Publicado: Semanario Béjar en Madrid, mayo de 2010.
No puede haber experiencia más agradable que un paseo rodeado por la exultante naturaleza. La primavera, tras un larguísimo invierno, se abre de par en par, sin ambages, sin vergüenza, ante los ojos asombrados del que recorre los mismos caminos que hace siglos fueron transitados por otros hombres, igual de seducidos por la inmensidad de los efervescentes campos. El domingo 2 de mayo, y dentro del programa Equinoccio, tuvo lugar la actividad deportivo-cultural dirigida por el grupo cultural “El Cervunal”, que tuvo la misión de entretener enseñando a los intrépidos andariegos. El recorrido partía de la bajada del túnel, lugar otrora ensordecido por el ruido un tren cuyo eco hace años que ya fue silenciado, y transitaba por la calleja del mismo nombre, paralela a la carretera de Aldeacipreste, hasta llegar a la fábrica de Gómez Rodulfo.
Los caminos cuasi urbanos cantaban hazañas medievales de Reconquista, tiempos en que los miembros del Cabildo Eclesiástico recorrían ese mismo itinerario en pos de la ermita desaparecida de Santa María de las Huertas, acunada en el valle del mismo nombre. Las murallas, en lo alto, narraban historias legendarias del pequeño Béjar repoblado por gentes venidas de Ávila, siervos de su rey Alfonso VIII, atados a la tierra y a la guerra.
Una vez en la fábrica los aventureros del presente osaron cruzar el segundo puente para comenzar el trayecto por la Umbría y desembocar en los Molinos de Pichón. La naturaleza, en todo su esplendor como una novia el día de su boda, lucía sus mejores galas para que los paseantes pudieran contemplar su magnificencia. Trinos de pájaros, insectos sobrevolando las cabezas, flores abiertas de par en par, diversas, amplio espectro el de sus colores, penetrantes sus aromas. Las ramas de los árboles, en caprichosa trama, ocultaban a los paseantes de las miradas curiosas.
La calzada romana hollada por las pisadas del viajero
Tras dejar atrás un trozo de carretera, tomaron la calzada romana para almorzar en el propio Puente de la Malena. Sus pies acaso sin saberlo hollaban el mismo recorrido que otros pies hace dos mil años. Los miliarios son testigos mudos del paso de las legiones romanas, de los jinetes árabes, de las mesnadas castellanas, de los rebaños de la Mesta, de los peregrinos, del paseante curioso actual. Como si este pensamiento permaneciera incólume y petrificado sobre el lugar, varios peregrinos se cruzan en el camino. Mientras tanto, el Río Cuerpo de Hombre sigue transcurriendo por debajo de los ojos del puente, incesante y caudaloso. Cinta de plata brillando al sol del pleno día.
Una vez recuperadas las fuerzas, los caminantes retomaron de nuevo el también llamado Camino Mozárabe de peregrinación teniendo como meta Puerto de Béjar y el Jardín del Coto. La naturaleza se hace de nuevo exuberante en sus dominios, haciendo más llevadero el duro ascenso al Puerto. En la mente del paseante un nuevo refrigerio y el descanso actúan de espuela para que el ánimo no desfallezca, próxima la meta después del agradable día de convivencia, aprendizaje y esfuerzo.
Las murallas se alzan aún
espectantes a un enemigo que no llegará ya
espectantes a un enemigo que no llegará ya
Los caminos cuasi urbanos cantaban hazañas medievales de Reconquista, tiempos en que los miembros del Cabildo Eclesiástico recorrían ese mismo itinerario en pos de la ermita desaparecida de Santa María de las Huertas, acunada en el valle del mismo nombre. Las murallas, en lo alto, narraban historias legendarias del pequeño Béjar repoblado por gentes venidas de Ávila, siervos de su rey Alfonso VIII, atados a la tierra y a la guerra.
Al fondo, la fábrica de Gómez- Rodulfo o Navamuño abría los ojos a una era nueva: la del vapor, el trabajo en cadena, el maquinismo, la electricidad, el ferrocarril, el progreso. Ahora la ermita ha desaparecido, las murallas han sido silenciadas, las naves abandonadas; ya los bejaranos no bajan en romería hasta el Valle de las Huertas, ni hay soldados apostados en el cerco defensivo, ni el ferrocarril truena a su paso por el túnel, ni se escucha el chacachá de los telares de la fábrica. Como violadores de lo sagrado, los paseantes del domingo escuchaban la narración de estos acontecimientos pugnando sus mentes por abrirse camino en la inmensidad del olvido.
