Amigos de Béjar y sus historias

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2/28/2025

Pueblos sin gente / 2 (1ª parte). La Redondilla cerca de La Garganta (ca. 1446-1900)

Autor: José Muñoz Domínguez

En el caso de la Redondilla, o simplemente Redondilla, no hay ninguna duda sobre su localización, recordada y transmitida durante generaciones por los habitantes de la Garganta con refrendo de algunos restos materiales conservados. De acuerdo con ese legado generacional, y también con las noticias aportadas por investigadores locales, el despoblado se encontraría un par de kilómetros al norte de la Garganta (en realidad, poco más de un kilómetro por cualquiera de los caminos de acceso), en un altozano orientado hacia Extremadura y atravesado o circundado en su origen por dos vías de comunicación de relativa importancia, hoy incluidas en rutas de senderismo bajo el nombre impropio de San Antón (figs. 1 a 3 y nota 1). 

 Localización del antiguo despoblado de la Redondilla cerca de La Garganta, con círculo en color para los restos visibles todavía; en tono rojizo superpongo el área del despoblado que se cartografió en 1900 (elaboración propia sobre imagen satelital de Google Maps, 2024).

 

Izquierda: restos de mampostería del despoblado y vistas hacia el valle del río Ambroz (foto de Explogabi, 2023, publicada en Wikiloc; link en nota 1). Derecha: señalización de la llamada Ruta de senderismo de San Antón (foto de Nacho-izma, 2024, publicada en Wikiloc; link en nota 1).
 

A pesar de ello, poco se ha investigado sobre este lugar, apenas lo recogido hace décadas por Pedro Majada Neila en su Cancionero de la Garganta (2) y la breve reflexión antropológica de José María Domínguez Moreno (3), utilizada años después por José Manuel López Caballero (4), un panorama desalentador y trufado de leyendas sobre el que trataremos de aportar alguna luz a partir de la documentación de archivo y la cartografía que hemos conseguido recopilar.

 

2/21/2025

El sobrino del duque de Béjar que se hizo cargo de los funerales de Hernán Cortés

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

          Por no existir retratos suyos, se suele confundir a Juan Alonso Pérez de Guzmán y Zúñiga, VI duque de Medina-Sidonia y referente de esta nota, con su nieto y sucesor cuasi homónimo Alonso Pérez de Guzmán y Zúñiga, de quien sí existe un retrato que está en el palacio de Medina-Sidonia de Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, realizado tres años antes de la muerte del duque por el florentino Francesco Giannetti, pintor de cámara de la Casa de Medina-Sidonia. Curiosamente, hay también un grado de homonimia entre los nombres de las madres de ambos nobles, siendo la del primero Leonor de Zúñiga y Guzmán, hermana de Álvaro de Zúñiga, I duque de Béjar, y la del segundo Leonor de Zúñiga y Sotomayor, hija de doña Teresa de Zúñiga, III duquesa de Béjar, y de su esposo Alonso Francisco de Sotomayor, V conde de Belalcázar.
 

El retrato que lleva a la confusión entre abuelo y nieto (este es el nieto) y que no pinta en este artículo

        Dicen que mientras enterraban a Cortés, su hijo Martín Cortés y Zúñiga murmuraba por lo bajo: ¡Hipócritas, dónde estaban cuando mi padre necesitaba de ustedes! al estrechar la mano que le tendían los nobles que se acercaron a expresarle sus condolencias. El hijo del conquistador de Nueva España y de su segunda esposa doña Juana de Zúñiga, sobrina del II duque de Béjar, manifestaba así su desprecio por quienes nunca visitaron a su padre en la reclusión de sus últimos años en el villorrio sevillano de Castilleja de la Cuesta.   

2/14/2025

Pueblos sin gente / 1 (adenda). Casas del Fraile, cerca de Navacarros (ca. 1528-1946)

Autor: José Muñoz Domínguez

     Toda investigación científica está sujeta al progreso en el conocimiento, abierta a nuevas aportaciones que confirmen, completen o refuten las hipótesis, y eso supone actualizar lo ya publicado cuando se conocen nuevos datos, máxime si el principal propósito del trabajo es tratar de que aflore el conocimiento disperso sobre lugares preteridos, recuperando su lugar en la historia comarcana para el público del siglo XXI. Con la tercera y última parte de la primera entrega, dedicada al despoblado de Casas del Fraile, creí haber cerrado capítulo para poder estudiar un nuevo asentamiento, el de la Redondilla, pero el conocimiento me persigue tenaz (con la inestimable complicidad de Ángel María Ridruejo y Miguel García) y, por fortuna, no queda otra que mostrarlo aquí y ahora en forma de adenda. Estas son las novedades. 

