9 de diciembre de 2009

La Guerra de Independencia y su incidencia en Béjar (2ª Parte)



Autores: Mª del Carmen Cascón Matas
Óscar González Hoya

Publicado: Fragmento del Especial Béjar en Madrid, Navidad del 2008.


Aquellos primeros meses de guerra se caracterizaron por la falta de una información que iba llegando a cuentagotas, origen de incertidumbre y desasosiego, tanto para Béjar y como para los pueblos de su jurisdicción. Hemos de tener en cuenta que nuestra ciudad se abastecía de la correspondencia que llegaba desde Salamanca y Plasencia, encargada de hacerla llegar a otros puntos de la comarca e incluso a la cercana Ávila. El miedo a algún posible ataque era tal, que se llegaron a organizar guardias nocturnas, única forma de mantener a la población tranquila durante la noche.

Antigua Fábrica de Navamuño o de la familia Gómez- Rodulfo
Sus orígenes se remontan a finales del siglo XVIII

La situación en Salamanca y en el resto de España se agrava en noviembre de 1808. Napoleón invade nuestro territorio con un contingente de 250.000 hombres con el objetivo de dominar por completo la Península de manera efectiva y derrotar de una vez al escaso ejército de la desorganizada resistencia española. Mientras tanto a Salamanca llegan tropas inglesas para una posible defensa de la ciudad.



En diciembre de 1808, dada las dificultades en las comunicaciones con la toma de Madrid por Napoleón y la expansión del dominio francés por todo el territorio español, la carta de la Duquesa de Béjar y Osuna Doña María Josefa Alfonso Pimentel con el nombramiento de los miembros del Consistorio, derecho señorial aún vigente, no llega a su destino, por lo que se prorroga el mandato de los anteriores cargos por decisión del propio Consistorio y de la Junta Militar. La falta de poder se suplió en un primer momento con una decisión provisional tomada por los notables de la Villa que hasta entonces no habían disfrutado de capacidad decisoria al margen del poder señorial. Hasta ese momento el Ducado podía nombrar a los individuos, hidalgos o no, que consideraba afectos a la Casa Ducal. Durante el siglo XVIII se había producido un descenso del número de nobles, situación que se traduce en una selección de notables al margen de los títulos de hidalguía, destacándose el ascenso de fabricantes, siempre bajo el poder del Ducado. Ahora éstos, debido a las circunstancias, se ven obligados a tomar las riendas de los acontecimientos en espera de que todo se normalice.

Retrato de los Duques de Osuna y de Béjar. Francisco de Goya.
Béjar estaba bajo el dominio de un señorío que
nombraba los cargos del consistorio.

A comienzos de 1809 llegan noticias de la proximidad de las tropas francesas, por lo que se acrecienta el miedo y muchos bejaranos huyen a la sierra u otros lugares en desbandada y los obradores textiles sienten el descenso de mano de obra. Béjar se convierte en la avanzadilla de las tropas españolas al ocupar los galos la ciudad de Salamanca el 19 de enero de 1809. A partir de ahora las noticias llegarán desde el sur, desde Plasencia, pues las tropas imperiales tomarán también Ávila.

La presencia del enemigo se siente cercana, la guerra se palpa en Béjar. Hasta este momento el conflicto se conocía de lejos, afectaba a otras partes del territorio nacional. Ahora no hay día en que no aparezcan en la Villa soldados españoles dispersos, en retirada, enfermos,... La guerra no era un espejismo, sino una realidad.

 Sierra de Béjar.
Muchos bejaranos tuvieron que huir a las montañas
ante una posible invasión francesa

Los gastos aumentan: se debe atender a los enfermos, vestir a las tropas y alimentarlas. Des esta forma la Junta Militar decide instalar un Hospital Militar en algunas dependencias del Convento de San Francisco para atender de forma exclusiva a heridos de guerra al margen del Hospital de San Gil. También comienza la recaudación de impuestos extraordinarios para el aprovisionamiento de las tropas, tendencia que se mantendrá hasta el fin de la contienda, suponiendo el ahogo de los bejaranos, incapaces de hacer frente a tanto pago.

Mientras tanto, tropas españolas, inglesas y portuguesas se acantonan en la vecina localidad de Baños de Montemayor para frenar el posible avance francés hacia Extremadura, por lo que la Junta Militar de Béjar recibe órdenes de abastecerles con paños, caballerías y alimentos, además de llevar a cabo un nuevo alistamiento. En Abril de 1809 los obradores bejaranos trabajan a todo ritmo, lo que nos hace pensar en la presencia de mano de obra infantil, femenina y anciana para hacer frente a la gran demanda de piezas, ya que muchos hombres adultos fueron alistados. Otra hipótesis es que los fabricantes llegaran a algún acuerdo, probablemente monetario, para mantener a sus trabajadores fuera de los alistamientos y sostener así la producción, ya que si no habría sido imposible que las contratas hubiesen sido convenientemente satisfechas. Hemos de tener en cuenta que estamos ante una producción textil manual y eminentemente artesanal, con un proceso productivo concentrado en pequeños obradores, necesidad de gran cantidad de mano de obra y producción pequeña para nuestro concepto actual.

