Publicado: especial del semanario Béjar en
Madrid de 2009.
En
Béjar, el mal estado en que se encuentra la cárcel real (en el hoy ayuntamiento) provoca la necesidad de
constantes intervenciones para repararla. Por ejemplo, en 1735 se contrata al maestro de mampostería y cantería Juan Martín Foguete, de nación gallega, quien presenta planta junto al
maestro de carpintería Antonio García Molina[1]. Sin
embargo, en 1737 la obra aún no se había llevado a cabo, y lo poco que se había
avanzado se suspendió, en espera de lo que el Concejo llama “Gallegos
Maestros Intelixentes”[2], con
lo que sobra decir que tenían acreditada fama en su oficio entre los próceres
bejaranos. En 1739 Martín Foguete y
García Molina vuelven a intentar hacerse cargo de estas obras, pero su
propuesta es rechazada[3]. Al
igual que la de otro cantero guardés, Silvestre
Moreno, que se había presentado junto al carpintero candelariense Francisco Sánchez Castaño[4]. La
obra de la cárcel real todavía coleaba, pues en 1752 el Martín Foguete planea
junto a Manuel Vicente, maestro
bejarano de cantería, la obra de los calabozos[5].
Claustro del convento de San Francisco (Béjar), concluido en 1599.
Hermano
de Juan es Alejandro Martín Foguete,
quien en 1744 se presenta para acometer unas obras en la alhóndiga bejarana junto a Lorenzo
Portela[6]. Otro
maestro de cantería y albañilería gallego y residente en Béjar es Santiago González, quien entre 1716 y
1717 está trabajando en uno de los muros del hospital de San Gil junto a la
torre[7]. A Francisco Sino le volvemos a encontrar,
pero ahora en Béjar y trabajando frecuentemente para la iglesia de El Salvador;
mientras que a un familiar suyo, Sebastián
Sino (¿hermano?) y a su paisano Santiago
García, les asignarán la realización de los batanes ducales en 1753[8].
En
otros lugares de la comarca bejarana
se documenta el trabajo de estos canteros gallegos. Es el caso de Candelario, cuyo Concejo abona 150
reales que se pagan a Juan Alonso,
maestro de mampostería y “de nación gallego”, por razón del
enrollado que hizo en la calle Mayor
desde la casa de Francisco Bejarano hasta la del cirujano[9].
Además se le abonan otros 276 reales por el coste que tuvo el levantar la pared
de la cárcel[10].En las obras de
remodelación que se acometieron en la iglesia de La Hoya[11],
entre 1769 y 1794 trabajan varios de estos maestros, como “Pedro Carrero y su compañero Agustín”, Francisco Sino, Juan
Portela y “Andrés Rodríguez y compañeros
gallegos”. Francisco Sino también ejercerá su maestría en las obras de la
iglesia del santuario de Nuestra Señora
del Castañar en Béjar, descargándose dos mil reales en la mayordomía de 1747 a 1749 por hacer su
tribuna[12], y
en la de 1761 a
1764 setecientos reales por la mano de obra invertida en la sacristía nueva[13]. A Pedro Carrero y Juan Portela los documentamos trabajando también en la nueva
cabecera de la iglesia de Sorihuela,
comenzada en 1772, junto con otros paisanos como Juan Domínguez y el
albañil Juan Rodríguez[14].
Para la iglesia del actual despoblado de Peñaflor,
Francisco de Alomba acomete una
importante reforma en 1752[15]. En
cuanto a las obras públicas hay que resaltar que la obra del puente de Puenteseca se concertó en
1771 por Pedro Carrero y el bejarano José Hernández, según las condiciones
dadas por Sebastián Sino quien, sin embargo, se quedó fuera de la contrata[16].
