Autor: Manuel Álvarez-Monteserín Izquierdo
Lo sorprendente e interesante en la vida del relojero bejarano José Ángel Reig Blasco está en que cuenta con una de las colecciones de relojes más interesantes de España, fundamentalmente de bolsillo, a la que se suman otras tipologías no menos importantes. En esta colección podemos encontrar relojes de distintas procedencias y nacionalidades: suizas, francesas, alemanas, italianas, portuguesas, españolas... por citar algunas. Dentro de esta tipología se podrían hacer dos grandes clasificaciones: caballero y señora, y asociadas a ellas otras subdivisiones por profesiones: militares, aviación, enfermería, etc. Pasaríamos a los relojes de sobremesa o chimenea (franceses normalmente) fabricados con diferentes materiales, siempre metal para la maquinaria, normalmente bronce, pudiendo estar profusamente decorados con tallas y policromía.
Es posible que en España tengamos grandes coleccionistas de de relojes prácticamente desconocidos. Si nos adentramos en los museos que se dedican a este tipo de piezas históricas, destacaríamos las pertenecientes a Patrimonio Nacional con 721 relojes, catalogados entre 1583 y primeros años del siglo XX, que se encuentran repartidos por los distintos palacios y monasterios reales, principalmente en el Palacio Real de Madrid. Los monarcas españoles mostraron afición por los relojes, sobre todo Carlos V y Felipe II, a quien se le adjudica el reloj más antiguo de la colección, en forma de candil y fabricado en Madrid en 1583 por Hans de Evalo, maestro de Bruselas. Se trata de un reloj denominado “de custodia”, en bronce dorado y labrado, con una sola aguja.
Otro gran relojero fue Giovanni Torriani (natural de Cremona). Llegó a España en 1556 llamado por Carlos V, y fue conocido con el nombre de Juanelo Turriano. Fabricó “El Cristalino”, un reloj capaz de indicar la posición de los astros en cada momento. Gracias a este tipo de inventos, Carlos V le encargó el mantenimiento de los relojes del palacio-monasterio de Yuste, fabricando algunos y autómatas de cierta complejidad. Se deben también a Torriani dos relojes de sol, uno en la fachada del monasterio y otro en el claustro. A Juanelo se le conoce fundamentalmente por el invento “El Artificio de Toledo”, capaz de subir agua del río Tajo hasta lo más alto de la ciudad.
Otro de de los museos más importantes de España lo encontramos en Jerez de la Frontera (Cádiz). Se trata del Palacio del Tiempo, que recoge el Museo de los Relojes, perteneciente a la Fundación Andrés de Ribera y cuya directora comercial es Mirian Morales Lara. La colección cuenta con unas 300 piezas, de las cuales unas 280 están expuestas y además pone de manifiesto las diferentes técnicas relojeras de países como Inglaterra, Francia, Italia, Suiza, Austria y Alemania. El museo expone relojes desde el siglo XVII hasta el XIX, magníficas piezas fabricadas por relojeros como Lepine, Lepaute, Guydamour, Le Roy, entre otros muchos. El libro de May Ruiz Troncoso El Palacio del Tiempo nos abre otras vertientes como el estudio de los materiales, técnicas de fabricación, glosario de términos…perfecto para los profanos en la materia y con ganas de hacer una incursión en el mundo de la relojería y su trayectoria en el tiempo, por no hablar de la influencia y consecuencias del conocimiento y empleo del tiempo por parte el ser humano.
A nivel privado existe otra colección importante en Madrid de relojes perteneciente a la familia GRASSY (cuyo emblema son dos caballitos de mar enfrentados). Alexander Grassy nace en Argelia, de origen italiano y nacionalidad francesa, provenía de una familia de orfebres milaneses, que llegó a España en los años veinte del siglo pasado y se afincó en Madrid. En la actualidad esta familia sigue perteneciendo al mundo de la alta joyería y relojería. La primera tienda-taller que abrió estaba en la calle Infantas, especializándose en relojes, tema que a Alexander le apasionaba. Su seriedad en el trabajo y su honorabilidad contribuyeron a la apertura de una segunda tienda en el primer número de la Gran Vía madrileña, en un magnífico edificio construido en 1916 por el arquitecto Eladio Laredo Carranza, inmortalizado por el pintor Antonio López, donde se pueden apreciar los relojes, en la parte baja del edificio, como museo antiguo del reloj. Las visitas son exclusivamente privadas.
Más próximo a Béjar se encuentra la colección de relojes del Palacio del Arzobispo Fonseca, una recopilación de relojes populares donada a la Universidad de Salamanca por Andrés Santiago Zarzuelo en 1989. Las personas que visiten esta colección se adentrarán en el mundo de la relojería a lo largo del siglo XIX y principios del XX (de 1800 a 1925). El “Consorcio Salamanca 2002” con motivo de la celebración de la Ciudad Europea de la Cultura abrió la exhibición de esta colección para el público en general.
A estas alturas del relato muchas personas se habrán identificado con la vida de esta familia de relojeros de Béjar, sus máquinas del tiempo, los avances y la evolución desde el primer reloj, que normalmente nos regalaban en la primera comunión, y los relojes digitales, por no hablar de los atómicos que muchos mantenemos en nuestros trabajos, empresas y tal vez en la propia muñeca.
El paso del tiempo nos seguirá importando al margen de la tecnología y de la estética del reloj. Para los asiduos a museos y centros de arte, teniendo en cuenta la escasez de museos con peso específico relacionados con el reloj y su historia, habrán pensado en la importancia que tiene el hecho de que José Ángel Reig haya donado toda su colección a Béjar y a la Colección "Valeriano Salas", 311 piezas.
Desde junio puede admirarse en el Centro Municipal de Cultura San Francisco, enriqueciendo el patrimonio cultural de la ciudad y recreando en ellas el “concepto tiempo” captado en las distintas tecnologías ycuantificado en los distintos soportes, fruto de la evolución, conocimiento e imaginación del ser humano.
No he estado nunca en un Museo de relojes. He visitado varias veces Jerez de la Frontera , pero siempre ha sido de verano y el calor, me ha hecho regresar a Cádiz, después del almuerzo.
ResponderEliminarA ver si un día visito uno de estos Museos.
Besos.
Un museo que tiene que ser interesante y por lo que nos dices es de las cosas que me quedan por ver de la ciudad de Béjar.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias por compartir este interesante artículo de D. Manuel Álvarez, el cual en sus tres partes lo he disfrutado mucho, por lo que ya te comenté.
ResponderEliminarUn saludo, amiga Carmen, y ya pasaré el lunes o martes para leer tus dos últimas publicaciones con detenimiento, ya que hoy me es imposible por falta de tiempo.
Saludos.