Parte de la producción de hilados necesarios
para mantener en pleno rendimiento las manufacturas bejaranas
era realizada manualmente por las mujeres
en casas de pueblos cercanos (domestic system).

En consecuencia, la situación de Béjar empeoró a comienzos de 1809 de forma notable: enfermedades, heridos de guerra, escasez de subsistencias, miedo ante la proximidad del invasor, malestar por la creciente subida de impuestos, etc.

Los frentes se extienden y el trasiego de tropas es cada vez más frecuente, al igual que sus peticiones: tropas británicas pasan por Béjar con dirección a Plasencia con las habituales exigencias de abastecimiento y dinero, el ejército español instalado en Ciudad Rodrigo demanda hombres y alimentos, mientras los miembros de la Junta Militar y del Consistorio hacen malabarismos para atender tantas demandas.

Continuará

34 comentarios:

  1. Que horror, madame, tiempos del imperio del miedo. Que angustioso tener que vivir haciendo guardias nocturnas por temor a la invasion, y llegar a escaparse a las montañas.
    Y es que Napoleon llegaba con un ejercito impresionante. El numero de soldados era como para asustar a cualquiera.

    Buenas noches, madame

    Bisous

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  2. La verdad es que me cuesta trabajo imaginar la angustia que debe suponer la guerra. Estar aterrada en casa esperando el momento horrible de que lleguen a por tí, o peor aún, te enteres de la muerte del padre, del marido o del hijo que hasta ese momento habían guiado tu vida. ¿Por qué será que no aprenderemos nunca? Excelente artículo, Carmen, me ha gustado mucho. Un besito.

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  3. Tiempos duros, sin duda. Muchas veces las crónicas guerreras olvidan la retaguardia. Tu lo has retratado perfectamente, y dejas ver que las repercusiones serán muy grandes.
    Un saludo.

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  4. Que días más angustiosos... y pensar que aún quedaban años de guerra por sufrir...

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  5. No se me acuse de mal patriota, pero a veces pienso que nos habría ido mejor con un rey constitucionalista al estilo de los Bonaparte que con el felón de Fernando VII.
    Por si acaso hay suerte te he dejado una participación de lotería en mi blog.
    Un saludo.

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  6. Los bejaranos de entonces debieron padecer una angustia asfixiante, sin duda. Ver arribar a su ciudad a todos aquellos hombres deshechos, harapientos, heridos y enfermos procedentes de otras que habían caído en manos de los invasores galos, de entrada, debió suponerles todo un trauma, pues su sola presencia les puso en antededentes de lo que a ellos mismos les podía ocurrir más pronto que tarde. Supongo que ello, por encima de cualquier otra consideración, les hizo reaccinar de la manera en que lo hicieron, entregándose en cuerpo y alma a la defensa de la villa, cada cual en la medida de sus posibilidades y desde su respectivo puesto...

    Qué tiempos tan horribles, así es... Y qué delicioso, por el contrario, el retrato que de los duques de Osuna y Béjar nos dejara don Francisco... ¡Maravilloso!

    Quedo ansioso a la espera de la próxima entrega, Carmen.

    Que tengas un fastuoso día.

    Un abrazo

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  7. Para profundizar en la idustria bejarana creo que te interesará el siguiente libro de Rosa Ros Massana: "La industria textil lanera de Béjar (1680-1850) La formación de un enclave industrial" y de la misma autora el siguiente artículo: www.ub.edu/rhi/articulos/bajar/1645, centrado en el s.XVIII

    ...entrada excelente

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  8. Muy buena entrada. Desconocía esos detalles de la guerra en Béjar. La verdad es que Béjar, al estar en la Ruta de la Plata, es una localidad estratégica. Imagino que no debió de pasar inadvertida su presencia a los franceses en su marcha a Extremadura. Imagino que debió de ser un palo fuerte esa guerra para la artesanal producción textil bejarana. Además los franceses y británicos destruían las artesanías y manufacturas locales para "castrar" cualquier industrialización española. Se les acabó la vida idílica a los pies de la Sierra de Gredos. Por cierto ¿que pasaba en el cercano paraíso de Candelario?
    Un saludo y muy buena entrada.
    Juan.

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  9. Madame, acabo de responder a su duda.
    Si tiene cualquier otra pregunta, no dude en hacerla y se lo aclarare con mucho gusto.