Edificio del consistorio y cárcel real en época moderna, hoy Ayuntamiento (siglo XVI)
Esta
serie de datos sirvan como pincelada de la intensa
actividad de estos canteros que, junto a los locales y los maestros
carpinteros, protagonizarían la actividad constructiva en la comarca bejarana. En empresas más ambiciosas se pondrían al
servicio de un maestro arquitecto, siendo apenas conocida la presencia en
Béjar durante este siglo de algunos de ellos, principalmente procedentes de Salamanca al ser un destacado centro
arquitectónico. Uno de ellos fue Fray
Francisco de la Visitación,
maestro arquitecto franciscano a
quien se le debe la iglesia del convento
de San Antonio el Real de Salamanca. También en 1741 dará trazas para el
chapitel del primitivo cimborrio de la
catedral nueva de Salamanca[17],
obra ésta que se tuvo que demoler tras quedar muy dañada durante el terremoto
de Lisboa de 1755, construyéndose el cimborrio actual por Juan de Sagarvinaga.
Poco antes, en 1740, fray Francisco está en Béjar
presentando la planta para la reforma de la tribuna de la iglesia de San Juan[18] y su
parecer ante la ruina de la torre de San
Gil[19].
El
coro de la iglesia de San Juan se
ejecutó en el siglo XVII gracias a la generosidad del licenciado Bartolomé López Dávila, sin embargo se aprecian reformas
posteriores para asegurar la estructura, como el arco en el que se apoya la
bóveda de lunetos o la reforma de la tribuna para crear el paso que la
comunicara con el órgano. Esta tribuna
la materializó el maestro carpintero bejarano Mateo León entre 1760 y 1761[20],
siendo la carpintería de la balaustrada es muy similar a la de las tribunas de
las iglesias de Navacarros y La
Hoya, pudiendo también ambas haber salido de su mano.
Torre de San Gil
Respecto
a la torre de San Gil (o “ttorre del rrelox” como se la denomina
en la documentación), el mismo año de 1740 amenazaba
ruina, temiéndose desde el Concejo bejarano que de no atajar el problema
con rapidez “se siguirán graves
ynconvenienttes al común y expezialmente a los vezinos ynmediattos”[21]. En la asamblea del 2 de diciembre se
exhorta a contactar con algún “maesttro
ynttelixente” que revise el estado en que se encuentra la torre y que dé su
parecer[22],
exponiéndose en la del día 16 de ese mismo mes la tajante resolución de Fray Francisco de la Visitación: derribarla[23]. Entre
el día 2 y el 16 el maestro franciscano visitaría la torre y su dictamen fue
taxativo, a raíz del cual el Concejo decidió obedecerle y nombrar a don Miguel
Ramírez de Arellano y a don Jerónimo Lucio comisarios para el cumplimiento del
derribo[24].
Pero,
¿cuál era el principal motivo por el que
Fray Francisco estaba en Béjar? La documentación nos lo define como estante en el convento de San Francisco de
Béjar (lo que resulta una obviedad) y definiéndole además como arquitecto
conventual. Ésta era una de las características
de la arquitectura barroca española, la proliferación de frailes arquitectos formados y especializados en
el tipo de arquitectura de cada orden religiosa, pues cada una tenía su propia
identidad. Por lo tanto, el fraile franciscano estaría trabajando en alguna obra importante del convento bejarano
y, advertidos de su presencia, le lloverían las peticiones de otras
instituciones próximas para que opinase y/o actuase sobre el estado de sus
inmuebles o la buena marcha de alguna obra emprendida. Circunstancia, por
cierto, muy corriente en los viajes de trabajo de estos maestros. Al parecer,
la iglesia del convento de San Francisco estaba acometiendo una obra
importante; seguramente su renovación.
En ese año de 1740 el concejo expresa la petición del convento para “que se dé la madera que pide aviéndola en
los montes de esta villa, al Conventto de nuestro Padre san Francisco de esta
villa para la obra de la capilla que esttá aziendo”[25]. Imaginamos que se refiere a la capilla mayor, obra que sería la que
en ese momento dirigiría Fray Francisco
de la Visitación.
