Autora: Carmen Cascón Matas
Aunque bien es cierto
que el patronato de la procesión del Corpus Christi recaía sobre la Casa Ducal
-como bien explicó en su libro “Ideología, control social y conflicto en el
Antiguo Régimen” Alejandro López Álvarez-, el consistorio se encargaba de la
organización de la misma. En nuestras pesquisas sobre el pasado de Béjar a
través de las actas municipales, es frecuente que nuestros ojos se posen en las
anotaciones que cada año hacía el secretario de las disposiciones tomadas por
sus regidores en relación con esta procesión que tantos vuelos ha ido
adquiriendo a lo largo de los años, sobre todo por la presencia curiosa de los
hombres de musgo. Sin embargo, esta muestra de religiosidad a la vez que de la
sociedad existente dista mucho de parecerse a la que se ofrecía a los ojos de
nuestros antepasados del siglo XVIII.
En
1751 el consistorio instó, como todos los años, a los vecinos “que se limpien
las puertas y las calles y cuelguen sus ventanas y echen en el suelo tomillos,
espadañas y otras flores pena de 4 ducados”[1].
Como vemos su incumplimiento se penaba con una multa cuantiosa para la época.
Asimismo se estableció que “el pendón de la villa lo
llevará Bentura Muñoz como Regidor del Estado General”, mientras que la
custodia “es llevada en mano por un sacerdote y se para al acabar La Carrera y
entrar en la Plaza, frente al convento de la Piedad en la Calle Mayor, al salir
de la feligresía del Salvador, frente a la Plazuela del Solano, en el convento
de Arriba, cementerio de San Juan, al salir de la Calle Mansilla a los Álamos”.
En todos esos lugares se alzaba un pequeño altar levantado por los gremios y
cofradías de la villa. Ahora esta tradición se ha recuperado, estableciéndose
paradas sólo en ciertos lugares: Plaza Mayor, Plaza de Nicomedes Martín Mateos,
iglesia de San Juan y Plaza Mayor de nuevo. También hay que tener en cuenta que
la custodia es transportada ahora sobre un templete y ésta a su vez sobre una
carroza, mientas que entonces se llevaba a mano y el sacerdote precisaba de
descanso. El teniente de Corregidor debía ir a caballo con la espada de la
Justicia y el tesorero del duque se debía hacer responsable de sacar la imagen
de Santa Águeda.
Cada gremio existente sacaba sus símbolos y santos
protectores: las panaderas debían elaborar ramos de flores; los fieles sacaban
en procesión a San Miguel; los molineros a San Pedro; los escribanos debían
acudir a la procesión; los procuradores debían levantar un arco de flores en el
recorrido; los carpinteros hacían lo propio con San José y eran los
responsables de preparar un trabuco en la Plaza Mayor; los mercaderes
preparaban dos arcos de flores, uno en la Plaza y otro en la Calle Mayor; los
zapateros sacaban a San Crispín; los cardadores portaban la folía; los
regidores llevaban el palio durante el recorrido de la procesión y debían
asistir a todas las ceremonias religiosas; los veedores de los tejedores de
paños se encargaban de pagar la cera de las velas y el mayordomo de la villa
adornaba las Casas Consistoriales con colgaduras y ramos de flores.
Además del consistorio los miembros del Cabildo
Eclesiástico tenían establecido a través de su Regla la asistencia de los
clérigos y el orden de las cruces parroquiales, en una obsesión por la
jerarquía que hoy nos parece ridículo pero que entonces provocaba verdaderos
conflictos, e incluso había ocasionado algún enfrentamiento violento. Según la
Regla establecida en 1736 [2],
la cruz de guía de Santa María la Mayor debía abrir el cortejo “como matriz de
las demás” y detrás las de los pueblos de Villa y Tierra en este orden:
Cantagallo, Navalmoral, Sanchotello, La Nava, Sorihuela, Peromingo, Valverde,
Valdelacasa, Ledrada, La Garganta, Baños, Navacarros, Candelario, San
Bartolomé, El Puerto, Becedas, La Cabeza, Fuentes, Solana, Medinilla, Gilbuena,
Neila y Hervás. Detrás, y en un orden que no podía ser trastocado, la cruces
parroquiales de Santa María la Mayor, El Salvador, San Juan Bautista y la del
convento San Francisco.
