Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
Representado no como un bufón, sino como un bejarano corriente. De pie, tal vez arrimado a una de las columnas de la que fue su casa en la plaza Mayor, o frente al Casino Obrero o en cualquier otro lugar, en fin. La razón: que es el más universal de los considerados bejaranos ilustres y hasta de los de su linaje familiar, incluido el duque de Béjar al que Cervantes dedicó la primera parte del Quijote.
La idea surge al terminar de leer El mayorazgo de don Francés de Zúñiga. Historia de una estirpe bejarana, de Óscar Rivadeneyra Prieto (dibujante, pintor, diseñador, escritor, investigador y novelista histórico y de ficción), presentado el 29 de octubre de 2021 en el Casino Obrero de Béjar en el contexto del programa Béjar, Otoño entre libros. Organizó el Centro de Estudios Bejaranos y la introducción estuvo a cargo de Luis Francisco Martín, gestor de la editorial bejarana TGC Cultural, que ha tenido a su cargo tres obras anteriores de Rivadeneyra: Historia en la pared, 2018, registro de las calles de Béjar; Sucedió en Béjar (1493-1910), 2019, crónica negra de la ciudad; y la novela ambientada en Béjar Las calles tienen tu nombre, 2010, hoy agotada.
El autor y el editor con El mayorazgo de don Francés de Zúñiga. Historia de una estirpe bejarana en las manos. Cebejaranos.com
Considerando los anexos -fotografías, planos, documentos y árboles genealógicos-, el libro tiene unas 150 páginas (trescientos años de historia [¿no sería mejor decir quinientos?] comprimida en centenar y medio de páginas) que deben leerse con cuidado debido a que el relato no quiere tener atisbo ninguno de literatura, en el sentido de fábula, sino obedecer positivamente a las razones documentales de la historia, dice el autor. Es la historia de tal vez el bejarano más conocido de entre los que vivieron en el siglo XVI (y de los que siguen, habría que agregar), contada en base a los nuevos datos históricos recabados, que deviene en la historia de cada uno de los que le sucedieron (su progenie, presentada aquí curiosamente antes que su progenitor), ligados a él por una obligación irrenunciable: perpetuar y honrar su memoria sosteniendo el mayorazgo que para ellos fundó.
De mayorazgos, pleitos y propiedades en los descendientes de don Francés de Zúñiga. Bejar.eu
El caso es que Rivadeneyra logra trascender el carácter bufonesco con que tradicionalmente se ha tratado al personaje, y lo presenta como un sujeto de derecho jurídico, es decir, como persona, vinculada además al linaje ducal. Y no es menor que el prologuista del libro sea un miembro vivo de esa estirpe, aunque él mismo quiera dejar en suspenso la afirmación.
José Ignacio de Solís y Zúñiga, el prologuista.
La segunda parte del título se refiere a la adquisición y gentil envío de un ejemplar a América por parte de Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero, bejarano radicado en Plasencia, ingeniero de profesión y relacionador público por naturaleza. Pintado para diplomático, se encargó de que el autor escribiera una dedicatoria y pagó tarifa postal certificada con la intención de que el envío llegara en pocos días y fuera entregado en la dirección del destinatario. Cuento corto, la encomienda demoró dos meses, y tuvo que ser retirada en oficinas del correo tras seguirle la pista desde España y establecer dos reclamos formales. La disculpa esta vez, el Covid-19 (v. Pinceladas de Historia Bejarana 01/02/2016)
Jerónimo Gómez-Rodulfo, el relacionador.
En la presentación de Fortunas y adversidades de don Francés de Zúñiga, de José A. Sánchez Paso, 2014, Óscar Rivadeneyra escribía: Personaje único este don Francés, contrapunto a los esplendores de la nobleza del siglo XVI, habitante heterodoxo de la Corte del emperador Carlos V, a medio camino entre el escritor y el juglar, un alternativo del Renacimiento español nacido en Béjar (y asesinado y enterrado allí también) y enraizado en ella con sus descendientes, a quien alguien ha definido como “el Jaime peñafiel de aquella época, pero más mordaz”.
El autor escribiendo la dedicatoria para Chile. Cebejaranos.com
Incorporando a Sánchez Paso, aportaba entonces Rivadeneyra una lista de autoridades mundiales que desde la tardía publicación de la Crónica burlesca de don Francés se habían dedicado a investigarlo: Ferdinand Wolf, A. Mussafia, Juan Menéndez Pidal, A. Morel-Fatio, A. González Palencia, Aurora Egido, Diane Pamp, F. Márquez Villanueva, George Mariscal, Monique Joly, Ángel Navas, Beth Tremallo, Ana Vian Herrero, Jean Canavaggio, Fernando Bouza, Rosa Navarro (muchos más, al parecer); y en su obra comentada hoy termina instalando al investigado en una sorprendente constelación de personajes modernos: Hay muertes que la historia, nuestra obsesión por el enigma o la dificultad para señalar al autor, se han encargado de elevar a la categoría de mito: para el mundo la de Lincoln, la de Kennedy, la de Marilyn…; para España la de García Lorca, últimamente la de Unamuno, la de Carrero; para nosotros la de don Francés de Zúñiga… Buenas razones para proponer una estatua en Béjar para don Francés, el santo patrón maldito de los periodistas según Francisco Umbral.
Mucha suerte al autor con la difusión del libro.
ResponderEliminarUn saludo.
Espero que el libro tenga la trascendencia que se merece y sea bien conocido sobretodo por la población de Béjar.
ResponderEliminarBesos
Aparte de esa tardanza en llegar el libro,nunca es tarde si la dicha es buena¡mucha suerte!
ResponderEliminarSaludos
En cada entrega un descubrimiento, una página en la que deleitarse.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Al parecer el bueno de Frances de Zúñiga era mas que un simple bufón.
ResponderEliminarSaludos.
Muchísimo más. JZR.
EliminarFelicidades al autor y mucha suerte..
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias. Deseos correspondidos. JZR.
EliminarEran para el autor del libro, jejé.
EliminarBien por presentarlo como persona. Enhorabuena por el libro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mucho éxito a su autor, y siempre es muy importante que se le haga justicia a cualquier persona, que la fantasía popular se haya encargado de mancillar su nombre o su honor.
ResponderEliminarUn abrazo.