Los muros de la fábrica textil de Navamuño
no devuelven el eco del "chacachá" de los telares
no devuelven el eco del "chacachá" de los telares
La calzada romana hollada por las pisadas del viajero
Una vez recuperadas las fuerzas, los caminantes retomaron de nuevo el también llamado Camino Mozárabe de peregrinación teniendo como meta Puerto de Béjar y el Jardín del Coto. La naturaleza se hace de nuevo exuberante en sus dominios, haciendo más llevadero el duro ascenso al Puerto. En la mente del paseante un nuevo refrigerio y el descanso actúan de espuela para que el ánimo no desfallezca, próxima la meta después del agradable día de convivencia, aprendizaje y esfuerzo.
Como me hubiera gustado hacer este hermoso recorrido con vosotros,pero no pudo ser,me conformo con estar en cada uno de los lugares que describes con la imaginación, no es comparable pero me he recreado en tus descripciones.
ResponderEliminarUn besito.
Madame, por un momento he visto a esas mesnadas castellanas atravesando el territorio. No soy mujer de campo, pero leyendola me han entrado buenas ganas de hacer ese camino mozarabe de peregrinación!
ResponderEliminarUna preciosa jornada la suya, madame. Gracias por compartirla. Hemos disfrutado de su belleza sin movernos de casa.
Buenas noches
Bisous
Yo, además, quiero destacar tu hermosa prosa. ¡Vaya narración, Carmen!
ResponderEliminarSaludos
Es todo muy bonito, lastimosamente creo que no estoy en condiciones de ir a España, y no lo estaré en muchos años, pero si se da la oportunidad, será un placer hacer una pequeña visita.
ResponderEliminarCambiando de tema, me alegra que le haya gustado mi entrada sobre Pedro II, si quiere ud. traduciré por completo la biografia y la publicaré en mi blog, desgraciadamente ya se perdió la cronología ¡ocurrencia mía la de comenzar por el final! jajaja
Un saludo.
Un buen pasatiempo este de recorrer los caminos ahora que la meteorología no lo impide y rememorar otros tiempos. Aprender caminando siempre es un buen recurso. Se hace ejercicio, también de memoria, y se abre el apetito.
ResponderEliminarUn saludo.
Que bonito paseo... eso si es disfrutar de un lindo día de primavera y no metido en la oficina,...
ResponderEliminarVivo en una zona rural, por lo que soy un gran amante de las largas caminatas por la naturaleza. Y si a parte de cultivar tu cuerpo, trabajas tu mente, ¡mejor que mejor!
ResponderEliminarUn saludo, Carmen!
Hola Carmen:
ResponderEliminarAcabo de descubrir tu blog y me encanta.
He utilizado algunas fotografías, y pequeños datos para ilustrar mi último post, y te he enlazdo, por supuesto a mi blog, que aunque tiene un corte totalmente distinto, siempre introduce pinceladas de historia, de arte o de geografía.
Por cierto, el paseo debió de ser una maravilla, desafortunadamente, este año no puedo participar de Equinoccio a penas.
Un saludo.
Me llama especialemente la atención la fabrica de textil. Esos edificios son particularmente atacttivos con su aire misterioso y... peligroso.
ResponderEliminar¡Un buen recorrido como ese necesito yo!
Un saludo
Parece que nos contabas un cuento.
ResponderEliminarsaludos y un abrazo!
Que buen recorrido y que bien descrito. No sólo andabas Carmen, sino que también has pasado por viejos caminos de la historia: el mozárabe, los miliarios romanos, la revolución industrial y el viejo vapor. Menos mal que se terminó este invierno tan cortito que hemos tenido este año. Un abrazo.
ResponderEliminarJuana María: pues ya sabes que el camino y los lugares están a tu alcance. Así es que, en compañía o en solitario, puedes acercarte cualquier día (preferentemente en esta bella primavera) y contemplar esos paisajes ya vistos por los ojos de otros hombres desde hace dos mil años, que se dice pronto.
ResponderEliminarBesitos
La Dame Masquee: en este año Xacobeo todos debáimos planteranos hacer el Camino, fuere el que fuese, incluso metafóricamente (este año o cualquier otro), con voluntad, claro. La verdad es que os confieso que nunca me he animado a hacerlo, pero todo se andará (y nunca mejor dicho)
ResponderEliminarUn besazo
Xibeliuss: una hace sus pinitos en estas cosas, con más errores que aciertos, pero el que no emprende una cosa nunca yerra.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Saludos
Mathías: pues seguro que pos aquellas tierras suyas también habrá otros caminos legendarios que recorrer, que no se quedarán a la zaga de estos que narro aquí.
