Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.575. Noviembre de 2009.
No es que me vanaglorie de descubrir la esencia de un acontecimiento quasi olvidado por todos nosotros, ni tampoco que las guerras en sí me gusten lo más mínimo. Pero es que, desde que el mundo es tal, no existe año en que en cualquier parte del mundo no estuviese aconteciendo conflicto bélico. Si miramos la cronología de un libro de Historia cualquiera, los hechos se suceden raudos y veloces, intercalando fechas de avances y descubrimientos con las de guerra. A veces, las últimas predominan sobre las primeras. El siglo XXI da la impresión que corre desbocado sin que podamos darnos a penas cuenta de sus progresos, como un caballo encabritado a punto de desensillar a su jinete.
Sin embargo, y como queremos hablar de Béjar, nuestra a la vez querida y odiada ciudad, y ya que de la Guerra de Independencia ya sabemos al menos un poco gracias al libro de Gabriel Rodríguez Bruno, sacaremos a relucir el tema de la Guerra Carlista en Béjar. Simplemente albergo la intención de poner en conocimiento, de difundir un conflicto del que desconocemos casi todo por estos lares y que seguro que algún estudioso sobre el tema está procediendo a investigar convenientemente.
Fernando VII, el rey "Deseado" para unos e "Indeseable" para otros
Los antecedentes del conflicto se pueden rastrear en 1830, año en que el rey Fernando VII decide implantar la Pragmática Sanción redactada durante el reinado de Carlos IV. Hasta ese momento, y debido a la ausencia de sucesión real, el heredero a la corona había sido Carlos María Isidro, hermano del monarca. Ese mismo año la reina Mª Cristina de Borbón da a luz a Isabel, en quien se cifraban todas las esperanzas paternas. Mediante la Pragmática Sanción Fernando VII retiraba del trono a su hermano y convertía en heredera legítima a su hija, mientras echaba por tierra la Ley Sálica que impedía el gobierno a las mujeres. En 1833 muere el rey y le sucede una niña de a penas 3 años, Isabel II, tutelada por la regencia de su madre Mª Cristina. Mientras tanto Carlos María Isidro se autoproclama rey legítimo con el nombre de Carlos V apoyado de todos aquellos que dicen llamarse absolutistas y, que de ahora en adelante, serán llamados carlistas.
El momento no puede ser más inoportuno. En la última etapa del reinado de Fernando VII, un monarca que presumía de unos ideales enteramente conservadores, que había reinstaurado la Inquisición , el diezmo, los señoríos y que había represaliado a los héroes de la guerra contra el invasor, decide apoyarse en los liberales y comenzar un conato de reformas a penas esbozadas. No es de extrañar, por tanto, que los liberales apoyen a la regencia de Isabel II, mientras los conservadores o absolutistas, desencantados con las últimas medidas del fallecido rey, se nuclearicen en tono a Carlos Mª Isidro.
Patio del Palacio Ducal de Béjar,
cuartel en varias etapas de los ss. XIX y XX.
Fotografía sacada de Archivo fotográfico y documental de Béjar
De este modo, el comienzo del reinado de la pequeña Isabel II no se presentaba nada halagüeño: liberales / cristinos (progresistas y moderados) y conservadores / realistas / carlistas, la dualidad eterna de los dos bandos, de las dos Españas, enfrentadas como siempre y materializadas desde el final de la Guerra de la Independencia , se hacían patentes de nuevo. La primera guerra carlista o guerra civil (pues no es otra cosa que una conflagración entre españoles) estalla en el mismo año de la muerte del rey, en 1833, y se prolongará en distintas etapas (tres concretamente) durante prácticamente todo el siglo XIX hasta 1876. El movimiento carlista se extendió principalmente por el norte y noreste de España (Navarra, País Vasco, Cataluña, Aragón y Valencia). Los partidarios de la sublevación veían en don Carlos la representación de los valores absolutistas, la tradición monárquica y el conservadurismo religioso, por lo que, en torno a él, se concentraron el clero, la nobleza y una mayoría de simpatizantes a los que se podría describir como nostálgicos del Antiguo Régimen.
