9 de agosto de 2009

El carruaje de Antonio Pizarro y Pedraza


Autora: Mª del Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, 10 de julio de 2009.


Aquella tarde del 6 de agosto de 1738, sobre el suelo de nuestra Plaza Mayor, gentes variopintas transitaban de un lado a otro bajo un sol de justicia. Chapines de mujeres nobles acariciando el basto suelo, botas de cuero de andares marciales, pies ennegrecidos de niños vagabundos, zapatos agujereados de trabajadores gremiales y aterciopelados negros de los miembros del Cabildo Eclesiástico, fino raso del calzado a la última moda, campesinas alpargatas de esparto. Vocerío de tenderos. Una flauta, una voz echada al aire por un contador de historias ambulante. Un predicador sobre un cajón reúne a cien oídos atraídos por temas marianos. Olor a sudor, pan recién hecho, a añil en las manos de un aprendiz de tintorero, al efímero aroma a jazmín que se desprende de una figura aristocrática, esfumada tras el humo impregnado por perdices asadas.


"El cacharrero" de Francisco de Goya
Museo del Prado

Sensaciones desprendidas un 6 de agosto, día de la Transfiguración, fiesta titular de la iglesia de El Salvador celebrada como todos los años con misa mayor, instalación de mercadillo y una corrida de toros en la Plaza Mayor. Sí, en la Plaza con mayúsculas y no en la plaza del Castañar construida en 1711. No es de extrañar por dos motivos. Por un lado porque en las plazas de muchas poblaciones españolas se celebraban corridas de toros gracias a estructuras efímeras que se levantaban para la ocasión o de un espacio dedicado permanentemente a ello. Según el trabajo de José Muñoz dedicado a la Plaza Mayor, existía un espacio llamado la Pedrera, situado más o menos en la Plaza de los Aires, que desempeñaba tal función desde el siglo XVI. Por otro, hay que hacer constar que la plaza de toros del Castañar era propiedad de la cofradía de la Virgen y sólo se utilizaba en las fiestas de nuestra patrona con el fin de recaudar los fondos necesarios para edificar el santuario. Así la Plaza Mayor seguía siendo el centro de los espectáculos taurinos organizados por el Consistorio, incluidos los que culminaban las fiestas mayores de las parroquias.


Pero volvamos a aquella tarde del 6 de agosto de 1738, fecha en la que la fiesta mayor del Salvador iba a ser motivo de polémica, de chiste y tema de conversación para los vecinos durante varios días. Escuchemos la voz lejana, perdida en el tiempo, de Manuel del Carpio Soto y Quiñones, hidalgo de la Villa, Procurador por el Estado Noble: "(...) dixo que estando el dia seis del corriente sentado con sus merçedes que concurrieron a este ayuntamiento, llego Manuel Cosio, alcayde de la Carzel Real y le dixo que estava don Franzisco Pizarro a la Escalera de este ayuntamiento, aguardando a dicho señor con un rrecado preziso que dar de su primo don Antonio; y que asi que le hiziese el gusto de llegarse alli, por que el no estava dexzente para subir y darle a vista de su merced y sus Capitulares (...)".Y, ¿qué iba a hacer don Manuel?. No le quedaba más remedio que bajar y ver qué quería el mayor potentado de Béjar.


Plaza de Toros de Béjar. Construída en 1711 se la considera la más antigua de España

Pues sí, Antonio Pizarro y Pedraza, además de noble, hijo del constructor de la casa y portales que llevan su apellido, Regidor de la Casa Ducal, era propietario de 2.000 cabezas de ganado lanar, enormes dehesas en Plasencia, un molino y varias casas en Béjar. Ni que decir tiene que, ante la ausencia de la figura del Duque, la familia Pizarro se había alzado con la preeminencia de la nobleza bejarana, mal que les pesare a algunos. La mayoría de los hidalgos no le rozaban ni la suela del zapato en posesiones y riquezas.


