Autores: Alberto Bravo Martín y Carmen Cascón Matas
Para entender el papel preponderante del Duque de Béjar, Juan Manuel II, en
la Corte y lo que ello significó para el desarrollo de la pañería en Béjar y
otros estados es preciso desglosar su vida y los logros que acumuló junto al
rey de la nueva dinastía Borbónica, Felipe V.
El 1 de noviembre de 1700 moría
en Madrid Carlos II, declarando como sucesor (al no tener descendencia a pesar
de sus dos matrimonios) a su sobrino-nieto Felipe, Duque de Anjou, hijo del
delfín Luis y nieto de Luis XIV y de su mujer,
la infanta María Teresa, hermana del citado Carlos II. El día 4 de
diciembre de 1700 el nuevo rey Felipe V partía de la corte francesa rumbo a
España. Por el camino, todavía en Francia, recibió las embajadas de diversos
nobles españoles, entre ellos, la del Duque de Béjar que fue besarle la mano a
Mont de Marsan[1].
También debió estar don Juan Manuel presente en la famosa celebración de
Bayona, uno de los episodios más significativos de ese recorrido. Allí se
organizó un interminable besamanos con todo tipo de fiestas, incluso una
corrida de toros. Finalmente, el Rey hizo su entrada en España por Irún el 22
de enero, llegando a Madrid el 18 de febrero y pasando a alojarse en el Palacio
del Buen Retiro.
Felipe V
El 5 de mayo tuvo lugar la consagración de Felipe V como
nuevo Jefe y Soberano de la Orden del Toisón de Oro, máxima distinción que
otorgaba el Rey de España, siéndole impuesto el collar por el Duque de
Monteleón y actuando como padrinos el Marqués de Villena y el Duque de Béjar.
Como se puede ver, don Juan Manuel fue uno de los nobles que más activamente
participó en el cambio de reinado y de dinastía. Además, Felipe V le
recompensaría con una llave de gentilhombre de la cámara[2].
Don Juan Manuel acompañó a Felipe V en su viaje a Cataluña
de septiembre de 1701 a abril de 1702 para recibir a su primera esposa, María
Luisa Gabriela de Saboya, e inaugurar las Cortes catalanas. Posteriormente,
embarcó junto con el Rey y su séquito rumbo a Italia[3],
llegando a Nápoles el 17 de abril, ciudad en la que permanecería hasta el 2 de
junio[4], cuando la comitiva real se dirigió rumbo a Milán. Díez
días después fue nombrado ayudante real e intervino en la famosa Batalla de
Luzzara (15 de agosto), siendo posteriormente enviado por Felipe V a Madrid
para dar noticia a la Reina de la victoria[5].
En 1704, con motivo de la campaña de Portugal, Felipe V volvería a nombrarle
ayudante real.
Mª Luisa Gabriela de Saboya
El 18 de marzo de ese año el consistorio bejarano recibe carta
del Conde de Campo Rey, corregidor y capitán general de Plasencia, comunicando
la llegada a Plasencia de Su Majestad, al que acompañaba don Juan Manuel. La
situación de la ciudad es complicada porque no hay víveres para todos con lo
cual pide ayuda a la villa de Béjar que debe corresponder con “300 gallinas
y toda la mantequilla, una carga de huebos, seis arrobas de manteca de puerco,
una carga de camuesa y espulga que pese diez o doze arrobas y para ello busquen
las vanastas y cavallerias que sean necesarias”[6].
Mientras los acontecimientos bélicos se sucedían y con el Duque lejos, su esposa,
Manuela Álvarez de Toledo y Moncada, y su madre, Mª Alberta de Castro y
Portugal, gobernaban sus estados[7].
Tras la victoria de las armas reales la Duquesa madre fue nombrada Camarera
Mayor de la Reina Mª Luisa Gabriela de Saboya[8]
y don Juan Manuel miembro del Consejo de Castilla en 1705[9].
