Oraciones y ruegos en verso a la Virgen del Castañar (1ª Parte)

    Autor: Iván Parro Fernández

     Uno de los aspectos más destacados de las celebraciones en honor a nuestra  patrona bejarana que vamos a vivir en los próximos días es, sin duda, el religioso, ya sea con la novena a la virgen, con la solemne misa el mismo día 8 de septiembre en el santuario como es tradicional, la romería y procesión o con todas las celebraciones religiosas que se promoverán estos días.

 

Imagen sacada de Prensa histórica

 

          Muchos creyentes han implorado o lanzado a la Virgen del Castañar peticiones, ruegos, súplicas o también agradecimientos. Ella es la Madre de todos, la cual siempre observa con atención e interés las inquietudes y necesidades de sus hijas e hijos bejaranos. Ella es protectora de nuestras almas y de nuestros corazones. Muchas personas han hecho y manifestado por escrito ese afecto sincero y cercano con nuestra patrona, dejando constancia de sus plegarias o ruegos a la virgen. Como pequeña muestra de ello queríamos compartir algunos ejemplos que están recogidos y fueron publicados en su momento en el periódico La Victoria, y que pueden consultarse a través de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica en el siguiente enlace: https://prensahistorica.mcu.es

            Este semanario bejarano, que empezó a publicarse en 1894, es un buen referente para conocer mejor la intrahistoria de muchos momentos que ha vivido la ciudad de Béjar, y entre ellos por supuesto las celebraciones en honor a nuestra Virgen del Castañar.

 Todo colección

            En algunos de los números consultados se ofrece una detallada y amplia información sobre el desarrollo de la fiesta con los actos en los distintos lugares donde se celebra, el sentimiento y la actitud respetuosa y empática de la gente, gozosa y alegre esos días de fiesta tan especiales, la descripción de la misma ermita o de la residencia de los padres teatinos, la explicación de la talla de la virgen o de la historia del surgimiento y evolución de la cofradía o el relato pormenorizado que narra la aparición de la talla de la virgen entre otros. En muchos de los ejemplares de este semanario podemos encontrar esas descripciones y elementos citados. Por otro lado, y referidos más concretamente al tema que nos ocupa, tenemos variadas y sentidas peticiones o ruegos a la virgen, pues cada persona, según su situación y necesidad, eleva esa plegaria mariana para que sea escuchada y recibida por la Madre de todos.

 Foto antigua de la romería. Todocoleccion

            Hay fieles como Manuel Llorente Zúñiga que solicita de la virgen su amparo y amorosa protección en estos términos:

 

            “¡Soy desgraciado, virgen amada!:

            de mis pecados me arrepentí;

            calma mi pena, y tu mirada,

            haz que amorosa llegue hasta mí.

            Eres consuelo del abatido,

            eres la madre del pecador,

            ¡dame tu amparo! que, arrepentido,

            hoy solicito tu protección”

                                               (Número 164, 18 de septiembre de 1897)

 

            Y esa petición de protección a la virgen también la expresa Juan Martín Sánchez, presbítero, de esta manera:

 

            “¡Oh Virgen sin mancilla, purísima azucena,

            del pueblo bejarano consuelo celestial!:

            si a todo el que te invoca le auxilias en su pena,

            préstanos bienhechora tu amparo maternal.

            (…)

            ¡Cuántas y cuántas veces tu auxilio soberano

            en horas de tristeza, pendiente de tu amor

            he invocado, ¡oh María!, y nunca ha sido en vano

            que siempre bondadosa calmaste mi dolor!

            (...)

            Cuando en los días de prueba, perdida la alegría,

            al verse sin consuelo mi pobre corazón

            busco tu santo amparo, dulcísima María,

            tu benigna le diste tu hermosa protección.

            Con ella yo he vivido, con ella yo he salvado

            la tempestad del mundo, que me envolvió cruel,

            y quiero, agradecido, pues que por ti he triunfado,

            humilde pueda darte mi cariño fiel.

