29 de junio de 2009

El Licenciado Castañares y la lucha por la preeminencia (1ª Parte)


Autor: Mª del Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.451. Julio de 2007


El Licenciado Castañares recorre nuestras calles de Béjar durante el Siglo de Oro, a caballo entre un siglo XVI, sinónimo de apogeo del dominio español, que declina, y un siglo XVII, sinónimo de crisis, que comienza; entre los reinados de Felipe II y de Felipe III; entre los ducados de Francisco II (que embelleció el palacio ducal con la construcción de su patio y cuya viuda doña Brianda mandó construir el Convento de la Piedad), Francisco III (que costeó el patio del Convento San Francisco), Alonso I (a quien dedicó Cervantes su primera parte del Quijote) y Francisco IV (mecenas como todos sus antecesores).

El señor licenciado Castañares (cuyo nombre completo era Pedro Hernández o Fernández de Castañares) nació con probabilidad en Béjar entre las décadas de 1560 o 70. No sabemos si el Pedro Hernández de Castañares que aparece citado en el Libro de reducción parroquial de 1568 es nuestro personaje o su padre. Lo que sí es cierto que el Antonio Hernández de Castañares, al que hace mención, ejercía en Béjar profesión de notario por esas mismas fechas, lo que denota que su familia debía poseer cierto carácter hidalgo o con posibles, pues este oficio requería una cierta solvencia económica. El hecho de poder cursar estudios mayores o universitarios indicaba una familia que podía costear los gastos que conllevaban esos estudios, pues la mayoría de la población sólo podía aspirar a sobrevivir de la agricultura en medio de un analfabetismo generalizado. La suerte de haber nacido en el seno de una familia del estamento privilegiado, permitió al padre de Pedro dedicar a su hijo a la carrera eclesiástica con el título superior de licenciado.Al término de sus estudios, vuelve a Béjar, siendo destinado a la iglesia de Santa María la Mayor y nombrado párroco en 1592, tras la muerte de Francisco Gil de Arellano.



Estatua orante del Licenciado Pedro Hernández de Castañares.
Iglesia de Santa María la Mayor. Béjar.


     Pero antes de seguir con el relato de la vida de nuestro personaje, adentrémonos en la situación del clero de nuestra Villa, no precisamente tranquilo, sino marcado por las luchas entre sus miembros y parroquias, hechos que marcaron su vida y forjaron su fuerte carácter.

En aquel entonces, cada una de las parroquias estaba constituida por un mínimo de entre diez y doce sacerdotes que vivían gracias a las rentas o curatos vinculados a su cargo, más altas cuanto más importantes: Arcipreste (con jurisdicción en un territorio determinado que comprendía la villa y pueblos circundantes), Vicario (representante del obispo en Béjar con poder judicial), Curas rectores (párrocos de Santa María, El Salvador y San Juan), Curas rectores reducidos (parroquias reducidas en 1568 que mantenían un clérigo) y beneficiados (otros sacerdotes con rentas más bajas repartidos por cada parroquia). En el caso de los cargos de Cura Rector y beneficiados se mantenían a lo largo de la vida de una persona, no así en el caso de Vicario, que cambiaba de manos con facilidad.


Dalmática. Terno de la Virgen. Siglo XVIII?
Iglesia de Santa María la Mayor, Béjar

          En el caso de Santa María la Mayor el caos de sacerdotes y cargos debía ser mayúsculo: Castañares ejercía de Cura Rector de Santa María, por encima del resto, pero junto a él se repartían las preeminencias, rentas y posesiones en la misma parroquia D. Cristóbal de Oviedo y Yáñez (sometido a él por ser cura de San Andrés parroquia reducida a Santa María, pero con superioridad por ser Arcipreste fuera del contexto de la parroquia), D. Alonso Ximénez Carnacedo (Cura de San Pedro y elegido Vicario con posterioridad, en la misma situación que el anterior), D. Juan de Oviedo Yáñez (Cura de Santiago), Juan López Ruiz (beneficiado de San Pedro), Juan de Silva, Diego Hidalgo, Antonio del Castillo, Juan González y Francisco González (clérigos beneficiados de Santa María). En total convivían en la misma parroquia diez sacerdotes. Sobra decir que la mayoría formaban parte del Cabildo Eclesiástico si eran cristianos viejos (sin ascendencia judía o musulmana) y con preferencia aquellos que procedían de familias nobles.