Sin embargo, y a pesar de la victoria pasada, la guerra
continuaba y en mayo de 1706 las tropas del archiduque Carlos (Carlos III para
los austracistas) se habían apoderado de la ciudad de Plasencia. El capitán
comandante, Nicolás de Greb, marcha a Béjar para desde allí coordinar la lucha
centrada en ese momento en la defensa del puerto de Baños de Montemayor, llave
para controlar el paso de la Vía de la Plata. El día 8 de mayo ya se encontraba
en la Villa[10].
Un par de días después Greb ordena al consistorio en nombre del Duque de
Berwick, “Generalisimo de los Ejercitos de las Dos Coronas”, la
convocatoria de los vecinos de Béjar que deben acudir armados para defender el
puerto de Baños[11].
Durante todo el mes de mayo la villa se va a ver invadida por tropas y
militares exigiendo trigo, armas, pólvora y abastecimiento en general. El
consistorio declaró la pobreza de sus habitantes en repetidas ocasiones,
recibiendo en algunos casos exenciones de impuestos[12].
En julio de ese año la ciudad de Salamanca pide ayuda ante el inminente avance
del enemigo. Los ánimos están tan bajos que el consistorio bejarano decide “colocar
el estandarte de la Villa en las Casas de su Ayuntamiento y tocar la caja para
esforçar los animos de los vezinos”[13].
Plaza Mayor y Ayuntamiento de Béjar
Precisamente en julio de 1706, con Madrid a punto de caer en poder de las tropas aliadas de Carlos III, Felipe V se trasladó a Burgos para ponerse al frente de su ejército. El Duque de Béjar se negó a seguirle y por ello, tras la reconquista borbónica de la capital el 4 de octubre, el Rey le destituyó de su puesto de gentilhombre de cámara, al igual que a los Condes de Peñaranda y Colmenar[14]. A pesar de esta destitución y de ser apartado de la Corte, parece que estos hechos no le impidieron mantener en años sucesivos una postura y actitud favorable a la causa felipista y todo lo que ella supuso. De hecho, en 1710, durante la segunda ocupación de Madrid por las tropas del Archiduque, don Juan Manuel acompañó a Felipe V tras su nueva salida de la Corte, firmando incluso una carta en la que los Grandes pedían auxilio y refuerzos a Luis XIV, poniéndose a su disposición[15]. El 5 de julio de ese mismo año don Juan Manuel visitó la villa de Béjar y el convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Bien Parada en Abadía (Cáceres)[16].
El Duque de Saint-Simón opinaba que, pese a haber ayudado
mucho al Rey en las adversidades de su reinado, no había sido bien tratado por
el soberano[17].
Esta situación cambió en 1723 con el retorno a la Corte de su tío, el Marqués
de Valero[18], tras sus años como virrey de la Nueva España. Gracias a su
influencia, derivada de la estima que le profesaba Felipe V, Béjar fue nombrado
mayordomo mayor del príncipe don Fernando (futuro Fernando VI) en 1725[19],
año en el que Felipe V decidió ponerle Casa propia. Y en 1739 su hijo, don
Joaquín, futuro XII Duque de Béjar, recibía la llave de gentilhombre de la
cámara del Rey con ejercicio, siendo destinado junto a su padre al cuarto del
Príncipe de Asturias[20].
Además, su tía materna, Rosa de Castro y Portugal, era por entonces camarera
mayor de Bárbara de Braganza, de forma que los Béjar formaban un estrecho
círculo en torno a los príncipes y acaparaban la mayoría de los altos cargos de
sus respectivas casas[21].
La lealtad de don Juan Manuel hacia su rey fue tal que, según se cuenta,
regalará los once cañones del exiguo ejército bejarano, propiedad de la Casa
Ducal[22].
Retrato del Marqués de Valero, Virrey de Nueva España y tío de don Juan Manuel
Al subir al trono Fernando VI (1746), al viejo Duque de
Béjar le fue otorgado la futura de mayordomo mayor del nuevo soberano, aunque
nunca llegó a tomar posesión del cargo debido a que falleció poco más de un año
después, el 2 de diciembre de 1747.
Según carta de su sucesor en el señorío, Joaquín de Zúñiga y Sotomayor,
Conde de Belalcázar, al consistorio bejarano “habiendo sido nuestro Sr.