Iglesia de La Alberca (Salamanca)
Años
más tarde, en 1744, el consistorio manda
llamar de nuevo a Fray Francisco, en este caso para revisar las cañerías de la
villa, no accediendo, aunque en su lugar lo hará otro importante arquitecto
salmantino: Manuel de Larra Churriguera[26]. Sobrino y primo de los famosos Churriguera
afincados en Salamanca, fue un maestro arquitecto con obra repartida entre las
provincias de Salamanca y Cáceres. Entre otras, por citar un ejemplo cercano, hizo
la iglesia de La Alberca y en 1741 es
nombrado maestro de obras de la catedral
de Salamanca. Precisamente el mérito por el que se le concedió esta
maestría, fue la ejecución del mencionado chapitel que trazó Fray Francisco de la Visitación. Otro
maestro arquitecto y ensamblador reconocido que trabajó en Béjar fue Francisco Ventura de la Incera Velasco. Con taller abierto en Barrado (Cáceres)[27], en
1757 estaba trabajado en la iglesia del convento de San Francisco de Béjar
(que seguiría construyéndose), y en 1759 da
planta para la torre de San Gil[28],
pues como hemos señalado, llevaba años arruinada. Para esta obra, una vez
ejecutada la planta, el siguiente paso fue hacer públicas las condiciones de la
obra mediante pregón por nueve días, para contratar el proyecto que más le
conviniese a la institución.
A
este respecto surge la duda de hasta qué
punto se derribó la torre, pues algunos vanos apuntados que hoy presenta
sugiere la antigüedad medieval de
los mismos, con lo que tal vez no se
llegó a derribar por completo.
[1]
Archivo Municipal de Béjar: Libro de
Actas del Consistorio 1731-1737, f. s/f.
[2]
Ibídem, f. s/f.
[3] Archivo
Municipal de Béjar: Libro de Actas del
Consistorio 1738-1742, f. s/f.
[4]
Ibídem, f. s/f.
[5] Archivo
Municipal de Béjar: Libro de Actas del
Consistorio 1749-1753, f. s/f.
[6] Archivo
Municipal de Béjar: Libro de Actas del
Consistorio 1743-1748, f. s/f.
[7]
Archivo Parroquial de El Salvador (Béjar). Libro
de Cuentas de Fábrica y Visitas del
Hospital de San Gil 1623-1742, f. 236.
[8] Archivo
Municipal de Béjar. Libro de Actas del
Consistorio 1749-1753, f. s/f.
[9]
Archivo Histórico Provincial de Salamanca, C.M.E.
557, f. 64
vº.
[10]
Ibídem.
[11]
Archivo Parroquial de Navacarros: Libro
de Cuentas de Fábrica y Visitas de La
Hoya 1749-1887, f. 48 vº, 58, 101 vº.
[12]
Archivo Parroquial de San Juan (Béjar). Libro
de Cuentas de Fábrica y Visitas de la Cofradía de Nuestra Señora del Castañar, f.
120.
[13]
Ibídem, f. 164.
[14]
SÁNCHEZ GARCÍA, T.: La iglesia de Sorihuela (1687-1831), 2009, p. 63.
[15]
SÁNCHEZ GARCÍA, T.: La villa castellana
de Peñaflor, p. 93.
[16] DÍEZ
ELCUAZ, J. I.: “Puentes del río Cuerpo de Hombre”, en José Antonio Bonilla
Hernández y Evaristo Rodríguez Martín (coor.) Puentes singulares de la provincia de Salamanca, Salamanca,
Diputación de Salamanca, 2005, pp. 79-80.
[17] DOMÍNGUEZ
BLANCA, Roberto. “Alzado-sección del cimborrio de la catedral”, en Catálogo
de la exposición Ierónimus. 900 años de arte y de historia, 1102-2002, Salamanca,
Ilmo. Cabildo Catedral de Salamanca, 2002, p. 421.
