Autor: Óscar
González Hoya
Publicado:
Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio e Industria de Béjar,
2009.
La Guerra Civil y la bonanza económica
La situación de la industria
bejarana no tuvo momentos de gloria durante los años 20 y 30, produciéndose alternancias entre la crisis y la bonanza. A partir del día 18 de
julio de 1936 el escenario de la producción textil bejarana cambia con el
estallido de la guerra civil y con el surgimiento del franquismo, régimen que
se mantuvo en el poder durante 40 largos años, variando de maneras, pero en el
fondo siendo lo que siempre fue: una dictadura de corte personalista y
autoritario.
El levantamiento militar del 18 julio
encabezado por unos militares (Franco, Godet, Queipo de Llano, Sanjurjo,….) que
habían forjado su carrera militar en el Norte de África (africanistas) tenía un objetivo claro: derrocar al gobierno
legítimamente constituido y sustituirlo por una dictadura al estilo de la de
Benito Mussolini en Italia. El escenario del golpe era el de un país dividido
entre dos fuerzas contrapuestas: la España
Republicana, que se mantuvo fiel al gobierno constitucional (Andalucía,
Comunidad Valenciana, Cataluña, Castilla la Mancha y la capital madrileña); y la España Nacional, del lado de los
militares sublevados (Castilla y León, Galicia, Aragón, islas Canarias y
Baleares, parte de la de Cáceres y las ciudades de Sevilla, Córdoba y Granada).
T.H.E.S.A |
Béjar apoyó al bando sublevado
encuadrándose en la llamada zona nacional.
Es evidente que la clase empresarial se mostró entusiasta con la nueva realidad
económica, pues se convirtió en la principal abastecedora de los paños
destinados al ejército golpista, mientras que Cataluña destinaba su producción
al republicano. Además hay que tener en cuenta que en Béjar no se produjeron
enfrentamientos bélicos directos, por lo que se disponía de una mano de obra
preparada, suficiente y destinada enteramente a la producción solicitada.
La instauración del régimen
franquista propició la continuación de la senda iniciada en la guerra civil. La
competencia catalana quedó prácticamente anulada por causas económicas, ya que
el sector textil sufrió muchas pérdidas durante la guerra (destrucciones de
fábricas y maquinaria, falta de mano de obra y financiación para el inicio de
nuevos negocios o restauración de los existentes anteriormente). Además la
política económica del primer Franquismo, basada en la autarquía y la
autosuficiencia nacional (un auténtico fracaso), favoreció a la industria
textil, pues impedía las importaciones y primaba la producción nacional.
Fábrica de García y Cascón (en ella llegaron a trabajar hasta 1.000 personas) |
Las motivaciones políticas también
tuvieron su peso. Se consideraba ilógico, según la mentalidad del régimen, que
el ejército comprara tejidos a los empresarios catalanes considerados traidores
a la causa, mientras que Béjar había sido fiel a los principios del movimiento
nacional. Esta situación propició la llegada de técnicos catalanes (Díaz Trías,
Farrás, Mussons, Rocamora, Gilart…) que trabajaron en un principio en otras
fábricas para, posteriormente, abrir sus propios negocios. Todo ello dio lugar
al gran desarrollo económico de Béjar, llamada por entonces la Ciudad del Dólar.
Desde el punto de vista socio-
económico la situación de bonanza económica favoreció a la clase empresarial y
en parte a los trabajadores, pues disponían al menos de un trabajo para poder
sobrevivir. Sin embargo, los sueldos eran bajos, incapaces de alimentar a las
hambrientas y crecientes familias de los años 40. A pesar de que la clase
obrera tenía mejores condiciones que en otras zonas de la península, el hambre,
el estraperlo, las cartillas de racionamiento predominaban en Béjar, al igual
que en el resto del territorio nacional.