Servido de llevarse para sí al Exmo. Sr. Duque de Bejar, mi sr. y mi padre la
noche del dia dos del corriente, aunque con el sumo dolor y sentimiento en que
me allo, no puedo dejar de participároslo para que no se le retarden los
sufragios, esperando el mucho amor con que recíprocamente correspondió al
Vuestro[23]”.
Fernando VI
Don Joaquín fue designado para ser unos de los seis
gentileshombres de cámara con servidumbre efectiva cerca del monarca, además de
llegar a ser sumiller de corps en febrero de 1758, ocupando la vacante que
dejaba el Conde Montealegre. Béjar, por tanto, hubo de atender a Fernando VI
durante su penosa enfermedad en Villaviciosa de Odón, al tiempo que mantenía al
Rey de Nápoles don Carlos, futuro Carlos III, regularmente informado sobre la
evolución de su hermano. Agradecido por sus servicios, Carlos III le concedería
a su llegada a España el cargo de ayo del nuevo Príncipe de Asturias y de los
Infantes, haciéndose cargo además de la administración de las encomiendas
concedidas a éstos, y la mayordomía mayor de la Casa del Príncipe cuando ésta
fue creada en 1765. Continuaría desempeñando este cargo hasta su muerte
acaecida en 1775.
Continuará
[1] MACANAZ, Melchor Rafael de: “Memorias para la historia”,
tomo I, f.22r.
[2] El nombramiento se debió producir entre 1701 y 1703.
[3] LAFUENTE, Modesto: “Historia General de España”.
Parte III, tomo XVIII. Madrid, 1857. P. 36.
[4] GALASSO, Giuseppe: “Napoli spagnola dopo Masaniello:
política, cultura e societa”. Sansoni Editori, Florencia, 1982. Capítulo
XXVI: “L’avvento del marchese di Villena e la visita di Filippo V”, p.
642.
[5] En realidad ambos contendientes, imperiales y borbónicos se
atribuyeron la victoria: “Todos permanecieron aquella noche en el campo
sobre las armas; por eso quedó indecisa la victoria, celebrada a un mismo
tiempo de ambas partes; como suya la participó el Rey Católico con el duque de
Béjar a la Reina”. BACALLAR Y SANNA, Vicente, Marqués de San Felipe: “Comentarios
de la guerra de España e historia de su rey Felipe V, El Animoso”.
[6] Archivo Municipal de Béjar: Libro de actas del
consistorio de 18 de marzo de 1704. s/f. En esa sesión se decidió enviar al
Contador Mayor del duque, Sebastián de Potestad, a Plasencia para que le
llevara al duque como regalo doce gallinas, seis docenas de chorizos, seis
jamones añejos y una arroba de mantequilla de vaca.
[7] Archivo Municipal de Béjar: Libro de actas del
consistorio de 23 de marzo de 1704. s/f. Durante la campaña portuguesa el
consistorio bejarano recibía correspondencia de “las duquesas gobernadoras por
ausencia del duque que acompaña al Rey Ntro.Sr.q.D.gde.”.
[8] A.M.B.: Libro de actas del consistorio de 24 de Mayo de
1704, s/f. Durante esta sesión se abrió la carta en que se comunicaba esta
feliz noticia decidiendo el consistorio celebrarlo (“se acordaron hazer
toros y se traigan toreros de Salamanca, se pongan luminarias y se hagan fuegos
artificiales”).
[10] A.M.B.: Libro de actas del consistorio de 8 de mayo de 1706,
s/f.
[11] A.M.B.: Libro de actas del consistorio de 10 de mayo de
1706, s/f.
[12] A.M.B.: Libro de actas del consistorio de 13 y 21 de mayo
y 13 de junio de 1706, s/f.
[13] A.M.B.: Libro de actas del consistorio de 27 de Julio de
1706, s/f.
