10 de septiembre de 2022

La tabla de la Virgen de la Antigua, una de las dos obras que representan a Béjar en la nueva edición de Las Edades del Hombre en Plasencia

Autores: Carmen Cascón Matas y Roberto Domínguez Blanca

 Publicado: Béjar en Madrid, 4.895 (20/V/2022).


          El 11 de mayo de 2022 los reyes inauguraron la última exposición de Las Edades del Hombre, Transitus, con sede en Plasencia. En esta ocasión se han seleccionados dos obras del extenso y variado patrimonio de Béjar y sus localidades de ámbito histórico: la tabla de la Virgen de la Antigua, atesorada en la iglesia de Santiago, y el Cristo de un jovencísimo Mateo Hernández, guardado entre los muros del templo del Pilar y San José. Recordamos que no han sido las únicas piezas de nuestro entorno expuestas en Las Edades del Hombre: en 2007 se expusieron el Cristo Yacente, también de la iglesia de Santiago, y la cruz procesional de plata de la parroquia de Candelario, en la edición de Ponferrada; en 2009, el busto de La Dolorosa de San Juan Bautista en Soria; y en 2016 una tabla del retablo de San Gil en Toro. 

 Tabla de la Virgen de la Antigua de Béjar restaurada. 

Foto sacada de aquí

            El origen de la Virgen de la Antigua se ha vinculado por la historiografía a la toma de Sevilla por las mesnadas locales en 1248, pero dicha explicación es desafortunada ya que la tabla original, que se encuentra efectivamente en la catedral de Sevilla, no se ejecutó hasta el siglo XIV. Otra explicación más plausible es su relación con el linaje de los Zúñiga: Pedro de Zúñiga, señor de Béjar y alcalde mayor de Sevilla, adquirió gran cantidad de bienes muebles en la capital andaluza que obligaron a permanecer largas temporadas en ella a distintos miembros de la familia. Que adquirieran gran devoción por la virgen sevillana y que mandaran hacer una copia para trasladarla a Béjar es un motivo sencillo y quizá el más convincente para explicar la presencia de esta iconografía en la villa. 

 La Virgen de la Antigua de la catedral de Sevilla. Foto de aquí

            El estado de deterioro de la pintura obligaba a una inmediata intervención y ha sido un acierto que se eligiera esta pieza para la exposición, en el sentido de que se ha podido restaurar y datar correctamente. La colocación de un cristal hace años para evitar posibles desprendimientos y pérdidas en la pintura había provocado el efecto contrario: una aceleración del proceso al evitar respirar a la tabla. Si a ello sumamos la presencia de elementos dorados, debidos a unas finísimas láminas de oro que se extendían por toda ella (nimbos de la Virgen, del Niño y de los ángeles, elementos decorativos del fondo y flores de las túnicas), podemos hacernos una idea de la situación extrema en la que se encontraba antes de la restauración con pérdidas de pintura y repintes de distintas fechas. 

Cristo del escultor bejarano Mateo Hernández. Foto Béjar.biz

 

            Pero, continuemos con la data. La historiografía apuntaba que esta pintura sobre tabla era fechable a principios del siglo XVI, cuando se concierta un contrato firmado el 10 de agosto de 1539 para el retablo mayor de la iglesia de Santiago de Béjar con Hernando de Pinedo, maestro ensamblador de Salamanca. Al morir en 1544 continuó su labor, a falta de algunos elementos, Pedro Bello. Sin embargo, en ningún momento se cita en la documentación la tabla de la Virgen de la Antigua a pesar de poder haber salido de los pinceles de Pinedo por fechas y estilo. Además, hemos que tener en cuenta que este retablo fue sustituido en el siglo XVIII por el barroco que hoy contemplamos, conservándose la tabla mariana que se colocó en su parte central.  

Retablo mayor de la iglesia de Santiago de Béjar  con la tabla 

de la Virgen de la Antigua presidiendo. Foto de aquí

 

    Con la restauración se ha podido comprobar que la pintura que hoy contemplamos es del siglo XVIII, aunque sigue el modelo de otra anterior que permanece escondida bajo las capas de pintura y que se fecha en el siglo XVI. Es decir, que es muy posible que, ante el estado de deterioro de la tabla en el momento de construir el retablo mayor barroco, se pintara otra encima exactamente igual en el siglo XVIII según han podido comprobar los restauradores. El motivo no puede ser otro que la devoción de los bejaranos y de la Casa Ducal por esta imagen. 