         Por otro lado, además del caos de cargos, en aquel entonces se dirimía la cuestión de la preeminencia parroquial. Desde la Edad Media la parroquia matriz por excelencia, la de Santa María la Mayor, había conservado sus privilegios que este título le otorgaba, siendo confirmados en 1568 por el Obispo Pedro Ponce de León con la reducción parroquial. Sin embargo, dicho estatus era disputado por San Juan Bautista, pues conllevaba el disfrute de pingües beneficios, tanto desde el punto de vista económico como representativo, privilegios estos que se fueron confirmando a lo largo de la Edad Moderna. En vida de nuestro licenciado este conflicto fue especialmente virulento.

Retablo (siglo XVII) de la
Iglesia de Santa María la Mayor. Béjar

El Licenciado Castañares debía tener un carácter rebelde y una sed de poder infinita, como se demuestra en algunos documentos que se han conservado, muy descriptivos y un tanto divertidos.

El día 14 de Agosto de 1597 el Vicario de Béjar, Bachiller Santos López, debido a los alborotos y escándalos entre los clérigos durante la procesión del entierro del sacerdote Jerónimo Rubio, Cura de San Juan Bautista, producidos ese mismo día, ordena que se presenten todos los Curas del Cabildo Eclesiástico a las 9 horas del día siguiente en la iglesia de San Juan. Además se especifica en el documento: el dicho Bachiller Santos López notificó y mandó por su propia persona el dicho mandato de las sentencias al Cura de Santa María Pedro Fernández de Castañares, stando en las gradas y cementerio de la dicha iglesia de San Juan. La causa del conflicto se centra en el hecho de que los de San Juan querían sacar su cruz procesional al día siguiente, 15 de agosto, fiesta titular de Santa María, por delante de la de esta última, minando uno de sus principales privilegios como iglesia matriz. El mandato es dirigido por este motivo directamente a Castañares que , nos suponemos, no estaría por la labor de partir desde la iglesia de San Juan con su cruz por delante.

Al día siguiente, 15 de agosto, el Vicario Santos López acudió a San Juan acompañado por el Señor Licenciado Herrera, oidor o juez del Duque de Béjar, y el Licenciado García de Frías (¿juez del consistorio?) y sus ministros y alguaciles. Imaginémonos esta escena pintoresca en el Béjar de finales del siglo XVI: sacerdotes con sus sotanas, manteos y bonetes; notarios, oidores y jueces con sus togas, plumas y manos manchadas de tinta; y los alguaciles con espadas al cinto. Sin duda el conflicto debió ser sonado, pues acuden representantes de los tres poderes de la Villa: Ducado, Cabildo y Consistorio. El pueblo llano esperaría expectante y curioso, pues el escándalo habría circulado de boca en boca entre los tejedores, peraires, panaderos, venteros, alcahuetas, tintoreros, pordioseros y pícaros que poblaban nuestras calles de Béjar. Parece ser que el Vicario había pedido ayuda a los poderes civiles, lo que nos hace pensar en que no estaba muy seguro de que los clérigos se mantuviesen en orden y le obedecieran.


Cristo de la cruz procedente de la desaparecida iglesia de San Andrés.
Iglesia de Santa María la Mayor. Béjar.