Fabril Militar (desaparecida) |
Por otro lado, se siguió dependiendo de las contratas militares
sin grandes inversiones en renovación de maquinaria, con dedicación única a la
producción lanera y sin explorar la producción con otro tipo de fibras. En
suma: se seguía con las mismas deficiencias anteriores al conflicto nacional.
Con el paso del tiempo el régimen franquista
fue cambiando su política económica, suprimiendo el proteccionismo que tanto
nos había beneficiado. La política liberal de los tecnócratas y los cambios en
la mentalidad dieron entrada a cambios en los modos de vestir, generalizándose
las fibras sintéticas y los tejidos frescos frente a nuestros gruesos paños.
Los catalanes, a pesar de Franco, resurgieron económicamente y las contratas de
Béjar con el ejército se fueron reduciendo. La producción textil comenzó a
hundirse al ser incapaz de encontrar nuevos clientes.
Tinte de Gilart |
Todo esto, unido a otras causas como
la mala gestión empresarial, la eliminación de los aranceles de los productos
traídos de Asia, la deslocalización con reducción de los costes laborales y un
aumento de los beneficios empresariales, han propiciado la crisis del sector.
Los deficientes medios de transporte tampoco ayudaron a la expansión de
nuestras factorías, a diferencia de las estupendas redes de comunicaciones que
poseían nuestros competidores catalanes y valencianos. La unión por carretera
con Salamanca y Plasencia siempre fue precaria, al igual que el ferrocarril,
una infraestructura anticuada, olvidada por los diferentes regímenes políticos
(Franquismo, primeros gobiernos democráticos), una vía de comunicación carente
de rentabilidad económica. A su vez la propia sociedad de consumo iniciada en
los años 60 generó un cambio en los hábitos de compra. Surgen artículos
textiles de usar y tirar, de uso temporal. Se elimina el concepto de calidad,
buscándose el cambio continuo y al menor precio posible, propiciándose que
nuestro sector textil haya pasado del edén de los años 40 al estado de crisis
permanente. Aun con todo, todavía podemos presumir de industrias textiles en
funcionamiento, tal es el caso de las fábricas de Farrás, Rafael Díaz y Bruno
(fundadas a principios del siglo XIX), Tejeda, Bermejo o Manufacturas S.A.
*Las fotografías están tomadas del blog Archivo Fotográfico y documental de Béjar
Bibliografía y fuentes documentales:
SÁNCHEZ MARTÍN, J. R.: “El cambio del uniforme militar y la crisis de los años veinte en Béjar”. Revista de Estudios Bejaranos, nº7, Dic. 2003.
Archivo de la Cámara de Comercio e Industria de Béjar: Documentación suelta.
SÁNCHEZ MARTÍN, J. R.: “El cambio del uniforme militar y la crisis de los años veinte en Béjar”. Revista de Estudios Bejaranos, nº7, Dic. 2003.
Archivo de la Cámara de Comercio e Industria de Béjar: Documentación suelta.
Buen repaso por el desarrollo de la industria textil bejarana desde la guerra civil hasta hoy. El problema de las comunicaciones en España siempre ha pesado desfavorablemente para un despegue duradero de las actividades industriales. Las deficiencias en los transportes tanto por carretera como por ferrocarril supusieron un freno en su desarrollo. También jugó negativamente la inexistencia de una auténtica mentalidad empresarial e innovadora, salvo honrosas excepciones.
ResponderEliminarUn saludo.
Es cierto. Estar del lado ganador en la guerra, trae aparejadas muchas ventajas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Disculpa Carmen, si no acudo a tu página con asiduidad, pero he estado muy liado. En cuanto a lo que nos relatas, es curioso como el bando nacional , a pesar de criticar el nacionalismo catalán, al final entraron a trabajar y facilitar esa producción. Curiosa esa España, de sobrevivir a pesar de todo...
ResponderEliminarUn abrazo ¡¡¡
Has hecho una descripción sobre las condiciones de vida de los obreros que me ha parecido un anticipo - si no ya una realidad parcial - de lo que estamos viviendo ahora. Magnífico remate para esta siere tan interesante. Saludos cordiales.
