Mostrando entradas con la etiqueta Revolución de 1868. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Revolución de 1868. Mostrar todas las entradas

4 de febrero de 2019

Historia de la muerte y entierro del curiel Vicentillo, muerto el 28 de septiembre de 1868 (3ª Parte y final)

Autor: José Francisco Fabián García
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018, pp. 16-21.


         Alguien, vigilando su llegada en la entrada del pueblo, les vio, aún desde lejos, por el Arenal y fue a avisar. ¡Qué ya llegan! ¡Que ya le traen! Cruzando el pueblo, la gente, que estaba pendiente de ello, salía a las puertas y se santiguaban. Aquella madre que esperaba salió a buscarlo enloquecida. ¡Ay mi hijo, que me lo han matado con solo dieciocho años!¡Bandidos, canallas, no tenéis perdón!, decía abrazándose al ataúd atado a una de las caballerías. Un grupo de gente presenciaba la escena desde la puerta de la casa. Los hijos contuvieron a la madre en su desesperación y el padre, sin decir una palabra, llevó al animal cargado con el ataúd a la puerta de la casa. Varios hombres que esperaban se prestaron a ayudarle para desamarrar la caja. Encima de la mesa de la cocina la colocaron. Nadie pudo convencer a la madre de que no fuera ella la que lavara el cadáver de su hijo. Tenía que ser ella, que lo había parido y criado. Sacaron el cuerpo frio del ataúd. Allí estaba Vicentillo, el pobre Vicentillo, muerto para siempre, yerto, sin afeitar, con la sonrisa habitual perdida en la cara profundamente pálida, manchada de la sangre caída por la frente a través del pelo, donde, seca, se hacía pegotes. Estaba vestido con su chaquetilla y lo que fue una camisa blanca, ahora casi solo una única mancha oscura de sangre seca. No había consuelo para aquella madre abrazada al hijo muerto hasta que llegó el marido y la tomó del brazo. Vamos mujer, ya no hay remedio. Lávale pa que le velemos.



       Entre la madre, una hermana y otras mujeres de la familia, le desnudaron de medio cuerpo. Estaba reventado. Aquella herida abierta en el cuerpo de un joven tan joven estremecía contemplarla. ¿Por qué te tuviste que ir si sabías el peligro que había? ¿por qué te dejamos? ¡Ay, Dios mío, ¡Ay mi Vicentillo!, exclamaba desesperada sin consuelo. 

28 de enero de 2019

Historia de la muerte y entierro del curiel Vicentillo, muerto el 28 de septiembre de 1868 (2ª Parte)


 Autor: José Francisco Fabián García
 Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018, pp. 16-21.

     En el hospital de sangre de la antigua iglesia de San Gil se agolpaba la gente. A la vez que unos salían, otros entraban. A la puerta, algunos hablaban en torno a una hoguera cuyas llamas iluminaban sus caras mostrando gestos graves que hacían entender mejor la situación. A la luz de los faroles se vio a alguno salir con vendajes apoyándose en los hombros de otros. Dentro ya de lo que fue en tiempos la nave de la iglesia, todo era un ir y venir de personas, orientados por la luz de faroles, velas, cirios y alguna antorcha, iluminando jergones en el suelo y en los que yacían heridos con vendajes en el cuerpo y en la cabeza, rodeados de familiares, sobre todo mujeres, de las que algunas eran monjas. Un murmullo grande se oía desde todas partes; a veces eran lamentos y, también, las voces de quienes se esforzaban por organizar aquella vorágine. 

 Foto antigua de San Gil cuando había dejado de ser hospital y funcionaba como Ayuntamiento de Béjar

21 de enero de 2019

Historia de la muerte y entierro del curiel Vicentillo, muerto el 28 de septiembre de 1868 (1ª Parte)

Autor: José Francisco Fabián García
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018, pp. 16-21.

