Amigos de Béjar y sus historias

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1/31/2011

El Arroyo del Bejarano en Córdoba y su misteriosa relación con Béjar




La entrada anterior titulada “Molinos hidráulicos, batanes y fábricas textiles de Béjar” dijimos que era un resumen del discurso realizado por Javier R. Sánchez Martín en una conferencia que formaba parte de las IV Jornadas Técnicas sobre el Arroyo del Bejarano en Córdoba de este mismo año.

¿Arroyo Bejarano? ¿Córdoba? Pues sí, cierto. Yo fui la primera sorprendida al enterarme de que en Andalucía existía un paraje y un río con este nombre, así que acudí a google como haría toda persona curiosa. En Cordobapedia encontré lo siguiente:



1/25/2011

Molinos hidráulicos, batanes y fábricas textiles en Béjar

Autor: Javier R. Sánchez Martín

*Resumen de la conferencia pronunciada en las IV Jornadas Técnicas sobre el Arroyo del Bejarano en Córdoba de este mismo año. El texto ha sido extraído con permiso de su autor del blog Bejaraniensis

La historia de Béjar, pequeña ciudad castellana situada al sur de la provincia de Salamanca, ha estado siempre ligada a la industria textil lanera. Para bien y para mal, pues cuando la industria textil pasó por épocas de prosperidad los bejaranos prosperaron con ella, y cuando el textil arrostró una de sus cíclicas crisis la ciudad pasó momentos de penuria.

Se trata de uno de los casos más importantes de especialización productiva de Castilla que, con todos sus avatares, ha sobrevivido al paso de los siglos e incluso a la desaparición de casi toda la industria textil castellana. Esta supervivencia es aún más loable si se tiene en cuenta que se trata sólo de una pequeña ciudad, casi aislada en lo que se refiere a la actividad textil, y muy alejada de las áreas textiles españolas de referencia, la catalana y la valenciana.

El río que pasa por Béjar es el Cuerpo de Hombre, que ha sido clave en el desarrollo industrial de la ciudad. Este río nace en la Sierra de Béjar, a 2280 metros de altura y desemboca en el río Alagón a 420 m. de altura. Es decir, en poco más de 40 km de recorrido sinuoso salva un grandísimo desnivel, de casi 2.000 m., lo que hace que haya sido utilizado siempre para transformar la energía hidráulica en energía mecánica y, más adelante, en energía eléctrica.



1/16/2011

Pasado y presente de la fiesta de San Antón

Autor: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.584, 22/01/2010.

La festividad de San Antonio Abad o San Antón se enraíza en la historia de Béjar de tal modo que la celebramos año tras año sin saber muy bien de dónde procede. Es tradicional que después de la misa en la iglesia de Santa María se procesione al santo en carro hasta las murallas y, una vez allí, su párroco bendiga a los animales llevados por los congregados para posteriormente degustar la mantelada y el chorizo típicos de ese día. Hasta ahí podemos leer. Que no nos pregunten de dónde viene tal celebración, ni por qué se hace en Béjar. La tradición se halla inmersa en las neblinas del tiempo, perdida en los avatares de los siglos y retomada hacia los años 70 gracias a la iniciativa de Ruperto Fraile Álvarez. Ahora la fiesta popular se mantiene impulsada por el Ayuntamiento, la parroquia de Santa María y la Asociación de Vecinos del barrio de la Antigua.

Apuntemos simplemente que en esta fiesta perviven símbolos de otras épocas, momentos en que los hombres vivían atados a la tierra, obsesionados de si llovía o no para que las cosechas les bastaran si quiera para comer al día siguiente. La pobreza campaba por doquier y no eran muchos los que podían presumir de poseer un terruño propio. Hombres, mujeres y niños malvivían en pequeñas casuchas de adobe y madera al calor de bueyes, burros, ovejas, vacas y cerdos.
 

Bendición de los animales en las murallas

 

1/12/2011

Béjar y la Exposición Universal de Barcelona de 1888



Autora: Mª Carmen Cascón Matas
Publicado:  Béjar en Madrid, nº 4.510, 23/07/2010.


      La Exposición Universal de Barcelona de 1888 se inauguró el 9 de abril y se clausuró el 9 de diciembre de ese mismo año. En plena industrialización toda ciudad que se considerase moderna y avanzada organizaba una exposición universal para mostrar al mundo lo más representativo de su producción industrial, artesanal y artística. A Barcelona, la cabeza de la industria española, sólo le faltaba un empujón para darse a conocer en el extranjero.

Durante todo el siglo XIX, la ciudad catalana había vivido huelgas, guerras y revoluciones. Los movimientos obreros estaban en plena efervescencia y el anarquismo sembraba el terror mediante bombas y atentados de toda clase. Sin embargo, Barcelona progresaba en todos los campos, sobre todo en el comercial e industrial. Los políticos y la burguesía en general se mostraban con fuerzas para mostrar al mundo las excelencias de su ciudad, intentando despegar del centralismo madrileño, con el que mantenían una pugna secular de carácter económico, lingüístico y político.

Foto de la Exposición de Barcelona de 1888
Extraída de la página Fotos de Barcelona


1/06/2011

Historia arquitectónica y artística del Santuario de Nuestra Señora del Castañar (3ª Parte)


Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.622. 15/10/2010.

Lo último que quedaba por hacer arquitectónicamente en todo el templo era la tribuna del coro de la iglesia, levantándose entre 1746 y 1748. Se resolvió en arco carpanel por el maestro cantero gallego Francisco Sino [1], quien cubrió el sotocoro con una bóveda de lunetos y cobró por su trabajo 2.400 reales. La barandilla del coro, que aún se conserva, fue encargada al cerrajero bejarano Francisco Javier Hernández por 1.347 reales y 26 maravedíes [2]. Años más tarde, entre 1761 y 1764, a Francisco Sino se le encomendará la creación de la nueva sacristía [3]. Este mismo artífice terminaría en 1764 la bóveda del sotocoro y la portada de acceso al órgano de la iglesia de Navacarros [4]. Consta que también trabajó en las iglesias de La Hoya, Puente del Congosto y de El Salvador de Béjar, así como en la Cárcel Real de la villa.

Con la iglesia y el camarín concluidos en lo arquitectónico, los esfuerzos de la cofradía se centran ahora en equipar y adornar convenientemente ambos espacios. Muchas de las obras que se están acometiendo se pudieron llevar a cabo gracias a que se desviaron para su provecho las rentas de las ermitas de Santa Ana, San Lázaro y la Magdalena, hasta que el obispo de Plasencia ordena en 1751 finalizar esta contribución[5].

Retablo mayor del Santuario, obra de Lucas Badarán y Ortega