ResponderEliminarMuy interesante ya que me has refrescado la memoria de la historia.
ResponderEliminarSiempre se saca tajada en la política, en la industria, o cualquier otra cosa, hay que verlo siempre positivo y por lo menos ayudó hacer vivir a muchas familias en aquel tiempo.
Un abrazo
Pues ya es mucho poder presumir de industrias textiles en funcionamiento, tal como vinieron las cosas. Esperemos que al menos esta nueva crisis las respete y no termine por cargarse lo que no se cargó ni una guerra civil!
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Al margen de todo este genial repaso por la industria textil bejarana, vadivinamos como la vida es un tobogan. Nada permanece y contínuamente hay que reciclarse. Un negocio floreciente y boyante no tiene garantizada la continuidad perpetua. Y estas industrias que han sobrevivido desde luego tienen mérito, seguro que tendrían en cuanta la palabra "Innovación" tan de moda.
ResponderEliminarMe han gustado mucho estos post y la fotografía unida a ellos.
Bss Carmen
Muy interesante esta parte de la historia bejarana, y a pesar de tantos vaivenes politicos y economicos los documentos fotograficos... ese color sepia... me provocan una extraña nostalgia. Besos.
ResponderEliminarSolo un pequeño detalle, si parte de la provincia de Cáceres se va con los sublevados, dónde esta el resto de la provincia y la provincia de Badajoz, en qué bando (como se dice)??? Bueno no sé qué decir de lo que derrama esta entrada pero la verdad... qué pena de tiempo vivido y que sigamos por la misma senda solo que ahora Asia se llama China ;-)
ResponderEliminarMuy bien mojado en el tema. Bss
Lo que entiendo es que, si bien ponerse Bejar de parte del bando sublevado, trajo beneficios en un principio, al reducirse la producción catalana, a la larga, la autarquia y la escasa iniciativa productiva, contribuyó a la decadencia ya iniciada de la industria bejarana. Muy buenos artículos. Abrazos a los dos.
ResponderEliminarMe alegra saber que Béjar en malos tiempos pudo sacar provecho de la situación...Ciudad del Dólar:)
ResponderEliminarCarmen estas entradas nos han dado a conocer la interesante historia del textil bejarano con sus problemas.
Y como dices todavía quedan algunas quedan de aquellas pioneras.
Un beso.
Pd. Como me gusta la foto de la Fafril:))
Estar del lado del que manda y gana siempre trae muchas ventajas.....
ResponderEliminarBesos
Pues mira que son espabilados. Durante la guerra hacen dinero los empresarios, los catalanes se van a la zona de infiltrados, y, luego vuelven a su tierra para continuar con sus industrias. Bueno,no sé si los mismos, pero el caso es que Bejar fue en tiempos de bombas y luego se quedó sin poder competir.
ResponderEliminarEl concepto de usar y tirar va acabar con todos nosotros y, sin guerra. Es una guerra callada que va minando nuestros recursos...
buenas noches, Carmen.
Desde lo leído sobre las dudas de los fabricantes durante la 1ª Guerra Mundial, hasta lo sucedido en nuestra posguerra, parece estar el eterno problema de la falta de innovación y falta de inversión en nuevos tejidos (con otros problemas añadidos, como los del transporte). Supongo, casi seguro, que las industrias supervivientes hoy han superado aquellas reticencias.
ResponderEliminarMuy interesante toda la serie.
Un abrazo Carmen.
Está claro que las industrias bejaranas no supieron aprovechar la oportunidad de renovarse mientras contaron con la explícita protección del regimen. Más tarde ya fue más dificil. Estoy con Isabel, la descripción de las condiciones de vida de los obreros parecen una predicción de lo que está por venir. Un amigo me comentaba ayer que vivía con la sensación de haber pasado directamente de 2012 a 1912. Espero que no estemos en vísperas de guerra.
ResponderEliminarUn beso, Carmen.
