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26 de septiembre de 2009

Apuntes artísticos y arquitectónicos a la iglesia de El Pilar de Béjar

Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Béjar en Madrid, nº4.549. 22/05/2009


El siglo XX que hemos dejado atrás también ha aportado un buen número de edificios singulares que han enriquecido el legado monumental de Béjar. Uno de los más llamativos es el de la iglesia de El Pilar, concebido para dar cobertura religiosa a la barriada Virgen del Castañar. Su construcción fue posible gracias al mecenazgo de don Emilio Muñoz García, que encargó el proyecto al arquitecto bejarano don Tomás Rodríguez Rodríguez. La ejecución del mismo se retrasó prolongándose nada menos que de 1963 a 1975, aunque por 1966 ya estaba levantado lo fundamental de la obra, pudiendo concluirse del todo gracias al empeño de la familia Muñoz Díaz. Acudiendo a las hemerotecas, encontramos en las crónicas de este mismo semanario el relato del acontecimiento social que significó la inauguración de la iglesia el 27 de septiembre de 1975, y datos tan interesantes como que su coste final multiplicó por diez lo presupuestado en un principio.

Iglesia del Pilar de Béjar (imagen superior) y San Zenón de Verona (abajo)

Cuando se ideó la iglesia para la más reciente de las parroquias bejaranas se tuvo en mente la arquitectura románica italiana de la región de Lombardía. Un tipo de arquitectura medieval que superó las fronteras regionales y las de la península Itálica gracias a maestros canteros itinerantes que difundieron su forma de hacer, por ejemplo, por Centroeuropa. También llegaron a la península Ibérica marcando el primer periodo del Románico español, aunque ciñendo sus construcciones al norte de Cataluña y Aragón. Este románico es extraño a lo castellano, pudiéndose citar tan sólo dos edificios que se amoldan a sus principios: la ermita de San Pelayo de Perazancas (Palencia) y, sobre todo, la ermita de Nuestra Señora de la Anunciada en Urueña (Valladolid).

25 de julio de 2009

Abrimos en verano (1ª Parte)


Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.512. 22 de agosto de 2008

Este es el lema escogido por la Junta de Castilla y León para llevar adelante su programa de apertura de monumentos durante el verano, en colaboración con los distintos obispados de la región. Se han escogido para tal fin zonas turísticas de gran riqueza patrimonial (ciudades patrimonio, románico norte, mudéjar al sur del Duero…), proponiendo diversas rutas a través de algunos de los monumentos religiosos más importantes, que abren sus puertas a los turistas las mañanas y las tardes casi todos los días de la semana.

Béjar y alguno de los pueblos de su entorno han sido incluidos dentro de esta plausible iniciativa. La ruta por las iglesias de la Sierra de Béjar es uno de los itinerarios trazados dentro del área monumental que se ha denominado Sierras del Sur, que se compone de otras rutas por el patrimonio eclesiástico de Ciudad Rodrigo, de la Sierra de Francia, y de la zona abulense del Barranco de las Cinco Villas. Las iglesias que componen el recorrido por nuestra comarca son las parroquias de San Juan y de Santa María de Béjar, la de Ntra. Sra. de la Asunción de Montemayor del Río, su homónima de Candelario, y la parroquia de Santa María la Blanca de Fuenterroble de Salvatierra. Esperemos que para el próximo verano la oferta se pueda ampliar, incluyendo tras iglesias importantes como las de Puente del Congosto, Navacarros, Cespedosa de Tormes o Colmenar de Montemayor, por citar algunos ejemplos.

 Torre- campanario de San Juan Bautista.
Béjar

En la zona más elevada del Béjar histórico se construyó la iglesia de San Juan Bautista. Comenzada, como las más antiguas de Béjar, a principios del siglo XIII en la fase tardía del románico. Conserva de esta primitiva fábrica su único ábside semicircular y el tramo presbiterial, cerrado con bóveda de cañón apuntado, que se refuerza con arcos ojivales. De este momento también es la torre, muy deteriorada y agrietada, en cuyo último cuerpo se abren varios arcos apuntados doblados. La nave primitiva se sustituyó en el siglo XVI por otra mucho más amplia, aunque conservando las dos portadas medievales; la principal de un gótico muy clásico. En el interior de la nave, unos enormes arcos diafragma soportan la techumbre de madera (que nada tiene de mudéjar como alguna vez se ha dicho), descansando en ménsulas acapiteladas renacentistas. El coro ya es obra del siglo XVII.