          Un hombre llegó al atardecer, descompuesto y alterado, a la plaza de Valdesangil procedente de Béjar, de donde, a pesar de la distancia, se habían oído explosiones y tiroteos sobrecogedores, corroborados por el testimonio directo de algunas mujeres con niños que habían llegado atemorizadas huyendo de la situación. El recién llegado vestía una chaqueta corta de tela gruesa, dejándose ver debajo de ella una camisa blanca con desgarros, sucia y manchada de sangre, sangre que, según aclaró, no era suya, porque no estaba herido. Como si le estuvieran esperando y, sobre todo, viéndole la cara de circunstancias, la gente fue arremolinándose en torno a él. Era joven, hablaba con dificultad haciendo grandes esfuerzos para ello, porque parecía haber perdido parte de la voz con la excitación. Después de oír lo primero que tenía que decir, algunos se retiraban de la primera fila con el gesto perturbado diciendo a los que llegaban: ¡Vicentillo, que han matado a Vicentillo!, a lo que los que recibían la noticia se llevaban las manos a la cabeza espantados. Mala era la noticia de la muerte de un paisano tan joven, pero aún peor era la incertidumbre en los corazones de los que recibían la noticia por lo que, según decía aquel hombre, estaba pasando en Béjar: por los muertos que había y por el enfrentamiento tan cruel que se había dado y que tal vez continuara en los próximos días. Contaba que las tropas militares habían cargado en La Corredera y en la Puerta de la Villa a tiros y cañonazos contra la gente y que habían saqueado casas persiguiendo a los que se les enfrentaban y hasta habían violentado a mujeres. Según decía, los militares no habían distinguido entre luchadores, mujeres, niños y ancianos; se había peleado en La Corredera y en la Puerta de la Villa y entre unos y otros había muchos muertos y heridos, uno de los cuales era el pobre Vicentillo. Él le había visto cuando le llevaban al hospital instalado en la iglesia de San Gil; tenía mucha sangre en el cuerpo, iba ya muerto, podía asegurarlo. Había muerto en la Puerta de la Villa. 

 Iglesia de Valdesangil
Foto sacada de aquí

         En esto apareció corriendo una mujer menuda, mayor, rondando los sesenta o más, toda vestida de negro, menos un mandil a rayas sobre el manteo y un pañuelo negro cubriéndole la cabeza. Al verla llegar gritando, sabiendo quién era, se le hizo un pasillo que la condujo al recién llegado. Al oír lo que este le decía, dirigido ahora solo a ella, se llevaba las manos a la cabeza y otras veces se golpeaba en el pecho con desesperación, a la vez que la sujetaban algunas otras mujeres de las que se congregaban en torno a ella. 

29 de octubre de 2018

Bejaranas en los sucesos revolucionarios de 1868 (2ª Parte y final)

Autor: Ignacio Coll Tellechea
Publicado: Revista de Fiestas y Ferias de Béjar, 2018.

      ¿Por qué no tenemos noticia de la presencia de mujeres bejaranas en las huelgas y mítines que se multiplicaron durante la Primera República?” ¿Y en Béjar? 

     Poco sabemos de la actividad femenina durante el Sexenio Revolucionario. Quizás, y esto es una hipótesis, las bejaranas centraban sus esfuerzos en las actividades fabriles que ocupaban a muchas de ellas, de manera que la familia y el textil no dejaban tiempo para emprender otro tipo de iniciativas de carácter intelectual. Pero dando esto como posible ¿Por qué no tenemos noticia de su presencia en las huelgas y mítines que se multiplicaron durante los meses de la Primera República, como sí ocurrió con las obreras textiles de Valladolid, Valencia, Sevilla y Málaga? 



22 de octubre de 2018

Bejaranas en los sucesos revolucionarios de 1868 (1ª Parte)

Autor: Ignacio Coll Tellechea
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018 y emn el blog de su autor CollCenter


A Belén, y al resto de mujeres valientes que lo fueron 

         Hace ahora dos años, en el lugar exacto donde se levantaba la Puerta de Ávila, junto a las lápidas de mármol que recuerdan a la Junta Revolucionaria y a los mártires de la libertad, Ana Sánchez White se preguntó en voz alta: “¿Dónde están las mujeres?”. Quienes la escuchábamos repasamos los más de 40 nombres de los protagonistas de los sucesos revolucionarios de Béjar grabados en las dos placas. Todos varones. Y el silencio fue la única la respuesta. La duda de la periodista, invitada a hablar en el acto que cada año celebra la Agrupación Socialista para recordar el 28 de septiembre, abrió la puerta a la reflexión pública sobre el papel de las bejaranas en los sucesos revolucionarios que se conmemoran en esa fecha, y de las que, hasta ahora, no hemos tenido apenas rastro. ¿Dónde están las mujeres en la narración de lo que ocurrió en Béjar en aquella jornada revolucionaria? ¿Qué papel jugaron? E incluso la primera de las preguntas y más básica ¿Quiénes eran? ¿Conocemos siquiera sus identidades? 