Y ahí tenemos al bueno de don Manuel del Carpio bajando las escaleras del consistorio para ver qué quieren sus mercedes "(...) y aviendo baxado le dixo el referido don Francisco que le hiziese el favor de dar un recado al señor theniente de Corregidor (...) y haziendo juicio que no avia prinzipiado la función de ttoros habia venido su Parientta doña Rosalia muger, del dicho don Antonio, con su hermana en el coche y que por venir en briales indecentes para atravesar la plaza (...) y el coche no podia ttomar la buelta en la Calle Mayor por lo estrecha que es, se vieren estos señores permittidos que entrasen el coche a dexar a estas señoras en la casa donde avian de ver los toros". Días después, Don Manuel, muy caballeroso, declaró que había dejado pasar el carruaje porque venían señoras y mujeres, no considerando oportuno avisar al Corregidor porque el festejo no había comenzado. Los bejaranos, reunidos en masa en día tan señalado, quedaron atónitos ante la vista del paso del carruaje blasonado. Quizás se oyeron comentarios del tipo: “Y éste, ¿quién se ha creído que es?, ¿nuestro señor Duque?”.



Vista del Ayuntamiento y parte de la Plaza Mayor desde las escalinatas del a iglesia de El Salvador. Corpus 2009


El caso es que el asunto trajo de cabeza a los miembros del consistorio, porque mucho se rumoreó de que el señor Pizarro se les había subido a las barbas. Se reunieron en días sucesivos para aclarar el asunto y escuchar las distintas versiones, hablando de "la desatenzion que se tubo don Antonio Pizarro la tarde del Dia de la transfiguración del Señor en la corrida de toros en aber abierto la Plaza y entrando en su coche empezada la funzion, menospreciando la atención que se debe ttener a este ayuntamiento". Los aludidos después declararon que "se les permittio la entrada a respectto de no poder volver el coche para atras". Los regidores se contradecían, apiñándose y cerrándose en filas los pertenecientes al estado noble, opinando que había que advertirle para que esto no se volviera a producir, a un lado, y los del estado llano, que había que multarle, al otro.

Teniendo en cuenta las declaraciones se puede deducir algo interesante: si el carruaje transcurrió desde el Palacio de los Pizarro hasta la Plaza por la Calle Mayor, como declaran, imposibilitando la calle estrecha poder dar la vuelta, y si llegando al final de la calle tienen que abrir la plaza, estamos ante la constatación de que una estructura de madera acotaba, al menos ese día para la función de toros, la Plaza Mayor, y ésta se situaba entre el edificio del Consistorio y la iglesia de El Salvador, desconociendo su perímetro total.


Por esta calle quería pasar el carruaje

En todo caso el final de esta historia se puede deducir en una simple Villa del Antiguo Régimen: prevaleció la opinión del estamento nobiliario, al que pertenecía el amonestado, declarando que no debía producirse en modo alguno en el futuro y no hubo mas.


BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES:

-MUÑOZ DOMÍNGUEZ, José: La Plaza Mayor de Béjar. Aproximación morfológica e histórica a un espacio público generador de la ciudad. Discurso de ingreso al CEB nº 20. Béjar, 2003.
-CASCON MATAS, Mª Carmen: "Personajes bejaranos de la Edad Moderna: Francisco y Antonio Pizarro". B en M nºs 4462 y 4463. Septiembre de 2007.
-GARCÍA MARTÍN, Pedro: Béjar, 1753 según las Respuestas Generales del Castastro de Ensenada. Madrid, Tabapress, 1990.
-Archivo Municipal de Béjar. Sesiones del 8 y 9 de agosto de 1738. Sign 1602.
-Libro de la Cofradía de la Virgen del Castañar (1708- 1863)

Para saber mas de Antonio Pizarro dentro de mi blog pinchar aquí y aquí.