Vista del Palacio Ducal a principios del s. XX
¿Béjar, entonces, queda fuera del conflicto? Lamentablemente, no, pues el carlismo amenazó con extenderse por la sierra, sobre todo entre 1836 y 1838, proveniente principalmente de otra zona con partidarios de la sublevación: el norte de Extremadura. La explicación es sencilla: el liberalismo se propagó más fácilmente en las ciudades, polvorines de ideas renovadoras gracias a la prensa, el intercambio ideológico, buenas comunicaciones, etc. Los lugares más aislados, rurales, con mayor influencia del clero fueron más susceptibles de mantenerse en los preceptos del Antiguo Régimen y, por ende, contrarios al reinado de una mujer. En general, la provincia de Salamanca, y Béjar con ella, se mantuvieron leales al liberalismo y a la reina regente Mª Cristina.
Continuará
Ay sí, madame, bien que dan siempre la lata en todas partes con guerras y batallitas. En Francia es lo mismo, porque mire usted que tambien va la historia servida.
ResponderEliminarSi por lo menos lo contaran tan bonito como usted lo hace!
Me ha encantado este preambulo, en el que queda todo tan bien planteado y explicado. Aqui estaremos esperando la continuación, madame.
Buenas noches
Bisous
Bonito panorama legó Fernando VII a sus súbditos con sus "arreglos" de última hora.
ResponderEliminar¡Salud!
Interesante historia, gracias
ResponderEliminarpor compartir la informacion,
un placer leerte.
feliz semana.
Carmen, eres un sol castellano que se asoma a mi ventana de sencillas palabras y siempre dices algo bueno y agradable...Volveré a leérte despacio me salen artefactos en tu blog y no se por qué...Besicos,tocaya.
ResponderEliminarQuerida amiga, siempre trabajando para hacernos mas comprensible los detalles de la historia de Béjar y sus conflictos bélicos en este caso y su posicionamiento con la reina.
ResponderEliminarSeguiremos atentos los acontecimientos posteriores...
Besos guapa.
Carmen a mi tampoco me han gutado nunca las guerras, me parece que solo traen tristeza.
ResponderEliminarUna entrada muy interesante
Besos
¿Amada y odiada Béjar?
ResponderEliminarPor cierto, ¿qué influencia tuvo el Carlismo en Salamanca capital?
Un saludo desde allí.
Lali.
Monárquicos contra monárquicos.
ResponderEliminarEn España es que somos la pera.
Abrazos, Carmen.
Interesante entrada con los carlistas, los liberales y "tigrekán" o el rey fofo y felón, tema que nos trae recuerdos de aquellos días hace años.
ResponderEliminarParece una cruz que llevamos los nativos de esta tierra, el polarizarnos siempre y liarnos a guantazos, ya hablemos de liberales y absolutistas, isabelistas y carlistas, republicanos y nacionales... ¿Tenemos remedio?
Un saludo.
Coincido con Madame: muy bella tu introducción al artículo. Tengo la sensación que te gusta cuidar especialmente estos preámbulos. Lo cierto es que creas un ambiente que invita a seguir leyendo.
ResponderEliminarEn cuanto a la Carlistada, es curioso: mi Sanabria no estaba precisamente en el centro del conflicto, pero también hubo algunos incidentes reseñables.
Un abrazo, Carmen
Excelente entrada Carmen, te felicito. Da gusto leerte porque expones los hechos con mucha claridad. Odio las guerras y los conflictos nunca comprenderé la naturaleza humana y su sed de sangre cuando tenemos el bello don de la palabra y la inteligencia. Qué rey tan nefasto ese Fernando VII y encima al morir deja un pais dividido por el conflicto de la sucesión al trono, entre una niña y un ambicioso tío. Porque si se abolió la ley sálica e Isabel podía reinar sin problemas no entiendo que diese tanto mal por la corona el tio Carlos, una actitud egoista la de este señor que no le importaba ensangrentar el país para conseguir un cetro que no le correspondía.
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
Somos una nación de extremos. ¿Nunca podremos resolverlo?
ResponderEliminarUna gran entrada, Carmen.
Un saludo!
Es extraordinario como se hacen y deshacen leyes a comveniencia de los dirigentes de turno.La vida sigue igual,ya se que me repito pero vaya tropa.
ResponderEliminarLa historia es muy amena explicadándola tú, gracias de nuevo Carmen.
Un besito.
Hay muchas cosas ya dichas en los comentarios que comparto:
ResponderEliminar- Tu introducción ha sido muy buena, porque has dejado planteado de una manera muy clara el origen del conflicto carlista.
- La guerra es consustancial al ser humano, pero es muy mala escuela, aunque parece ser que nadie se da cuenta.
- Somos un país de extremos y de excesos. No tenemos remedio; yo respondo al interrogante de Cayetano.