 Sucesos de París de 1848

       El incompleto relato de lo ocurrido en la ciudad en las últimas semanas del verano de 1868 prescinde de cualquier mención en femenino. Ni Béjar al vapor de los sucesos revolucionarios de 1868, la crónica en caliente de Juan Muñoz de la Peña, ni las reseñas en prensa que se publicaron al triunfar la revolución aportan mención alguna a las mujeres de la ciudad. Y la historiografía más reciente apenas ha aportado un par de nombres

8 de octubre de 2018

La Revolución Gloriosa de 1868 en Béjar y la participación popular

*Reproducimos el discurso que este año ha pronunciado el ex alcalde de Béjar, Cipriano González, con motivo del homenaje que anualmente realiza la Agrupación Socialista Bejarana el 28 de septiembre. Esta ocasión era especial, al cumplirse, como sabemos, los 150 años de La GloriosaEn este blog ya hemos compartido con vosotros varios de estos discursos: José Antonio Sánchez Paso, Antonio Avilés Amat, Ignacio Coll Tellechea, Antonio Gutiérrez Turrión, Carmen Cascón Matas y éste que hoy colgamos.

Desde la Agrupación Socialista Bejarana llevamos mucho tiempo homenajeando a aquellos compatriotas que hace 150 años se organizaron, lucharon, algunos murieron, pero juntos lograron un hito en nuestra historia. La gesta no fue baladí: el 28 de septiembre de 1868 lograron vencer al ejército de Isabel II defendiendo lo que ellos consideraron que era un ideal en sus vidas: la libertad. 

 Tumba colectiva de los mártires. 
Foto: Raúl Hernández


Es verdad que como Antonio Gutiérrez Turrión dijo en este mismo lugar, no es posible trasladar aquellos ideales a la actualidad utilizando las palabras que ellos usaron, hoy, 150 años después, están muchas de ellas ciertamente devaluadas por el abuso que de las mismas se está haciendo

1 de octubre de 2018

Premios y cambios en una ciudad todavía inmersa en La Gloriosa


Autor: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.805 (20/07/2018), p. 6.


            Poco menos de dos meses tardó el gobierno provisional resultante de la revolución de 1868 en premiar a los ciudadanos de Béjar por su apoyo en el alzamiento del 28 de septiembre[1]. El caso bejarano fue uno de los escasos ejemplos de levantamiento civil del territorio nacional junto con Alcoy, Santoña, Alicante, Zaragoza, La Coruña, El Ferrol y Cartagena, y además con un ensañamiento por parte de las tropas isabelinas sobre la población cuyo eco trascendió incluso a la prensa internacional[2]. Los caídos en las jornadas septembrinas provocaron indignación en Madrid y fueron muchas las voces que se alzaron ante tamaña violencia. 




            Una vez destronada Isabel II, los revolucionarios tomaron el poder repartiéndose las carteras entre los partidos políticos unidos en el Pacto de Ostende: Unión Liberal, Progresistas, Demócratas y Republicanos. Una de sus misiones más inmediatas consistía en desactivar con el máximo tacto posible a las juntas revolucionarias y encaminar al país hacia la senda democrática, a la vez que premiar a los nuevos adalides del sistema. Entre ellos los bejaranos y sus mártires, aquellos que dieron la vida por una causa que distaba mucho de triunfar en aquellos días iniciales de septiembre. 

24 de septiembre de 2018

Recordando, tras ciento cincuenta años, la revolución de 1868 en Béjar (3ª Parte y final)

Autor: Antonio Avilés Amat
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas 2018.


        Lo que sí sabemos con absoluta certeza es que el contingente del ejército profesional de la reina Isabel II (que exhibe una impecable artillería cuyos disparos, desde temprano, sobrevuelan la población textil), enviado para amedrentar, con tropas a caballo y de infantería, a la bisoña milicia local y, tal vez, con la consigna de no emplearse a fondo sobre ella, es rechazado por esta cada vez que intenta penetrar al interior de la ciudad.  Por la puerta de San Nicolás o por Campopardo, cuando lo pretende. O por la de la Villa o de Ávila, en múltiples y renovadas ocasiones. Y por supuesto, todas infructíferas. 