30 de mayo de 2009

Historia de una iglesia desaparecida (4ª Parte)


Autores: Mª del Carmen Cascón Matas, Oscar González Hoya Roberto Domínguez Blanca

Publicado: Especial Béjar en Madrid, 2007


Feligresía y oposición a la reducción eclesiástica



Como es sabido, la parroquia de San Pedro a extramuros se constituyó como germen de un importante barrio de labradores, desapareciendo éste con el pavoroso incendio producido a principios del siglo XVIII. En el “Libro de reducción parroquial” aparece recogido un listado de feligreses confeccionado por los propios curas por mandato del Obispo Pedro Ponce de León y clasificados por parroquias Con la denominación “feligreses” se entendía entonces a la unidad familiar o vecino (un feligrés podía ser tanto una familia de 5 miembros como una viuda).

San Juan y las santas mujeres
Detalle de la predela del retablo de la iglesia de Santa María. Béjar

A diferencia de lo que ocurre en Santa María, con predominancia de apellidos sonoros, pues no en vano el Palacio Ducal se adscribía a su jurisdicción, o en El Salvador, donde habitaban las profesiones vinculadas a los gremios (zapateros, tundidores, cerrajeros...), en San Pedro son mayoritarios los vecinos con nombres y apellidos comunes.Nos consta que en ella radicaban dos cofradías: la de San Antón, advocación vinculada a la protección de los animales domésticos y Santa Catalina.

9 de mayo de 2009

Historia de una iglesia desaparecida (2ª Parte)



Autores: Roberto Domínguez Blanca, Mª del Carmen Cascón Matas y Óscar González Hoya

Publicado: Especial Béjar en Madrid. Navidad, 2007

Interior

Según el inventario recogido en el único libro de cuentas de fábrica que se conserva de la iglesia, ésta contaba en 1561 con cuatro retablos. El que debía de ser el principal era un retablo de tres órdenes, pintado y dorado, presidido por la imagen de San Pedro como pontífice. Un segundo retablo, situado en el lado de la Epístola del altar mayor (del cual desconocemos su advocación) por estas fechas se le describe como nuevo. El retablo de Santa Catherina, de tres órdenes como el principal, todo de talla, pintado y dorado, cobijaba la imagen de la santa coronada y con las ynsignias de su ystoria en la mano. Suponemos que dicho retablo se situaría en el lado del Evangelio junto a la cabecera.


Talla de San Pedro.
Iglesia del Hospital de los Venerables. Sevilla


El último retablo se ubicaba en el altar de Nuestra Señora. También consistía en un retablo de tres cuerpos, pintado y dorado, en el que destacaban dos imágenes: la de la titular en medio y la de San Antón de bulto pintado y dorado con un libro y cayada en la mano. Esta imagen suponemos que es la que se conserva hoy en la iglesia de Santiago, trasladada a ella cuando se produjo la desaparición de la de San Pedro.

4 de mayo de 2009

La Dolorosa de San Juan Bautista: pieza elegida para las Edades del Hombre



Autores: Roberto Domínguez Blanca
Mª del Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 1 de mayo de 2009

En esta nueva edición de la Exposición de las Edades del Hombre que tendrá esta vez como sede la ciudad de Soria, el obispado de Plasencia estará representado con una pieza perteneciente a una iglesia bejarana: La Dolorosa de la iglesia de San Juan Bautista. Nuestros lectores ya conocerán esta obra, que hace pareja con la talla del Ecce Homo, pues publicamos en este semanario un breve análisis aprovechando su restauración, hace ahora un año, por la Fundación de las Edades del Hombre. Recordemos que este mismo taller restauró el altar de la Virgen del Carmen durante este pasado verano, lo que ha servido para dar a conocer el patrimonio de esta iglesia fuera de Béjar.



