23 de marzo de 2015

Aquellas bejaranas que se fueron a Alemania en los años sesenta (2ª Parte)


Autor: Javier R. Sánchez Martín

Solución al paro: la emigración. Las pioneras bejaranas.



En España, y también en Béjar, vuelve a hacer su aparición la emigración. Así, entre 1960 y 1975, siete millones de españoles abandonaron sus lugares de origen para tratar de encontrar un trabajo en las zonas más ricas de España (Madrid, Cataluña, País Vasco,…), aunque hubo entre dos y tres millones que lo hicieron al extranjero, la mayoría a otros países europeos, como Alemania, Francia, Suiza… 


Las divisas que aportaron fueron el maná que alimentó la economía española durante años. Sin estos dineros, duramente ganados, difícilmente podría haber logrado España el grado de desarrollo económico conseguido en los años sesenta.


Muchos de esos españoles fueron a Alemania, donde el colectivo de nuestro país llegó a ser el segundo, después de los italianos. ¿Quiénes fueron los artífices que hicieron posible esta emigración organizada? Los personajes claves son Miguel de Lis, delegado de Trabajo y Emigración, Enrique Sorribes, agregado laboral de la embajada de España en Bonn y, en el caso concreto de Béjar, el jefe de personal de la histórica Wülfing, Horst Kubiak, que había coincidido en los campos rusos de prisioneros con soldados de la División Azul española.


En casi todos los casos se fueron legalmente, con un contrato de trabajo firmado en la mano, sabiendo incluso que allí iban a desarrollar tareas que ya conocían de sobra, en un guill, selfactina, bobinadora o continua de hilar. En fin, nada diferente a lo que habían hecho hasta ahora. Pero en Alemania les esperaba una sociedad bastante distinta a la que ellas conocían, con un idioma y unas costumbres muy diferentes a las que había en la España de la época.


Las primeras bejaranas salieron de la puerta del Bar Pepe, después (y hasta hace bien poco) Bar Sol, a las cuatro de la mañana del día 19 de marzo de 1960. En Salamanca recogieron a unas cuantas más hasta sumar un total de 43. Imagínenselas a una hora tan temprana, con las brumas del sueño aún rondando sus ojos -si es que durmieron algo esa noche-, acompañadas de sus familiares y algunas de sus novios o maridos (de las 43, tres eran casadas). Supongo que a la mayoría de ellas la situación les parecería irreal, hasta me atrevería a decir que un poco absurda, y que estarían tratando de dilucidar si habían tomado la decisión correcta. Seguro de que, cuando montaron en el autobús, a alguna de ellas les daría ganas de bajarse y terminar con la aventura antes de comenzarla. No obstante, Kubiak, verdadero artífice de este lance, viajaba con ellas, animándolas y ocupándose de los detalles del viaje.





Foto 1. En la foto están, entre otras, Paquita, Marta, Berta, Pilar y Carmen delante de la conocida como Residencia de españolas en la Wülfing.


Pernoctaron en Burdeos  y, después de dos días de viaje y de 2.000 kilómetros por carreteras españolas, francesas y alemanas, llegaron a la Wülfing, en Remscheid. En la mañana del 21 fueron llevadas al comedor de la empresa y allí fueron entrevistadas por funcionarios de diversos organismos, asistidas por un intérprete, pasaron un reconocimiento médico, y al día siguiente, el 22, comenzaron a trabajar. La acogida por parte de los alemanes fue muy buena.


Estas primeras bejaranas se alojaron en la residencia de las austríacas, llamada así porque la mayoría de sus residentes eran de esta nacionalidad, pero enseguida la fábrica acondicionó unos antiguos almacenes que fueron habilitados como residencia para españolas y que ellas bautizaron como “Residencia del Castañar”.