[14] RAH, Col. Salazar, N-56, 102. Decreto de Felipe V
separando de sus cargos a consejeros que contra sus órdenes se quedaron en
Madrid. Campo Real de Uclés, 16 de septiembre de 1706: “…y porque
contraviniendo a esa disposición, luego que Madrid se hallo deuajo de dominio
ageno asistieron muchos a los tribunales que contra mi real intención formaron
en aquella villa, he resuelto dar desde luego por vacas a todos los ministros
de la tabla, las plazas que servían en los consejos en castigo (por ahora) de su inobediencia por
el acto de haver asistido, esto sin perjuicio de lo que después resultare de
otras culpas contra ellos”. Se cita también el asunto en DOMÍNGUEZ ORTIZ,
A.: Estado y Sociedad en la España del siglo XVIII. Ariel, 1984, p. 41.
[15] BN, ms. 10907. Copia de carta escrita por los Grandes de
España a su Magd. Christianissima. 19 set 1710. Copia de la carta que los
mismos Grandes escribieron al Duque de Alba con que acompañan la antecedente.
Respuesta de Su Magestad Christianissima a los Grandes traducida del idioma
francés. Copia de carta del duque de Alba a los Grandes. Firmaron la carta los
duques del Infantado, de Populi, de Atri, de Medinasidonia, de Montellano, de
Arcos, de Abrantes, de Veraguas, de Atrisco, de Sessa, de Jovenzao y de Béjar;
los marqueses de Priego, de Astorga, de Aytona, de Bedmar, de Villafranca, de
Montealegre, de Almonacid y del Carpio; los condes de Lemos, de Peñaranda, de
Benavente, de San Esteban del Puerto, de Oñate, de Frigiliana y el Condestable
de Castilla. El marqués de Camarasa no firmó porque estaba enfermo.
[16] A.M.B.: Libro de actas del consistorio de 5 y 8 de julio
de 1710, s/f.
[17] Duque de Saint-Simon, “Cuadro de la Corte de España en
1722”, Madrid, 1933, P. 76.
[18] Don Baltasar de Zúñiga Guzmán Sotomayor y Mendoza, Marqués
de Valero y Duque de Arión (1658-1727), era hijo de don Juan Manuel de Zúñiga
Sotomayor y Mendoza, IX Duque de Béjar, y de doña Teresa de Sarmiento de Silva
y Fernández. Don Baltasar había sido gentilhombre de cámara con ejercicio de
Carlos II desde 1686, merced que recibió en recompensa a los servicios de su
hermano, el X Duque de Béjar, muerto aquel mismo año en el sitio de Buda, y a
los suyos propios en la misma campaña en la que resultó herido. Entre 1692 y
1697 fue virrey de Navarra, y en 1700 designado consejero y camarista de
Indias. Al llegar Felipe V a Madrid fue confirmado como su gentilhombre de
cámara con ejercicio, acompañando al monarca en su viaje a Cataluña en 1702.
Durante la Guerra de Sucesión desempeñó el cargo de virrey de Cerdeña y, en
1715, cuando se puso casa propia al Príncipe de Asturias, fue destinado como
gentilhombre a su servicio. Pocos meses más tarde sería elevado al cargo de
virrey de Nueva España, donde permanecería hasta 1723. Según contaba
Saint-Simon en 1722, Valero “siempre había sido del gusto del rey y tratado
con distinción”. Y, en efecto, a pesar de estar ausente, en 1721 el Marqués
fue nombrado mayordomo mayor de la Princesa de Asturias, cargo que no juraría
hasta su regreso a España en 1723. Durante el reinado de Luis I, Valero formó
parte del nuevo consejo de gabinete, fue designado presidente del Consejo de
Indias y, en junio, pasó a ocupar también el cargo de mayordomo mayor de la
reina Luisa Isabel de Orleáns en sustitución del marqués de Santa Cruz, quien
no disfrutaba del favor de la nueva Reina. Tras el fallecimiento del Conde de
Altamira, fue elegido por Felipe V como su nuevo sumiller de corps, recibiendo
el título de Duque de Arión y la Grandeza de España de primera clase. Falleció
desempeñando su cargo el 26 de diciembre de 1727, heredando sus títulos su
hermana doña Manuela
[19] Gaceta de Madrid, nº 42, 1725, 16 de octubre.
[20] AGP., Personal, cª 16002, exp. 19.