La talla de la Dolorosa, es un busto largo o escultura de medio cuerpo en madera dorada y policromada, y de autor desconocido, pudiendo ser fechada en la primera mitad del siglo XVIII. Sus dimensiones son 100 x 56 x 50 cm. El primer investigador que se percató de la importancia de esta escultura fue el profesor Manuel Gómez-Moreno, que visitó la ciudad textil en 1901, definiéndola junto al Ecce Homo como “obras barrocas, delicadas de factura, muy bellas, correctas y expresivas”. En ese momento las halló en la capilla del que era entonces hospital de Béjar, el exconvento de San Francisco, señalando que a su vez procedían del de la Anunciación, otro de los conventos de la ciudad desamortizados en el siglo XIX. El periplo de las tallas terminó al ser trasladadas definitivamente a la iglesia de San Juan, pues el historiador local don Juan Muñoz, en una publicación de 1963, las ubica en la capilla funeraria de los Muñoz de Aguilar en dicha iglesia. Sin argumentos sólidos, en su momento consideró que estas tallas habían salido de la mano del escultor Alejandro Carnicero.

27 de abril de 2009

Historia y arte de una iglesia desaparecida (1ª Parte)


Autores: Mª del Carmen Cascón MatasRoberto Domínguez Blanca
Oscar González Hoya
Publicado: Especial de Navidad del Semanario Béjar en Madrid, 2007
Autores: Robetto Domínguez Blanca, Óscar González Hoya, Carmen Cascón Matas.
Publicado: Béjar en Madrid, especial de navidad, 2007.

Introducción

El propósito de este trabajo consiste en aportar datos para un mejor conocimiento de la desaparecida iglesia de San Pedro, basándonos en tres fuentes principales: el “Libro de Reducción Parroquial”, el “Libro de Visitas de San Pedro” (fechado entre 1566 y 1568) y parte de la documentación suelta del archivo de Santa María.

La aparición de la parroquia vendría ligada al proceso de repoblación de Béjar, y más concretamente al momento de ampliación del recinto defensivo, caracterizado por emplear el núcleo parroquial como base del asentamiento de la población, formando barrios aislados dentro o fuera de la muralla, que con el tiempo se van densificando hasta que el núcleo de población forme una trama urbana homogénea.

Lienzo de muralla. Béjar.

Así Béjar contó entonces con un total de diez parroquias: Santa María y Santiago dentro del primer recinto amurallado; y El Salvador, San Gil, San Juan, Santo Domingo, San Andrés, San Nicolás, San Miguel y San Pedro ligadas a la ampliación o segundo recinto de la muralla. Algunas edificadas a extramuros (San Pedro, San Nicolás, San Miguel, San Andrés).

20 de abril de 2009

El ábside de Santa María de Béjar (2ª Parte)



Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Béjar en Madrid, enero de 2008. Nº 4.480



Por otro lado, Valdés Fernández clasifica el mudéjar castellano en tres modelos en función de las arquerías de los ábsides: el vallisoletano, el zamorano y el sahagunino. Nuestro ábside pertenecería al primer modelo, muy frecuente en las provincias de Valladolid, Segovia, Ávila y Salamanca, y que se define por la superposición de tres arquerías de proporciones diferentes y disposición constante, en simetría bilateral . Para Gómez Moreno la arquitectura mudéjar de la provincia de Salamanca tiene su origen en el foco de Alba de Tormes , difundiéndose por toda ella a medida que avanzaba el proceso de repoblación llevado a cabo por los monarcas Alfonso VI (Salamanca y Alba de Tormes), Alfonso VII (La Armuña), Fernando II (Ledesma y Ciudad Rodrigo) y Alfonso VIII (Béjar). También se situaría dentro de este foco albense la iglesia de Galisteo, localidad repoblada hacia 1217.

Detalle de los paños del ábside de Béjar


Centrándonos en el ábside de Santa María, llama la atención el desproporcionado zócalo de mampostería y su mal acoplamiento con el cuerpo de ladrillo. Esta base pétrea sirve tanto para alejar la humedad del frágil ladrillo, como para nivelar la construcción en solares irregulares. En aquellos sitios donde la climatología lo permite la obra de ladrillo arranca directamente del suelo.

13 de abril de 2009

El ábside de Santa María de Béjar (1ª Parte)


Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.479. Enero de 2008.



       Volvemos desde estas páginas a ocuparnos de nuevo de un monumento mudéjar, aunque esta vez bien conocido por los bejaranos. El ábside mudéjar de la iglesia de Santa María es obra fechable en el siglo XIII y, junto con los cuerpos bajos de la torre, la única estructura conservada de la primitiva iglesia de tiempos de la repoblación. Su gran nave es ampliación del siglo XVI, como sucederá en otras parroquias de Béjar.