¡¡Qué completo repaso!! Y yo, que no sé por qué, siento que muchas cosas me suenan de estar pasando ahora... en fin... esperemos remontar y aprender de los errores del pasado
ResponderEliminarUn saludo!
Cayetano: a pesar de que en béjar existía una burguesía que se había desarrollado desde el siglo XVIII podemos afirmar que ésta era una burguesía industrial a la par que rural con una mentalidad poco aperturista y bastante conservadora. Así no es de extrañar que la palabra "innovación" tuvise poca incidencia en la práctica.
ResponderEliminarSaludos
Gaucho: sí, en Béjar, aunque nos cueste decirlo, nos aprovechamos de la situación.
ResponderEliminarSaludos
Francisco Javier: en realidad Béjar se benefició de la mano del nuevo régimen por dos cuestiones fundamentales. Primero porque habían apoyado a los golpistas frente a Cataluña, pero también porque el estado necesitaba paños para el jército que se confeccionaban con lana, expecialidad de la industria textil bejarana. Una vez sobrepasados los primeros años estaba claro que la demanda se tenía que diversificar y ahí entro una Cataluña de nuevos bríos, innovadora y centrada en el algodón y en otras fibras que fueron apareciendo poco a poco.
ResponderEliminarSaludos y no te agobies con los blogs, Javier. Comenta cuando quieras.
Isabel Barceló: viene que ni al pelo la reflexión tópica de que la Historia sirve para explicar el presente y o esa frase de que el hombre tropieza dos veces en la misma piedra. Ya ves...
ResponderEliminarBesitos
Mari-Pi-R: me temo que si Béjar no hubiese tomado partido la industria habría desaparecido totalmente, pues ya hemos visto en otras entradas la situación precaria en la que se encontraba.
ResponderEliminarBesos
La Dame Masquée: las industrias que continúan en funcionamiento lo hacen porque están resistiendo siempre al invasor como Astérix y la aldea de los famosos galos. Ahora ya no se demanda calidad, sino precio bajo, artículos de usar y tirar y me temo que contra eso poco podemos hacer. Pero hay que alentar a las empresas bejaranas para que continúen con su actividad, diversificando claro está, para que los bejaranos no nos juguemos toda la economía a una carta.
ResponderEliminarUn beso
Katy: fíjate que algunas de la sindustrias que sobreviven se fundaron hace la friolera de casi doscientos años. Imagínate cómo puede haber cambiado el panorama en ese tiempo.
ResponderEliminarBesazos
Carolina: una expericnia similar de nostalgia se produce cuando se pasea junto a los muros de esas viejas fábricas vacías, monstruos dormidos en un silencioso sopor, en el que perviven aún el olor a la lana y al aceite de las máquinas. Y eso se puede hacer recorriendo la Ruta de las Fábricas Textiles de la cual tenemos un par de entradas en este blog.
ResponderEliminarBesitos
MariCari: deduzco de tus palabras que presupones que Béjar está en tu tierra, en Extremadura, pero no es verdad. Pertenecemos a Castilla y León, al sur de la provincia de Salamanca y eclesiásticamente, eso sí, a Plasencia.
ResponderEliminarBesazos
Paco Hidalgo: Béjar se benefició hasta el final del régimen porque contrataban con las fábricas de nuestra ciudad los paños destinados para el ejército, una producción en la que estábamos expecializados desde hacía siglos. Cataluña quedó al margen porque sus industrias sufrieron mucho durante la contienda y porque el régimen castigó su apoyo al bando republicano. Sin embargo, cuando nos vamos acercando a los años 60 y se produce un cierto aperturismo social, político y económico, es claro que Cataluña empieza a reverdecer entre otras cosas porque la población ya no sólo vestía con productos confeccionados con lana, sino con algodón y otras fibras que estaban entrando en el mercado, para lo cual Béjar no estaba preparada. Así que digamos que Béjar se benefició durante todo el franquismo con las contratas militares del estado y también Cataluña durante los últimos 15 años.