25 comentarios:

  1. Hombre, estaba visto que el estamento nobiliario se iba a llevar el gato al agua.
    jeje, por que cosas se montaba una buena, madame. El honor de la epoca, como era!
    Me encanta cómo nos sumerge usted en el ambiente de aquel dia, paseando entre los transeuntes y disfrutando de todos los aromas.

    Feliz tarde, madame

    Bisous

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  2. Madame Minuet: a ver quién no le dejaba pasar al buen señor montado con sus damas en el carruaje... Y claro, los restantes miembros del estamento nobiliario le respaldaban (una por tí y otra por mí, ¿no?)

    Un beso y lo mismo le deseo

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  3. Estoy de acuerdo con Mme. Minuet y contigo Carmen, qué historia tan interesante, estoy aprendiendo mucho gracias a tus conocimientos.Gracias por la compañía de las dos. Las quiero mucho
    Besos Isthar

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  4. Qué ambiente más conseguido! Te parece estar de lleno en la escena.
    Saludos, Carmen.

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  5. Me imagino la algarabía,¿cómo te atreves,esto es un desacato?,pero nada más.Hombre tampoco era para tanto,al fin y al cabo se trataba de dar paso a unas damas,no eran tan caballerosos,y el espectáculo no había empezado...Por un momento me he visto allí en la plaza entre el tumulto de gente,no se como lo consigues,bueno si lo se,eres una gran narradora.Un beso.

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  6. Soy la anónima anterior,a veces las teclas me vacilan.

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  7. Genial la introducción, Carmen. "Viendo" los calzados, "vemos" a los personajes. Y "oyendo" y "oliendo" los sonidos y los olores, entramos realmente en el ambiente de la Plaza.
    Con respecto al asuntillo del carruaje, yo hubiese sido de los que pediría explicaciones por semejante privilegio. Pero entiendo que, en la época, todo quedase en agua de borrajas.

    Abrazos de domingo.

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  8. Por cierto, que la Plaza de Toros rivaliza con la de Las Virtudes en Santa Cruz de Mudela para ver cual de las dos es la más antigua.

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  9. Impresionante historia, que he leído varias veces para empaparme bién del asunto.
    Parecía escucharse el sonido del carruaje...
    Las imágenes también geniales con Goya encabezando la trama.
    Me ha encantado la fotografía de la plaza de toros de Béjar, y enterarme que es la más antigua de España.
    Y las calles extrechas hay que verlas, está claro Carmen.

    Un besazo hermosa!

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  10. ves?
    bien podria ser este el primer capitulo
    que si que te lo digo yo que sobre bejar se ha escrito mucho ensayo , pero lo que le "pone" al personal (literariamente hablando) es la novela
    jejej
    buen curro
    saludos

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  11. Isthar: me alegro mucho que mi blog te guste y te aporte algo, por lo menos, a tu vida.

    Yo también te quiero mucho, guapa

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  12. Xibelius: pues me agrada que te hayas introducido, al menos durante unos segundos, en aquel lugar y tiempo. Eso pretendo: que la Historia no quede reducida a papeles y documentos ajados y polvorientos, sino que la Historia se convierta en historia, de los que la vivieron y lo que sintieron en sus experiencias diarias. Porque al fin y al cabo, eso somos nosotros en la Historia, personajes que un día serán anónimos.

    Un saludo a tí y a tu tierra

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  13. Anónimo: si no era para tanto, efectivamente, pero el caso es que el personaje pertenecía a la nobleza y un pequeño altercado, pequeñísimo, como éste, se convertía en un asunto político y social. La nobleza, y en este caso don Antonio Pizarro y Pedraza, se paseaba impune delante de las narices de sus iguales y del resto del pueblo, diciendo: "Aquí estoy yo". Una verdadera afrenta. Aunque, bien es verdad, que en estos casos de nobleza y estado llano, los primeros hacían piña frente a los segundos para mantener siempre sus privilegios, a pesar de que por dentro estuviesen rabiosos de envidia el resto de hidalgos de la Villa.