    Feliz tarde, madame

    Bisous

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  10. Madame Minuet: no me hubiese gustado nada vivir en aquélla incertidumbre, ni tampoco en la que provocó la Guerra Civil. Al menos, y aunque también fuese una guerra civil, la guerra de la independencia no enfrentaba a unos vecinos contra otros. La muerte es igual para todos, pero pensar que tu querido vecino puede ser el provocador de tu muert o de tu miseria es aún más desalentador.

    Un beso

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  11. Ana Trigo: porque las guerras existen desde que el mundo existe. es parte del género humano, e incluso diría yo que de la naturaleza. En ella unos animales necesitan comerse a otros. Hay depredadores y depredados. En el hombre ocurre lo mismo. Al fin y al cabo somos animales con una serie de adaptaciones determinadas, la más importante de ellas la posesión de inteligencia, ¿no?

    Un besito, Ana

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  12. Xibelius: simepre la que sufre es la retaguardia. Porque al fin y al cabo el que se enfrenta en la batalla sabe qué le espera. No es así en los pequeños poblados y en lasc iudades donde mujeres, niños y anciano viven recojidos fuera de las grandes batallas.

    Un abrazo para Sanabria

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  13. José Luis de la Mata Sacristán: sólo estamos en los primeros compases de la guerra. A Europa le quedaba mucho por sufrir.

    Gracias por tu visita

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  14. Cayetano: o sea que eres un afrancesado, vaya, vaya. ¿Sabes que yo también opino lo mismo que tú? España estaba demsiado inmersa en el Antiguo Régimen y eran necesarias grandes reformas en todos los campos.

    Ser afrancesado no quería decir que se fuese ser mal patriota. Casi todos los hombres ilustrados lo eran. Ahí tenemos a Jovellanos, a Moratín, a Goya. Les gustaron las reformas surgidas en la revolución francesa, el surgimiento de la democracia y pensaron que la llegada de los francese iba a traer esas ansiadas reformas. Nunca pensaron que con ellos surgiría el caso y la guerra. Echemos las culpas al señor Napoléon.

    Un abrazo

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  15. Jose: en Béjar el pánico reinaba y los prohombres dedicados a la manufactura textil lo único que deseaban era alejar l aguerra a toda costa, pero no por la población, que también, sino para que sus industrias no sufrieran lo más mínimo. Su actitud fue la de intentar mantenerse en la neutralidad, ya bien fuese en favor de los francese, de los aliados o de la guerrilla. No querían sangre. Sangre significaba muertos y fallecidos menos mano de obra.

    Con ello no quiero decir que fueran interesados. Por ejemplo, con la excusa de mantener sus fábricas a pleno rendimiento evitaron males mucho mayores de los que se produjeron. Y cuando las tropas de uno y otros bando reclamaban bienes en dinero, mantas, alimentos o pertrechos en general, ellos ponían más en el saco que el resto, aunque se hiciesen repartimientos.

    El cuadro de Goya es una delicia. La corona ducal recayó sobre esta mujer cuando el último duque de Béjar, don Joaquín, su tío, murió sin descendencia.

    Gracias por tu visita y por tus aportaciones.

    Un beso

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  16. Carolus II: muchas gracias por tus indicaciones. Disfruto desde hace tiempo de la lectura de las investigaciones realizadas por Rosa Ros. Para mí uno de los libros de cabecera sobre la Historia de Béjar es éste que me indicas.

    Un beso y gracias de nuevo

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  17. Juan: aciertas al cien por cien en todo lo que me indicas. Fue un verdadero palo para las manufacturas bejaranas, aunque no salieron tan mal paradas. Intentaron hacer contratas d epaños con los ejércitos franceses y aliados. En algunos casos cobraron tales producciones, aunque fuese tarde, y la población en general se benefició de ello, porque los poseedores de las instalaciones textiles intentaron por todos los medios evitar que hubiese grandes escabechinas humanas en la zona. La razón es que no se podían permitir perder mano de obra útil. Así mandaron menos hombres a la guerra por esta causa y eludieron la violencia todo lo que pudieron.

    Efectivamente, por otro lado, varias manufacturas fueron destruídas al paso inglés. No les interesaba el desarrollo manufacturero de la zona. Pero no les sirvió de nada, jejej.

    Un abrazo

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  18. Por un momento he intentado ponerme en la piel de aquellas personas y me he sobrecogido. Ojalá aquellos tiempos no vuelvan jamás. Muy bueno Carmen, un abrazo.

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  19. Madame Minuet: muchas gracia spor sus amables indicaciones.

    Un beso

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  20. Henar: desde luego debió de ser horrible. Y lo malo es que lo peor aún no había llegado.

    Un besito y gracias por tu comentario.

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  21. Carmen...