Y quiero concluir diciendo que, si ya es difícil educar a un niño o una niña para que sea rey o reina, figuraos lo que es educarlo cuando medio país te hace la vida imposible y está en tu contra.
Saludos, Carmen.
Carmen, siempre me ha apasionado el tema de las Guerras Carlistas o como dices bien guerras civiles...sabía lo del apoyo bejarano a la causa isabelina, pero de ahí no pasa mi vago conocimiento de la zona durante la dicha guerra así que espero con ansias lo que nos traes aunque supongo que se centrará sobre todo en la primera que es la que tuvo más difusión personal, pues las demás, en especial la liderada por el mítico y barbudo "Carlos VII" se centro en las Vascongadas y Navarra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Desde luego no hemos tenido un personaje más nefasto en nuestra historia como Fernandito VII... la que nos lió fue gorda, guerras, divisiones la historia de las dos Españas surge aquí... en fin... una pena...
ResponderEliminarMuy bien! me ha parecido interesante. Recuerdos desde Hoyos del Espino!
ResponderEliminarpienso que has puesto casi con (q)pero por lodemas es muy interesante
ResponderEliminarMe ha parecido interesante.
ResponderEliminarMadame Minuet: las batallitas me resultan muy aburridas, sobre todo cuando se reducen a una fecha y una cifra de muertos. Y, lo malo, es que siguen siendo más mortíferas que en el pasado, pues la ciencia se pone al servicio de cada uno de los bandos para eliminar a un mayor número de personas del bando contrario, sobre todo civiles.
ResponderEliminarMuchas gracias por sus felicitaciones. Ya sabe que hago lo que puedo para que la Historia resulte amena.
Un besito
Dissortat: el reinado de Fernando VII es uno de los más nefastos de España, que ya es decir...
ResponderEliminarLo mismo le deseo
Ricardo Miñana: muchas gracias por pasearte por este mundo de la historia y los relatos bejaranos.
ResponderEliminarUn saludo
Cabopá: pues no sé a qué artefactos te refieres. ¿Errores en la plantilla html, quizás? Espero que se arreglen y si no coméntamelo para ver si los puedo arreglar.
ResponderEliminarMuchas gracias y te felicito desde aquí por tu magnífico blog.
Un beso
Carmensabes: sí, Béjar se puso del lado de los liberales, concentrado en este momento con la reina regente Mª Cristina y su hija Isabel II. Otra cosa será en 1868, cuando el posicionamiento cambie en favor de Prim y de la "Revolución Gloriosa". Pero ésa es otra historia.
ResponderEliminarUn abrazo tocaya
Gema: a mí tampoco, y salvo a los que ganan algo con ella (rendimientos económicos sobre todo) creo que tampoco.
ResponderEliminarUn besito
Claudia Ortiz de Urbina: pues sí. Es algo que digo muy habitualemente. Amada por muchas razones y a la vez odiada por muchas otras. Los bejaranos me entenderán perfectamente, sobre todo los jóvenes: queremos irnos de aquí pero hay algo que nos retiene. Los motivos de que la odiemos no los vamos a decir, porque los trapos sucios se lavan en casa, ¿no te parece?
ResponderEliminarPara consultar sobre el carlismo en Salamanca te recomiendo el tomo dedicado al siglo XIX en "Historia de Salamanca" editados por el Centro de Estudios Salmantinos. La verdad es que no sé si el carlismo llego a Salamanca, porque actuó sobre todo en zonas rurales de Extremadura y sur de Salamanca (entre otras).
Un besito y gracias por tu comentario
Enrique: la Historia de siempre, ¿no te parece? Ocurrió como en la Revolución Gloriosa de 1868: monñárquicos de Isabel II contra liberales progresistas que al final también implantaron otra monarquía. Al final una revolución que llevó al mismo sistema (después derrocado para imponer la 1ª República)
ResponderEliminarUn saludo
Cayetano: la España de los bandos, la llamaría yo, y no, no tenemos remedio. Siempre nos gusta dividirnos en rojos y azules, madridistas y del barça, de Villa Arriba y Villa Abajo, blancos y negros, ¿para qué complicarnos más? Y me parece que, por desgracia, no sirven posicionamientos medios como el gris oscuro o el gris claro.
