Autora: Carmen Cascón Matas
Durante este año que se escurre en nuestros dedos, presto
a difuminarse en el tiempo, los integrantes del instituto Ramón Olleros
Gregorio nos han recordado que su labor docente cumplía cincuenta añitos bien
llevados. Medio siglo desde que en 1963 se creó con la aportación de unos
bejaranos entusiastas, dispuestos a aportar su granito de arena con la causa
educativa, y el empuje de un alcalde modelo que no cejó en su empeño de transformar,
aquel caserón rumboso y destartalado con siglos de historia a sus espaldas, aunque
de escasa funcionalidad real, en un centro donde se impartieran las clases de
enseñanza media que tanto se necesitaban en la ciudad. Él desgraciadamente no
pudo verlo, pero sí logró que el proyecto se pusiese en marcha y que otro
alcalde, Ángel Izard Gozálvez, finalizara lo por él soñado.
Desde entonces miles de alumnos han pasado por sus aulas.
Recuerdo los madrugones, mis paseos con la legaña pegada a las pestañas en las
frías amanecidas del invierno desde mi casa y a lo largo de la serpenteante y
vacía calle Mayor hasta desembocar en la Plaza. Siempre mirando el reloj,
siempre con prisas, siempre dudando si la caminata apresurada se debía al loable
fin de mantener el calor corporal ante la escarcha que pugnaba por convertir el
vaho de mi respiración en polvo helado, o por no confirmar mi recurrente sueño
nocturno de llegar tarde y no poder hacer ese dichoso y trascendental examen.
Alcanzar la meta de la Plaza no suponía ganar la carrera; debía atravesar el
parque (hoy desparecido), subir las escaleras de ascenso a la explanada,
recorrer la llanura frente al viento helado, sobrepasar la puerta y trepar por
la escalera renacentista y señorial de bajos escalones, al final de la cual
llegaba al interior del centro con la lengua fuera. Una vez sentada en el
pupitre, comenzaba una dura jornada de seis y a veces siete horas de
aprendizaje solo interrumpidas por el recreo, un paréntesis que olía a
bocadillo de tortilla y golosinas. Odiaba las clases de educación física y los
gimnasios con olor a humedad y sudor reconcentrado. Recuerdo perfectamente que
Pepe Muñoz dijo en su presentación como nuestro profesor de dibujo, recién
aterrizados en aquel edificio grandioso y temerosos aún por nuestra inclusión
en aquel mundo desconocido y adulto, una vez traspasado el umbral de la
adolescencia, que recordaríamos aquellos cuatro años como los mejores de
nuestra vida. Le miramos incrédulos pensando en las largas horas de codos que
se avecinaban, pero ahora, en la distancia, pienso en la veracidad pura y redondeada
de su afirmación.
Aquellos recuerdos, y muchos otros, se han compilado en
un libro que quiere ser el regalo tangible escrito al calor de los primeros
cincuenta años de existencia. Son muchas y variadas las plumas que narran sus
experiencias dentro de los muros del palacio tanto de profesores como de
alumnos y padres, a lo largo de sus 273 páginas, en las que no faltan las
fotografías en blanco y negro, y la fachada- portada gloriosa pintada por
Antonio Varas. Tras el título de Piedra y
pedagogía, el lector recorrerá visualmente el continente y el contenido de
un edificio cuyos sillares sudan historia por los cuatro costados.
Precisamente, tras los saludas de la consejera de Educación, el alcalde y el
director del centro, Julián Barrios, el artículo que lo inicia, escrito por
José Muñoz Domínguez, trata de la construcción cuyo perfil nos es tan familiar
y querido, a la vez que desconocido. Hora era ya de que por fin conociéramos
los vericuetos de sus muros, la carcoma de su estructura, las trazas perdidas,
el doloroso peso erosivo, la sangrante maza de su destrucción. De su
resurrección como centro educativo se encarga Antonio Gutiérrez Turrión, quien
no omite las listas de nombres de aquellos bejaranos que hicieron posible,
peseta a peseta, la consecución de un sueño. Aportan sus reflexiones Antonio
Avilés Amat, José A. Rodríguez, Antonio Varas, Ignacio T. Baciero Ruiz, Mª Olga
López Parra, Victoriano M. Hernández Maestre, José A. Rodríguez, Ángel
Ballesteros, Ruth Cook Vaquero y Jose Manuel Regalado.