Sigamos con el relato de los acontecimientos. El Vicario entró por la puerta mayor de la dicha iglesia de San Juan y habiendo llegado la hora de las 9 mandó a Joan López abad que ordenase su clerecía en orden de procesión y en comenzando el capero de rodillas ante el altar mayor exurge domine adiuvanos en orden de procesión. Ansí por la mano de Juan Sánchez sacristán de la iglesia de Santa María y le puso la cruz el primero y primera de dicha procesión, el cual lugar le mando llevar desde la dicha iglesia de San Juan, desde a dar de salir la procesión hasta la de Santa María en donde se habría de acabar la dicha procesión so pena de excomunión( ) e luego yo el presente notario notifiqué dicho auto según y como en él se contiene a Juan Sánchez, sacristán de la iglesia de Santa María que llevaba la cruz grande de la dicha iglesia y Francisco Hernández que llevaba la cruz de San Juan.

El Licenciado Castañares, el Arcipreste Juan de Oviedo Yáñez y Juan de la Fuente, todos ellos pertenecientes a la iglesia de Santa María no acudieron a la procesión, desobedeciendo la orden del Vicario. Tras ella, el Bachiller Santos López ordenó a Pedro Hernández Castañares, Cura de Santa María y a Juan de Oviedo Arcipreste y a Juan de la Fuente, clérigos beneficiados de la dicha iglesia se tengan por públicos descomulgados y se abstengan de las horas y oficios divinos. Todos los sacerdotes que formasen parte del Cabildo Eclesiástico debían acudir a todas las procesiones y tenían rígidas obligaciones que se penaban en caso de no efectuarse, cuestión que juzgaba el Vicario, como representante del Obispo en la Villa.

Cruz procesional de San Juan Bautista. Béjar.

A las 12 se presentó nuestro personaje y según sus propias palabras no fui a la procesión que hoy se ha hecho desde la iglesia de San Juan a la de Santa Maríayo staba muy ocupado y no habíame yo enterado de la hora, aunque pido y suplico a Vuestra Merced declare no haber yo incurrido con alguna execución y si acaso incurro como hijo de obediencia, pues no lo sabía. Es decir, que se hizo el desentendido. Por su parte, el arcipreste declaró: desde la siete de la mañana estuve muy malo echado encima de un escabel en la iglesia de Santa María y que ansí no puedo ir a la dicha iglesia (de San Juan) y cumplir lo del dicho mandamiento. Al final el Vicario Santos López resolvió suprimirles la excomunión.

Continuará


22 comentarios:

  1. Madre mia de mi vida, entre 10 y 12 sacerdotes por parroquia eran muchas rentas a percibir. Madame, si es que casi habia mas sacerdotes que feligreses! Y luego claro, protagonizaban alborotos y escandalos incluso durante las procesiones. Menudo sarao por ver quien sacaba la cruz. Pero mire usted el licenciado, cómo supo salir diplomaticamente del paso y salirse con la suya. Todo un caracter, no cabe duda. En la epoca, jugarse la excomunion era mucho.

    Buenas noches, madame

    Bisous

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  2. Bueno pues el tema no ha cambiado mucho,eso de figurar,de ser el primero en la foto,si lo organizas tu yo no voy,si te ponen delante me mosqueo y como entonces para disculparnos excusas tontas.Cuando entenderemos que apoyar es mas fácil que estorbar.Pero el poder es el poder y se lleva por delante lo que haga falta. Gracias Carmen.

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  3. Qué historia!!!! El hombre, el ego y la ambición del poder, cuánto que modificar en el funcionamiento de la Iglesia.
    Carmen me encanta tu blog, precioso el cambio.
    Te envío un gran abrazo
    Besos Isthar

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  4. Madame Minuet: desde luego. Tiene usted razón, pero ya sabe que en toda buena familia que se preciase dle Antiguo Régimen debía de existir al menos un miembro dedicado al clero. Por otro lado, el destinarse a la vida religiosa garantizaba un sustento vitalicio, aunque los ingresos dependían de la jerarquía que se alcanzase (muy ligado al estamento social del que se procediese).

    Sí, el Licenciado debía tener un genio de mil demonios.