[18]
Archivo Parroquial de San Juan (Béjar). Libro
de Cuentas de Fábrica y Visitas 1698-1758, f. 540. La obra más importante que se conoce de este
arquitecto es la construcción de la iglesia del convento de San Antonio el Real
de Salamanca. También en 1741 da trazas para el chapitel del primitivo
cimborrio de la catedral nueva de Salamanca (DOMÍNGUEZ BLANCA, Roberto.
“Alzado-sección del cimborrio de la catedral”, en Catálogo de la exposición Ierónimus. 900
años de arte y de historia, 1102-2002, Salamanca, Ilmo. Cabildo Catedral
de Salamanca, 2002, p. 421).
[19] Archivo
Municipal de Béjar: Libro de Actas del
Consistorio
[20]
Archivo Parroquial de San Juan (Béjar). Libro
de Cuentas de Fábrica y Visitas 1758-1903, f. 25 vº.
[21]
Archivo Municipal de Béjar: Libro de
Actas del Consistorio 1738-1742, f. s/f.
[22]
Archivo Municipal de Béjar: Libro de
Actas del Consistorio 1738-1742, f. s/f.
[23]
Archivo Municipal de Béjar: Libro de
Actas del Consistorio 1738-1742, f. s/f.
[24]
Archivo Municipal de Béjar: Libro de
Actas del Consistorio 1738-1742, f. s/f.
[25]
Archivo Municipal de Béjar: Libro de
Actas del Consistorio 1738-1742, f. s/f.
[26] Archivo
Municipal de Béjar: Libro de Actas del
Consistorio 1743-1748, f. s/f.
[27]
Sobre este artista ver MÉNDEZ HERNÁN, Vicente. El retablo en la diócesis de Plasencia, siglos XVII y XVIII, Cáceres,
Universidad de Extremadura, 2004, pp. 654-658.
[28] Archivo
Municipal de Béjar: Libro de Actas del
Consistorio 1754-1760, f. s/f.
Qué bueno, Roberto, estáis todos hechos unos Craks, me ha encantado.
ResponderEliminarQue bonitos edificios, y preciosas fotos, llenas de historia y muy bien documentadas, te felicito, os felicito a Carmen y a tod@s, los que colaboráis.
Abrazos y BFDS.
Es verdad que esos vanos apuntados tienen un aspecto totalmente medieval. Si se derribó, la reconstrucción debió de hacerse respetando al máximo su antiguo aspecto, aunque más bien parece que se decidió conservar esa parte.
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
Llama especialmente la atención esa forma que tiene la torre de San Gil, tan irregular...
ResponderEliminarSaludos.
Menos mal que a pesar de todas las vicisitudes se arreglaron y están para deleite y disfrute de nuestros ojos. Estuve en la Alberca hace muchos años. La cárcel hoy Ayuntamiento es un edificio maravilloso y ahora bien conservado. Y el claustro de San Francisco es también magnífico. Creo recordar que ya nos lo has mostrado en otro post. Como siempre un buen trabajo. Si tuviera que hacer un trabajo sobre Béjar no dudaría beber de estas fuentes
ResponderEliminarBss
Muy curioso eso de los "frailes arquitectos" y eso de convertir una cárcel en un ayuntamiento... da qué pensar. En algunos municipios de España habría que volver al uso antiguo y meter entre rejas a buena parte del consistorio por corrupción, malversación y otros "asuntos".
ResponderEliminarUn saludo.
Como sabes, he estado varias veces en esta preciosa Villa y me ha encantado conocer más de su Historia y ver estas añoradas imágenes.
ResponderEliminarAbrazos y besos.
Me llama la atención que hubiese varios frailes arquitectos y además especializados en distintos tipos de arquitectura según la orden religiosa a la que pertenecían.
ResponderEliminarY veo muy significativo también que se les llame "intelixentes" a los maestros canteros. Imagino que reconociéndoles su valía.
Buen fin de semana.
Abrazo!!
¸╭•⊰✿¸.•*✿⊱╮ღ
ResponderEliminarQue bonito el campanario de La Alberca y el claustro del convento, todo aparece envuelto en un aura medieval, me gusta como manejaron las cosas y se ve tan bien conservado que es un gran placer siempre pasear por Béjar, su gente y su historia.
