su querido Rey D. Fernando Septimo, la patria y la religion y entre otras providencias que ha tomado para la seguridad la Junta Suprema Militar lo es una de que se alisten todas las personas de 16 a 40 años de todas las clases y con inclusion del clero secular y en su consecuencia dispondra V. que se realice en ese pueblo y los de su jurisdicción el alistamiento que remitira luego que lo tenga concluido para presentarlo al Excelentisimo Sr. Generalisimo nombrado, que lo es el Sr Marques de Almansa y se haga luego. En el dia de hoy se nos ha comunicado de oficio estar hecha igual diligencia en virtud de orden del Excmo. Sr. Capitan General de Castilla la Vieja en las ciudades de Zamora y Segovia y se nos han dirigido las proclamas del Principado de Asturias y Reyno de Aragon. No omitira V. el que inmediatamente sin perdida de tiempo y sin aguardar al correo ordinario se comunique a la ciudad de Plasencia y demas pueblos inmediatos de la Extremadura afín de que llegue a noticia de toda aquella Provincia y la de las Andalucias. Dios guarde a V. muchos años. Salamanca Junio 3 de 1808. El Marques de Cerralvo.-Justicia R. de la Villa de Bexar”.
En la carta se destilan los ideales cohesionadores del pueblo español, aquéllos que justificaban el alzamiento contra el invasor, una resistencia que se extiende rápidamente (Salamanca, Zamora, Segovia, Plasencia) a uña de caballo, a la velocidad de los corceles de los correos.
Dada la importancia estratégica de nuestra Villa, se forma una Junta Militar en Béjar, a imagen y semejanza de otras que van surgiendo en otros puntos de España, ocupada de organizar todo lo relacionado con asuntos militares dada la gravedad de las circunstancias. La Junta se formó con personas consideradas como más válidas para ejercer esta misión, en concreto 30 miembros, entre los que se encontraban 10 presbíteros y 20 laicos (la mayoría hidalgos y fabricantes de paños), presidida esta reunión por el Corregidor de la Villa.
La nueva institución se apresuró a acometer la labor de alistamiento encomendada por la Junta de Salamanca, logrando formar una pequeña partida de 194 personas, todos ellos varones de entre 16 y 40 años, número escaso para una población que contaba por aquellas fechas con unos 4.500 habitantes.
Continuará
Madame, realmente fueron muy pocos los alistados, 194 sobre el total de la poblacion. Una siempre imagina que las guerras movilizaban a casi todo el mundo, pero al final no era asi.
ResponderEliminarHoy toca usted uno de los grandes temas de nuestra Historia, madame, nada menos que la Guerra de la Independencia. Seguramente le dara para mucho, aunque no hubiera ninguna batalla importante por alli. Hay muchas otras formas de tener un papel destacado, una de ellas la que usted nos señala.
Feliz domingo, madame
Bisous
Carmen...
ResponderEliminarYa espero ansioso la continuación, querida amiga. Desconocía completamente la importancia que tuvo Bejar como Intendencia de las tropas. Sin duda, esto no es un tema baladí para ningún ejército. Es sorpresivo conocer de vuestra mano, tantos detalles sobre esta comarca, muy desconocidos para los profanos como yo. Muchas gracias.
Un fuerte abrazo.
Como ayer mismo comentaba a doña Diana, nos has dejado con la miel, agria miel en este caso, en los labios, Carmen...
ResponderEliminarYa estoy deseando cuelgues la siguiente entrega de esta otra tragedia nacional nuestra, bajo mi punto de vista, la más importante de nuestros últimos doscientos años de historia por las graves consecuencias que nos acarreó, o que nos acarrea aún hoy..., si me apuras, por delante incluso de la última y más sangrienta de nuestras guerras civiles, a la que yo considero, permíteme la osadía, asímismo, última consecuencia, esperemos, de aquellos tristes hechos acaecidos a principios del XIX...
Los franceses nos invadieron, así es, pero nosotros les dimos todas las facilidades para que lo hicieran, con nuestro Príncipe de la Paz a la Cabeza..., para empezar o para terminar... Y es que, volvemos a lo mismo, como ocurre siempre en la historia, en la nuestra en este caso, y es que ésta se repite cíclicamente, como si sobre nosotros recayese algún tipo de maldición...
¡Ay, Dios, que buen vasallo si oviesse buen señor!
Gracias por mostrarnos de una manera tan amena la historia de Béjar, que es lo mismo que decir, la historia de nuestro gran y denostado país...
Que tengas una muy feliz y cálida velada, Carmen.
Un beso.
Cuando una estudia Historia es difícil no ver los acontecimientos como algo ajeno, como si todo hubiera ocurrido en un mundo paralelo. Pero descubrir como un episodio de la HIstoria tan importante como la Guerra de Independencia afectó directamente tu ciudad es una sacudida de la realidad que nos recuerda que lo que leemos en los libros forma parte de nuestro mundo. Un besito!
ResponderEliminarUn poco jovenes, 16 años y ya eran alistados para ir a la guerra.Bueno creo que ninguna edad es adecuada.Igual se alistaron pocos paisanos de forma oficial pero si que formaron parte de las numerosas guerrillas que surgieron para luchar contra el enemigo, aunque dada la brutalidad de la que estas hacían gala....
ResponderEliminar¿Qué sucedió aquí?.
Besos.