Batalla del Puente Alcolea


       Es posible que los que contendían en Béjar, especialmente las unidades del brigadier Nanetti, estuviesen muy pendientes del resultado de la batalla de Alcolea en la que se enfrentaban, al mismo tiempo que en nuestra ciudad, los sublevados de Cádiz con las tropas del ejército gubernamental. Horas antes que finalice el asedio local, el combate junto al Guadalquivir se decide con el triunfo de los revolucionarios y su posterior marcha hacia la capital del país donde se impone el triunfo de la revolución

16 de septiembre de 2018

Recordando, tras ciento cincuenta años, la revolución de 1868 en Béjar (2ª Parte)

Autor: Antonio Avilés Amat.
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar 2018.


     Establecido lo que antecede, es conveniente introducir una pausa en el relato para poner al lector al corriente de los antecedentes de cuanto aquí se narra que no son demasiado remotos en el tiempo. Antecedentes que tienen en la reina Isabel II su centro de atención y en los diversos gobiernos conservadores y poco ejemplares que se suceden en el país durante su reinado las causas del deterioro político, económico y social del momento. Los pronunciamientos y el ruido de sables anteriores al hecho revolucionario gaditano se habían ido produciendo sin demasiado éxito para los progresistas excluidos sistemáticamente del poder. 

Juan Cambón. Pose de algunos sublevados con Fronski a caballo mostrando un cañón en Campopardo


     Tuvieron que confluir una serie de factores políticos y circunstancias sociales, unidos a una grave crisis en todos los órdenes, para que la revolución de septiembre del 68, promovida por los demócratas, los progresistas y los unionistas, llegase a buen puerto. Al menos en Cádiz —ciudad constitucional y rebelde— y luego, desde allí, a las ciudades y poblaciones que, con diversa gradación en fervores y entusiasmos, se adhirieron a la proclama subversiva.

10 de septiembre de 2018

Recordando, tras ciento cincuenta años, la revolución de 1868 en Béjar (1ª Parte)

Autor: Antonio Avilés Amat
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de 2018


       Amanecía el 28 de septiembre de 1868 y la vetusta villa bejarana, que ya desde 1840 ostentaba el título de liberal ciudad aunque en una buena parte de su perímetro todavía conservase el atavismo de la muralla de siglos medievales, despertaba al trasiego de una nueva jornada. Lo normal sería que fuese día de mercado con puestos de los aldeanos y campesinos de las aldeas cercanas instalados ocupando los laterales y hasta una parte del solar de la Plaza Mayor. Pero en esta ocasión todo sería distinto, lo mismo que lo había sido la noche anterior en la que muchos de sus habitantes, pensando en lo que se les avecinaba, apenas habían podido conciliar el sueño. 


Juan Cambón. Pose de algunos sublevados en la alameda próxima a la ciudad

         Y no era para menos ya que, ahora, la levantisca población tenía a sus puertas una unidad operativa de 1.500 hombres del ejército de Isabel II, al mando del brigadier Nanneti. Si estas disciplinadas tropas, en sus distintas secciones de artillería, caballería e infantería, lucían —como, en buena lógica, debamos suponer— impecables uniformes y pertrechos bélicos dispuestos como para una rigurosa revista militar; frente a ellos, la desharrapada milicia local de unos 300 o 400 paisanos —contados con la urgencia y la imprecisión del momento— se hallaba abastecida, para la memorable contienda que se esperaba inminente, con mosquetones y escopetas cada uno de su palo, usanza y naturaleza en los que no era fácil encontrar dos similares, salvo los tomados días antes a la guarnición militar en su partida, asunto del que después se hablará. Y esto por no aludir a la uniformidad de atuendos y de distintivos jerárquicos de la que la heterogénea hueste carecía. 

7 de junio de 2018

El ajuar fotográfico de Juan Cambón

Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.765 (4/V/2018), p. 6.