    Besos

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  5. Juana María: si al fin y al cabo eran hombres y lo mismo somos, así que las variantes son pocas, jajaj. Los mimos perros con distintos collares.

    Besos y de nada

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  6. Isthar: pues ya ves. Y ésto en una Villa modesta entonces. Qué no sería en la Roma de los Papas.

    Pues he dudado con el cambio, porque no sé si se lee bien, porque las columnas son más estrechas. Me alegro que me digas que te ha gustado. Ya ves que lo he sacado de tu página.

    Besos

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  7. Intenso testimonio sobre el licenciado Castañares, que tan oportunamente quiso librarse de formar parte de la procesión.
    Hay que ver las luchas de poder y la cantidad de cargos que ocupaba el clero...¿¿ocupaba??

    Esclarecedora historia inmejorablemente ambientada.

    Te felicito!!, un abrazo y ...

    Feliz verano!

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  8. Carmensabes: no es que no quisiera salir en la procesión, es que nuestro Licenciado quería salir el primero y de ahí la trifulca, jajaj. Las cosas no cambian tanto.

    Feliz verano también a tí. Un besazo

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  9. Madame, su fondo es precioso! Ha tenido muy buen gusto, la felicito.
    Le ha quedado todo perfecto.

    Bisous

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  10. La Dame Demasquee: muchas gracias. Me voy convenciendo de dejarlo así, porque veo que os gusta. Estoy por hacer una encuesta, pero bueno, quizás sea una bobada. Creo que lo voy a dejar.

    Besos y gracias por dejarme su opinión

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  11. Hola Carmen este blog huele a nuevo .Tus escritos son realmente " contenido y continente " preciosos aunque yo , tendria mucho cuidado con el licenciado Castañares.
    Un besazo .

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  12. Vaya historia de lucha por el poder y el figurar. Yo creía que el clero predicaba la pobreza y la humildad. Bueno, lo dejo ahí que no quiero meterme en ningún jardín. Me ha gustado mucho.

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  13. Madame me encanta el nuevo look de su blog. Una entrada muy interesante

    Besitos

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  14. Loli Martínez: a mí también me daría miedo el señor don Pedro, sobre todo por su cargo de inquisidor de Béjar. Me abstendría muy mucho de cruzarme con él por la calle, jejej.

    Saludos

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  15. Henar: pues ya ves que no, que en éso de la humildad,... Bueno, hay y habría de todo, digo yo.

    Me alegro de que te haya gustado. Un besazo

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  16. Gema Sierra: yo creo que noe hemos puesto de acuerdo todas para cambiar el blog. La primera que te animastes creo que fuistes tú y te hemos seguido.

    Besos

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  17. Sonrisa de Hiperión: me alegro de que te haya gustado,

    Un cordila saludo

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  18. tu blog es belissimo !! mesmo com mi no muy bueno espanhol , pude ler e apreciar por horas .

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  19. Estos párrafos nos acercan la historia a la actualidad, pues no es tan difícil imaginarse ni el lío o caos de personal en las parroquias, ni esas disputas por cuestiones de precedencia en actos públicos, que tantos quebraderos de cabeza siguen ocasionando hoy a los profesionales del protocolo. Lo que queda meridianamente claro es el gran poderío de la iglesia y de la ciudad. Una entrada excelente.
    Un besote, querida amiga.

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  20. Caio Fernandes: muchas gracias. Espero que te haya gustado.

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  21. Isabel Romana: Sí no dista mucho de la realidad actual. En definitiva las reglas de protocolo durante la Historia de Béjar han dado muchos quebraderos de cabeza. Y ésa no fue la única vez. Fueron continuas a lo largo de la Edad Moderna, sobre todo entre el Cabildo Eclesiástico, poder religioso, y el Consistorio, poder civil de la Villa. Cada vez que había una acto público se producían trifulcas por los asientos.

    De todos modos ya iré profundizando sobre la cuestión en sucesivos post.

    Besos

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.