 

            Formalmente la Virgen de la Antigua bejarana es fiel al modelo original de esta iconografía sevillana, con María portando al Niño en su brazo izquierdo y sujetando con la mano libre una flor. Una triada angélica la corona mostrando una filacteria con la leyenda LA ANTIGVA. Estilísticamente desaparecen los excesos en el empleo de unos dorados que la alejan de lo bizantino. Las formas redondeadas y llenas de los rostros, los ángeles, el enlosado del suelo en diagonal que sigue las leyes de la perspectiva lineal creando sensación de espacialidad, son algunos de los recursos típicos de la pintura de la primera mitad del siglo XVI. Y, ojo, insistimos, es una pintura del siglo XVIII que sigue fielmente el modelo que guarda debajo, del siglo XVI. Los elementos históricos coinciden con lo desvelado por los restauradores de los talleres de Las Edades del Hombre.

            A juzgar por las fotografías aportadas la Virgen de la Antigua presenta un aspecto magnífico por lo que sería una pena que no nos desplazáramos hasta Plasencia para poder contemplar el resultado antes de que regrese a la hornacina central del retablo de Santiago de Béjar.


Referencias:

Archivo Parroquial de Santa María la Mayor de Béjar. Inventario de alhajas, ornamentos y ropa de la iglesia de Santa María y de la de Santiago, 1756.

MARTÍN LÁZARO, A. «El cuadro de la Antigua», en Béjar en Madrid números 418 y 419, 1929.

MARCOS CASQUERO, M. A. «La iglesia de Santiago o de La Antigua (Béjar). Dos epitafios» en Estudios Bejaranos XXIV, 2020, pp. 21-48.

MARCOS CASQUERO, M. A. «La iglesia de Santiago o de la Antigua» en Béjar en Madrid números 2.528, 2.529, 2.530, 2.531, 2.532, 2.536, 2.538, 2.539, 2.540 y 2.545, 1970.

DOMÍNGUEZ BLANCA, R., y CASCÓN MATAS, C. «El arte en Béjar desde el medievo hasta 1900», en coord. José María Hernández Díaz, Urbano Domínguez Garrido, Historia de Béjar, vol. 2, Diputación de Salamanca, Ayuntamiento de Béjar y Centro de Estudios Bejaranos, 2013, pp. 486-488, 499-500.

CASCÓN MATAS, C., Y DOMÍNGUEZ BLANCA, R. Ficha «Virgen de la Antigua». Catálogo de Las Edades del Hombre de Plasencia, 2022.

PASCUAL DE CRUZ, J. C. «Panorama de la pintura renacentista en Salamanca» en Tres tablas de un retablo. El antiguo retablo del convento de las Úrsulas, Junta de Castilla y León, Salamanca 2005, p. 27.

HUARTE ECHENIQUE, A. «Hernando de Pinedo, pintor de retablos (¿-1544)» en La Basílica Teresiana, 1920, p. 178, nota 1.

GÓMEZ-MORENO, M. Catálogo monumental de la provincia de Salamanca; estudio introductorio a cargo de José Ramón Nieto González, vol. 1, Caja Duero, Salamanca, 2003, p. 409. 31.

 

 

4 comentarios:

  1. He estado en varias ocasiones en la catedral de Sevilla, pero no la recuerdo. La próxima vez que vaya por la catedral, procuraré verla y me fijaré bien en ella.
    Que tengas un buen fin de semana. Besos.

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  2. Decirte que estas exposiciones de las edades del hombre no son santo de mi devoción mas desde la celebrada en Aguilar de Campoo en que un día me acerque a visitar las iglesias del románico del entorno y algunas de ellas solo se podían ver con los circuitos que organizaban.
    La que organizaron en Burgos, Carrión de los Condes y Sahagún de forma conjunta ni me acerque a ver la sedes de estas dos ultimas localidades, que por cierto aun tienen abierto, y eso que las tengo bien cerca.
    Prefiero ver cada elemento en su lugar original en su contexto.

    Saludos.

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    1. Excelente elección la tuya, Tomás. Cada pieza es muy bueno verla en su contexto, en su retablo o en su altar, e incluso procesionando por las calles de pueblos y ciudades. Estas exposiciones permiten acercarse a estos tesoros artísiticos de manera conjunta, siguiendo un discurso o hilo conductor común, permitiendo a los espectadores e interesados verlos de una vez y en el mismo lugar (a veces es difícil hacerlo cuando los templos rurales suelen estar cerrados). Creo que ambas modalidades son válidas y complementarias.
      Un saludo

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