Nuestro querido Fernando VII, sus ciudadanos dando su vida por él y pegándose la vida padre subvencionada por Napoleón... que bicho más nefasto para España la del rey felón...
ResponderEliminarPor aquí ando bebiéndome tus letras...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Interesante entrada, como todas las de la historia local. Poco sabía de estos episodios en la tierra salmatina, de esa desdichada guerra, salvo la batalla de los Arapiles y los sucesos de Ciudad Rodrígo. Estas historias locales son la base de la historia total. Esperando la continuación de la siguiente entrada
ResponderEliminarMadame, cuando guste puede pasar a recoger su participacion en el sorteo de la lotería, que la aguarda en mi blog.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Madame minuet: el caso de Béjar, como comento en el artículo y como veremos posteriormente, era singular porque la mayoría de la población en edad de trabajar, hombres y mujeres, era mano de obra para la manufactura textil preponderante en la ciudad. De ahí que los alistados fuesen menos por petición de los propietarios textiles.
ResponderEliminarUn besito, madame. Espero que tenga un buen puente
Feliz Casanova: Béjar no tuvo batallas importancias, si ocupaciones militares, violencia y saqueo, como veremos. Pero era de capital importancia para ambos ejércitos y los guerrilleros que las manufacturas bejaranas sufrieran lo menos posibles para que ésta pudise abastecer a sus tropas. Así Béjar quedó en poder de todos a la vez. Pero ya lo iré explicando más despacio.
ResponderEliminarUn abrazo
Jose: pues la narración va a ser larga, ya lo adelanto. Pero espero que la cuestión sea entretenida.
ResponderEliminarPara mí y para todos los historiadores (no me apropio de ningua idea, sólo participio de la teoría general) la Guerra de Independencia fue el primer acontecimiento nacional contemporáneo. Y todo lo que se derivará de él se arrastrará durante todo el siglo XIX. Como la guerra civil tiene sus orígenes en el siglo anterior, no me extraña nada que asignes a este conflicto la categoría de causa del conflicto posterior. Además hay que tener en cuenta que al fin y al cabo la Guerra de Independencia fue una guerra civil en toda regla.
Bueno, espero que te gusten las narraciones.
Un beso
Ana Trigo: tienes toda la razón Ana.Porque los vecinos de Béjar en julio de 1809 pudieron contemplar los uniformes de los soldados napoleónicos por sus calles y no precisamente en un desfile triunfal. LO que habían oído como algo lejano desde el año anterior se materializó por fin. Los miedos de la primera época se personificaron.
ResponderEliminarUn besazo guapa
Juana María: la mayoría d elos muchachos de la época intentó no engrosar las filas de las tropas, alegando trabajar en las manufacturas textiles. Pero, claro, el ayuntamiento debía continuamente mandar hombres para no ser acusados de antipatriotas. La verdad es que el consistorio y la Junta Militar las pasó crudas para preservar la paz en Béjar y para ello tuvieron que transigir con los franceses, con las tropas aliadas y con los guerrilleros.
ResponderEliminarBueno, no te cuento mas que si no te descubro el pastel, jejej.
Un besito
Jose Luis de la Mata Sacrist´na: y encima cómo nos lo pagó. Ahí tienes a Moratín y a Goya marchándose a Bayona por el "deseado". LO que hay que ver. Y a los guerrilleros que se jugaron el pellejo por él en la guerra en el patíbulo.
ResponderEliminarUn abrazo
La sonrisa de Hiperión: siempre eres bienvenido.
ResponderEliminarUn beso
Juan: veo que me visitas pro vez primera. Espero que te sientas a gusto en esta mi morada virtual (lejos de los cañones franceses, te lo prometo)en la que narro de manera modesta los acontecimientos históricos de mi Béjar serrana. Encantada d epoder aportar alguna piececilla a la Historia de la "Piel de Toro".
ResponderEliminarUn beso.
Otro episodio inédito de nuestra guerra de independencia frente a las tropas napoleónicas. Una contribución un tanto anónima, pero igual de valiosa. No todo se decide en los campos de batalla. A veces la retaguardia tiene un significado valioso, como en el presente caso.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Lástima que todo esto fuese en defensa del queridísimo Fernando VII... Es curioso, llevo un tiempo intentando montar una entrada sobre la francesada en Puebla de Sanabria, donde tampoco se dieron hechos que cambiaran la Historia... pero que tiene sus historias.
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen
Impresiona darnos cuenta de las veces que empuñamos las armas y trabajamos por y para quien no lo merece. Muy interesante lo que nos cuentas, porque, como muy bien subrayas, todo no se decide en los campos de batalla, las guerras son mucho más complejas y más costosas... Un abrazo muy fuerte, querida amiga.
ResponderEliminarMadame MInuet: ahora mismo me paso.
ResponderEliminarMuchas gracias
Cayetano: así es. Béjar no sufrió grandes batallas, pero sí invasiones y escasez debido al alto precio que tuvo que pagar para mantener una relativa paz.
ResponderEliminarUn beso y gracias por comentar
Xibelius: seguro que se produjeron historias paralelas, no decisivas para el contexto político nacional, pero sí decisivas para la población que tuvo que vivirlas.
ResponderEliminarUn abrazo
Isabel Romana: no se consigue todo en los campos de batalla, por supuesto, sino que las grandes victorias también necesitan de las pequeñas que se producen en lugares apartados y poco importantes. Un grano de arena hace poco, pero sí son importantes un puñado de granos de arena.
ResponderEliminarUn beso