Si reparamos en el aspecto externo del ábside, no hay duda que se trata de una de las construcciones más exóticas de nuestro centro histórico, tanto por el empleo masivo del ladrillo (en una ciudad levantada con el granito de su entorno), como por el marcado carácter decorativo que se imprime a sus paramentos (que contrasta vivamente con la austera arquitectura religiosa bejarana). Sin embargo, hoy en día este venerable testigo de nuestro pasado medieval, se muestra abandonado y cada vez más deteriorado ante los ojos perplejos de los turistas y la indiferencia de buena parte de los naturales.



Ábside y campanario de la iglesia de Santa María. Béjar.

En el área castellana el mudéjar se dejó influir claramente, primero por el románico y más tarde por el gótico. El ábside de Santa María es un ejemplo del primer tipo, en lo que algunos especialistas han dado en llamar románico mudéjar, románico de ladrillo o albañilería románica. La arquitectura mudéjar arraigará con fuerza en zonas meseteñas carentes de piedra o de buena piedra, pero con suelos arcillosos. De esta forma este estilo se desarrollará en comarcas como Tierra de Campos, Tierra de Pinares o en la Moraña abulense, con importantes centros de arquitectura mudéjar en Arévalo, Cuéllar, Alba de Tormes, Toro o Toledo.


2 de marzo de 2009

Dos obras de arte de Béjar y Candelario en las Edades del Hombre de Ponferrada

Autores: Roberto Domínguez Blanca
Carmen Cascón Matas
Óscar González Hoya
Publicado: Béjar en Madrid, 2008



           A principios de este año 2007 recibimos el encargo por parte del Obispado de Plasencia de la elaboración de un informe que catalogase los bienes artísticos muebles más sobresalientes, pertenecientes a las iglesias de los arciprestazgos de Béjar y Fuentes de Béjar. El resultado del mismo sería remitido a la Fundación de las Edades del Hombre, con el objeto de que la misma llevara a cabo una preselección de las piezas destinadas a la futura exposición de Ponferrada, cuya inauguración tendrá lugar previsiblemente en mayo del presente año. Dicho informe constaba de una veintena de piezas, de las cuales la Fundación preselecciono en un primer momento cuatro: el Cristo Yacente de la iglesia de Santiago de Béjar, la cruz procesional de Candelario, las estatuas de San Pedro y San Pablo del retablo mayor de la iglesia de Puerto de Béjar, y dos tablas de San Pedro y San Pablo procedentes del mismo templo. Finalmente se decidió que tan sólo las dos primeras formaran parte de las 130 piezas definitivas que integrarán dicha exposición. Es la primera vez que obras de arte pertenecientes a nuestra comarca son elegidas para ser expuestas en una de las ediciones de este reconocido evento. A su vez estas dos piezas participan representando a todo el Obispado de Plasencia. 

La pieza que la ciudad de Béjar aporta a la exposición es el Cristo Yacente que se puede admirar en la iglesia de Santiago, encajado en un arcosolio medieval del lado de la epístola de la nave. Se trata de una talla en piedra del siglo XVI, seguramente de su primera mitad, de autor desconocido.






11 de febrero de 2009

Los bustos de La Dolorosa y Ecce Homo de la iglesia de San Juan



Autores: Roberto Domínguez Blanca
Mª del Carmen Cascón Matas
Oscar González Hoya

Publicado: Béjar en Madrid nº 4493. 25 de Abril de 2008





Esta Semana Santa hemos podido contemplar ya restauradas las imágenes de La Dolorosa y el Ecce Homo de la Iglesia de San Juan Bautista. Ambas se han colocado actualmente en el arcosolio del lado sur de la nave. Nuestros lectores quizás tengan idea de qué piezas nos estamos refiriendo, sobre todo en el caso de La Dolorosa, que sigue ocupando el mismo lugar. Menos conocida es la excelente talla del Ecce Homo, pues esta estaba retirada del culto por su lamentable estado de conservación, como se puede ver en las fotografías.

24 de enero de 2009

Historia de la iglesia de El Salvador (2ª Parte)


Autores: Oscar González Hoya, Carmen Cascón Matas, Roberto Domínguez Blanca


Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.419.