ResponderEliminarPues sí, me gustó la entrada sobre Pedro II. Y la estrategia de empezar la narración por el final puyede enganchar a más de uno. Es un recurso literario utilizado frecuentemente en las biografías.
Un saludo
Cayetano: ... y lo bien que saben los bocatas de chorizo en la sierra o después de una buena caminata. Tienen un gusto distinto...
ResponderEliminarUn saludo
Jose Luis de la Mata: Qué se le va a hacer. Por lo menos desde aquí se puede soñar...
ResponderEliminarUn saludo
Pablo D: la verdad es que estando en el campo no echo de menos en absoluto la vida urbana, siempre plagada de estress y de prisas. Desde nuestras ventanas vemos ponerse el sol y amanecer el día, contemplamos las sierras y el transcurso de los meses reflejarse en el bosque.
ResponderEliminarUn saludo
Dissortat: por si te has perdido entradas anteriores, Béjar ha sido una ciudad textil con mucho arraigo y abolengo. Pero todo lo que alcanza un clímax, tiene también su final y ahora sólo podemos presumir de cadáveres constructivos golosos para los constructores, que quieren borrar de un plumazo siglos de Historia.
ResponderEliminarGracias por tu comentario
Un abrazo
Elena: ahora me paso por tu blog y te enlazo también al mío. Puedes enlazar los post que quieras, siempre que cites la fuente de la cual extraes esos datos, como buena historiadora que seguro que eres.
ResponderEliminarUn besito
La sonrisa de Hiperión: ¿y qué es un historiador sino un contador de cuentos que han pasado en la realidad?
ResponderEliminarUn besito
Paco Hidalgo: menos mal que llego la primavera, y espero que con fuerzas suficientes para imponerse entre el frío invierno y el calurosos verano.
ResponderEliminarUn saludo
¡pero que linda es mi tierra y que bella que la pintas cielo! lujazo pasar a verte. Besos mil!!
ResponderEliminar¡Cómo me gustaría acompañaros algún día en alguna de esas excursiones!
ResponderEliminarLali
El senderismo es una de mis vicios irreprimibles jajaja. Estos dos meses de baja me tuve que tragar la bilis de no poder ir a mi querida Sierra de Guadarrama, sobre todo con la nieve que ha habido este año y no sé si la volverá a haber con tanta magnitud. He subido varias veces por tu Sierra de Béjar y la de Gredos a las Lagunas del Trampal y hasta El Calvitero, tanto con nieve como en verano. Me queda hacer la travesía del Calvitero hasta el Pinajarro, el que se alza vigilante sobre la bella Hervás. Al fin y al cabo, entre esas dos localidades tengo mis ancestros paternos.
ResponderEliminarSaludos desde la Villa y Corte.
Agradable paseo, más si añanimos es estado deplorable en que hace años conocimos estos parajes.
ResponderEliminarGracias por este relato.
Muy buena la tarta
Silvia: es un placer tenerte por aquí, guapa.
ResponderEliminarUn besazo
Claudia Ortiz de Urbina: querer es poder, así que ya sabes... cualquier día será el primero de muchos.
ResponderEliminarUn saludo
Juan: pues por lo que dices conoces mejor que yo la sierra y sus contornos. Un día que vengas por aquí vamos a tener que quedar para que así me guíes por esta magnífica sierra que tenemos.
ResponderEliminarUn besito
Archivo fotográfico: a ver si las autoridades competentes se ponen las pilas en éste y otros asuntos.
ResponderEliminarA ver si nos vemos un día y nos tomamos un pincho de verdad y no virtual, jejej
Un saludo
Un bonito paseo siempre que no apriete el calor.
ResponderEliminarSaludos.
Hola estar unos instantes en tu blog es una maravilla.
ResponderEliminarUn Cordial Saludo desde Creatividad e imaginación fotos de José Ramón
Juan Carlos: debes conocerte este camino como la palma de tu mano y seguro que tendrás fotografías espectaculares.
ResponderEliminarUn saludo
Descubre Irlanda: me pasaré por tu página.
ResponderEliminarUn saludo
José Ramón: muchas gracias por tus amables comentarios.
ResponderEliminarUn saludo