*Esta entrada se ha realizado con motivo del 382º aniversario del nacimiento de don Juan José de Austria, hijo bastardo de Felipe IV. El artífice de este homenaje, el que nos ha reunido para que cada uno de nosotros colgara un texto sobre el biograiado, es ni más ni menos que Su Majestad Carolus II al que podréis visitar en su blog Reinado de Carlos II.
Tras leer la apasionante historia vital del infante don Juan José de Austria marcada por la política, el poder, la intriga, las luces y las sombras, el esplendor y la miseria, es hora de valorar someramente, quizás demasiado habida cuenta de la tumultuosa situación de la Monarquía Hispánica y de una corte plagada de celos ante el talento de un príncipe cuya mitad de su sangre pertenecía al pueblo, su labor durante los escasos tres años de gobierno como primer ministro de su hermanastro Carlos II.
Don Juan José de Austria
No hay que dejar de lado que el ascenso de don Juan José de Austria en 1676 se vio favorecido tanto por su condición de infante y sus acertadas dotes de estadista y militar como por el apoyo de las grandes casas nobiliarias y del pueblo en general contra el valido Valenzuela en la llamada Revuelta de los Grandes. La nobleza y el clero, el ejército, el pueblo y los reinos de la Corona de Aragón eran sus principales valedores. Aun con todo el infante, a la vez que Virrey de Aragón, marchó en enero de 1677 sobre Madrid con una fuerza de 15.000 hombres para que su autoridad no fuera puesta en entredicho como en una ocasión anterior (1669). Así se le ha venido en denominar “dictador”. Sin embargo, durante el trienio de 1677 a 1679 don Juan José ejerció de facto el cargo de primer ministro o quizás de valido de Carlos II, según manejemos fuentes más o menos favorecedoras del personaje. Algunos alegaban que el rey había sido sometido a los hechizos por su hermano para ejercer el poder absoluto en los vastos dominios de la Corona. Otros le calificaban de salvador de la monarquía, el militar que se venía esperando desde los tiempos del augusto bisabuelo del rey, Felipe II. Siempre se le acababa comparando con su antepasado don Juan de Austria con quien compartía nombre y talento militar.
A su llegada al poder, don Juan José de Austria intentó modernizar los aparatos de la Administración, reestructurando los órganos del gobierno, reduciendo tanto el número de funcionarios como sus salarios, y agilizando trámites. Creando la Junta de Alivios pensaba que mitigaría las tremendas injusticias administrativas y la presión fiscal que constreñía a los más pobres.
Por otro lado, sus desvelos siempre iban en una dirección: la Corona de Aragón. Llevó al rey a convocar las únicas cortes de su reinado, cortes en las que además juró y ratificó sus fueros.
vastos dominios de la Monarquía Católica
Don Juan José se obsesionó demasiado por obtener el beneplácito de todos los grupos sociales y está claro que no se podía contentar a las clases bajas urbanas realizando reformas al mismo tiempo que continuaba manteniendo el apoyo de la alta nobleza. Su figura estaba demasiado mitificada, se le creía el restaurador de la preponderancia en Europa, se le adjudicaba la ardua tarea de ser el alter ego de su antepasado don Juan de Austria, el pacificador de la corte, el liquidador del partidismo y de la corruptela, de los validos y favoritos, sin apreciar que quizás él representase el mismo papel pues se le consideraba un miembro de pleno derecho de la casa real. La gran propaganda surgida en torno al infante procedía de su hábil manejo de la opinión, de su gusto por la escritura. Sin embargo, su trabajo estaba condenado al fracaso por las malas cosechas, las crisis políticas y económicas, la situación compleja de Europa, las epidemias que se expandían por doquier. Las circunstancias, más allá del propio talento de don Juan José, limitaban su poder de actuación, y por encima de todas ellas la Parca, que se le llevó apenas dos años más tarde de alcanzar el poder. La propaganda le sirvió para ascender más nadie puede manipular los sucesos que sobrevienen solos, sin preparación ni previsión.
La envidia reconcomía a la mayoría de los cortesanos opuestos a su reformismo, a su juventud, a sus nuevas ideas. De tal modo que poco después de su ascenso las coplillas comenzaron a aparecer en forma de panfletos por la Villa y Corte.
“Vino Su Alteza a la corte, sacó la espada
y no ha hecho nada.”
