Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
Antes
de la concepción del príncipe Fernando comenzó esta relación, cuando Felipe II, viudo
por tercera vez, comisionó a Francisco de Zúñiga y Sotomayor, IV duque de Béjar, y a sus tíos Gaspar de Zúñiga y
Avellaneda, arzobispo de Sevilla y cardenal de España, y Francisco de Zúñiga y
Avellaneda, IV conde de Miranda del Castañar y Grande de España, para recibir
en Santander a la que sería su cuarta esposa, Ana de Austria. La futura reina venía
acompañada por el Gran Duque de Alba Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel,
hijo del III marqués de Coria, García Álvarez de Toledo y Zúñiga (el
duque de Alba había representado al rey Felipe en los esponsales con Ana,
celebrados en el Castillo de Praga seis meses antes).
Retrato de Fernando,
Príncipe de Asturias, por Alonso Sánchez Coello
La
noble comitiva paseó a la nueva reina –que no hablaba español, como su
abuelo Carlos cuando llegó a España- por Burgos y Valladolid, hasta
llegar a Segovia, en cuya catedral se celebró la boda real el 12 de noviembre
de 1570, ceremonia oficiada por el tío del duque Francisco de Zúñiga y
Sotomayor, el cardenal-arzobispo Gaspar de Zúñiga y Avellaneda.
Retrato de Felipe
II, por Alonso Sánchez Coello (¿o por Sofonisba Anguisciola?)
El 4
de diciembre de 1571 nació el príncipe Fernando, primogénito de Felipe y Ana,
bautizado días después. Sobre este acontecimiento escribió Juan de Torres la Relación del nacimiento y cristianísimo
(bautismo?) del serenísimo
príncipe don Fernando, hijo del católico rey de España don Felipe, en
la que de esta manera detalla la participación en el mismo del IV duque de
Béjar:
-Tras dellos el excelente –don Francisco
(a)parecía, –Zúñiga y Sotomayor –es su
renombre y estima. -Duque de la antigua Béjar –y conde que se decía –de la
fuerte Benalcázar, -el cual vestido venía –de una ropa de brocado –riquísimo a
maravilla, –aforrado en unas martas –tales que precio no había; –sembrada lleva
por ella –rutilante pedrería, -el jubón y calzas blancas –pensad qué tales
serían. –Al serenísimo príncipe –en los sus brazos traía, -cubierto de un paño
verde –cual para tal convenía, -bordado de oro y de plata –que la seda no se
veía, -escarchado y canutillo –y muy rica aljofería.
Retrato de Ana
de Austria, por Alonso Sánchez Coello
El
príncipe Fernando falleció en Madrid el 18 de octubre de 1578 a la edad de seis
años, y el duque Francisco en Ávila, el 20 de septiembre de 1591, a los sesenta
y ocho. No se ha encontrado aún retratos del duque.
Todo un honor el del IV duque de Béjar.
ResponderEliminarSaludos.
Que descripción más pormenorizada de los ropajes que vestía el duque de Béjar en el bautismo del príncipe Fernando.
ResponderEliminarSaludos Carmen
Siguiendo el comentario de Ambar, en relación con los ropajes del duque, comentar que siempre me ha gustado la terminología relacionada con la vestimenta de los siglos XVI y XVII: jubón, calzas, borceguíes, chambergos, tabardos... Ir a la moda a veces era sumamente costoso, dado el carácter artesanal que tenía entonces la confección de ropa.
ResponderEliminarUn saludo.
Los nombres de las prendas...me costaría mucho combinar el jubón, con el chambergo...
ResponderEliminarEn todo caso, impresiona que fue muy regiamente vestido el duque.
Besos Carmen
Corta vida tuvo el principe de Asturias. Penoso tenía que ser moverse con esos ropajes que llevaban tan pesados.
ResponderEliminarUn beso.
En muy alta estima debió tener el rey Felipe II a esta familia para darles tan importantes misiones y que tan en lo personal le afectaban.