      En el año 1869, fecha del documento al que vamos a aludir, la fotografía era aún un invento reciente, exótico y extraño. Apenas habían pasado tres décadas desde que se fijara el primer daguerrotipo en España y solo dos de la datación de la primera fotografía conservada. No fue fácil para el público la asimilación de este nuevo instrumento de reproducir imágenes, asimilándolo en un principio como una pintura hecha con medios mecánicos y mostrando recelos ante la posibilidad de exponerse frente al objetivo de las cámaras. En aquellos años 60 del siglo XIX la imagen de un fotógrafo con sus pesados materiales a cuestas debía resultar extraña si no inédita en Béjar. Nuestro protagonista, Juan Cambón[1] tiene un particular puesto de honor en nuestra historia al haber firmado las fotografías más antiguas que de la ciudad se conservan, donde se había afincado en el año 1866. Muy conocidas son algunas de ellas, especialmente la que nos muestra una imagen de la Puerta de la Villa (la misma que por aquella época de un modo algo presuntuoso se denominaba «Puerta de la Ciudad») en la histórica jornada del 28 de septiembre de 1868

Cámara de minutero. 

      Pero son escasas las oportunidades de conocer el «ajuar» de aquellos viejos fotógrafos, todo un despliegue de variados enseres y utensilios ambulantes y portátiles que le acompañaban allá donde fuera, algunos no muy diferentes de los que la fotografía posterior, incluso la actual, han usado, pero otros realmente curiosos. Gracias a los documentos notariales de la época tenemos la posibilidad de saber con qué tipos de instrumentos y accesorios trabajaba Cambón en Béjar y completar así la imagen que de él y de los fotógrafos del siglo XIX (todavía singulares personajes) solemos tener. 

9 de mayo de 2018

Juan Cambón, reportero de guerra

Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid nº 4.765 (18/11/2016), p. 4.

      Este año se cumplen ciento cincuenta de uno de los pocos hechos históricos que dieron cierta relevancia a la ciudad de Béjar, el levantamiento que se conoció como «Revolución de la Gloriosa». Sin ser en absoluto decisiva la participación bejarana en las consecuencias que de él se derivaron (ni más ni menos que la huída de la reina Isabel II de territorio español) los ecos de la resistencia numantina de aquella pequeña y vital ciudad del oeste castellano trascendieron los medios de comunicación locales y alcanzaron alguna notoriedad en rotativos nacionales e internacionales

 Tampón del taller fotográfico de Juan Cambón

         El hecho supuso para España el aparente final definitivo de las rémoras del Antiguo Régimen y la base aún endeble sobre la que se asentarían poco a poco las estructuras de la democracia por venir. Para Béjar fue la consolidación de un sentimiento ciudadano que venía fraguándose durante todo el siglo XIX y del carácter ya netamente burgués y liberal de su sociedad. Así mismo ciertos mitos locales, ciertos iconos, parecieron surgir: los cañones de Víctor Gorzo, las barricadas, la imagen de la Puerta de la Villa, los mártires… 

28 de marzo de 2018

Aquel verano de 1867 en Béjar (2ª Parte y final)


Autor: Ignacio Coll Tellechea
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2017, pp. 58-61; y http://collcenter.es/aquel-verano-de-1867-en-bejar/

       El 29 de agosto de 1867, los militares decidieron seguir el rastro de los fugados, saliendo el grueso de la tropa en su búsqueda y quedando 70 guardias y tres oficiales como retén en la ciudad. Cuando esto ocurrió, los revolucionarios bejaranos que permanecían en el municipio tocaron las campanas de las iglesias. La llamada surtió efecto, y mientras en las calles se montaban barricadas, la partida de Valle, Guijo y Aniano regresó a la llamada convenida y puso cerco a los militares. Tres horas duró el enfrentamiento, en el que perdieron la vida tres guardias y varios resultaron heridos. Especialmente dificultosa fue la toma de la Iglesia de El Salvador, en cuya torre los uniformados se hicieron fuertes. Para conseguir que se rindieran, los sublevados quemaron pimientos en su base, de forma que la humareda resultante motivó su intoxicación y el abandono de las armas.

        Tras la euforia de aquel mínimo triunfo, los rebeldes se hicieron con el control de la ciudad y se aprestaron a organizar la defensa, sabedores de que un contingente importante de tropas se acercaba para acabar con la insurrección y tomar de nuevo el mando.

