29 de noviembre de 2022

De santos y beatos en la historia de Béjar

  Autora: Carmen Cascón Matas

           Hace tiempo que me vengo preguntando si Béjar es tierra de santos o quizá no porque, aunque nuestro devenir histórico ha sido relevante a lo largo de los siglos durante el periodo ducal y después con el desarrollo industrial, carecemos de ellos. Sin embargo, me intriga este tema y creo que no sería mal ejercicio de memoria recopilar los nombres de algunas personas que están a punto de llegar a ese último escalafón de la santidad o que, por el contrario, han sido olvidados a pesar de sus milagros, visiones y curaciones. Unos eran oriundos de Béjar o de su Villa y Tierra, y otros ni siquiera nacieron aquí, pero casi los consideramos como nuestros. 


 

            El más antiguo se llamaba San Román del Cinto y de su memoria no queda rastro. La única fuente documental que lo menciona es la crónica que escribió el clérigo y capellán del convento de la Anunciación de Béjar con motivo de la entrada triunfal que se hizo a la duquesa Mª Alberta de Castro, esposa del X duque de Béjar, en 1679[1]. La transcripción dice así: 

        «Esta enriquecida [la desaparecida iglesia de San Nicolás] con muchas reliquias y desde su muerte con el entierro y cuerpo de S. Roman del Zinto, de quien hace mención en tiempo del Rey D. Rodrigo la historia antigua de S. Juan de la Peña y toman nombre dos puertas en Béjar y Salamanca».

            Tenemos que dar un salto al siglo XIX para encontrar a los beatos. El beato Balbino Pérez Díaz[2], declarado como tal en 2021, vio la luz en Béjar el 31 de marzo de 1872 y fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista. Ordenado sacerdote en Santo Domingo de la Calzada, cantó su primera misa en Madrid en 1898 y en la capital desarrolló su labor eclesiástica. Fue capellán de Santa María la Real de la Almudena y fusilado en Paracuellos del Jarama en noviembre de 1936.

            Nicolás de la Torre Merino[3] nació en nuestra ciudad en 1892, hijo del sacristán de la iglesia de El Salvador. Inició sus estudios en el Colegio Salesiano de Béjar y decidió hacerse sacerdote. Por este motivo fue enviado al colegio de Sarriá en Barcelona, donde llegó a coadjutor. Realizó labores educativas en Valencia, La Coruña, Vigo y Madrid, donde le sorprendió el estallido de la Guerra Civil. Fue fusilado a los 43 años junto a otros salesianos en agosto de 1936. Fue declarado beato en 2006.

Nicolás de la Torre Merino

            De momento, Aurora Calvo Hernández-Agero[4] ha sido la única bejarana que ha llegado al escalón intermedio de Venerable en abril de 2022, el escalafón anterior a su beatificación. Nacida el 9 de diciembre de 1901 en Béjar destacó por su piedad y su delicada sensibilidad literaria. Son numerosas las cartas que se conservan de su mano y su obra más conocida, Serafinillo. A pesar de querer entrar en religión, los cuidados de su madre le impidieron marcharse de Béjar. Murió a los 32 años el 22 de noviembre de 1933.

 


 Aurora Calvo Hernández-Agero

            La beata Madre Matilde Téllez Robles[5] no era bejarana sino natural de Robledillo de la Vera (Cáceres), pero la circunstancia profesionales de su padre, que ejercía las labores de notario, encaminaron sus pasos hacia Béjar en 1851, cuando contaba con 10 años. Aquí fundaría su primer colegio del Instituto de Amantes de Jesús e Hijas de María Inmaculada junto a la iglesia de Santa María la Mayor, que extendería a Don Benito y a otras localidades. Precisamente allí fallecería en 1902. Fue beatificada en 2004.

Matilde Téllez Robles


            Los numerosos testimonios de monjas y frailes milagreros que recoge Alejandro López Álvarez en su discurso de ingreso al Centro de Estudios Bejaranos[6] se quedan en eso, en milagreros. Destacan los nombres de Fray Gaspar Hernández, Sor Juana Laso, Fray Francisco Pérez, Fray Domingo de Telera, sin olvidar a María, la Morala, la candelariense que tenía visiones místicas y que describió a la imagen de la Virgen con su Hijo muerto que dio lugar a una de las tallas más hermosas de Béjar: la Virgen de las Angustias.