Unos meses después salieron de Béjar otras 60 mujeres para trabajar en la misma fábrica y ya fueron alojadas en la residencia que la gente llamaba “de las españolas”. En un Béjar en Madrid de la época se describen las “comodidades” con que contaban: cocinas modernas con hornos eléctricos, grandes neveras, baterías de cocina de aluminio y vajilla de porcelana, receptores de radio y de televisión de último modelo, y también agua caliente y fría. Añade que la residencia les costaba cuatro marcos a la semana (incluidos gas, electricidad, calefacción y agua caliente y fría) y la comida del mediodía en la cantina otros cuatro marcos semanales (por los cinco días laborables). Descontados estos gastos imprescindibles, en 1960 cada obrera venía a cobrar unos 52 marcos semanales cuando trabajaba en el turno de la mañana y 59 en el de tarde, deducidos ya los impuestos. Aunque esto era al comienzo, luego ganaron más. El turno de noche quedaba reservado para los hombres. En el mismo ejemplar se puede leer también que en la cena y el desayuno podían gastarse alrededor de 16 marcos semanales. Cada habitación acogía de 6 a 8 personas en literas de a dos.

Foto 2. Empaquetando ropa interior y otros artículos en la fábrica TAKE, en  Wüpertal-Barwnien.


 Después, cuando se llenó la residencia española, algunas expedicionarias de 1961 fueron alojadas en la residencia de austríacas, como al principio. Según Lorenzo Bejarano, que vivió en primera persona esta emigración y que bajo el seudónimo de “Un bejarano” escribió algunos artículos sobre el tema, esta última residencia era la mejor y tenía capacidad para 200 personas, todas ellas mujeres, la mayoría austríacas y el resto españolas. Luego estaba la residencia de Hildegardstr, que acogía a 50 hombres en su piso inferior y a 160 mujeres en el superior, la de Dahlerau a 85 mujeres y 18 hombres y la de Dahlhausen a 45 mujeres. 


Lorenzo detalla también de que, en 1962, su salario neto era de 677 marcos, que equivalía a algo más de 10.000 Ptas. al cambio de la época (unas 15 Ptas. por marco), mientras que el sueldo por ejercer la misma profesión en Béjar andaba por unas 3.000 Ptas. por mes.



Foto 3. Celebrando la cena de Nochebuena en 1961, en el comedor de la Residencia de austríacas.



En la foto 1 pueden verse a varias de las bejaranas en un día de asueto, posando delante de las casas que la Residencia de españolas. La foto 2 está tomada en una de las secciones de la fábrica Take, en Wüpertal. En la foto 3, un nutrido grupo de bejaranas y bejaranos están celebrando la Nochebuena de 1961 en el comedor de la residencia de austríacas. En esta última foto pueden verse, entre otros, a Paquita, Juan, Chicharro, Loli Hernández, Mri Gallego, José Bejarano, Berta Hernández…

Continuará

20 comentarios:

  1. Gente que se hizo valiente a la fuerza. Cuando se tienen pocos años, salud y ganas de vivir algunos son capaces de eso y de mucho más.
    Un saludo.

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  2. Fuertes y valientes. Sabiendo que había que luchar por la supervivencia propia y de la familia que quedaba en España. Imagino que cuando la tristeza y la nostalgia aparecieran se arroparían las unas a las otras, y se darían ánimos pensando tan solo en que con el dinero ganado iban a mitigar la desesperanza de los suyos.
    Saludos

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  3. Convertirse en inmigrante no es fácil...Te lo dice uno :D

    Duras condiciones, que se acepta para tener un mejor porvenir.

    Besos

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  4. Que ilusión me ha hecho ver esta entrada sobre la emigración a Alemania en los años sesenta. Pero como no recordarlo si yo fui una de tantas.... Salimos entre Palencia y Valladolid, ochocientas españolas y muchas de nosotras, alli formamos nuestra vida.
    Unas con alemanes, y otras como en mi caso, con españoles.
    Me ha dado una enorme alegría encontrar tu blog y descubrir tantos recuerdos vividos hace ya muchos años...
    Un abrazo muy fuerte querida.

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    1. La experiencia vivida por las bejaranas se debió repetir en mujeres de toda España. Me alegro de que el texto te haya hecho rememorar épocas pasadas, experiencias vividas en tu propia piel.
      Un abrazo

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  5. En principio parece desagradable tener que dormir hacinadas en las residencias, en literas de a dos, todo tan diferente a la sensación de hogar. Pero precisamente al estar en tierra extraña, debía de resultar reconfortante la compañía.