Numerosas imágenes de santos acompañaban a la custodia
del Santísimo en su recorrido: Santa Rosa, Santa Ana, Santa Águeda, Santa
Catalina, San Antón, San Francisco, San Nicolás, San Gregorio, San Crispín, San
Blas, San Sebastián, San Marcos, Santiago, San José, San Juan Bautista, San
Miguel, Nuestra Señora de la Misericordia, el Niño Jesús, Cristo Crucificado y
la Resurrección.
A pesar de haber sido redactada la entrada solemne de la
duquesa Mª Alberta de Castro y Portugal un siglo antes, merece la pena
transcribir el párrafo relativo a los hombres de musgo, verdaderos
protagonistas hoy de la procesión y entonces figuras simbólicas más dentro de
la compleja iconografía que formaba parte del acontecimiento. El regidor de la
villa portaba el pendón de la villa durante el recorrido, como ya hemos
apuntado, e iba escoltado por dos hombres “vestidos enteramente de Mó en
memoria de que con este monstruoso vestido se disfrazaron los soldados
Christianos cuando ganaron a los Moros esta población que posehian desde el año
721” [3].
Ahora, gracias al estudio minucioso de Gabriel Cusac y Pepe Muñoz
[4],
conocemos la verdadera historia de estos escoltas tan curiosos a pesar de que a
lo largo de los siglos una leyenda había sido tomada como verdad incuestionable
por los bejaranos.
[1] Archivo
Municipal de Béjar: Libro de acta de
sesiones del consistorio. Acta de 22 de mayo de 1751 (Sign. 1604), s/f.
[2]
AP Santa María la Mayor (Béjar): Regla
del Cabildo (1736), s/f.
[3] Me refiero a un largo documento
en el que se describe con toda minucia la recepción que se hizo a la duquesa
María Alberta de Castro y Portugal, mujer de don Manuel I, a su llegada a
Béjar. LÓPEZ ÁLVAREZ, Alejandro: Ideología,
control social y conflicto en el Antiguo Régimen, pp, 105. Centro de
Estudios Bejaranos, 1996.
[4] CUSAC SÁNCHEZ, Gabriel y MUÑOZ
DOMÍNGUEZ, José: Los Hombres de Musgo y
su parentela salvaje. El mito silenciado. Dip. De Salamanca, 2011.
Cuando he visto el título en G+ he pensado, pero como se me pasaría por la cabeza, que hablabas del presente. Ya veo que es de la de hace unos siglos.
ResponderEliminarMuy interesante.
Muy interesante la celebración del Corpus Cristi en Béjar del 1736. Tienes razón que el problema de estos actos es que hay un desconocimiento de todo el protocolo que conlleva y más en estos días que la gente se ha desligado un poco: aunque ya parece que se vuelve a tener una conciencia o mejor dicho una reconciliación con las jerarquias.
ResponderEliminarDesconocía estos hombres de musgo.
Un abrazo Carmen.
Yo también me he sorprendido hasta que me di cuenta que el pasado era el presente. Yo solo que se que la Solemnidad del Curpus aún es impresionante y actual en Toledo. No tengo noticias de que se celebre con solemnidad en el resto de España.
ResponderEliminarLos hombres de musgo ya los conocía por tí en entrada anterior:-)
P.D. Aprovecho decirte hasta pronto porque cierro hasta el 25. Voy cerrando porque el lunes pinto, y tengo muchas cosas pendientes. de hacer.