            Ruperto Piñeiro Mena[7] tiene un proceso abierto de beatificación que, de momento, no ha dado avances. Fue canónigo de la catedral de Coria (Cáceres) y escribió numerosos artículos para periódicos de la época. Solía venir con mucha frecuencia a Béjar, su ciudad natal, a ver a su familia, y predicó en una de las novenas de la Virgen del Castañar. El estallido de la Guerra Civil le pilló en Madrid, como a sus paisanos Nicolás de la Torre Merino y Balbino Pérez Díaz. A pesar de vestirse de paisano para no despertar sospechas, fue sacado de la casa de sus padres y fusilado en un lugar desconocido. Aún se desconoce dónde yace su cadáver. 

 Virgen de Juquila

            Fray Jordán de Becedas, de Béjar o de Santa Catalina[8], natural de Becedas, dentro entonces de la Tierra de Béjar, nació en 1529. Tuvo la fortuna de conocer a Teresa de Ávila en su estancia en la localidad abulense al regentar sus padres la hostería del pueblo. Fue ordenado fraile dominico y partió a Nueva España a evangelizar a los indios. Creó numerosas fundaciones y misiones en la zona de Oaxaca, se le atribuyen milagros y donó la Virgen de Juquila, hoy todavía venerada. Murió en Oaxaca, México, en 1592.

Manuel de Zúñiga y Guzmán

            Al Buen Duque Manuel de Zúñiga, X titular de Béjar [9], se le atribuyen milagros sin cuento, sobre todo a finales del siglo XVII e incluso el siglo XVIII. Murió en el asalto a Buda (Hungría) en 1686. Su tránsito hacia el otro mundo fue ejemplo del ars moriendi de la época, como el de su tío Ruy Gómez de Silva. Está enterrado en el cementerio de San Miguel de Béjar, a donde fue trasladado su cuerpo desde el convento de la Piedad. Fue hallado su cadáver con la ropa en perfecto estado. 

Antonio Martín Hernández, de La Calzada de Béjar

 

Los hermanos Moro Briz


Eladio Mozas Santamera

         Y en esta enumeración vemos cómo tenemos un santo bejarano desconocido, dos beatos bejaranos que han llegado a tales hace poco tiempo, una venerable y muchos aspirantes, sin olvidar a nuestra beata de adopción. No quiero concluir este somero recorrido sin hacer referencia a Gaspar Flores, el padre bañense de Santa Rosa de Lima (de Baños de Montemayor), o a San Vicente Ferrer –la tradición dice que pasó por aquí predicando-, o al Venerable Eladio Mozas Santamera -el tío del párroco de San Juan Santamera Tejedor, ambos seguntinos-, o a Teresa de Jesús a su paso por Becedas, o al beato Antonio Martín Hernández, sacerdote salesiano natural de La Calzada de Béjar que fue fusilado en Paterna en 1936, o los hermanos nacidos en Santibáñez de Béjar, Modesta y Santos Moro Briz, beatos y muertos en los primeros compases de la Guerra Civil, o al beato Simón de Rojas, de la Orden de los Trinitarios que pasó por estos lares tiempo ha[10]. Dejo para otra ocasión a algunos miembros de la Casa Ducal que han llegado a santos, como Pedro de Zúñiga y Velasco, mártir en Japón.

 



[1] AHNob. «Relación de las fiestas y Recibimiento que hizo esta Villa de Béjar y su jurisdiccion a la Exma. Señora Duquesa Dª Maria Alverta de Castro Portugal y Borja, mujer del duque Dn Manuel e hija de los Condes de Lemos el año de 1685… ». Estudiado en Carmen Cascón Matas “Entre vuestra excelencia y sea muchas veces bienvenida”. Regocijos, versos y arquitectura efímera en la recepción de la duquesa Mª Alberta de Castro, 2022, 112 págs.

[2] Hace un año recibí un correo electrónico del Arzobispado de Madrid pidiendo información de este bejarano por tener su proceso de beatificación abierto y no contar con datos. La suerte fue poder recurrir a mi compañero del Centro de Estudios Bejaranos, Juan Manuel Ramos Berrocoso, quien elaboró su biografía haciendo uso de las hemerotecas.

[3] De este sacerdote bejarano existe información en su parroquia natal.

[4] Sobre ella consultar https://sites.google.com/site/sanjuanbejar/auroracalvo.

[5] Existen numerosas biografías dedicadas a la Madre Matilde que no vamos a enumerar aquí por ser prolijo.