      Tenían razones para preocuparse, porque una columna compuesta por más de 1.500 efectivos de los cuerpos de infantería, caballería y artillería estaba a punto de llegar a Béjar, alertada por los sucesos de los días anteriores. Al conocerlo, los rebeldes acumularon armas, en número de unas 400, fortificaron las zonas clave con barricadas y se llegaron a desenrollar varias calles para utilizar las piedras como improvisados proyectiles.

 Tropas Infantería 1863
Imagen sacada de aquí

21 de marzo de 2018

Aquel verano de 1867 en Béjar (1ª Parte)


Autor: Ignacio Coll Tellechea
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio, 2017, pp. 58-61; y http://collcenter.es/aquel-verano-de-1867-en-bejar/

       Las efemérides se suman al calendario bejarano con tozuda exactitud. Algunas con más brillo que otras. Las más, de forma casi clandestina, sin dejar rastro. Puede que por desconocimiento, o todo lo contrario.


      El verano de 2017 trajo ecos revolucionarios a Béjar que anuncian el aniversario del año que viene. Los sucesos del 28 de septiembre de 1868 no pueden entenderse sin tener en cuenta lo que pasó antes, el caldo de cultivo en el que se fue fraguando el levantamiento por el que la ciudad se abrió paso en la historia de las libertades, y que estamos a punto de celebrar, ahora sí, a través de la iniciativa de la Asociación Béjar 68.

 Plano de Béjar en 1868


       Los finales de las historias largas suelen ser casi siempre tristes, decadentes, incluso trágicos. Así ocurrió con el reinado de Isabel II, que se prolongó más de 30 años en un descenso inversamente proporcional al deseo de los españoles por modernizar su país, y reducir la brecha del atraso y el aislamiento internacional en el que había caído.


       La década de los 60 del siglo XIX encadenó movimientos populares de descontento que apuntaban en una única dirección: el cambio de rumbo de la nación, empezando por la organización de un poder que seguía en muy pocas manos (sin ir más lejos, en Béjar solo tenía derecho a voto y a ser elegidos menos del 1% de la población). Por su parte, la oposición política se unió en un inaudito acuerdo para derrocar a la reina a través del Pacto de Ostende, firmado en agosto de 1866.

5 de enero de 2018

En Béjar se buscan héroes

Autor: Ignacio Coll Tellechea, presidente de la Asociación 
"Béjar 68".

     La historia nos alcanza cada 28 se septiembre, aunque nos hagamos los remolones o miremos para otro lado. Ese día, en Béjar, los fantasmas de los revolucionarios que lucharon en las barricadas de la Puerta de la Villa, San Nicolás y Campopardo recorren las calles buscando entre sus paisanos alguien que les cuente cómo terminó aquella historia. La de la ciudad que amaron y defendieron enfrentándose a un enemigo que les quintuplicaba. La misma en la que Domingo Guijo tenía una taberna en la que siempre sonaba música, y en la que José Fronsky dirigía una imponente fábrica textil. Quizás busquen la farmacia de Primo Comendador y el estanco de la Plaza Mayor, y seguramente pasen por el lugar donde Víctor Gorzo y otros valientes fundieron los cañones, para terminar bajando por la calle de la Libertad siguiendo el rastro de los infelices fusilados al final del día junto al Puente Viejo. Pero no creo que lleguen a encontrar lo que buscan, y menos aún que nadie les reconozca.


 

1 de octubre de 2017

Sobre aquellos paisanos cuyos nombres quedaron grabados en la placa de los héroes

Autora: Carmen Cascón Matas 
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.786 (06/10/2017), p. 7.

*El pasado 28 de septiembre los bejaranos recordamos los sucesos acontecidos en Béjar en 1868. Anualmente se conmemora con una marcha cívica desde el monumento a los Cañones de Víctor Gorzo hasta el cementerio de San Miguel donde el alcalde deposita un ramo de flores sobre la tumba de los caídos en esa jornada y pronuncia unas palabras en su nombre. Después de este acto la Agrupación Socialista Bejarana convoca a los bejaranos a asistir a un discurso en el lugar donde en aquellos tiempos se alzaba la desaparecida Puerta de la Villa, uno de los puntos calientes de aquella jornada gloriosa para la historia de Béjar. Este año esta que escribe tuvo el honor de pronunciar el homenaje que fue el siguiente: 