Bss y cuidate
Muy buena entrada. Haber si algun año coincide y estoy por allí para verla,he oido mucho sobre esta procesión pero nunca la he visto.
ResponderEliminarSaludos
Cuando las celebraciones se hacen por propia voluntad, bienvenidas sean. En otros tiempos eran forzosas y se imponían multas a los que iban por libre. Otros tiempos, otra mentalidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Recuerdo a ese hombre de musgo que usted ya nos había presentado en otras ocasiones. Es bueno conservar toda esa historia, y muy meritoria la paciente labor de ir desentrañando poco a poco la realidad que se oculta tras las leyendas.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Bisous
La tradición de los hombres de musgo resulta terriblemente sugerente: se diría parte de un antiguo culto telúrico. Abrazos.
ResponderEliminarComo siempre, muy Documentado que con las Fotos, nos haces participes de la Procesión.
ResponderEliminarLa Foto, donde se ve la Custodia, está muy conseguida y se aprecia el valor artis
tico de la misma.
Los Hombres de Musgo, creo recordarlo, de otro escrito tuyo.
Saludos, manolo
Curiosas tradiciones, aunque posiblemente lo curioso sea el modo en que se levantaba acta y se anotaba todo ello. Por cierto, cuánto mejor nos iría si en nuestros tiempos le diéramos un poco más de importancia al protocolo. Un abrazo
ResponderEliminarMaravillosa Procesión llena de Tradición, costumbres y hermosura.
ResponderEliminarLa Leyenda de los Hombres-Musgo ya la conocía y siempre me pareció apasionante.
Como te dije en más de una ocasión, Béjar me encanta y siempre que puedo voy a visitar.
Abrazos y besos.
Adoro a los ya legendarios hombres de musgo y la historia de su origen. Feliz dia de Corpus Christi, abrazos.
ResponderEliminarMuy oportuno este escrito, Carmen, que leo precisamente el día del Corpus por haber llegado tarde. Aunque en todas las ciudades creemos seguir la tradición, las tradiciones se van modificando a lo largo de los años o algunos de sus símbolos dejan de ser vigentes: los hombres Mo, la Tarasca en Granada, los niños carráncanos en Sevilla...
ResponderEliminarEn cualquier caso, son añadidos al motivo central de la solemnidad, cuyas referencias se pierden a lo largo del tiempo o no son comprendidas por quienes las ven y simplemente las contemplan porque forma parte de la tradición.
Mi admiración y un beso.
Me encantan estas tradiciones. Creo recordar que el año pasado ya pusiste una entrada sobre los hombres de musgo.
ResponderEliminarUn saludo
Cada vez que te leo sobre los hombres musgo, imagino tantas cosas, tantos bosques...
ResponderEliminarEspero que el tiempo acompañase.
Saludos.
Siempre encuentro tu ciudad muy particular, no es una procesión de Corpus Christi ordinaria, siempre hay algo que destaca de lo ordinario.
ResponderEliminarDe nuevo contigo, un abrazo
Ya en el siglo XVIII no se dejaba nada al azar.
ResponderEliminarDebía ser, si no la más, una de las procesiones más importantes de Béjar. Y, desde luego, se implicaba toda la población.
Me siguen maravillando los hombres de musgo.
Abrazos, Carmen!
De hecho era la más importante, a excepción hecha de la romería de la Virgen del Castañar, más popular, siendo la del Corpus más institucional.
EliminarUn saludo
Magnifico reportaje sobre la procesión del Corpus, ilustrada y acompañada de magnificas fotos y de ese personaje que a mi me fascina, el hombre de musgo.
ResponderEliminarU(n abrazo.
Me gusta mucho estos de los hombres de musgos. Una tradición interesante y singular.
ResponderEliminarNosotros hoy tuvimos la procesión en el pueblo.