[6] Alejandro LÓPEZ ÁLVAREZ. Huesos y olores santos en el Béjar del siglo XVII. Contestado por José Muñoz Domínguez, 1998, 54 págs.

[7] Esta información me la facilitó su sobrina nieta Elena del Bosque.

[8] El Centro de Estudios Bejaranos le ha dedicado su última biografía de la Colección “Don Francés de Zúñiga. Ha sido escrita por Jesús Gómez Blázquez y se titula Biografía del legendario apóstol Fray Jordán de Béjar (Becedas, 1529-Oaxaca, México, 1592), 2022, 101 págs.

[9] Sobre este tema el artículo de Emiliano Zarza Sánchez «La religiosidad de don Manuel de Zúñiga y el milagro de Guzmán». Estudios Bejaranos, nº 18, 2014.

[10] Toda esta información la he sacado de navegar por Internet. El caso de Mozas Santamera lo tratamos aquí.

 

10 comentarios:

  1. ¡Vaya relación de santería! No me imaginaba a don Manuel de Zúñiga haciendo milagros. El próximo día que vaya a Béjar me encomendaré a él, a ver que tal. Siempre me han gustado estas historias.
    La Madre Matilde Téllez era de Robledillo de la Vera (Cáceres). Hay por lo menos tres Robledillos en esta provincia. También Robledillo de Trujillo.
    La primera vez que vi al beato Nicolás de la Torre, en El Salvador, creí que se trataba de un viajante que se había portado bien con la iglesia.
    Yo también hice santo en una ocasión a un amigo mio que se porta muy bien con todo el mundo y sobre todo con los amigos. Le hice una estampa con oración y una imágen que está ahora en el despacho parroquial de una iglesia.

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    1. Pues ya sabes que te tienes que encomendar a don Manuel, todo un santo en su época, hacedor de milagros allá donde paraba e incluso después de muerto.
      Un abrazo

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  2. Buen trabajo de investigación. En la historia de Béjar no podría faltar unos capítulos dedicados a este tema.
    Te felicito. Besos.

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  3. Ángel Mª Ridruejo Cabezasmartes, 29 noviembre, 2022

    La madre Matilde goza de un gran predicamento en Don Benito, mi pueblo vecino. Se la rememora junto a su congregación por el heroico desempeño para con los contagiados durante la mortífera peste de cólera que asoló el lugar en 1885 (se calcula que murió casi un 4% de una población de 16.000). Como curiosidad, siempre se ha dicho que fue originada por un mercante valenciano, ya enfermo, que lavó su cuerpo y ropas en el mismo lugar del río al que las mujeres iban a hacer la colada...

    Saludos, Carmen

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    1. En Béjar, como supondrás, se la tiene gran cariño. No en vano pasó parte de su infancia y adolescencia aquí y en nuestra ciudad fundó el primer colegio. Casi se la considera hija de Béjar.
      Un saludo

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  4. Hola Carmen:
    Interesante artículo. De la Madre Matilde, conozco algún paciente extremeño, que es devoto. Me regaló hace algunos años una estampida.

    Besos

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  5. Es un tema posiblemente poco trabajado en estos tiempo, pero no debemos de olvidar qué la religión ha sido
    Una forma de conducir los pueblos y apesar de su inadaptaciòn a tal situación la religión pervive en forma de precategorial, un mundo vivido...
    Por eso la investigación es tan necesaria y se agradece tanto en un contexto sociocultural, hace tiempo nosotros en una restauración en Burgos de unos frescos románicos encontramos casi perdido un salterio en libro y gracias a ello pudimos concluir el mural.
    Siempre que te leo una entrada :aunque me prodigo poco se agradece estos aportes...
    Un abrazo y un tranquilo adviento

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  6. Recuerdo haber visto a uno de estos santos o beatos que nos nombras en la iglesia del Salvador en una de mis visitas.

    Saludos.

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  7. Buen trabajo de investigación el que has realizado. Todos esos sacerdotes que llegaron a ser beatos o aspirantes a ello forman parte de la historia de Béjar y por tanto de la nuestra. Conocer la vida, las obras y la muerte de todos ellos nos da una visión más clara de esa historia nuestra.
    Un beso, Carmen.

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  8. Numerosos beatos tiene Béjar. La fé dicen que hace milagos Carmen y puede que sea verdad lo de los milagreros. Gran trabajo.
    Un abrazo.

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"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo." Óscar Wilde.