Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
Los judíos nuevos, como los llama el
historiador hispanista Yosef Kaplan (Judíos Nuevos en Ámsterdam, reed. 2009), fueron un
grupo de conversos españoles que en el siglo XVII se estableció en Ámsterdam.
Allí fundaron la próspera comunidad judía hispano-portuguesa, en cuyo seno
nació Barúj (Benedicto
o Benito)
Spinoza. Según el mismo autor, desconocían el carácter de judíos a
correligionarios de otro origen, y les negaban el acceso a su sinagoga y a su
cementerio.
Antiguo grabado
de la Sinagoga (Esnoga) Hispano-Portuguesa de Ámsterdam, hoy en función. Enlacejudio.com
Conocidos también
como marranos (del
árabe muharrám, impuro), conformaron
un poderoso círculo de banqueros y comerciantes que, entre otras empresas, poseyó
la cuarta parte de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales y extendió su
influencia a casi toda Europa y Asia. Desafiando a la Inquisición, con ellos mantuvo
estrecha relación Gaspar de Guzmán (nieto de Pedro Pérez de Guzmán y
Zúñiga y esposo de su prima Inés de Zúñiga y Velasco), conde-duque de
Olivares y ministro plenipotenciario de Felipe IV, en sus intentos por
recuperar la economía de la corona española después de la quiebra de los
banqueros genoveses que la sustentaban (Joseph Pérez: Historia de una Tragedia: la Expulsión de
los Judíos de España. 1933)
Gaspar de
Guzmán, por Velásquez. Hoocher.com
Al círculo intelectual
de conversos españoles retornados al judaísmo en los Países Bajos pertenecía
José Penso de la Vega Passarinho (Josseph de la Vega), nacido
posiblemente en Córdoba, Andalucía. Entre sus obras, fuertemente influidas por
los clásicos españoles, estaba Rumbos
Peligrosos, publicada en 1683 en Amberes y dedicada nada menos que al Excelentísimo Señor Don Manuel Diego López
de Zúñiga Soto-Mayor Guzmán y Mendoza, X duque de Béjar (la
repetición del término duque en la dedicatoria se refiere a la nominalidad que
adquirió el título de duque de Plasencia, permaneciendo unido al de Béjar,
después de que en 1488 le fuera arrebatada la ciudad a Álvaro de Zúñiga y
Guzmán por el rey Fernando el Católico)
Portada de Rumbos Peligrosos. Biblioteca.ucm.es
No sólo lazos de
parentesco bilateral unían al Buen duque,
nacido en Béjar, con el ministro de Felipe IV, sino también la dedicación a los
trabajos del Estado. Maestre de Campo de un tercio de la infantería española en
el ejército de Flandes, participó en batallas contra el ejército francés con el
pendón de su familia hasta el tratado de Ratisbona. De vuelta en la península,
visitó su posesión bejarana con su esposa Alberta de Castro en 1865. Al año
siguiente partió a Hungría al mando de doce mil voluntarios españoles para
defender la capital acosada por los turcos (Guerra de la
Liga Santa).
Le acompañaban su hermano Baltasar de Zúñiga, marqués de Valero, y sus primos
Juan Manuel López Pacheco y Zúñiga, marqués de Villena y duque de Escalona, y
José Antonio de Zúñiga y Ayala, marqués de Águilafuente.
Retrato del Buen
Duque Manuel de Zúñiga en Rumbos
Peligrosos. Grabado de Romeyn de Hooghe
En estos pasos
el duque Manuel de Zúñiga tomó contacto con los antiguos conversos, ahora
judíos nuevos, algunos de los cuales conoció como soldados en la primera etapa
en Flandes (Miguel
de Barrios sirvió durante un tiempo como capitán en el ejército español y
Antonio Álvarez Machado, Jacob Pereira y el banquero Antonio Lopes Suasso
fueron proveedores del ejército español y de la corona, según Harm den Boern en
España y los Escritores Sefardíes de
Ámsterdam, 1992). Digno el caso de tratarse con mayor profundidad, en
estas circunstancias se produjo la relación de Manuel de Zúñiga con Joseph de
la Vega y la dedicatoria de Rumbos
Peligrosos, que entre las primeras frases introduce la siguiente,
desveladora de la doble actividad del duque en Flandes: No me desanima el considerar que los militares ejercicios de Vuestra
Excelencia y sus políticas ocupaciones, le permitirán poco desahogo para
usurpar a lo precioso lo entretenido… (Se supone que el duque pagó la
impresión)
Informativo de
los judíos nuevos redactado en
español. Beth Hatefutsoth, Tel Aviv
La heroica muerte del buen duque Manuel de
Zúñiga en 1686 en el sitio de Buda, hoy Budapest, está relatada en la obra de
otro marrano, Antonio Pizarro de Oliveros, y se titula Cesáreo Carro Triunfal. Fue publicada en Ámsterdam en 1687 por
Jacob de Córdoba y está dedicada al obispo de Salamanca José de Cossío y
Varreda, probablemente pariente del autor (Contactos entre los Países Bajos y el Mundo
Ibérico, Ámsterdam 1992, Jan Lechner redactor). Como comentara
un lector de Pinceladas de Historia
Bejarana (El
Deme, 08/11/2015): la historia que
nos cuentan tiene una perspectiva más completa y amplia.
Lo mismo da judios que marranos que cristianos. Ayer, como hoy, la Pela es la Pela.
ResponderEliminarHola Carmen!!
ResponderEliminarEntran a tu blog es empaparse muy bien de la historia de Béjar que cada vez me entusiasma más. Gracias por compartir.
Besos.
Poderoso caballero es don dinero, siempre ha sido así y así lo será.
ResponderEliminarBesos
Claro, ya entonces los banqueros eran los dueños de todo. Si es que somos animalillos de costumbres. Tratándose de ellos, al parecer valía la pena desafiar a la Inquisición.
ResponderEliminarFeliz semana
Bisous
En tratándose de la plata y el poder, que por lo general van juntos, lo de la pureza de sangre, conversiones y desconversiones no tiene la menor importancia.
ResponderEliminarUn abrazo,
Hola Carmen:
ResponderEliminarNo sé por qué me parece cierto paralelismo entre aquellos años y ahora...
Besos
Al leer los requiebros del autor Josseph de la Vega al X Duque de Béjar que posiblemente pagó la edición, he recordado a otro Duque de Béjar, el VII y también mecenas, al que Cervantes dedicó la mejor colección de lisonjas que he leído en mi vida.
ResponderEliminarAunque entonces, Cervantes aún no era Cervantes, mientras que el Duque de Béjar sí era un personaje de peso.
Saludos
Un interesante y buen articulo curiosamente mis lecturas y escrituras me llevan a esta época en estos últimos tiempos. Tomando el testigo de alguien que por ah decida que siempre Bejar nos sorprende, y quienes escribir sobe la villa siempre acrecentáis nuestra curiosidad. Un abrazo.
ResponderEliminarAl poder se le puede enfrentar desde unos lugares mejor que de otros y la inquisición seguro que si había dinero de por medio no veía nada.
ResponderEliminarSaludos.
Te felicito Carmen, por esta interesante Historia. Y ni imagino, como puedes documentarte siempre, en tus excelentes entradas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchos fueron los que presumían de cristianos viejos (siete partidas de bautismo, de abuelos, padres y la propia, que lo pudiesen atestiguar) y hubo, sin embargo, más mezcla de lo que algunos presumían. Afortunadamente, no todos ocultaban su procedencia.
ResponderEliminarUn saludo. Vamos regresando poco a poco a la actividad normal.