Terminadas las obras del coro bajo y sus dependencias se acometen las del nuevo campanario que se empiezan a pagar a Pedro Hernández de Cogollos sobre 1628-29. Este presenta cuatro frentes de parejas de arcos de medio punto, enlazados por una sencilla imposta plana que sirve de base al arranque de los mismos. Sobre la cornisa y en sus vértices cargan cuatro bolas sobre peanas de escaso desarrollo. Hoy la torre muestra una cubierta baja a cuatro aguas con su bola y su cruz de remate, pero la documentación atestigua que, una vez concluido el campanario, se realizó un chapitel de madera y pizarra emplomada, acorde con las modas clasicistas derivadas de lo escurialense, cuya traza se encargó en Madrid (1630-31). Las obras duraron por lo menos hasta 1636, supervisadas por Hernández de Cogollos, cuya viuda seguía en 1639 cobrando pagos del trabajo de su marido.

Entre 1654 y 1655 se concerta la escritura para hacer la nueva sacristía con Domingo Álvarez. Se trata de una estancia de planta rectangular iluminada por dos vanos en arco trilobulado, cuyos lóbulos se alinean, siendo el central conopial. Se trata de un tipo de arco muy frecuente en la comarca de Béjar. Este diseño de vano y sus derivados son empleados como recercado de puertas y ventanas, tal y como puede verse en las iglesias de Sorihuela, Baños de Montemayor, Montemayor del Río o la iglesia de San Juan en Béjar. La cubierta de dicha sacristía se cierra con una cúpula oval.




19 de enero de 2009

Historia de la iglesia de El Salvador (1ª Parte)


*El texto y algunas de las fotografías del artículo siguiente vieron la luz primeramente en formato folleto, costeado por el Ayuntamiento de Béjar y Caja Duero. Se repartió preferentemente a turistas desde la Oficina de Turismo.
Posteriormente los autores decidimos publicarlo en el Béjar en Madrid, para que éste llegara a los bejaranos.

Autores: Roberto Domínguez Blanca
Mª del Carmen Cascón Matas
Oscar González Hoya

Publicado: Folleto turístico y Béjar en Madrid, nº 4418, 2006




La iglesia de El Salvador se localiza en la plaza mayor, uno de los rincones con mayor atractivo histórico-artístico de la ciudad de Béjar, que concentra los edificios representativos de los poderes religioso, nobiliario y civil, ocupando la zona noreste de ésta. Sobre las gradas de su portada principal se divisa: a nuestra izquierda la desembocadura de la calle mayor entre los soportales dieciochescos de la plaza, que continúan rodeando la iglesia por la parte septentrional de la misma; enfrente el edificio renacentista del Ayuntamiento, y a nuestra derecha el castillo-palacio de los duques, presidiendo el conjunto.




- La iglesia: su arquitectura.

El edificio presenta una planta de tres naves con una única capilla mayor, a los pies una tribuna con sotocoro, y la torre de planta cuadrada adosada al templo en su ángulo noroeste. En la costanera sur del ábside se ubica la sacristía de planta rectangular.

Sus orígenes se remontan a la repoblación llevada a cabo por Alfonso VIII de Castilla en los territorios al sur del Duero (siglo XIII), en el marco de la Reconquista, coincidiendo arquitectónicamente con el tardorrománico peninsular. De este momento se conservan el ábside, las dos portadas y los primeros cuerpos de la torre del originario templo románico.



3 de enero de 2009

La tribuna mudéjar de Valdefuentes de Sangusín



Autor: Roberto Domínguez Blanca.
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.443. 11 de mayo de 2007.