[21] Su madre, la duquesa doña María Alberta de Castro y
Portugal, ejerció además como camarera mayor de la reina María Luisa Gabriela
de Saboya durante la ausencia, entre 1704 y 1706, de la Princesa de los
Ursinos.
[22] MAJADA NEILA, J. L.: Historia de
Béjar (1209- 1868). Salamanca, 2001, p. 33.
[23] A.M.B.: Libro de actas del consistorio de 27 de diciembre
de 1747, s/f.
[24] GARCÍA MARTIN, PEDRO: Béjar, 1753. Según las Respuestas
Generales del Catastro de Ensenada. Madrid, 1990. TABAPRESS, p. 26 y 27.
Buena papeleta le tocó al de Béjar, nada menos que atender al rey en su enfermedad en el castillo de Villaviciosa de Odón. Heredero del mal de "melancolía" y otros achaques mentales que padeció su padre, cuando murió Bárbara de Braganza aullaba como un lobo por los fríos pasillos del castillo.
ResponderEliminarUn saludo.
El tema daría para una única entrada, la verdad, y daría lo que fuera por poder consultar los informes y cartas que remitió el duque don Joaquín sobre el estado mental de Fernando VI. No olvidemos que un trono se encontraba en juego... Intentaré buscar información en PARES, a ver si hay suerte.
EliminarSaludos
Hola Carmen, quedo a la espera de la siguiente entrega. Un abrazo.
ResponderEliminarLibertad total.
EliminarAbrazos
Vivió varios reinados, y parece que en general no le fue tan mal, ¿verdad?
ResponderEliminarMe pregunto por qué se negaría a seguir al rey en 1706. Pero eligió mal momento para plantarse, desde luego.
Feliz domingo
Bisous
Un mal momento en el que la candidatura y las posibilidad de Felipe V de sentarse definitivamente en el trono se tambaleaba. Ante esta situaciñon compleja hubo nobles, como bien se refleja en el texto, que dudaron y decidieron abandonarle. En realidad el equilibrio de fuerzas estaba inclinado en favor del pretendiente Borbón y la entrada del archiduque en Madrid sólo fue un espejismo, pero en aquel momento nadie sabía lo que podía ocurrir. Lo extraño es que Felipe V luego les readmitiera de nuevo sin represalias.
EliminarBesos
Desde luego, el Duque se lo "curró" bien.
ResponderEliminarMe descubriría, si todavía usara sombrero, ante la Ciudad de Bejar.
Como nos describes la Historia de tu Ciudad y por tanto, de los Bejaranos, no comprendo el porque no creció más, pues fue muy importante en la Historia de España.
Me tienes enganchado Carmen, espero la continuación. manolo
Importantes fuimos en gran medida, porque abastecimos de paños y uniformes a los ejércitos españoles durante casi tres siglos hasta que la competencia del sudeste asiático dio al traste con nuestro potencial textil. De todos modos hay que tener en cuenta que est´ñbamos en el corazón de Castilla, fuera de las grandes vías de comunicación y que el tren llegó demasiado tarde. Poco se podía hacer ante la competencia catalana, ¿no te parece?
EliminarMuchas gracias por los ánimos y un besazo, Manolo
Interesante conocer tan al detalle la historia de este duque y, de paso, la de España.
ResponderEliminarP. D.: Pásate por esa nuestra comunidad...
Me alegro de que os lo pasárais en grande. ¡Qué pena no haberos podido acompañar!
EliminarAbrazos
¡Qué cantidad de detalles de una historia de la que no conocía sino que algunos trazos muy esquemáticos.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, es que como ves me gusta mucho la historia de los inicios del textil bejarano y la vida de esos maestros de distintas nacionalidaddes que llegaron para enseñarnos el arte de la tejeduría de paños. En este blog se ha contado la historia de manera parcial y tocando distintos aspectos. Tienes buena memoria.
EliminarAbrazos
Hola Carmen:
ResponderEliminarBéjar definitvamente ha jugado un importante papel en la historia de España.
Me ha recordado al Cid, cuando el Duque se negó acompañar a Rey...Sus razones tendría.