El lector reconocerá sus andares en las experiencias de
otros durante aquellos cuatro años trascendentales de la vida, sin importar la
promoción, ni la edad, porque los recuerdos alojados en la memoria se imbrican
hasta constituir un todo común, acaecido siempre entre los sillares de la
pesada y vetusta mole, de unos espacios que vieron la gloria de la casa ducal
campear entre sus muros, y que ahora están compuestos de futuro.
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Nuestro colaborador Javier R. Sánchez nos ha hecho llegar esta noticia y enlace:
En esta página web
www.lagranhuelgadebejar1913.com
se irá actualizando la información sobre los distintos actos que se van a celebrar para conmemorar el CENTENARIO los siete meses de huelga ("La gran huelga") que los obreros textiles bejaranos realizaron entre diciembre de 1913 y julio de 2014, para negociar un nuevo contrato de trabajo. Según han dicho, existe el propósito de retransmitir por youtube, através de esta página, las distintas cnfrencias que se den. La 1ª de ellas la da Carlos Palomeque, catedrático del Derecho del Trabajo en la Universidad de Salamanca el próximo 16 de diciembre, lunes, coincidiendo con la fecha exaca en que se inició la huelga, en 1913. Será a las 19,15 h. en el Convento de San Francisco.
www.lagranhuelgadebejar1913.com
se irá actualizando la información sobre los distintos actos que se van a celebrar para conmemorar el CENTENARIO los siete meses de huelga ("La gran huelga") que los obreros textiles bejaranos realizaron entre diciembre de 1913 y julio de 2014, para negociar un nuevo contrato de trabajo. Según han dicho, existe el propósito de retransmitir por youtube, através de esta página, las distintas cnfrencias que se den. La 1ª de ellas la da Carlos Palomeque, catedrático del Derecho del Trabajo en la Universidad de Salamanca el próximo 16 de diciembre, lunes, coincidiendo con la fecha exaca en que se inició la huelga, en 1913. Será a las 19,15 h. en el Convento de San Francisco.
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El Centro de Estudios Bejaranos presentará su segundo volumen de la Historia de Béjar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Béjar el lunes día 16 a las 18.00 horas.
Tras una ardua labor de investigación y colaboración de miembros del Centro de Estudios Bejaranos
e investigadores externos, sale a la calle el segundo volumen de la
Historia de Béjar (recordemos que el primero vio la luz en 2012) que
comprende la Historia Conteporánea de nuestra ciudad a la que se suma
estudios relativos al cine, escultura y pintura, geografía, música o
literatura. En conjunto se ofrecen al lector 16 artículos de otros
tantos expertos de la talla de Javier R. Sánchez Martín, Jesús López
Santamaría, Rosa Ros Massana, Ramón Martín Rodríguez, Roberto Domínguez
Blanca, Lorenzo Bernáldez Villarroel, Óscar Rivadeneyra Prieto, Ignacio
Francia, Lola González Canalejo, José María Hernández Díaz, Antonio
Gutiérrez Turrión, José Muñoz Domínguez, Pablo Puente Aparicio, Mariano
Esteban de Vega, Jose Luis Alonso Santos, Luis Javier Aparicio Amador,
José Luis Sánchez Hernández, Julio Villar Castro y Carmen Cascón Matas.
La labor de coordinación la han llevado a término Jose María Hernández
Díaz y Antonio Avilés Amat.
La edición ha sido costeada enteramente por la Excelentísima Diputación de Salamanca gracias al apoyo del Ayuntamiento de Béjar.
La edición ha sido costeada enteramente por la Excelentísima Diputación de Salamanca gracias al apoyo del Ayuntamiento de Béjar.
Hay iniciativas y proyectos que quedan en el tiempo, enriquecen y son recordados como algo que enriquece a la sociedad.
ResponderEliminarUn beso.
Carmen homenaje bien merecido a estos 50 años.
ResponderEliminarSaludos desde Creatividad e imaginación fotos de José Ramón
Que suerte!, haber tenido mandatarios con una ilusión de futuro y con la aspiración de formar una juventud . Porque, estamos hablando de hace 5o años que se tomaron estas iniciativas y que han sido tan bien seguidas.Todo lo que se hace con sentido común tiene sus frutos siempre(la unión hace la fuerza).
ResponderEliminarLos años de secundaria y preparación para la superior son sin duda los mejores.Yo tambien los recuerdo con muchísimo afecto.
Besos feliz semana Carmen.
Que hayas pasado y que puedas escribir sobre él me figuro que es todo un placer para ti, como bien dices gracias a esa gente entusiastas y que creían en ello se pudo logar una obra la cual sigue permitiendo la enseñanza.