    Un saludo

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  14. Vale Juana, pues la respuesta es la misma, pero la despedida no, jajaja.

    Un besazo y ya sabeis dónde estoy.

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  15. Enrique: la Plaza de Toros de Béjar rivaliza por ser la primera con muchas otras. La polémica no es nueva y nadie se pone de acuerdo sobre el asunto. La de Béjar se construyó en 1711 y de su obra los datos han sido recogidos en el Libro de Cofradía de la Virgen del Castañar. ¿Por qué?, ¿qué tiene que ver una plaza de toros con una cofradía? Creo que lo comento en el artículo. La Virgen del Castañar es la patrona de Béjar y su santuario está situado en el monte. A la vez que se construye el templo (antes era una ermita) se edifica la Plaza de Toros con la idea de recaudar dinero con las corridas de toros que se celebraban en ella para el edificio de la iglesia.

    Es, pues, una construcción alzada sólo con ese propósito, al margen de las que se pueden encontrar en otros lugares, aprovechando por ejemplo estructuras en madera alzadas ex profeso en la Plaza Mayor del pueblo (como es el caso que se cuenta aquí también con la corrida de la Plaza)

    Un besazo

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  16. Carmensabes: es que en Béjar las calles del casco antiguo, como las de todos los lugares jejej, son muy estrechas, pero además muy empinadas por nuestra situación serrana. Así que imagino que era muy complicado maniobrar con un carruaje de grandes dimensiones, y más si se tenía un obstáculo al final (el vallado de la Plaza).

    Pues es que Goya es mi pintor preferido, por encima del resto. Me encanta su obra, su vida y la época en que vivió. Por eso le elijo a la hora de ilustrar los artículos (bueno, si el tema lo permite).

    Un besazo grande, grande

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  17. Cuentos brujos: me está entrando el gusanillo, hombre.Tanto me insistes que ahora cada artículo que escribo (en el Béjar en Madrid, claro, porque en otros especializados elijo un tono más erudito, jejeje) lo comienzo con una entradilla anovelada, para que el comienzo de la lectura sea más paulatina e incluso interesante.

    Ya veremos, jejej. Lo mismo te digo con respecto al "currele", que sea leve.

    Un besazo, brujo

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  18. y digo yo... ¿no podrían haber ido andando? claro que no toda una señora noble a pie entre el populacho... Jesús que aristocracia.

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  19. Jesús de la Mata Sacristán: pues sí, porque desde su palacio a la Plaza Mayor hay una distancia de 50 metros, pero el caso es lucirse y restegar sus privilegios en las narices de la gente, del estado llano y del suyo propio.

    Un abrazo y gracias por pasarte por mi blog

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  20. Carmen ,¡vaya pincelada tan extraordinaria en este relato !.
    Nos has hecho pasear ,mirar ,olfatear ,sentir...por un momento creí estar en la escena ,¡ fantástico !.Felicidades .
    Un besazo .

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  21. Loli Martínez: muchas gracias. Eso es lo que consigues tú también, abrirnos las puertas de tu alma de par en par para que sintamos, veamos, palpemos, olamos lo mismo que tú.

    Un besazo, amiga

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  22. Hola Carmen!!! Por fin hice un link en mi blog para acceder de inmediato al suyo.
    Gracias por su comentario, es apasionante y enigmático esto de los duelos. Si lo desea podemos mantener correspondencia por medio de duboisdumas@gmail.com
    Un saludo.

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  23. Dubois: muchas gracias por ofrecerme su correo. Si encuentro alguno interesante no dudaré en hacérselo saber.

    Un saludo

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  24. A mo que me encanta la historia, pues con estas cosas me dejas embobado...

    Saludos!

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  25. La sonrisa de Hiperión: pues lo mismo me pasa a mí con tus poemas...

    Un beso

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.