Espero la continuación
Besos
Momentos de duda a esos niveles me imagino que los tendrían todos los nobles, pues al fin y al cabo la Guerra de Sucesión fue una guerra europea y civil. Cuando el bando propio es el que va perdiendo, muchos huyen por si las moscas... Lo extraño es que el damnificado le readmitiese de nuevo.
EliminarUn beso
Un noble bien activo en el reinado yendo de un lado a otro hasta que dijo que no y así fue que le destituyeron el puesto de gentilhombre.
ResponderEliminarUna vez más Béjar hace prueba de generosidad si se puede decir contribuyendo con los alimentos solicitados, a la lucha en el puerto de Baños.
Un abrazo
Las idas y venidas se produjeron sobre todo durante la Guerra de Sucesión. Había que jugar bien las cartas al apoyar a un candidato determinado, pero no quiero desvelar la causa de este apoyo al candidato Borbón. Eso será narrado en la siguiente entrada.
EliminarUn besazo
Sin duda alguna este pueblo tiene mucha historia y personajes ilustres que engradecieron en su tiempo a esta villa.
ResponderEliminarExcelente trabajo.
Besos
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Muchas gracias, Ventana de foto.
EliminarUn abrazo
Gracias Carmen por tus entradas tan bien documentadas, un buen trabajo.
ResponderEliminarConfieso que estoy floja en historia y venir aquí , me enriquezco.
Gracias
Con ternura
Sor.Cecilia
Lo que se cuenta aquí en pinceladas no es la gran Historia con mayúsculas, sino la "intrahistoria" que diría Unamuno, las pequeñas historias que explican la historia total. Me alegro de que le sirva de ayuda.
EliminarUn saludo
Acumulo cargos y tuvo un papel muy activo junto al rey, hasta que se le hincharon las narices. Docmentadisimas esta seri de entradas, Carmen; excelente trabajo. Saludos.
ResponderEliminarY luego volvió al bando que había abnadonado. Las guerras son así, querido profe. Cuando las barbas de tu vecino veas pelar...
EliminarUn abrazo
Cómo tenía que estar de harto el hombre para negarse a seguir al Rey y plantarse en un momento tan delicado...
ResponderEliminarUn beso, Carmen, feliz semana
Pues fu así y eso no quita mérito a este duque que jugaba bien las cartas para favorecer a sus planes manufactureros. Pero eso ya lo explicaré con detenimiento en las siguientes entradas.
EliminarBesos
Dios los cria y ellos se juntan; aunque tambien se supo poner en su sitio pero, no se sabe el motivo que le impulsó a tomar esta aptitud.-Esperando la continuación de este relato que ahora ya se esta metiendo en camisa de once varas.
ResponderEliminarFeliz lunes Carmen
Besos.
El posicionamiento en favor de Felipe V se explica por ciertos aspectos económicos que explicaré en la siguiente entrada, Bertha, aunque la razón de que dejara de apoyar al candidato borbónico son más humanas de lo que podamos pensar. Al fin y al cabo se trataba de un rey que estaba siendo acorralado por el trono candidato al trono y el duque, como otros nobles, puso tierra de or medio.
EliminarUn beso
Cuando leo estas historias de Reyes, contiendas, sucesiones, medallas y lealtades, es imposible no pensar en la frase "El que no tiene padrino no se bautiza". Y a su ves¡z en todo lo pasarías estos habitantes de esos dominios de penurias. En fin que sigo con interés la historia.
ResponderEliminarBss y buena semana
Las guerras siempre son malas y son los mismos quienes las sufren, Katy, en eso te doy toda la razón.
EliminarUn besazo y lo mismo te deseo
Buen dia Carmen,
ResponderEliminarsigo con mucha atencion los detalles de la querida Bejar, que por cierto que coqueta esta! su Plaza Mayor, es encantadora. Ademas los retratos que ilustran la nota la realzan mucho mas, me doy mas idea de las cosas, del devenir de la historia y sus actores ya que son impactantes.
Un abrazo.