            (…)

            ¡Madre del alma mía! ¡Oh Madre cariñosa,

            Virgen pura y hermosa de sin igual poder!

            ¡Ayúdame benigna, protégeme piadosa

            y haz que del bien la senda consiga recorrer!”

                                               (Número 893, 9 de septiembre de 1911)

 

Antigua postal que muestra el interior del santuario. Documentos Béjar.  

            Especial mención merece recordar esta súplica que dirigía el poeta Arsenio Barco González con veinte años de edad a nuestra Virgen del Castañar, y con la que podemos empatizar o incluso también pedírsela hoy debido a los tiempos convulsos que vivimos:

 

            “¡Virgencita mía! ¡Virgencita buena!

            ¡Yo solo te pido que cese esta guerra;

            que acabe este odio que el mundo envenena

            y que reine siempre la paz en la tierra!”

                                               (Número 2198, 19 de septiembre de 1936)

 

            Otro de los aspectos a destacar es que muchas de estas oraciones en verso insisten y ahondan en la imagen de nuestra Señora como la Patrona de Béjar, una madre piadosa que contempla a sus hijos desde el altar del cielo y les protege y les cuida, hecho este que a su vez redunda en bonitas y hermosas alabanzas y loas a la Señora de esta tierra bejarana. Es el caso por ejemplo de Emerenciano Martín Salvatierra, quien glosa a nuestra querida Patrona de la siguiente manera:

 

            “Eres la Reina y Señora

            de ese bejarano suelo

            que te quiere con anhelo

            y con delirio te adora.

            Cuando ríe y cuando llora

            cualquier pecho bejarano

            te invoca como cristiano,

            y al decirte ¡Madre mía!

            pone en ello la poesía

            de un cariño sobrehumano.

            Como un niño al reposar

            expresa amoroso ruego,

            y un beso lleno de fuego

            a su madre viene a dar.

            (…)

            di a la Virgen sin mancilla,

            que es todo mi sentimiento;

            que todo mi pensamiento

            lleno está de admiración,

            de piedad y devoción

            hacia tan rico Tesoro,

            porque la quiero y la adoro

            con todo mi corazón”.

                                               (Número 946, 14 de septiembre de 1912)

 

 Cartel anunciador de la coronación de la Virgen del Castañar. 

Documentos Béjar.

            Y son muchos otros los fieles que también comparten sus loas a nuestra Patrona, como Fray Diego Bernalle, el cual dirige estos versos a la virgen:

 

            “Salve, R de los ángeles,

            Alegría de la tierra,

            Espejo en que Dios se mira,

            Áureo trono de clemencia,

            Luna que jamás se apaga,

            Sol que ilumina a la iglesia,

            Flor de estirpe soberana,

            Vaso que revosa esencia,

            Fuente y árbol de la vida,

            Salve, Patrona de Béjar...

            (…)

            Tú eres nuestro ornato y gozo,

            Nuestra venturosa estrella,

            E paño de nuestras lágrimas,

            Lo eres todo, Madre tierna,

            En unión con ese Niño

            Que nos darás por herencia.

            Salve, prodigio de gracia,

            Salve, tesoro de Béjar,

            Y salve entonen los ángeles

            Por las celestes esferas

            Que, para ensalzarte bien,

            Son pocas todas las lenguas”.

                                               (Número 684, 7 de septiembre de 1907)

 

            En esta primera entrega nos hemos acercado a la poética hacia la Virgen del Castañar en dos aspectos principales: el de las oraciones, ruegos y súplicas variadas dirigidas hacia la virgen, y en el de su consideración como Patrona y Señora de Béjar. Compartiremos otras poesías en una segunda entrega.

        Hasta entonces quiero desear felices fiestas en honor a la Virgen del Castañar a todos los bejaranos y bejaranas y que vivamos y disfrutemos estos días con la ilusión y el respeto que siempre merecen.