Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
Du
nouveau sur le royaume de Pampelune au IXe siècle, publicado por
Évariste Lévi-Provenzal en el Bulletin
Hispanique en 1953, reveló los fuertes lazos familiares del tronco navarro
de los duques de Béjar con la dinastía de los Banu Qasi, señores musulmanes del
Ebro, y con el emirato de Córdoba que dominó gran parte de la península.
La península ibérica a comienzos del
siglo X,
mapa publicado por la Universidad de Texas
Esta situación
duró hasta la tercera generación de los reyes de Pamplona, cuando Fortún Garcés
(aún
no existían los apellidos en España) comenzó a alejarse de sus raíces
islámicas, pero alcanzó a manifestarse en el nacimiento de Abderramán III, el
más grande gobernante de la España musulmana, hijo de una bisnieta de Íñigo
Arista (nota
anterior)
Corte de Abderramán III, por
Dionís Baixeras, 1885
La tardía
penetración del cristianismo en Navarra logró manipular estos antecedentes
hasta el punto de que el patriarca del linaje en cuestión, Íñigo Arista, aparece
como christicolae princeps en los
escritos del obispo Eulogio de Córdoba, aunque de hecho el linaje terminó por
abrazar la nueva fe y en los siglos posteriores se perfiló como uno de sus más
fervientes adscritos.
Eulogio de
Córdoba en la iconografía cristiana
Del origen judío
que el Tizón de la Nobleza Española y
otros libros verdes atribuyen a casi
todos los miembros de este linaje no hay mucho que decir, teniendo en cuenta la
intención y errores de estos libelos, aunque resulten sospechosas la presteza
con que Diego López de Estúñiga, Alguacil Mayor del reino, acudió a sofocar la
revuelta antijudía de Sevilla en 1391, y las buenas relaciones de los duques
con los judíos de Béjar. Al fin y al cabo los bienes inmuebles de judíos sevillanos
y bejaranos, después de matanzas y expulsiones, fueron a parar a manos del
linaje.
Escudo de los
duques de Béjar a la entrada del Museo Judío de la ciudad
Llama la
atención que el I duque de Béjar Álvaro de Zúñiga y su segunda esposa y sobrina
Leonor Pimentel y Zúñiga dedicaran a San Vicente Ferrer el templo que mandaron
construir junto a su palacio en Plasencia, por haber sido este personaje uno de
los mayores instigadores de revueltas antijudías en España con su lema bautismo o muerte. Estrategia de
conversos, dirán algunos, pero lo cierto es que al menos el motivo de la
curación milagrosa de su hijo Juan de Zúñiga y Pimentel por intermediación del
santo valenciano ha sido desmitificado (Consideraciones sobre la vida de Juan de
Estúñiga, Maestre de Alcántara. Gloria Lora Serrano, 2008)
San Vicente
Ferrer por Giovanni Bellini, Venecia, 1464
En el Museo
Judío de Béjar se exhibe un facsímil de la Crónica
burlesca del emperador Carlos V escrita por Francés de Zúñiga, considerado mucho
tiempo un judío converso protegido del II duque Álvaro de Zúñiga y su tía y
esposa María de Zúñiga y Pimentel, pero han surgido opiniones que lo consideran
un miembro menor de la familia ducal. Judío o no, se mantiene en el interés de
estudiosos como José Antonio Sánchez Paso, que profundiza en el conocimiento de
su coterráneo con publicaciones y conferencias.
Conferencia Fortuna y adversidades de don Francés de
Zúñiga por Sánchez Paso,
Museo Judío de Béjar junio 2014
Del matrimonio
de Isabel de Zúñiga y Pimentel, hija del I duque de Béjar, con Fadrique Álvarez
de Toledo, II duque de Alba, nació Juan Álvarez de Toledo y Zúñiga, que fue
obispo de Córdoba (estableció el estatuto de limpieza de sangre contre moros y judíos) y
luego cardenal por influencias en el Vaticano de su hermano Pedro Álvarez de
Toledo y Zúñiga, virrey de Nápoles. Fue el candidato del emperador Carlos V
para suceder al papa Pablo III, pero reunió sólo 20 votos de los 29 que se
necesitaban en el cónclave.
Cardenal Juan
Álvarez de Toledo y Zúñiga (1488-1557), papabile
El cuadro se
completa con otros sujetos de las ramas familiares del ducado que transitaron
por este periplo desde el paganismo ancestral de las raíces vasconas hasta la práctica
casi demencial de nuevas formas religiosas (linaje
esquizotipo: Con la Z de Stúñiga, Sánchez Paso), siempre
ligadas al poder, y lo cierto es que sobre este tema hay todavía mucho paño (¡de Béjar!) que cortar.
El estatuto de limpieza de sangre ;es una obsesión en todos los linajes.-Me choca un poco esta palabra, porque si era un converso de un plumazo ya se le quitaba ese peso.
ResponderEliminarTienes razón que aun hay mucho paño que cortar...'
Un beso casi primavera:)
No es de extrañar que esa convivencia de civilizaciones , llevara consigo un enlace matrimonial entre miembros de distintas civilizaciones.
ResponderEliminarBesos
Cuando miras el mapa y ves el Emirato de Córdoba comprendes muy bien todo el arte mulsulman que se encuentra en España.
ResponderEliminarInteresante los linajes del duque de Béjar.
Un abrazo.
Independientemente del debate sobre la "pureza de sangre" de estos o de aquellos, aquí muchos conversos eran dados a mostrar un exceso de celo religioso para alejar sospechas sobre su persona. No faltaron ni los inquisidores de dudoso origen ni las muestras de costumbres propias de cristianos, como la asistencia a ritos religiosos o la mesa de matanza bien visible en la entrada de la casa.
ResponderEliminarUn saludo.
Siempre me asombra la gran documentación de las entradas que versan sobre los duques de Béjar. Muy interesante.
ResponderEliminarUn beso
En Perú se dice que "el que no tiene de Inga, tiene de Mandinga", en alusión al mestizaje, así qué mezclas no tendremos en España donde tantos pueblos han confluido siempre.
ResponderEliminarUn abrazo,
La familia Zúñiga era, es, el reflejo de la mayoría española. En este enclave de culturas donde pasaron o se integraron pueblos tan diversos como el islámico, romano, judío, germánico, más los nativos americanos, orientales y africanos de las colonias, nadie se libra de tener una genealogía a estudiar. Lo que considero muy positivo.
ResponderEliminarA veces los conversos eran más radicales que los propios. Interesante entrada Carmen, contigo voy conociendo cada día más de nuestro país y sobretodo de Béjar.
ResponderEliminarUn abrazo.
En mas de una ocasión las familias influyentes tratarían de tapar su pasado siempre que les perjudicara.
ResponderEliminarSaludos.
Menudo jaleo de mezclas y mestizaje. La inmensa mayoría no sabemos nuestros orígenes. La pureza dudo mucho que exista en nadie. Bss
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