 

Fig. 1. Folio 1r del padrón de 1631, con las anotaciones de los vecinos de Navacarros, «Casa fraile» (parte media de la columna derecha) y Palomares.


1. UN PADRÓN DE 1631 

          Además de los censos y vecindarios ya reseñados, contamos con un padrón local del siglo XVII (1). Quizá esté relacionado con la toma de datos para el vecindario de 1646, pues ambos documentos resultarían coherentes si las cifras del vecindario se refieren únicamente a Navacarros, donde se anotaban 50 vecinos (200 habitantes). El padrón, que en realidad es un borrador o toma de notas en sucio, incluye los lugares de Navacarros y sus anejos, así como los colindantes de Vallejera y la Hoya. En lo que aquí nos interesa, se contabilizan 71 vecinos para Navacarros, 14 para los Palomares y 8 para «Casa fraile», equivalentes a 284, 56 y 32 habitantes, respectivamente. La mala caligrafía del amanuense dificulta mucho la identificación que se hace de cada casa familiar (desarrollando las abreviaturas, vagamente se lee «La de Francisco García de ...», «La de don José Díaz ...», etc.), así que un buen paleógrafo tendrá la excusa perfecta para entretenerse dejando la vista en la fig. 1: si da con el nombre de los ocho cabezas de familia, que comparta su transcripción, por favor.

2/07/2025

Pueblos sin gente / 1 (3ª parte). Casas del Fraile cerca de Navacarros (ca. 1528-1946)

Autor: José Muñoz Domínguez

4. Decadencia durante el siglo XIX

         La documentación de los siglos XIX y XX ofrece particular interés en los aspectos gráficos, pero muestra ya la decadencia de Casas del Fraile, su inevitable condición de despoblado y la consiguiente desaparición después de siglos de asentamiento humano. 

 
          Pasado el paréntesis de la Guerra de Independencia, la nueva centuria se estrenaba con las novedades administrativas de 1833, aquella forzada reforma promovida por Javier de Burgos a costa de las demarcaciones históricas de antecedentes medievales. En el documento que oficializaba el despiece, de 1834, se registra Casas del Fraile dentro del nuevo partido judicial de Béjar, sin más información (1). 

 1. Mapa nº 1 del Itinerario de Béjar a Ávila, por Otero García y Blake Orbaneja, 1852 (debajo, esquema de posición entre las localidades más cercanas).


        Mayor interés reviste la descripción del lugar que se recoge en el Diccionario Geográfico de Pascual Madoz, de 1847 para esta localidad, con entrada propia al margen de la cabecera del concejo, y que transcribo aquí desarrollando todas las abreviaturas: 

1/31/2025

Pueblos sin gente / I (2ª parte). Casas del Fraile cerca de Navacarros

Autor: José Muñoz Domínguez

 

 3. La recuperación  demográfica en el siglo XVIII.

         Las referencias dieciochescas son más abundantes y concretas que en los siglos anteriores. De 1711 y gracias a un documento de propiedad, conocemos el nombre de otros cuatro vecinos de Casas del Fraile: Toribio López, poseedor de una vivienda en ese lugar, pidió un certificado de tasación en el que el escribano incluyó los nombres del tasador, Pedro Matías, y de los propietarios de las dos casas colindantes, Juan Recio y Pedro Moreno, todos ellos vecinos casafraileños; la vivienda se tasaba en 450 reales y su probable disposición entre medianerías sugiere una agrupación urbana compacta y no dispersa, salvo que los linderos no se refieran a los edificios, sino a conjuntos de construcciones y corrales (14). 

 El marqués de Campoflorido

        Por entonces, según el Vecindario General de España de 1712, o Censo de población del marqués de Campoflorido, vivían en Navacarros 49,5 vecinos (recordemos que cada viuda computaba y tributaba como medio vecino), en torno a 198 habitantes repartidos entre los cuatro núcleos de población de aquel concejo, que en estos primeros decenios se mantenía en cifras de población parecidas a las del siglo XVII (15). Unos años después, de nuevo se registra Casas del Fraile junto a los Palomares como anejo de Navacarros en las inspecciones o juicios de residencia realizados por Joaquín Morante de la Madrid, corregidor de Béjar, entre 1737 y 1739 (16).