Don Juan José fue olvidado injustamente por la historiografía. Según Ruiz Jiménez “con una más que manifiesta injusticia se han resaltado sus fracasos en Flandes y Portugal, olvidándose de sus éxitos en Italia y Cataluña, sus ideas novedosas, algunas de las cuales darían sus frutos más allá de su muerte; su más que correcta gestión política en sus periodos de estancia en Aragón o Principado de Cataluña, y algo que muchas veces ha pasado desapercibido: su capacidad de ilusionar a los más necesitados, por más que ellos fueran después los que más duramente sentirían sus fracasos”.
BIBLIOGRAFÍA:
RUIZ RODRÍGUEZ, I.: “Don Juan José de Austria en la Monarquía Hispánica. Entre la política, el poder y la intriga.” Ed. Dykinson, 2007.
CONTRERAS, J.; SIMÓN TARRÉS, A.; GARCÍA CÁRCEL, R.: “La España de los Austrias I. Auge y decadencia del Imperio Español (siglos XVI y XVII)”. En Historia de España Vol. 6, Ed. Espasa Calpe, 2004.
Carmen, en primer lugar gracias por la colaboración. Una entrada excelente para entender la figura de don Juan José que, como dices, ha sido ocultado por la historiografía hasta hace bien poco, ensombrecido por el primer don Juan, al que poco te´nía que envidiar en el talento militar y al que superaba en capacidades políticas. Fue, sin duda, un adelantado a su tiempo, con un visión reformista derivada de la política olivaristas y siendo algunas de sus medidas aplicadas posteriormente por los Borbones.
ResponderEliminarUn beso.
PD: don Juan no tuvo nunca el título de infante ni de príncipe, aunque muchos los denominen así, de hecho eso fue uno de sus grandes anhelos que jamás consiguió recibir. Es verdad, eso sí, que en la época, como vemos en algunos grabados, se le denomina como "príncipe" pero es algo más honorífico que real.
En el país de los ciegos el tuerto es el rey, y puede que ese fue el papel de Don Juan José... el de Tuerto en un país de ciegos.
ResponderEliminarUna figura completamente desprestigiada pero con un gran potencial militar y estadístico, a pesar de sus raíces, como hijo de "la calderona".
ResponderEliminarSaludos Carmen
Don Juan José tuvo que lidiar con muchos toros y no en todos pudo salir victorioso: las circunstancias no le acompañaban, ya que el estado de decadencia general del país y su condición de bastardo jugaron en su contra, pero el supo jugar sus bazas, obtener importantes triunfos (también fracasos) y provocó una división social entre los españoles (seguidores suyos y seguidores de Valenzuela) que estuvo a punto de llevar a España a una guerra civil. Excelente valoración de un gran estadista poco o injustamente valorado. Saludos Carmen.
ResponderEliminarBueno, veo que por aquí también estamos de aniversario. Realmente no lo tuvo facil, por las circunstancias en las que se veía el reino y por la enorme oposición que suscitaba su persona. Pero aun sin todo eso fue un hombre que cometió muchos errores y algún acierto.
ResponderEliminarFeliz dia, madame
Bisous
Ufff, de esto no entiendo nada... quiero decir que estos dirigentes por nacimiento pues que no me conmueven... bien mirado algo tendrían para que algún antepasado gobernara a un grupo de gentes... nada, nada, no me hagas caso... la historia, ah! la historia real... sus aledaños.... Bss...
ResponderEliminarEsta es parte de la historia arrinconada de los manuales, por eso es aún mayor su interés.
ResponderEliminarBien relatado.
ResponderEliminarQue tiempos, los de este hombre!
Un abrazo.
Para la historia oficial no interesaba que un bastardo tuviera más luces o más méritos que los legítimos herederos. De ahí que se le haya relegado casi siempre a un segundo plano.
ResponderEliminarUn saludo.
Si apuestas por los más defavorecidos y poco o nada les consigues, ellos serán los más críticos. Interesante personaje.
ResponderEliminarSaludos
Vengo del blog de dlt :D Creo que es una muy buena iniciativa dedicarle tiempo a un personaje bastante oscuro como Don Juan José y que además de oscuro ha sido tan oscurecido. Un beso, Carmen
ResponderEliminarUn buen análisis Carmen de la figura de Don Juan José.
ResponderEliminarSaludos
Lo que cada dia tengo mas claro que jamas puedes tener a todo un pueblo contento, siempre hay perjudicados que nunca lo querran.....
ResponderEliminarGracias por contarnos y relatarnos su vida.
Besos
Este manejo de la opinión pública lo convertía en un personaje muy moderno en una España, además,muy atenta a la imagen y a la letra escrita.
ResponderEliminarEspléndido artículo.
Saludos.
Me gusto mucho tu entrada y sobre todo su enfoque.