    Espero con impaciencia la tercera parte (porque espero y deseo que la haya). Debió ser angustiante ver como llegaban las noticias desde Plasencia y Salamanca informando de la cercanía del enemigo. No me extraña que algunos se echaran al monte, porque no era para menos. Primero, por la gran fuerza del ejército napoleónico y la escasa y mal organizada defensa española, y segundo, por las atrocidades (que tu bien conoces) que cometieron los soldados franceses. En mi ciudad natal, Córdoba, entraron "a saco" violando a niñas y mujeres, ni siquiera las clerigas se salvaron, y por supuesto robando todo lo que se ponía a su alcance. El obispado de Córdoba (una vez más, la Iglesia junto al Poder) difundió un bando instando al pueblo a obedecer a "nuestros amigos franceses". Pues yo la verdad, que con amigos como estos, me sobran los enemigos.

    Besos.

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  22. Es sobrecogedor pensar en la situación,el miedo,la angustia de aquella gente ante la llegada de las tropas enemigas.Cuanto sufrimiento;y las guerras no se acaban.
    Carmen,Óscar un saludo.Gracias por vuestro trabajo.

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  23. No tenía la menor idea del protagonismo que tuvo Béjar en esta parte de la historia.

    Imagino a esas asustadas gentes buscando un lugar donde respirar tranquilos en busca de una paz imposible.

    Sigo aprendiendo querida amiga y me quito el sombrero con tus explicaciones tan amenas e interesantes siempre.

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  24. Magnífico trabajo, como siempre. Por cierto que parte de mi familia desciende de un mariscal francés que llegó a Salamanca en la Guerra de la Independencia.
    Dicen que durante la contienda explotó un polvorín en Peña Celestina y una mula que pasaba por allí salió volando yendo a parar a una de las torres de ¡la Clerecía! que desde entonces se la conoce como la Torre de la Mula.
    Seguiré leyéndola Carmen. Es un placer.

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  25. Paso de nuevo por tu espacio... Siempre un placer pasar por aquí. Pasa un buen fin de semana.

    Saludos y un abrazo.

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  26. Félix Casanova: no sólo va a haber tercera parte, sino algunas más, pero no diré su número porque algunos seguidores no muy entusiasmados pueden asustarse, jejeje.

    Sí, algunas familias se marcharon al monte. En concreto tenemos el testimonio de un personaje concreto que nació en plena sierra de Béjar, en una cueva. Probablemente haré alguna entrada sobre él.

    Y por supuesto hubo saqueos, violaciones, incendios pero ése es el tema de la siguiente parte, por lo que no te adelanto acontecimientos.

    Un abrazo

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  27. Juana María: muchas gracias por tus felicitaciones. Se las paso a öscar de tu parte.

    Besos

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  28. Carmensabes: como para no huir de la guerra... yo también lo haría, y quién no. Se dan tantos casos en estos tiempos tristes. El problema es que aún, en pleno siglo XXI aún no hemos aprendido.

    Un besazo y muchas gracias

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  29. Claudia Ortiz: bienvenida de nuevo a mi blog. La verdad es que te prometí un futuro contacto y hasta ahora. Perdona pero con mi memoria de grillo estas cosas pasan, jejej

    Pues he de decirte que uno de mis apellidos lejanos es Mey y tengo un primo empeñado en que descendemos del Mariscal Ney. Nada más lejos de la realidad. Mey es un apellido de famosos impresores valencianos procedentes de valencia.

    Muy buena la historia de la mula, jejej. Pasaron tantas cosas en Salamanca y la cuestión del polvorín fue todo un desastre social y patrimonial.

    Un abrazo y gracias por pasearte un ratito por aquí

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  30. La sonrisa de Hiperión: me alegro que te satisfaga darte un garbeo por estas líneas.

    Lo mismo te deseo. Un abrazo

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  31. El escrito nos traslada a una situación de angustia y reflexión.
    La incidencia en Béjar fué notable y sus habitantes merecedores de un gran elogio.
    Como fuerón salvando problemas y más problemas....
    Las dos partes me han parecido fantásticas y llenas de una gran realidad.
    Felicidades .
    Un fuerte beso mi querida Carmen.

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  32. Muchas gracias Carmen, me ha venido muy bien para las clases. He aprobado el examen de sociales :D muackkk.

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  33. Loli Martínez: me alegra mucho que tengas tiempo para pasearte por mi blog. Muchas gracias.

    Un abrazo fuerte

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  34. Alba: me alegro mucho de que la información que te pasé te haya servido para aprobar. Pero ya sabes que sin el esfuerzo de esa gran estdiante que tú eres mis consejos no valdrían de nada. Además te has quitado de encima uno de los temas más fuertes de tu temario.

    Un besazo y enhorabuena, guapa

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.