24 de julio de 2020

Apuntes sobre la situación de las mujeres tras la revolución del 1868 (3ª parte y final)


Autora: M.ª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018, pp. 46-51.


Educación

La libertad de enseñanza junto al derecho a la educación fue otro de los pilares sobre los que se fundamentó el progreso social. Las mujeres, como sujetos incluidos dentro de la sociedad, se beneficiarían de las medidas tomadas para conseguir esa regeneración, pero sin que se establecieran medidas específicas para ellas.  

 Grabado sacado de aquí

No obstante, hubo un movimiento de renovación pedagógica que se preocuparía porque las mujeres se incorporaran activamente a la sociedad y, basándose en las ideas del krausismo, crearon la Asociación para la Enseñanza de la Mujer en 1870 y la  Institución Libre de Enseñanza en 1876, que pretendía fomentar la igualdad con el hombre mediante la coeducación.[1]

18 de julio de 2020

Apuntes sobre la situación de las mujeres tras la revolución de 1868 (2ª Parte)


Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018, pp. 46-51.


2. MATRIMONIO CIVIL

El derecho a la libertad religiosa fue una consecuencia de la separación de la Iglesia y el Estado. Este reconocimiento conllevó la implantación del matrimonio civil obligatorio, Ley de 18 de junio de 1870, frente a la práctica anterior solamente del matrimonio religioso.

 Foto internet

El art. 2 de dicha ley manifestaba que los matrimonios que no se celebraran con arreglo a las disposiciones establecidas en la ley no producirían efectos civiles respecto de las personas y bienes de los cónyuges y de sus descendientes. Se declaraba el matrimonio perpetuo e indisoluble y se hacia la declaración explícita de que los contrayentes podían celebrar el matrimonio religioso antes, después o al tiempo del civil.[1]

11 de julio de 2020

Apuntes sobre la situación de las mujeres tras la revolución de 1868 (1ª Parte)


Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018, pp. 46-51.


       Actualmente no se puede negar la presencia femenina en todos los acontecimientos históricos, si bien la subordinación social a que estaban sometidas hace que no figuren en crónicas ni documentos, siendo los firmantes de acuerdos y tratados, los dirigentes de guerras y revoluciones, los que adquieren protagonismo para la posteridad. 

Foto internet

       Es el caso de Béjar. A pesar de la actuación decisiva que tuvo la ciudad en la Revolución y de que en ella participaron todos los habitantes, no queda constancia de la colaboración de las mujeres. En 1868 las mujeres tenían el mismo interés que los hombres en derrocar a la monarquía e instaurar un nuevo orden que trajera los cambios necesarios que  permitieran el progreso económico y social, considerados indispensables para mejorar las condiciones de vida. Sabemos, por los estudios realizados en el resto del país, que su participación se realizó desde todas las ideologías políticas, aunando al mismo tiempo su lucha por la emancipación de la mujer

3 de julio de 2020

De aquí a Lima siguiendo sus plazas de toros


 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      Correspondió al catalán don Manuel D´Amat i Junyent, trigésimo primer virrey del Perú, inaugurar en Rímac (Lima) en 1766 la plaza firme de toros de Acho, la más importante y antigua de América, antes que el rey Carlos III terminara de autorizarla.  


 Foto antes de la remodelación de 1944, con el templador o burladero. Plazadeacho.galeon.com


     Lo de plaza firme era por estar cerrada e instalada en lugar fijo, en contraposición a lugares más o menos abiertos y móviles donde se corrían toros, circunstancia aquella que permitía controlar las incursiones espontáneas de indios y negros en la arena. La forma original del coso era octogonal, y tenía al medio un burladero cuya asta, casualidad o no, estaba enclavada en el punto mismo del primitivo quemadero de la Inquisición.