Besote
Carmen fabuloso Post gracias por su visita feliz domingo y comienzo de mes Saludos
ResponderEliminarMe sorprendió mucho la primera vez que vi los hombres de musgos en tu blog; es realmente curiosa esta tradición en la fiesta del Corpus Christi. Que lo hayais pasado muy bien. Abrazos.
ResponderEliminarEn el pueblo de mi santo han recuperado la fiesta de corpus. Empezaron el año pasado, llovió, no vino nadie y fue un fracaso tal y como los más agoreros(yo misma) habían pronosticado...pero ¡Ja! este fin de semana el pueblo se llenó de gente y ahora ya están preparando la del año que viene. Claro que no tienen cosas tan bonitas y curiosas como esa de los hombres de musgo...pero se apañan. Un abrazo, guapa
ResponderEliminarMe alegro de que las tradiciones de tu pueblo se recuperen, Alma, porque hacen que se recupere la identidad, cuestión rleigiosa aparte.
EliminarUn beso
Los hombres de musgo es sin duda una de las tradiciones más curiosas de toda España. Esas inquietantes siluetas parecen salidas de algún cuento de terror... Esperamos que lo hayas pasado fenomenal estos días, un saludo!
ResponderEliminarLa fiesta del Corpus tiene un gran arraigo en Andalucía.
ResponderEliminarMe ha llamado mucho la atención los hombres musgo, seguramente es el elemento que diferencia la forma de procesionar de esta hermosa población con respecto a otros lugares del país.
Un beso.
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Hacía tiempo que tenía ganas de verla, desde el principio.
ResponderEliminarMe fui a las 9 al convento, habia muy poca gente y pude ver como vestían a los hombres, que era lo que más me llamaba la atención, pude hacer las fotos tranquilamente, después ya había barullo:)) seguí la procesión hasta las 13.30, me llevé unas cuantas broncas por meterme delante. En San Juan la dejé. Ya quería sentarme un rato.
Ahora puedo decir que tengo un buen documento:))
Un beso.
¡Vaya paliza! Pero, sin duda, mereció la pena como he podido ver en tu completo reportaje.
EliminarUn beso
Buena crónica, Carmen. Huele a hierba y cera, las paradas ante los altares, las fachadas relimpiadas, mantillas, comuniones, banderas y pendones, y además los Hombres de Musgo. No importa la dimensión del lugar, siempre que veo una procesión vuelvo a la del Corpus en mi barrio barcelonés de La Ribera y a la infancia.
ResponderEliminarEnhorabuena por el nombramiento de Interés Turístico.
Las fotos no son de este año, sino de otros anteriores porque, desgraciadamente, este año no he podido acudir con mi cámara como otros años por cuestiones profesionales (de las cuales no me quejo en este mundo poblado de licenciados en paro). Me alegro de que la procesión te retrotraiga a tu infancia y a tu barrio. Por cierto, habrás podido ver que la parafernalia del Corpus de la Edad Moderna en Béjar recuerda mucho al de tu tierra y al de ciudades como Valencia. Muchas de estas tradiciones se han perdido en el olvido, reduciéndose a la mínima experiencia, pero otro como Verga se mantinen frescas.
EliminarBesos
Hola Carmen, una buena entrada para una solemnidad que se va perdiendo, pero confío que se recupere aunque sin tanta parafernalia y atendiendo más al amor del Cuerpo de Cristo.
ResponderEliminarRecuerdo que en mi primera comunión, no pude ir a la procesión llevando una cinta porque se tenía que pagar y no poco, lo hice al año siguiente, fotografía que aún conservo.
Gracias por esta entrada tan entrañable.
Un abrazo
Sor.Cecilia
La gente más que procesión del Corpus la llama erróneamente la procesión de los hombres de musgo, por parecer estos el centro de atención. No se equivoca, entonces, en lo más mínimo.
EliminarUn abrazo
Interesante reportaje sobre la procesión del Corpues. Siempre me ha parecido original los hombres de musgo, algo único en España.
ResponderEliminarUn abrazo.