ResponderEliminarUn abrazo,
Y muchos ducados que les costaron mantener tal prestigio, tantos que se endeudaron hasta las cejas porque el asunto no era barato precisamente.
EliminarAbrazos, Miguel
A los comentarios anteriores habría que agregar que las costosas y elegantes vestimentas eran muy vulnerables y había que adquirir nuevas apenas sufrían algún desperfecto. Era el caso de los borceguíes, por ejemplo, que reemplazando más adelante el término borceguinero por zapatero dio origen al dicho: "Van a misa los zapateros..." cuya continuación es conocida para no repetirla aquí. Desde Chile con afecto por Béjar, JZR.
ResponderEliminarLos nombres de las prendas...me costaría mucho combinar el jubón, con el chambergo...
ResponderEliminarEn todo caso, impresiona que fue muy regiamente vestido el duque.
Besos Carmen
A veces una corta gacetilla ilustra sobre un personaje mejor que toda una crónica.
ResponderEliminarAquí, gracias a Juan de Torres, no sólo vemos la estima que tenía Felipe II por el duque de Béjar al encomendarle tal gestión, si no que nos hace un retrato velazqueño de la gala de sus ropas.
Cualquier día nos vienes con un escrito de los retratos encontrados del duque Francisco Avila.
ResponderEliminarUn abrazo.
Leyéndote, Carmen, he aprendido muchas cosas y algo de historia. De todo ello se deduce que hubo un pasado más glorioso que el actual para tu ciudad y su gente, alguna de su gente. Destaco la pasión que muestras por la historia de tu ciudad y el rescate de tantos personajes.
ResponderEliminarBesos.
Al leerte, han venido recuerdos a mi memoria, cuando he visto el retrato de Felipe II, sentí que aún tenía entre mis manos aquél libro de Historia que me costaba tanto trabajo retener.
ResponderEliminarCariños y buena semana.
kasioles
Interesante esta entrada Carmen, la historia de nuestros reyes y demás personajes de la corte siempre es bueno saberla,en el caso del nombre de las prendas de vestir toda una aventura el vestirse esta gente con tanto ropaje.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Pues Juan de Torres vino a ser más o menos el periodista de "Hola" de la época, y a falta de fotos, buenas son descripciones, y rimando, para más dificultad.
ResponderEliminarFeliz día
Bisous
Muy aguda, madame, y seguro que con parecido éxito aunque a nivel cortesano.
EliminarUn beso
Interesante articulo seguro que en algún lugar encontrareis un retrato del duque. Un abrazo.
ResponderEliminarSeguro que tan alto honor del duque se debía a su posición dentro del escalafón de la nobleza de la época.
ResponderEliminarLos detalles de la vestimenta son muy minuciosos.
Saludos.
Muy buena referencia histórica Carmen. Me parecen curiosos los nombres de las ropas del Rey. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
ResponderEliminarToda la familia de los Zúñiga aparece en todos los acontecimientos importantes. Poco vivió el príncipe de Asturias. Ana de Austria, ¿no era sobrina del rey Felipe II?
ResponderEliminarUn saludo.
Pues sí, Valverde, era sobrina. De hecho tres de los cuatro matrimonios del monarca se produjeron dentro de la familia: una prima hermana (Mª Manuela de Portugal), una prima de su padre (María Tudor) y una sobrina (Ana de Austria). Nada tenían que ver Isabel de Valois, su tercera esposa, y Felipe II. En general, y para abreviar, como bien sabrás, las políticas matrimoniales eran asunto de estado y como tales venían a responder a intereses dinásticos (fortalecer el linaje) o establecer paces duraderas, por ejemplo.
EliminarUn saludo
Pues habrá que buscar, porque resulta raro que no haya retrato del duque tras tan larga vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
La verdad es que los cuadros que muchas veces hemos visto cobran otro sentido leyendo las palabras que dejas en tu blog.
Leerte es un placer.
Un abrazo
· LMA · & · CR ·