ResponderEliminarUn beso
Xibelius: intento que la Historia sea amena para todos los mortales y como, por cierto, me encanta la novela histórica, intento introducir al principio elementos diferentes y atrayentes, fuera del estilo narrativo habitual de los historiadores. Este último lo utilizo habitualmente para artículos especializados, dejando el más narrativo para el blog. Y veo que tengo éxito, jejej
ResponderEliminarAl final vamos a tener que hermanar a los dos pueblos por poseer elementos tan comunes como la naturaleza, la sierra y la Historia.
Un besito
Magnolia: las palabras y la razón ayudan a entendernos entre los hombres. Lo que ocurre es que detrás de la sguerras hay muchos intereses, sobre todo económicos. Y estos me temo que no se solucionan por medio de las palabras (o sí...). En este caso la guerra estalla por el dominio del poder, una razón tan poderosa como la economía o la religión, razones habituales por las que estallan los conflictos bélicos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, querida Magnolia.
Un besazo
Pablo D.: pues como estamos viendo todavía ahora, me temo que no. La guerra incivil y sus efectos todavía perduran...
ResponderEliminarUn abrazo
Juana María: muchas gracia spor tus comentarios Juana. Dices que te repites, pero no es verdad: los que se repiten son las personas que nos gobiernan, pues siempre utilizan los mismos métodos para llevarse el gato al agua. Veáse guerras, explotación económica de los ciudadanos o súbditos, dependiendo de la época histórica, corruptelas y demás.
ResponderEliminarUn besazo
Tardo en llegar pero aquí estoy. Estas entrando en esos terrenos de los que desconocemos mucho de nuestra historia local. Estoy ya esperando la segunda parte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Paco Hidalgo: si yo no le echo la culpa a la pobre niña, que era por entonces, Isabel II, porque al fin y al cabo, el mundo que le rodeaba en ese moemento era totalemente incomprensible para ella. Era una niña y el mundo de los adultos en el que estaba metida de lleno sería extraño a su modo de ver. El culpable fue su padre y su ambiciosos tío, apoyados por algunso españoles, claro, que compartían sus mismas ideas absolutistas.
ResponderEliminarMe ha encantado tu exposición de ideas: se nota tu vocación como educador, jejej
Un besazo
Carolus II: lo que traigo en la siguiente entrada son los acontecimientos que sacudieron Béjar con la llegada de las partidas carlistas del general Basilio y su enfrentamiento en las calles con las tropas del General Pardiñas. Los sucesos adquirieron cierta importancia, pero de ello no se ha realizado aún un análisis concienzudo dentro de la historiografía local.
ResponderEliminarUn saludo
José Luis de la Mata: estoy tentada de hacer una encuesta sobre el rey más inútil de la Historia de España. Pero creo que no: por unanimidad le concedo este título, vistos los comentarios de los visitantes, jeje
ResponderEliminarUn besete
MileyCirus: un saludo desde Béjar para la gente de Hoyos del espino. Ya sé que sois alumnos de Roberto, así es que un saludo también para él.
ResponderEliminarUn beso
jpk360: verás, no es una equivocación. En el castellano culto se suele utilizar "quasi" indistintamente de "casi". Es decir, que ambos significan lo mismo. "Quasi" es un arcaísmo, una palabra que deriva estilísticamente del latín. Vamos, que lo he puesto ahí para dar una mayor sensación de antiguedad, al modo de los documentos que consulto para escribir estos artículos. También se puede escribir con "c": cuasi.
ResponderEliminarUn saludo
hhmjjj: muchas gracias por dejar tu opinión.
ResponderEliminarUn saludo
Juan Carlos: pues prometo colgar la segunda parte durante el fin de semana.
ResponderEliminarUn besazo
Interesante ciudad y magnífico entorno, es la ciudad de Béjar.
ResponderEliminarSuerte!
Hola Carmen, aplaudo que Fernando VII (aunque fuera por su interes porque no tenia hijo varon) se olvidara de la ley Sálica y le dejara el trono a su hija. Esto origina que me haga una pregunta ¿somos mentalmente mas retrasados que Fernando VII? ¿porque en el siglo XXI sigue siendo el heredero de la corona Felipe en vez de Elena?.
ResponderEliminarUn beso.
Hola,hoy he conocido tu blog en el curso de Hoyos del Espino y me parece muy interesante,un saludo
ResponderEliminarlas pinceladas de Bejar estan muy bien dadas , es un buen repaso de historias y costumbres de este PRECIOSO Y ACOGEDOR PUEBLO.
ResponderEliminarMuy interesante Carmen.Te conocemos gracias a Roberto,nuestro profesor en éste curso.