¸╭•⊰✿¸.•*✿⊱╮ღ
Hola Carmen:
ResponderEliminarLa torre tiene un aspecto interesante, pero en la imagen me llama más la atención la casa de la izquierda, por el color. Me da risa lo de "nación gallega".
Aparentemente les tenían como grandes maestros.
Besote
Nos quejamos de la burocracia y que protocolo tenían en su momento estas construcciones con razón desafian el paso del tiempo...Buenos canteros,carpinteros,arquitectos,mamposteros todo un gremio de buenos maestros.Una entrada muy interesante nunca se acaba de aprender.
ResponderEliminarMe encanta, ver la fachada de la casa que esta justo al lado con sus paños de teja le dan una personalidad increible.
Besos Carmen feliz fin de semana.
En realidad iba a decir que en el siglo XVII fue un siglo de grandes obras , pero recordando otras Entradas anteriores, es que en Bejar, siempre ha sido un lugar de mucho movimiento, que no dejaban las cosas para mañana.
ResponderEliminarSaludos, manolo
Parece que había obras por todos los lados, ¿no habría una burbuja? Me resulta rara la torre de San Gil, parece que le falta el cuerpo de una iglesia.
ResponderEliminarUn abrazo.
He pasado por tu ciudad muy recientemente pero lo único que pude ver fue la fachada del Mercadona. La finalidad de la excursión no estaba orientada hacia Béjar sino a la localidad cercana de Candelario, ni que decir tiene que al pasar por las inmediaciones de tu localidad me acordé de ti. Mi visita ya finalizó y ahora ya me encuentro de nuevo en la tierra cordobesa.
ResponderEliminarUn beso.
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Interesante sobre todo porque me pone de manifiesto la ligazón existente entre mi tierra de nacimiento y la de adopción. Un abrazo,
ResponderEliminarLas piedras quedan de forma intemporal, casi eternas, en el enclave en el que fueron colocadas, pero la huella de las manos que las colocaron las desdibuja el tiempo, salvo cuando un historiador las rescata y nos ofrece un estudio tan detallado como este. Muchas gracias Carmen, en nombre de estos gallegos no tan anónimos.
ResponderEliminarBesos.
Cayetano se me ha anticipado, a menudo tengo la sensación de que sería muy conveniente reconvertir en cárcel a una buena parte de los ayuntamientos con sus respectivas corporaciones dentro y luego perder la llave, o confiarsela a algún “maesttro ynttelixente” y encomendarle de paso el gobierno...Un beso, Carmen
ResponderEliminarFuera rehabilitada o reconstruida, la torre de San Gil presenta un porte magnífico. Esbelta dentro de su tosquedad.
ResponderEliminarBesos, Carmen.
Estoy viendo la gran labor que hicieron estos canteros gallegos no sólo en Béjar, sino también en zonas cercanas como Candelario o La Alberca. Ciertamente, estos edificios aún tienen mucho de medievales, el espíritu es medieval, pero de gran belleza. Impresionante esa Torre de San Gil. Saludos a Roberto y un abrazo, Carmen.
ResponderEliminarConozco muy bien todos esos edificios,muy buena e interesante informacion.
ResponderEliminarUn abrazo
Como nos tienes acostumbrados magnifico reportaje, perfectamente ilustrado, me encantan siempre las edificaciones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Oh sí, toda una saga de frailes arquitectos en época barroca... así maravillosa la Plaza de España en Bruselas.. ¿la has visitado? ¡Vamonos, pues! Bss
ResponderEliminarBuena documentación e muy interesante trabajo el de Roberto Domínguez. Precioso ese claustro del convento de San Francisco.
ResponderEliminarUn beso, Carmen.
Querida Carmen, mi enhorabuena a Roberto por un trabajo de investigación tan interesante; es curioso ese lenguaje gremial e incomprensible para el resto conocido aquí en Galicia como "latín dos canteiros" o "o verbo dos arxinas".