ResponderEliminarUn abrazo y buena participación
Supongo que lo hizo lo mejor que pudo, pero no eran tiempos fáciles para la Monarquía, ni dentro ni fuera.
ResponderEliminarMuy buena entrada, Carmen. Un abrazo desde mi exilio voluntario.
Lástima que un personaje tan brillante terminara ahogado entre las intrigas y las envidias de la corte de Madrid, como usted ha comentado en mi blog, más le hubiera valido seguir siendo el brillante negociador y estratega de los tiempos de Italia o Cataluña que haber venido a ocupar el poder de un monstruo tan inmanejable como era ya nuestra Monarquía en sus últimos tiempos.
ResponderEliminarSu entrada es magnífica como siempre Carmen, un saludo :-))
Sigo pensando que otro gallo hubiese cantado si Juan José hubiese accedido al trono...
ResponderEliminarInteresante narración Carmen.
Saludos
Bueno, pues si estaba olvidado Don Juan José, ya salió a luz con tu entrada, así le conocemos más y nos situamos en ese momento de la historia. Y es imposrtante valorar que el hombre no lo tuvo fácil.
ResponderEliminarComo siempre gracias querida Carmen.
Profundo tu artículo Carmen. Tuvo don Juan mala suerte, en parte ganada a pulso, en parte a que el azar no le favoreció. Cortesanos hubo que le quisieron, pero el rey Felipe acabó aborreciéndo. Tampoco las reinas le quisieron mucho. Una España complicada aquella. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Enhorabuena, Carmen!
ResponderEliminarÉsta ha sido una gran aportación al homenaje que Carolus II ha organizado en memoria del poco conocido Juan José de Austria, con él que yo, como curioso lector, estoy disfrutando muchísimo.
Muchas gracias, y un cordial saludo.
Casi sin tiempo...
ResponderEliminarPaso a saludarte y a dejarte unos besillos. ¡Que pases buen finde!
Un personaje de la valía de don Juan José de Austria hubiese tenido una trayectoria más brillante en otra época que en la decadente España del S. XVII.
ResponderEliminarSaludos.
Hay que ver todo lo que estamos aprendiendo con esta inaiciativa.
ResponderEliminarMuy bien contado.
Saludos y buen finde.
La envidia en muy mala Carmen.
ResponderEliminarComo un bastardo iba a despuntar más que el legítimo?
Lo olvidan, lo ocultan...y luego otros copian sus ideas.
Al menos lo has recordado en su aniversario.
Interesante entrada. Buen fin de semana.
Un beso.
Estupendo e interesante artículo, Carmen.
ResponderEliminarSaludos.
En tan sólo dos años no hubo tiempo de plasmar las novedosas reformas que se prpuso, sin embargo me parecen justas y por una vez se tenía en cuenta el bienestar del pueblo.
ResponderEliminarMuchas eran las expectativas que generó D. Júan José y por lo tanto mucha presión y responsabilidad, creo que sí hubiese dispuesto de más tiempo hubiese tenido un reinado fructífero a pesar de la oposición de tener poderosos y reaccionarios adversarios, muy ligera actuó la Parca
Un beso, Carmen.
Después de leer unas cuantas biografias sobre este personaje mitad plebeyo y mitad Rey, pienso que tuvo bastante suerte elqe se le rconociera como hijo del Rey.
ResponderEliminarUna vbida curirios y marcada por su origen humilde a pesar de todo.
Muy amena tu entrada y clarita.
Un beso y buen finde
Acabo de leer en otro blog "desde la terraza" una entrada sobre don Juan José de Austria y junto con ésta, escrita con gran exactitud y leída con gran interés, hacen un retrato de este personaje que vivió una de las épocas más turbulentas de nuestra historia.
ResponderEliminarUn saludo.
Buen fin de semana amiga...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Hola, Carmen: estupenda aportación a la figura del Austria, que nos le coloca en perspectiva. Acaso le pesaba el nombre, como ocurre a los hijos de los famosísimos, que no pueden digerir esa sombra perpetua encima. Ahora, sólo por inventarse esa Junta de Alivios, qué nombre precioso, para descargar en algo a los que pechaban, merecería ya siete tomos de loa y pompa.
ResponderEliminarSaludos blogueros
Ha sido un placer para mí participar en la iniciativa promovida por Carolus. Creo que es la tercera que realizamos y, de hecho, ha resultado ser un éxito. No soy ninguna especialista en el tema de siglo XVII español por lo que he elegido la valoración sobre el personaje, apartado que me parecía más relevante.
ResponderEliminarUn saludo a todos y gracias por vuestros comentarios