El llamado estilo Mudéjar es una de las aportaciones más genuinamente hispana a la historia del arte, puesto que por sus características no se da en ningún otro país que no sea España, con la salvedad del continente americano, al que se exportó con otros estilos artísticos contemporáneos de la metrópoli. El vocablo Mudéjar es un término étnico que deriva de la voz árabe Mudayyan que significa aquél a quien se ha permitido quedarse , aplicándose a los musulmanes que siguieron viviendo entre los cristianos en los territorios conquistados por éstos durante el proceso de la Reconquista. A las manifestaciones artísticas de esta población y a las derivadas de las mismas realizadas por la población cristiana también se las denomina mudéjares, desde que en 1859 don José Amador de los Ríos adoptara el término para la historia del arte español en su discurso de ingreso El estilo Mudéjar en arquitectura, pronunciado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando . Así, el estilo Mudéjar convivió y transcurrió paralelo al desarrollo de estilos artísticos cristianos como el Románico y el Gótico, produciéndose una contaminación recíproca de los segundos con el primero. El Mudéjar fue madurando y aceptándose como algo propio y genuino del arte español, que si bien sus formas van desapareciendo con la llegada de la Edad Moderna, conceptualmente muchos de sus principios subyacen aún en la creación de obras artísticas del Gótico final y del Plateresco.
Simplificando mucho, en arquitectura el Mudéjar se caracteriza por el empleo masivo del ladrillo (lo que no significa que toda arquitectura de ladrillo sea Mudéjar), pudiéndose combinar con otros materiales como la mampostería o el tapial. Los mudéjares fueron hábiles maestros en el arte de la yesería, en el de la cerámica vidriada (muy empleada para decorar el exterior de los edificios principalmente en Aragón), y sobre todo en el de la carpintería artística (techumbres, puertas, tribunas, etc.).

El Mudéjar en la comarca bejarana es menos escaso de lo que en un principio pudiera parecer. Bien es cierto que arquitectónicamente no es terreno propicio para la arquitectura de ladrillo al contar por doquier con buena piedra berroqueña, y así todavía contamos con el ábside de Santa María la Mayor de Béjar y algún elemento de la ermita de Horcajo de Montemayor. Al parecer también podría entrar en este inventario la desaparecida iglesia bejarana de San Pedro . Mucho más numeroso es el listado de obras artísticas en madera conservadas en la comarca de Béjar, habida cuenta de la, ahora sí, generosa disponibilidad de la materia prima. Contamos con techumbres mudéjares en las iglesias de La Cabeza de Béjar, Candelario, Valdelacasa, Fuentes de Béjar y Santibáñez de Béjar, y en la ermita de Horcajo de Montemayor, catalogadas y estudiadas por Belén García de Figuerola , a las que se deben de añadir las de las iglesias de El Tejado y Bercimuelle. A este grupo de carpintería artística habría de sumarse la tribuna del coro de la parroquia de Valdefuentes de Sangusín, en este caso, única en su género en toda la comarca.

12 de diciembre de 2008

Santa María de las Huertas


Autora: Mª Carmen Cascón Matas
Publicado:
Béjar en Madrid nº 4436, 23 de marzo de 2007
  



Es curioso el desconocimiento que tienen los bejaranos en la actualidad con respecto a esta imagen. Cierto es que ha estado durante mucho tiempo( 180 años mas o menos) arrinconada: primero en la vieja iglesia de Santiago antes de su restauración y desde los años 80 en el coro de la de Santa María la Mayor. Allí estaba hace unos meses cuando le tomé la fotografía que ven en primer lugar: vestida de trapos sucios y viejos, la corona ladeada y sin brillo, como un muñeco olvidado en un trastero. El transcurrir del tiempo nos había borrado de la memoria una de las vírgenes de más antigua veneración de Béjar, con una devoción de siglos anterior a la Virgen del Castañar. Pero narremos algunas pinceladas de su historia.


La imagen se encuentra en la iglesia de Santiago

La primera noticia documental que existe sobre una imagen con la advocación de “Santa María de las Huertas” aparece muy tempranamente en Béjar, en plena Reconquista. Es el segundo Obispo de Plasencia Don Domingo, natural según la tradición de nuestra ciudad, quien en el año 1229 firma el decreto por el cual se cede la ermita de Santa María de las Huertas al Cabildo Eclesiástico de Béjar. Esta institución mantenía por entonces un pleito de autonomía con el recién creado obispado de Plasencia, pues deseaba adquirir competencias judiciales independientes de cualquier institución eclesiástica externa. Los cabildos eclesiástico fueron frecuentes durante la Edad Media y asociaban a todos los clérigos de la villa (muchos en nuestra ciudad por la cantidad de parroquias, iglesias y ermitas), tras haber pasado un exhaustivo examen de limpieza de sangre (excluían a personas de dudosa ascendencia, judía o musulmana). Se dotaron de estatutos propios, en los que se legislaba sobre todos los aspectos de la vida eclesiástica y, lo que es más importante, de un abad o vicario propio, única persona que podía juzgarles, excluyendo en estas competencias al obispo de Plasencia.