26 de junio de 2020

El palacio sevillano de los duques de Béjar


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


      Después de la masacre antijudía del 6 de junio de 1391 provocada en Sevilla por el clérigo Ferrand Martínez, la judería local quedó exterminada y sus terrenos pasaron a manos de Diego López de Estúñiga, Justicia Mayor de Castilla y primer señor de Béjar, que había acudido desde Valladolid a poner orden. Sobre las ruinas de uno de los pocos edificios que quedaron, levantó Estúñiga un palacio para que habitara su madre, doña Juana de Orozco, que más tarde fue su propia residencia y heredó, junto a otras propiedades en el mismo lugar, a sus descendientes los Zúñiga, duques de Béjar.
 

Palacio de Altamira, Sevilla, actual sede de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Expresodelsur.es

     Vinculado en adelante al linaje ducal, el edificio continuó configurándose con sucesivas rehabilitaciones, efectuándose la última en 1997. Desde 1990 el Palacio de Altamira es Bien de Interés Cultural en categoría de Monumento.

19 de junio de 2020

El origen seguntino de los Arcos de San Juanito de Béjar (2ª Parte y final)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.848 (5/06/2020), p. 4.

       Para responder a la pregunta del origen de la fiesta de los Arcos de San Juanito de Béjar debemos remontarnos a 1871 y viajar con la imaginación hasta Sigüenza (Guadalajara). El 28 de mayo de ese año nace un infante del matrimonio formado por Raimundo Santamera y Petra Tejedor, a quien bautizaron con el nombre de José María. La familia podía considerarse de mediana posición para la época por regentar una carpintería y muy devota. No en vano el primo de Raimundo era don Eladio Mozas Santamera[1], sacerdote al que el papa Francisco ha declarado no hace mucho “venerable”. La educación cristiana recibida de sus padres y el contacto con otros sacerdotes de la familia hicieron que la vocación religiosa surgiera pronto en José María

 Eladio Mozas Santamera

           Conocida su inclinación sacerdotal por don Eladio, canónigo entonces de la catedral de Plasencia, no esperó a que su sobrino se echara atrás en sus sanas intenciones y le invitó a viajar a la ciudad extremeña para que cursase sus estudios en el seminario. 

12 de junio de 2020

El origen seguntino de los Arcos de San Juanito de Béjar (1ª Parte)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid nº 4.847 (15/05/2020), p. 4.


         Hace diez años escribí en el especial de Navidad de Béjar en Madrid un trabajo versado en la fiesta de los Arcos de San Juanito. Lo titulé “Un ejercicio de recuperación de la memoria: la fiesta de San Juan y los arcos de San Juanito”. El texto me sirvió de base para otro texto sobre idéntico tema que publiqué en la Revista de Folclore nº 350 de la Fundación Joaquín Díaz Caneja de Valladolid, “Los Arcos de San Juanito de Béjar: una tradición ligada a los ritos vegetales. Explicación y evolución histórica”. A raíz de ambas investigaciones la familia Molina, mecenas de esta entrañable fiesta desde 1969, se puso en contacto conmigo para tratarme con gran amabilidad e invitarme a participar como miembro del jurado en la edición de ese año. Vaya desde estas líneas mi recuerdo a Evelio Rodríguez, tristemente fallecido, gran entusiasta de esta fiesta y de muchos otros temas bejaranos.

 Arco de San Juan en Sigüenza

            Como sabrán, y si lo desconocen lo revelaré aquí, fundé hace la friolera de once años un blog en internet, Pinceladas de Historia Bejarana, con la intención de ir compartiendo poco a poco, semanalmente, algunos trabajos de investigación relacionados con Béjar. En este espacio virtual colgué los trabajos mencionados con tan buena fortuna que recibí al poco un correo electrónico de Amparo Donderis Guastavino, archivera del Ayuntamiento Sigüenza. En un breve texto me ponía al corriente de que en esta ciudad se festejaba a San Juan Bautista en su versión infantil de una manera muy similar a la bejarana. El intercambio de información nos demostró que las concurrencias eran más numerosas que las diferencias en una celebración mantenida a lo largo del tiempo en Sigüenza y con altibajos en Béjar.