La foto que ves de la Plaza Mayor y del edificio del ayuntamiento es de un día de fiesta, el día de la procesión del Corpus Christi, fiesta declarada de Interés Turístico Nacional. En ella salen procesionando los hombres de musgo, criaturas de leyenda, cuya hsitoria compleja e interesante se remonta al siglo XV. Cuando sean las fechas ya pondré algo sobre ello.
EliminarUn beso
Estoy impresionado con la cantidad de personajes ilustres de este pueblo. Pueblo cargado de historia, arte, monumentos... Este verano no paso sin ir por ahí.
ResponderEliminarUn abrazo
Béjar es ciudad desde 1850 cuando la reina Isabel II, por intermediación del bejarano José Sánchez Ocaña, diputado y ministro por dos veces de Hacienda, concedió tal título.
EliminarTe recibiremos con los brazos abiertos, Antorelo.
Abrazos
Los bejaranos tuvieron bastante que ver en la historia de aquí, estaban bien "arrimaos" a los reyes. Me ha sorprendido conocer al Marqués de Valero todo un Virrey de Nueva España.
ResponderEliminarMuy interesante Carmen, cuantas veces nos preguntamos por los nombres que estamos hartos de mencionar como colegios y calles y les estamos poniendo cara aquí:))
Sabes que ahora Duque de Anjou, se hace llamar Luis alfonso de Borbón bisnieto de Franco??
Un beso.
Pd.Pásate por el blog y ves la ruta que te perdiste:))
El marqués de Valero se merece una entrada o varias porque ejerció varios cargos de importancia en su época y nació en Béjar, de eso estamos seguros por su partida de bautismo que se conserva en Santa María.
EliminarLos nombres no se ponen de manera alocada, aunque también te digo que hay muchos bejaranos ilustres de los cuales ya nadie se acuerda, ni siquiera por el homenaje de una calle o plaza.
Lo que me cuentas del bisnieto de Franco me hace gracia, Laura, porque resulta que él es el candidato al trono delos franceses, cuando ya sabes que hace mucho que existe la república (concretamente desde la abdicación forzosa de Napoléon III en 1870, aunque Borbones no reinan allí desde Carlos X en 1835)
Un besazo
Cada día despiertas más mi interés por el arte, costumbres y, por supuesto, grandes personajes de Béjar, Carmen. D. Juan Manuel II, con ascendiente que tuvo el poder de virrey, debió ser una alta personalidad cortesana y, a su ves, influir en asuntos de estado en esta época en la que España estaba bajo el reinado de reyes débiles y con gran cantidad de validos y asesores. El reportaje de pinturas y tu fiesta mayor son excelentes, unas imágenes para conservar porque no sería fácil obtenerlas con más calidad. Mi más sincera felicitación.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Carmen.
Juan Manuel II jugaba a unas cartas muy suculentas desde el punto de vista económico, aunque prefiero reservar esa explicación para la siguiente entrada.
EliminarLa foto de la Plaza Mayor, tan engalanada, pertenece al día de la procesión del Coprus, una de las fiests grandes de Béjar. Precisamente se vio impulsada por el patrocinio ducal y su figura más legendaria y atractiva al gran público es el hombre de musgo. Cuando se acerque la fecha prometo colgar una entrada para explicar un poquito esta fiesta.
Muchas gracias y un abrazo
Supo jugar sus cartas y, en general, le salió bastante bien. ¡Cuántas veces no lamentaría su momento de duda, cuando plantó al Borbón! - por justificado que estuviese.
ResponderEliminarEsperemos el final...
Saludos, Carmen
Te agradezco que te hayas podido pasar por aquí, Xibeliuss, habida cuenta de lo liado que estás por estar las fechas de Semana Santa tan próximas.
EliminarUn abrazo y espero que todo vaya bien y que Sanabria se anime y llene de turistas.