        Bejaranos de a pie. Así se podría definir a estos hombres cuya memoria honramos hoy. Bejaranos que dieron la vida por defender unos ideales que hoy consideramos una conquista política: por el sufragio universal (masculino), por una constitución democrática, por la libertad de reunión, asociación y opinión, por la separación de poderes, por el derecho a las bodas civiles, por la eliminación de las quintas y por el estado aconfesional. Bejaranos que defendieron las libertades de que hoy gozamos y que regaron con su sangre un bello ideario que parecía entonces lejano y utópico. Bejaranos y comarcanos que encontraron la muerte por el mero hecho de encontrarse en el sitio y el día equivocado, sólo por haberse acercado a Béjar con motivo de la feria y de la fiesta del patrón San Miguel. Bejaranas que fueron ultrajadas, atacadas y vejadas por su condición femenina. Familias que huyeron o se enfrentaron como supieron al ataque de decenas de soldados armados. 

 
 Monumento a los cañones de Víctor Gorzo (Béjar)


            Sin embargo, el sino de aquellos paisanos no era el de quedar grabados sus nombres en una placa ni de ser recordados por los hombres y mujeres del siglo XXI. Sus vidas consistían en trabajar de sol a sol para ganarse el sustento, bien en las fábricas, bien como artesanos, bien comerciando en los puestos de la feria, bien trajinando en las casas, cuidando de los hijos o haciendo la colada en el río. Nada les llevaba a pensar que Béjar y sus vidas cambiarían aquel 28 de septiembre de 1868. 

24 de septiembre de 2017

Palabras para la libertad - Héroes de la libertad (2ª parte y final)





Antonio Gutiérrez Turrión



Discurso

PUERTA DE ÁVILA  BÉJAR  2009-09-28  17,30h



Nuestros héroes de la libertad lo fueron porque sentían el empujón de ser libres, porque sus razonamientos les conminaban a defender su dignidad como hombres y como seres humanos iguales a los demás, porque estaban hartos de la situación en la que se encontraban, ellos y sus vecinos. Y para nuestros héroes de la libertad, ser libres tenía que significar sacudirse el yugo de la dependencia ducal, por ejemplo, tenía que significar aspirar a una sociedad en la que valieran los esfuerzos y no los privilegios sociales ni las herencias familiares, tenía que significar la posibilidad de pensar y organizar sus vidas en igualdad de condiciones con las demás personas, tenía que significar posibilidades reales de sentirse partícipes de la sociedad por el hecho de ser personas. Es muy fácil imaginar el plus de emoción y de impulso revolucionario en la Béjar de 1868. No es casualidad que aquí la revolución se produjera en los primeros momentos y con casi toda la población participando en ella.

 Barricada de la Puerta de la Villa. Béjar, 1868

Pero ya dije antes que la historia debería interesarnos solo en tanto que pueda servirnos como ejemplo para ser trasladada a nuestros días, como espejo de actuación para nosotros mismos.

Y ahora, aquí y en voz alta, es cuando me atrevo a imaginar qué pensarían de nosotros todos estos héroes, qué nos pedirían a nosotros si queremos también alzar la bandera de la libertad, si realmente aspiramos a ser libres y ayudar a que nuestros semejantes también lo sean. Lo haré solo en términos generales, pero con el deseo de que cada uno de nosotros se dé por aludido en alguna de las peticiones que aquí se describan.

17 de septiembre de 2017

Palabras para la libertad - Héroes de la Libertad (1ª Parte)



Antonio Gutiérrez Turrión

Discurso

PUERTA DE ÁVILA  BÉJAR  2009-09-28  17,3h

Excmo. Señor alcalde de Béjar, representantes públicos, amigos todos. 

Es para mí un honor haber sido invitado a dirigiros unas palabras. Y lo es, sobre todo, por la ocasión que las acoge, por el sentido del acto que estamos celebrando.

Nos hemos reunido hoy aquí para conmemorar, creo que es la tercera vez que se realiza en este escenario, un hecho histórico para esta ciudad. Porque un hecho histórico es, sin duda, que un nutrido ramillete de ciudadanos, de manera consciente y no azarosa, dieran por su comunidad lo más valioso de ellos mismos, su propia vida.


