Dos ejemplos de la azulejería de Juan Ruiz de Luna en Béjar (1863-1945) (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid nº 4.902 (02/IX/2022).

        Es posible que me haya topado en algún momento de mi existencia con Juan Ruiz de Luna y, por supuesto, no en persona porque este artista azulejero nació en un pueblecito de Toledo en 1863, Noez, y murió en Talavera de la Reina en 1945. Sin embargo, desde octubre del año pasado hasta este mes de marzo en que escribo estas líneas se ha cruzado en mi camino por azares del destino dos veces y ambas en Béjar. 

 Fuente de Ruiz de luna en la residencia teatina del Castañar de Béjar

            La primera vez que surgió su nombre, lo hizo en un contexto inesperado. El 10 de octubre de 2021 la Cofradía de la Virgen del Castañar inauguraba felizmente una muestra que conmemoraba los 75 años de la Coronación Canónica de la Virgen del Castañar. Ese día, invitadas amablemente por la cofradía, acudíamos Josefa Montero García y yo en representación del Centro de Estudios Bejaranos. Dentro del edificio de la residencia teatina, lugar de la muestra, nos encontramos con nuestro compañero del Centro y escritor, el bejarano Gonzalo Santonja Gómez-Agero, hoy consejero de Cultura de la Junta de Castilla y León. Estaba exultante tanto por la calidad de la exposición como por un hallazgo que hubiéramos pasado de largo en nuestra ignorancia: en el centro de la sala donde se exponían los mantos de la Virgen, adosada a un muro, una fuente enteramente confeccionada de azulejos se enseñoreaba del espacio, atrayendo las miradas con su gama de colores amarillos y azules. En principio la lógica dictaba que ese emplazamiento dentro de un espacio cerrado era incongruente en una fuente. 

Juan Ruiz de Luna

 

            Con su sapiencia, Gonzalo nos explicó la singularidad de la pieza al tratarse de un ejemplo del más bello arte de Juan Ruiz de Luna, el más famoso y consumado azulejero de Talavera de la Reina[1]. Su firma adjudicaba sin lugar a dudas la obra al artista toledano, una atribución que además confirmaba la decoración de la pieza siguiendo modelos platerescos y renacentistas, tanto en su concepción general como en sus motivos decorativos, entre los que destacaban dos amorcillos o niños con pomas y elementos frutales en sus manos situados sobre una base poligonal, decorada en cada una de sus caras por mascarones[2]. 

 Cerámica de Ruiz de Luna en una casa de Madrid

            Y es que no era para menos la alegría de Gonzalo Santonja. Juan Ruiz de Luna[3] nació en el seno de una familia propietaria de un taller de castañuelas en Noez, pero pronto, debido a su inclinación por el arte, se trasladó al taller que regentaban sus tíos en Talavera para aprender a pintar y a decorar. La temprana muerte de sus parientes por una epidemia de cólera le dejó al frente del negocio. Años después su arte se vio catapultado por la relación artística mantenida con Enrique Guijo, pintor y ceramista de Triana. Ambos, mano a mano, investigaron la cerámica talaverana de los siglos XVI, XVII y XVIII para reproducirla fielmente.

            Ruiz de Luna mantuvo relación con otros artistas del momento tales como el escultor Benlliure, los hermanos Lumière, intelectuales como Unamuno o los pintores Sorolla y Zuloaga, entre otros. Se considera la década de 1920 la más productiva del artista con muestras de sus piezas en exposiciones nacionales e internacionales y encargos por doquier. Sus obras eran costosas por su virtuosismo y originalidad inspirada en el pasado, por lo que no es de extrañar que sus principales clientes fueran miembros de la aristocracia, de la burguesía o intelectuales noventayochistas que deseaban la recuperación de lo español en todos sus campos. Y sus cerámicas las podemos encontrar en la Plaza de España de Sevilla, el metro de Buenos Aires o el Alcázar de Toledo. Así no es extraño que se le considera el mejor artista de cerámica de Talavera de la Reina. 

 Fuente diseñada por Ruiz de Luna con una escultura de Benlliure

Fuente wikipedia

            La fuente de la residencia teatina se encuentra en un lugar, en principio, extraño. Preguntado por el particular[4], existen versiones que la hacen en el jardín a la intemperie y que en algún momento se trasladó al interior. Otras la enclavan siempre ahí, vigilando el ir y venir de los niños que pululaban por decenas en una residencia hoy silenciosa. En todo caso, parece ser el resultado de una donación después de la llegada de la orden Teatina.

 

Continuará

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[1] Donde por cierto tiene un museo visitable en un antiguo convento del siglo XVII.https://turismotalavera.com/queverentalavera/museo-ruiz-de-luna.html

[2] Una fuente mucho más ornamentada pero con los mismos motivos de niños es la que se construyó en la Alameda de Cádiz del escultor Mariano Benlliure con la colaboración de Ruiz de Luna. Las figuras de los amorcillos eran de gran tamaño y se modelaron en el taller de Ruiz de Luna. Se documentan fuentes similares a esta de Cádiz en Madrid. https://hitosdecadiz.blogspot.com/2020/07/la-fuente-de-los-ninos-de-mariano.html. Es probable que moldes de infantes similares se realizaran en los talleres para prodigarlos en fuentes y otras piezas.

[3] Consultar su biografía de la Real Academia de la Historia debida a Isabel Hurley Molina. https://dbe.rah.es/biografias/5436/juan-ruiz-de-luna.

[4] Gracias a las pesquisas de Juan Luis Olleros Izard y de Jerónimo Rodríguez-Arias, a quienes reconozco sus esfuerzo por indagar sobre el particular, podemos plasmar aquí ambas versiones.