ResponderEliminartienes un blog muy interesante y muy completo un saludo curso con roberto en hoyos
ResponderEliminarHola Carmen saludos de parte de Javier desde Hoyos del Espino, que le parecido intesante tu blog.
ResponderEliminarMuy bien
ResponderEliminarMiñarro: pues sí, la verdad es que tenemos un entorno maravilloso y un patrimonio cultural muy rico, tanto Béjar como los pueblos de su alrededor (qué voy ade cir yo, jejej)
ResponderEliminarMuchas gracias y suerte para tí también
Mafalda Fernando VII derorgó la Ley Sálica en ese moemento para permitir que su hija mayor reinase, dado que sólo habia tenido de sus 4 matrimonios dos vástagos se sexo femenino. Isabel II reinó a pesar de las varias guerras carlistas que se sucedieron a lo largo de su reinado, pero no pudo hacer frente a la Revolución Gloriosa que dió paso al reinado de Amadeo de Saboya y, posteriormente, a la I República Española.
ResponderEliminarTras el fracaso de la república, se inicia el periodo que los historiadores llamamos Restauración. Vuelve a reinar la Casa de Borbón de la mano del hijo de Isabel II, Alfonso XII, mientras su madre seguía exiliada en Francia. La Ley Sálica se volvió a imponer, pero estuvo a punto de derogarse de nuevo. Como sabrás Alfonso XII murió joven dejando a su segunda esposa, Mª Cristina de Habsburgo Lorena encinta. Sólo había tenido hijas y la mayor, mientras nacía el infante, se la invistió como princesa de Asturias. Hubiese reiando de nuevo una mujer, pero a poco nació Alfonso XIII.
Tanto Alfonso XIII, exiliado después a Roma con la llegada de la II República, como el rey Juan Carlos no han tenido problemas en cuanto a hijos se refiere. Ambos han tenido varones, por lo que ha seguido vigente la Ley Sálica. El paso para que ésta se derogase pasaría por hacer una reforma de la constitución. ¿Se atreverán a hacerlo?
Gracias por tu comentario.
Un beso
Ana: espero que te sigas paseando por este blog, aportando cosas también de vuestro pueblo. Ya sabes que estamos las 24 horas del día, jejej
ResponderEliminarUn saludo
Lucero: ¿para cuándo un blog sobre Hoyos del Espino? Seguro que con las clases de Roberto serías capaces de hacer uno como éste.
ResponderEliminarUn saludo
Rosa: es que Roberto, como habreis podido comprobar, es uno de los colaboradores de este blog. Es un buen articulista sobre temas relacionados con la Historia del Arte de Béjar y de los alrededores. Os recomiendo que echéis un vistazo a sus artículos.
ResponderEliminarUn saludo
Alumna: el mundo de los blogs es muy enriquecedor porque puedes colgar en la red lo que quieras: aficiones, comentarios, música, recetas de cocina, comentarios de cómics,etc. Y además se entra en contacto con gente con las mismas aficiones. Se hacen muchos amigos virtuales.
ResponderEliminarUn saludo
Roberto: un saludo para Javier desde el blog. Espero que le guste.
ResponderEliminarRosa: ¿todo bien? Siempre habrá algo que mejorar... Mandadme sugerencias.
ResponderEliminarUn saludo
Tengo que recomendarle esta página a dos amigos, uno ya acabó, la otra tiene aún pendientes algunas asignaturas de la carrera.
ResponderEliminarSi necesito documentarme ya sé donde pegarme un chapuzón, un abrazote.
Ah, me ha encantado esa forma de introducirte en el tema, mostrándo por qué es tan interesante lo que vas a contar, eso invita a seguir, a indagar y resulta ameno.
ResponderEliminarFelicidades.
Siempre poniendo cosas interesantes...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo!
Mimí: mándame al blog a todos los amigos que quieras y si son colegas, pues mucho mejor, jejeje
ResponderEliminarUn abrazo
Mimí: eso intento, llamar la aten ción para que sigais leyendo hasta el final.
ResponderEliminarOtro abrazo
La sonrisa de Hierpión: abierto, 24 horas, oiga!
ResponderEliminarBesetes
me encantado lo original y la facilidad que tienes para estas cosas ami me encantan
ResponderEliminarAleida: estoy encantada de que te guste. Intentaré mantener el nivel para que cada entrada sea diferente.
ResponderEliminarUn saludo