 Grabado aparecido en La Ilustración Española sobre los sucesos revolucionarios de Béjar

Los hechos históricos deberían ser bien conocidos y no me parece esencial volver sobre ellos; pero permitidme que anote al menos que la fecha de 1868 supone para Béjar uno de los hitos más visibles y nobles de su historia. Hay fuentes diversas en las que beber y conocer los detalles de todo lo que estos hechos supusieron en el discurrir de la historia de España y de Béjar en particular. Los hay incluso directos, de alguno de los que los vivieron y los sufrieron en sus propias carnes y en sus propios sentimientos. A ellos podemos acudir, aunque se sugiere hacerlo con la serenidad que da la distancia en el tiempo y el desapasionamiento de los que quieren reflexionar sobre los hechos con serenidad y firmeza.

26 de septiembre de 2016

La vergüenza de un militar por los sucesos acaecidos en Béjar el 28 de septiembre de 1868



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.737 (18/09/2015), p. 12.



          La memoria es tan efímera como los seres humanos cuyos recuerdos sumados forman el pasado de un pueblo. Las gentes van y vienen, nacen y mueren, y solo permanecen los documentos y los edificios, los objetos, para recordar un presente que se evapora a sorbos por segundos. Sin embargo, cada persona, cada lugar, enarbola un momento estelar, una estrella en el firmamento que nunca se apaga en el recuerdo a pesar del paso de los siglos


            Creo no errar al afirmar que la Revolución Gloriosa de 1868, aquel septiembre en que los bejaranos se alzaron valientes en persecución de un sueño que se hizo realidad, puede consignarse en los anales de nuestra ciudad como esa estrella brillante en el firmamento de la Historia. El eco de su nombre, la acción conjunta de aquellos héroes que arriesgaron sus vidas o las perdieron en favor de la libertad de todos, se extendió como la pólvora en el territorio nacional e incluso en la prensa internacional, como bien nos ha mostrado Ignacio Coll en su artículo sobre este tema publicado en la última revista de ferias y fiestas[1]

 Un dibujo de la época que bien pudo reflejar los sucesos de la calle del Puente, hoy calle de la Libertad, entre los civiles bejaranos y las tropas del ejército isabelino. En realidad la imagen representa un suceso ocurrido en la Guerra de Independencia en Valdepeñas.


          Los sentimientos de condena y de loa a partes iguales a los esforzados bejaranos, considerados mártires de la causa, no se hicieron esperar y llovieron cartas de condolencia desde distintos puntos de España. Conocidas son ya las enviadas por la Junta Revolucionaria de La Latina de Madrid[2] o la del farmacéutico Vicente Martín de Argenta[3]

28 de septiembre de 2015

El día en que la prensa internacional se interesó por Béjar



Autor: Ignacio Coll Tellechea
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2015, pp. 78-80 y en su blog collcenter.es


¿Hay alguien que dude de que los medios de comunicación son el mejor mecanismo para darse a conocer? Aún hoy, cuando han perdido el monopolio de los canales por los que circulan las noticias, su poder es tan grande como para introducir en todos los hogares el nombre de un pueblo recóndito en el que ha tenido lugar una información relevante, con la misma facilidad con la que pueden olvidarse de ello en un plazo de horas. Son los que marcan la agenda de los políticos. Los que hacen posible el estremecimiento o la alegría de millones de personas. Los que escriben la historia moderna, y los guardianes de la reciente.




Una localidad como Béjar no es motivo de interés informativo fuera del ámbito nacional salvo ocasiones muy puntuales, relacionadas con un suceso o una información curiosa. Y sin embargo, hace un siglo y medio el nombre de nuestra ciudad apareció impreso en diarios de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e incluso Australia, en algunos casos siendo objeto de llamativos titulares. ¿Qué fue lo que motivó semejante interés?

En la década de 1860 Béjar vivió los mejores años de la primera edad de oro de la industria textil. Con una población en alza, superior a los 10.000 habitantes, numerosas fábricas de tejidos y otras industrias repartidas por toda la ciudad, la moderna Escuela de Enseñanza Industrial, un segundo puente sobre el río, el recién estrenado telégrafo y la promesa del tren y de la electricidad… Era la imagen de una España que se asomaba a la modernidad y que, por lo tanto, demandaba un marco político y social que se ajustara a un tiempo nuevo en el que la burguesía había ganado la partida a la nobleza, y en la que las clases trabajadoras reivindicaban un papel determinante no solo en los procesos de producción, sino también en el gobierno del país.