Realmente los duques alcanzaron un nivel altísimo de favor real, pese a esa separación temporal de Felipe V. Por la zona valenciana no se recuerda con cariño a Felipe V, aunque en la sociedad valenciana también contaba con apoyos. En la célebre batalla de Almansa vencieron las tropas borbónicas y los valencianos perdieron sus fueros. Aquellos polvos trajeron estos lodos, pues existe todavía un sentimiento de pérdida bastante arraigado. Se dice la frase "Cuando el mal viene de Almansa, a todos alcanza", porque también los nobles que apoyaron al Borbón salieron perdiendo. En fin. Lo que te he dicho muchas veces, carmen, hay que ver qué alto picáis los bejaranos... Besazos.
ResponderEliminarSé que Felipe V no es precisamente popular ni en Valencia ni en Cataluña porque castigó, y de qué modo, a todos aquellos territorios que apoyaron a su enemigo en la contienda con la supresión de fueros, privilegios y libertades de que habían gozado desde tiempo inmemorial. Y de hecho conozco el caso de Xátiva donde el retrato del primer Borbón se encuentra colgando aún... ¡cabeza abajo! Por su parte, el duque de Béjar tenía sus intereses a la hora de apoyar al rey proveniente de Francia, intereses puramente económicos y de posicionamiento cortesano. Lo segundo se ha podido deducri, lo primero creo que todavía no... hasta el este fin de semana en que colgaré la siguiente entrada. Y, por cierto, Felipe V perdonó al de Béjar y a los restantes nobles que le habían dado la espalda.
EliminarBesos
Con retraso pero he llegaod para leer la segund aparte de nuestro artículo...fueorn tiempos duros estos del cambio dinásticos en lso que había que saber contemporizar pues el trono aun no estaba segurado y no era 100 % seguro que Felipe V pudiese mantenerlo, de hecho en 1706 estuvo muy cerca de perderlo para siempre...el papel del Marqués de Valero clave para su medro en la Corte.
ResponderEliminarUn beso
Me alegro de que hayas tenido tiempo de poder contestar, amigo. Este próximo fin de semana descansaremos para dar paso a una entrada de Semana Santa, pues la mayoría d ela gente está de vacaciones o pasando unos días fuera y muchos se la perderían si la subiéramos. Así nadie se quedará a medias.
EliminarUn abrazo
Qué fascinante la Historia abras la puerta que abras. Y adictiva. Empiezo leyendo tu entrada de cómo dos mujeres hace cuatro siglos se lanzaron a la fabricación textil mientras el hombre de la casa recorría el mapa, y como provocas mi curiosidad acabo enterándome de que además de sus labores de asistencia real, el duque tuvo que ver con que los atractivos uniformes de los dragones se tiñeran con ese color grana que aún hoy llama la atención en los museos.
ResponderEliminarY sobre todo, eso de bajar los impuestos a sus administrados cuando disminuía la producción textil, por Dios bendito, a quien se le ocurre. Igualito que ahora.
Sigo el capítulo.
Ana, has sido la única persona que ha vislumbrado un poco la causa del apoyo del duque de Béjar al candidato Borbón. El asunto se centraba en ascender dentro de la corte, como hemos visto, si Felipe V ganaba la guerra y en que éste favoreciera a las manufacturas bejaranas una vez llegado al trono. Una de l s peticiones del duque don Juan Manuel a su rey fue que provilegiase al paño de Béjar siguiendo las medidas de fomento económico que los monarcas franceses ya habían puesto en práctica y la respuesta no se hizo esperar: las primeras contratas de paño para el ejército se firmaron al poco. Y de ahí hasta hace poco tiempo Béjar ha suministrado el paño para los uniformes del ejército. Eran famosos el grana bejarano y sobre todo el añil para los uniformes de la Marina. Decían que duraban una eternidad. Y también se hacían aquí los botones en una empresa de troquelados que sigue funcionando hoy día.
EliminarUn beso
Pobre duque, con un Felipe V completamente loco. La mala sangre de los Borbón.
ResponderEliminarSaludos y feliz semana.
Felipe V se volvió loco en los últimos años de su vida, de ahí que abdicara en su hijo Luis I y se enclaustrase en La Alhambra de Granada para vivir de noche y dormir de día. Y su hijo Fernando VI heredó de su padre la melancolía, como se decía entonces, esta vez por la muerte de su esposa.
EliminarUn saludo
Hmm, good job! This is really something!
ResponderEliminar