5 de diciembre de 2016

La invisibilidad de las obreras del textil (1900-1960) (2ª Parte)



Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiesta de Béjar, 2016, pp. 48-53.

La lucha obrera por conseguir una mejora de las condiciones laborales generó una gran conflictividad social que, unida al cambio de la legislación internacional, obligó a los países a incorporar los avances para no peder competitividad y condujo a reformas institucionales y legales[1].

En 1903 se creó el Instituto de Reformas Sociales y más tarde, en 1920, el Ministerio de Trabajo, a la vez que se fue configurando una legislación laboral que pretendía “proteger” a la mano de obra más frágil: mujeres y niños,  extendiéndose posteriormente al resto de trabajadores.



Una “protección” que muchas veces las mujeres no vieron como tal, puesto que no se las tuvo en cuenta a la hora de elaborarlas y les produjeron perjuicios que condujeron a incumplimientos no sólo por parte de la patronal, sino por parte de las mismas trabajadoras que veían como esas normas les privaban de trabajo sin aportarles ningún beneficio a cambio.
 
Es lo que ocurrió con el descanso por maternidad, reconocido por la Ley de 13 de marzo de 1900 que regulaba el trabajo de mujeres y menores. No se les permitía trabajar en las 3 semanas posteriores al alumbramiento con reserva del puesto de trabajo, pero la mayoría de las trabajadoras no lo respetaban porque dejaban de percibir el salario. Esa misma ley contemplaba una hora de lactancia sin rebaja de salario, medida ineficaz porque la mayoría cobraban a destajo.

 Trabajo infantil en una fábrica textil de EEUU (1908)

No será hasta el 1 de octubre de 1931, aunque el seguro de maternidad se había aprobado en marzo de 1929, cuando se garantizara la asistencia facultativa y recursos para vivir durante el descanso obligatorio

El sistema de destajo que los empresarios intentaban imponer para aumentar la productividad fue combatido por las trabajadoras que lo consideraban un sistema de explotación. Cuando en el establecimiento de Rodríguez Yagüe, en 1909, decidieron pasar a este sistema alegando que se obtenían rendimientos superiores al salario pagado y se aumentaba la producción porque había máquinas que no alcanzaban la máxima utilidad, las operarias se opusieron argumentando que en teoría era así, pero el esfuerzo realizado era mayor y a la larga perjudicaría su salud, además no sacarían el jornal porque el precio puesto a las prendas era excesivamente bajo y tenían que dar dinero a las encargadas de confeccionar las prendas y pagar a las aprendizas.

 Fábrica textil de Rodríguez Yagüe (Béjar)

Lograron detener la actividad presionando hasta conseguir que abandonaran el trabajo las compañeras que habían quedado en la fábrica, apostándose a la entrada para impedir la entrada de otras. Tratando, asimismo, de constituir una sociedad de resistencia y conseguir la cooperación de las federaciones obreras. Se reunieron en el Centro Obrero con asistencia del Inspector de Trabajo que: 

las exhortó a exponer sus peticiones hasta el máximo que se pudiera conceder, diciéndoles la importancia de afianzar la industria de prendas militares.
Una obrera muy guapa y lista, Sara Cebriano, se adelantó y expuso al Inspector sus razones: preferían no trabajar a perjudicarse en su salud, pues con el destajo se trabaja más y más sin tener en cuenta otras consideraciones. Ruega al inspector, señor González Castro que propusiera al patrono la vuelta al trabajo en las mismas condiciones que antes de declararse la huelga”.

La reunión del Inspector con el fabricante duró cuatro horas. El patrón accedió a subir 5 céntimos el precio de cada guerrera, en caso de que la oferta no fuera aceptada se proponía un salario por sistema mixto. Pero las huelguistas se mantuvieron firmes en su postura y comunicaron al Inspector que sólo aceptarían el jornal antiguo[2].

Continuará



[1] Para la legislación NIELFA CRISTOBAL, G. (2003): Trabajo, legislación y género en la España contemporánea: los orígenes de la legislación laboral. En Sarasúa, C. y Gálvez, L. (eds.), ¿Privilegios o eficiencia?: Mujeres y hombres en el mercado de trabajo. Alicante. Universidad de Alicante, pp. 39-56.
[2] “La huelga en Béjar”.La Correspondencia de España, 31 marzo 1909, p.2 ; DELAPÉ, B. “La huelga”. El Lábaro, 1 de abril 1909, p.2.

12 comentarios:

  1. Nadie regaló nunca nada a las trabajadoras (ni a los trabajadores) de este país, a no ser gracias a la movilización y a las protestas de mucha gente luchadora que consiguió con mucho sacrificio mejorar las condiciones laborales y salariales de todos.
    Saludos.

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  2. Duras condiciones de trabajo. Espero con gran interés la continuación de los artículos.
    Saludos.

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  3. Perseverar es la única arma...A veces, cansa, pero hay que descansar y seguir adelante.

    5 céntimos...

    Besos Carmen

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  4. Imaginar el trabajo a destajo sin dejar de amamantar, deja sin palabras.

    Cada 5 céntimos, cada conquista, una batalla. Cuánta lucha la de aquellas mujeres.

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  5. La lucha de esas mujeres fue muy meritoria en una época en que la mujer estaba relegada al hombre.

    Besos

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  6. Duros tiempos aquellos!, no poder cuidar del bebé por no perder el salario y hoy en día se ha conseguido un año de salario.
    Un abrazo.

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  7. "De resistencia" , una esclavitud trabajar a destajo y tan mal pagadas.

    Esperando saber más de estas mujeres tan dignas y tan sufridas. Gracias a ellas, hoy en día se respeta la baja por maternidad.

    Un beso.

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  8. De esa lucha en aquellos tiempos en el entorno que conocemos se respetan ciertos derechos, los cuales en otras zonas no sea así.

    Saludos.

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  9. Durísima la vida de estas trabajadoras, donde trabajaban sin horarios y por unos pocos reales, pero gracias a la lucha de algunas se consiguieron algunas mejoras como muestras en esta entrada, pero eso significó que algunas se vieran privadas de su puesto de trabajo por ser rebeldes a los ojos de los patronos.
    Muy buena esta entrada Carmen, te felicito por traer hasta nosotros esta etapa de la vida de las mujeres. Ahora esperaremos por la continuación.
    Saludos
    Puri

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  10. Una dura lucha por el salario. Si hoy es difícil hacer valer las reivindicaciones salariales, en aquellos tiempos debía de ser misión casi imposible. Un tira y afloja agotador.

    Buenas noches

    Bisous

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  11. Hecha la Ley hecha la trampa: lactancias, maternidades, siempre había vericuetos para eludir el cumplimiento y obligara al trabajador a su renuncia. Y sigue.
    Un saludo.

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  12. Mucho lucharon, luchan y lucharán las mujeres para conseguir la igualdad de derechos que los hombres. Menuda época les tocó vivir, pero se adivina un conflicto difícil de resolver.
    Un saludo.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.