ResponderEliminarMil bicos.
Las fotos demuestran la buena explicación del texto!!
ResponderEliminarGracias Roberto por tu buena documentación y por dar a conocer lo bueno que tenemos por aquí:)) Como me gusta el claustro del convento!!
Un beso.
Mi querida amiga Carmen, nunca me cansaré de decirte la meticulosa documentación de tus publicaciones, propias o de amigos, y la belleza de Béjar. El claustro de San Francisco es una verdadera joya arquitectónica. No le van a la zaga ni el Ayuntamiento ni la peculiar torre de San gil, "ttorre del rrelox", sospecho que por ese reloj de sol que se aprecia en una de sus fachadas. Son espléndidas construcciones de mampostería realizadas por maestros canteros que sabían su oficio. Conocer un poco la historia de estas construcciones y su autores hacen apreciarlas más y realizar un mapa de detalles que no sería posible sin estos artículos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Carmen.
Enterarse de terminologías ya en desuso y comprobar una vez más la riqueza de nuestra lengua, capaz de desplegar una batería de nombres para una sola acción, es buena cosa. Me interesa lo que cuentas sobre la proliferación de los canteros gallegos en Béjar en el XVIII, porque entre el XX y XXI el taller de Manuel Mallo de Lugo fue el autor del puente que une los campanarios de La Pasión en La Sagrada Familia de Barcelona y de los capiteles de sus columnas interiores, auténticos corazones de la obra.
ResponderEliminarSaludos
Carmen Hermoso reportaje es un placer pasar por su blog Saludos
ResponderEliminarHola! Estudié en Salamanca y guardo un gran cariño por esta región. Por si te interesa te informo que en la web OH! MY PLAN se ha convocado un concurso de foto para buscar la Mejor Postal de Madrid. Toda la info aquí: http://ohmyplan.com/news/entry/concurso-de-fotografia-la-mejor-postal-de-madrid-2013-qthe-best-postcard-of-madrid-2013q
ResponderEliminarSaludos
Buenas noches Carmen, pues tu entrada es tan completa, que sólo me queda que aprender.
ResponderEliminarPero cuando he visto esa torre robusta de la Iglesia de la Albarca, me he emocionado. Allí si que he estado y conozco. Esa Iglesia es preciosa, tiene un púlpito policromado que llama la atención. Bueno, no sigo, porque te haría yo la entrada !jaja!!Hace más de 35 años que estuve recorriendo su belleza y es de destacar que tuvo el honor de ser el primer municipio en España en ser declarado Monumento Histórico-Artístico.
Gracias, hoy me voy contenta con mis recuerdos.
Te dejo un beso de ternura
Sor.Cecilia
Bueno, esto es toda una tesis doctoral, para releer con calma y para guardar en favoritos. Un trabajazo.
ResponderEliminarMe encanta la torre del reloj por su estructura tan peculiar y distinta.
Un cordial saludo.
Maestros gallegos inteligentes. Parece de un relato de Álvaro Cunqueiro.
ResponderEliminarHace un momento, en es.radio/Intereconomía TV hablaban de Bejar. La persona que hablaba no sabía el origen de la designación del río “Cuerpo de Hombre”. Inmediatamente he llamado a mi amigo Crego (bejarano de pro residente en Valladolid) y se lo he preguntado: No lo sabía.
ResponderEliminarPor eso me dirijo a usted a ver si alguien puede contestar a esa pregunta.
Parece ser que esta denominación curiosa de nuestro río proviene de una leyenda medieval que cuenta la anécdota de que se encontró una mañana el cuerpo de un hombre muerto flotando en el río. Como tal leyenda se tiene que tomar, evidentemente. Lo que sí está claro es que los repobladores de Béjar lo denominaban en el siglo XIII "Corpedumne" según se puede consultar en diversos documentos de la época.
EliminarEspero haber resuelto su duda.
Un saludo