    Buenas noches

    Bisous

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  6. Carmen Muy interesante esta entrada Saludos

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  7. Un interesante documento para mantener viva la memoria de una época que, para los que nos tocó vivirla con o sin emigración, marcó indudablemente nuestro futuro.
    Un abrazo,

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  8. Muy interesante tu entrada pues desconocía este episodio y la existencia de la Wülfing-Kamgarn esa importante fábrica textil de Remscheid-Lennep que por lo visto cerró sus puertas en 1996 después de más de 300 años de existencia. Por otra parte viendo la foto de la Nochebuena pienso que en España hemos perdido algo de la elegancia que nos caracterizaba a pesar de la condición social de cada uno. Un saludo.

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    1. De lafábrica hablaremos en las siguientes entradas porque el autor del texto viajó a Alemania para documentarse. Colgaremos fotografías de los edficios para ver cómoestán en la actualidad.
      Saludos

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  9. Unas valientes y ademas con una gran autoestima.En vez de quedarse en suelo patrio pasando necesidades, tuvieron la valentía de salir a buscarse la vida.-Pero sí, que en esos tiempos posiblemente valía la pena pasar unos años apretados o fuera del terruño porque al cambio el marco resultaba beneficiosos y podían ahorrar algo.

    Esperando saber más de estas mujeres que son un ejemplo, en una época que todo se cuestionaba.

    Feliz semana Carmen.

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  10. Emigrar siempre es un acto de decisión e intentar solucionar un problema de supervivencia o político, pero hay mucho heroísmo en estas mujeres bejeranas dejando a su familia, siguiendo a sus maridos o a sus novios. Me parece que el salario era bueno con lo cual les hacía bien economizar para sus familias y volver en su día a su patria, Alemania les ofreció algunos adelantos y buen funcionamiento en trabajo y hospedaje.
    Un abrazo.

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  11. Por los años sesenta, fueron muchos los hombres y mujeres que han tenido que emigrar en busca de unas mejores condiciones de trabajo. Muchos han hecho, a fuerza de trabajo y ahorro, lograr sus sueños y volver a su tierra natal.
    La gallette de roi, no lleva aire, con los huevos, azúcar, mantequilla y almendra molida, se prepara un exquisito relleno y podrás comprobarlo si te decides a hacerla y te metes en la cocina.
    Cariños y buena semana.
    kasioles

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  12. Se me había pasado la anterior entrada, que leo ahora con esta. Pese a tener que dejar su tierra veo que las condiciones salariales y de alojamiento no estuvieron nada mal. Eran tiempo de emigraciones, algunos como lo vendimiadores en condiciones bastante peores.
    Un abrazo.

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  13. Podemos imaginar lo que fueron aquellas Navidades, las canciones, las lágrimas.
    La nostalgia por no estar con los suyos y la suerte de tener al lado a quienes podían entenderlas, compartiendo sentimientos y cultura.
    Saludos.

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  14. Algún familiar mío también marcho a Alemania y Suiza , lo triste es que la esposa y hijos pequeños se quedaros aquí. Ahora por la situación que vive el país de nuevo tienen que marchar nuestros jóvenes. Una entrada magnifica Carmen.
    Un abrazo.

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  15. Aquello era romper por mucho tiempo con las raíces, con la familia y viajar a lugares extraños sin saber como sería su futuro, aunque por lo que se cuenta los sueldos y las condiciones de vida eran muy diferentes a la España de la época.
    Un saludo.

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  16. Todos y mas los gallegos sabemos lo que es la emigración. Mi madre nació en Cuba, alli fueron mis abuelos a ganar los dineros. Primos mas tarde a Alemania, el desarraigo esta instalado en nuestras familias.
    Un beso.

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  17. Me ha parecido muy interesante el artículo, por la profusión de detalles. Nos sirve para hacernos una idea de los beneficios de aquella emigración (económicos) que no creo se parezcan a la emigración actual, por lo que parece.
    Me gustó mucho.

    Un saludo

    · LMA · & · CR ·

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  18. Siempre sucede lo mismo cuando el trabajo escasea, hay que salir de España y emigrar si es preciso.
    Hay que reconocer que han sido mujeres valientes, decididas y con ganas de trabajar, superarse y, sobre todo, enviar dinero a su familia que tanto lo necesitaba.
    Para todos los emigrantes, mi admiración y respeto.
    Cariños.
    Kasioles

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.