ResponderEliminarYa veo que tienes muchos recuerdos de él y por días difíciles que fueron te ayudaron a romper las barreras de la vida.
Un beso
Si todas las efemérides tienen su importancia, la dedicación a la enseñanza y la cultura muchísimo más, sobre todo en estos tiempos donde parece que queremos volver las aguas culturales a las acequias de los privilegios.
ResponderEliminarUn beso.
Esos recuerdos de la adolescencia no se borran jamás de la memoria.
ResponderEliminarMe imagino que te llenará de orgullo haber contribuido a poner tu granito de arena en ese trabajo colectivo que conecta el presente con el pasado de Béjar.
Un saludo.
Leyendo tu entrada (yo no fui al Ramón Olleros) no he podido por menos que pensar en la cantidad de sabañones que se habrán pelado en esas aulas. Por cierto, sobre el concurso del que me hablaste, cosa que te agradezco, estuve informándome pero no parece que tengan muy claro lo que quieren hacer al menos en lo que a la temática se refiere. Un abrazo y gracias.
ResponderEliminarLa Cultura y la Educación cualifican a una Sociedad y son el transporte para un Futuro mejor. Grandes iniciativas en esos Tiempos tan variables y díficiles donde todo para salir adelante costaba un potosí. Siempre hay que seguir con estas maravillosas iniciativas que revitalizan y dan esplendor a todo nuestro Entorno.
ResponderEliminar¡¡¡Gracias, de nuevo, por esos comentarios que me llenan de Fortaleza y Energía.
Abrazos y Besos.
A mi este homenaje me recordó, como refiere el escrito, mis años de secundaria. Luego de muchos años,volvieron al presente, al encontrar a mis antiguos compañeros en el facebook y en las redes sociales.
ResponderEliminarSentido homenaje a una institución que imparte conocimiento y saber. Hoy parece que esto no es importante que llegue a todos.
Besos
Pues muchas felicidades al Instituto por ese aniversario. Todos sus alumnos están de enhorabuena con la celebración. Mucha suerte para ese proyecto colectivo, madame.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Yo también odiaba las clases de educación física y el pestuzo del gimnasio. La idea de felicitar al instituto con ese libro me parece estupenda, Carmen. Y que suerte, estudiar en un sitio así y no en un bloque de hormgón armado :)
ResponderEliminarUn abrazo grande
Gracias por compartir tus recuerdos que son un tesoro incalculable. Al menos para mi que recuerdo con agrado mi tiempo de colegiala.
ResponderEliminarA mi sin embargo me encantaba la clase de gimnasia. He sido muy amante del deporte. Felicidades por el libro y todo el éxito en su presentación.
Te deseo unas felices fiestas y que el 2014 traiga entre su ropaje aires nuevos y buenas noticias.
Bss
Me imagino la cantidad personas que han salido de sus aulas y que han tenido un puesto destacado en la sociedad.
ResponderEliminarBesos
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
El palacio todo un referente para los estudiantes de Béjar y comarca. Mis niños también tienen grandes recuerdos de él Carmen. Estuvieron en esa celebración y se encontraron con antiguos compañeros de mesa:)) Pasaron un buen día.
ResponderEliminarUn acierto este libro recogiendo recuerdos de tantos años.
Un beso
Felicidades por el libro, que leeré enterándome de que carcomas lo mordisquean, de qué historias están llenos sus rincones y qué sucesos y aventurillas se vivieron allí. No hace falta que os desee suerte con él, todos los que han pisado sus piedras estarán ansiosos por leerlo.
ResponderEliminarBesos.
Una bella y documentada cascada de noticias de las que sobresale, como no podía ser de otra forma, los relatos autobiográficos qie te sucedieron en esta etapa de unos estudios estupendos en tiempo, forma y edad. Una edad en la que se absorbía todo, se cpnocían por experiencia anécdotas y momentos imperecederos, a profesores que sentaron las bases de un saber más profundo. A pesar de encontrarse en este gran edificio destartalado, como dices, en aquella época se utilizaban palacios o caserones nobles para adaptarlos a las nuevas necesidades de una enseñanza cada vez más generalizada. Me erizo al pensar el frío invierno de Béjar en esas amplias salas. Me parece encomiable lo que hace vuestro compañero Javier R. Sánchez.y, por supuesto, ese grupo de amantes de las letras y la historia que han presentado lo que creo será un excelente libro.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Carmen.