ResponderEliminarEspero haber contestado a tu pregunta.
Un saludo
Laura: ¿en quién te crees que estaba pensando cuando decidí incluir esa foto en la entrada? ¡Qué orgulloso estaba don Pepito, don José Rodríguez Yagüe, de su preciosa fábrica! ¿Qué diría si viera ahora tu casa? No creo que estuviera muy contento..., pero el tiempo cambia y las necesidades también, aunque creo que tenemos que cuidar más nuestro patrimonio fabril, mal valorado y peor conservado.
ResponderEliminarBesazos
Mª Angeles y Jose: eso no cambia nunca.
ResponderEliminarBesos
Marcelo: admiro a los catalanes porque tienen mucha capacidad de adaptarse a las situaciones y aquellos que vinieron a Béjar eran arriesgados y querían forjarse un futuro como fuera. Además la mayoría de ellos eran mano de obra cualificada y aquí se necesitaba a ese tipo de hombres. Cuentan que muchos empresarios bejaranos acudieron a Cataluña a buscar técnicos especializados a cambio de sustanciosos emolumentos...
ResponderEliminarSaludos
Desdelaterraza: no creas porque, aunque parezca mentira, por aquí ya no pasa el tren. Se cerró en 1983 por falta de rendimientos... Un avergüenza, una espina que los bejaranos todavía llevamos muy oprendida en el corazón...
ResponderEliminarSaludos
Alma: coincidimos en nuestra visión dela realidad. A veces pienso que vamos a regresar al siglo XIX con esa diferencias sociales abismales, con gente viviendo en la calle de manera masiva y sin seguridad social. Espero que mi visión apocalíptica sea totalmente errónea...
ResponderEliminarBesitos
C.G. Aparicio: tengamos esperanza, porque es lo único que nos queda.
ResponderEliminarUn beso
Brillante colofón a este recorrido por la historia más reciente de la mentalidad de la industria pañera bejarana.
ResponderEliminarSaludos!
Como dice el anterior comentarista, un gran colofón a este recorrido de la industria textil bejarana.
ResponderEliminarLo que me ha parecido es que, ayer y hoy las condiiones, guardando las distancias, son las mismas...o quizás peor.
Saludos Carmen
años muy duros los de la guerra y la postguerra.
ResponderEliminarY luego al final la industria bejarana a morir de inanición, en parte promovida por sus empresarios que solo fueron a maximizar beneficios sin invertir ni renovarse... una pena.
Roberto: ya sabes que tienes este espacio abierto para cuando quieras publicar alguno de tus textos.
ResponderEliminarSaludos
Manuel: en vez de a mejor creo que retrocedemos... a ver cuándo salimos de ésta.
ResponderEliminarSaludos
Juan Luis: todavía quedan algunos resistiendo al invasor extranjero y aguantando el chaparrón de la crisis.
ResponderEliminarSaludos
Olá! Passeei, gostei e estou seguindo! Agradeço e ficarei feliz e honrada se quiseres retribuir seguindo de volta!Uma 6ªF iluminada e repleta de bênçãos!Abraço fraterno e carinhoso!
ResponderEliminarElaine Averbuch Neves
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utionsar
Último coletazo de gloria durante el alzamiento de los rebeldes fascistas y durante su gobierno mal gestionado. Una lástima.
ResponderEliminarMuy interesantes las entradas sobre la industria textil realacionada con los ejércitos.
Saludos
Elaine: bienvenida a este blog. Habrás visto que ya me he hecho seguidora tuya de estos blogs tuyos tan hermosos y de google +.
ResponderEliminarUn beso
Dissortat: me alegro de que te hayan gustado.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Carmen! Muy interesantes tus posts sobre la industria textil bejarana. Nosotros (somos una marca burgalesa de calcetines) entrevistamos estos días a Juan José Martín, experto en la industria textil burgalesa. Te invitamos a que la leas. Un saludo!
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