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11 de marzo de 2019

El duque de Béjar entre el rey y los Comuneros


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        No se nombra al duque de Béjar entre los nobles a quienes el cardenal Cisneros tuvo que mostrar los cañones para sosegarles, pero la verdad es que la alta nobleza castellana estaba inquieta por el vacío de poder a la muerte de Fernando el Católico, situación de la que esperaba aprovecharse. Álvaro II de Zúñiga se había acercado a la reina legítima Juana la Loca, pero una parte importante de su familia de la que era pariente mayor, los Zúñiga de Miranda del Castañar, se había adherido abiertamente a quien sería Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico (Íñigo de Zúñiga Avellaneda y Velasco, futuro cardenal, y su hermano Juan, futuro jefe de la casa imperial, le fueron a buscar a Flandes)


 Los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado en el patíbulo, de Antonio Gisbert Pérez. 1860


       La rebelión de los comuneros, que también habían recurrido a doña Juana en primera instancia, representó una oportunidad a los nobles de poner coto a los poderes del nuevo monarca, para su propia conveniencia por cierto, pero los desmanes que empezaron a afectarles les convenció rápidamente de plegarse al partido imperial. Carlos los había atraído, por lo demás, con títulos, prebendas y honores considerables, muchos de los cuales recayeron en el propio duque de Béjar y sus familiares.     

18 de febrero de 2019

Diseño y moda en el palacete de El Bosque. Fely Campo


Autor: Manuel Álvarez-Monteserín Izquierdo 
Publicado: Semanario Béjar en Madrid, 4.818 (01/II/2019), p. 6 y 7.



      “Lo que quiero transmitir a través de mis vestidos es un sentimiento y una pasión por lo que es mi oficio y mi profesión: la moda, la manipulación de los tejidos, su tacto, su volumen y su comportamiento cuando trabajas con ellos, los mezclas y les das forma, para finalmente cobrar vida cuando una mujer se pone un vestido, camina con él, se mueve en él, se siente con él, respira con él, vive con él, esto es algo mágico.”
Fely Campo




Quién les iba a decir a Francisco de Zúñiga y Sotomayor, IV duque de Béjar, y a su esposa Guiomar de Mendoza y Aragón cuando a mediados del siglo XVI ordenaron edificar en El Bosque de Béjar, un palacete con capilla, fuentes, jardines, estanque, alamedas, con marcado carácter del renacimiento italiano,  que iba a servir siglos más tarde a nuestra diseñadora de moda salmantina más internacional, Fely Campo, como soporte de sus diseños textiles y de confección para sus campañas publicitarias.

9 de mayo de 2018

Juan Cambón, reportero de guerra

Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid nº 4.765 (18/11/2016), p. 4.

      Este año se cumplen ciento cincuenta de uno de los pocos hechos históricos que dieron cierta relevancia a la ciudad de Béjar, el levantamiento que se conoció como «Revolución de la Gloriosa». Sin ser en absoluto decisiva la participación bejarana en las consecuencias que de él se derivaron (ni más ni menos que la huída de la reina Isabel II de territorio español) los ecos de la resistencia numantina de aquella pequeña y vital ciudad del oeste castellano trascendieron los medios de comunicación locales y alcanzaron alguna notoriedad en rotativos nacionales e internacionales

 Tampón del taller fotográfico de Juan Cambón

         El hecho supuso para España el aparente final definitivo de las rémoras del Antiguo Régimen y la base aún endeble sobre la que se asentarían poco a poco las estructuras de la democracia por venir. Para Béjar fue la consolidación de un sentimiento ciudadano que venía fraguándose durante todo el siglo XIX y del carácter ya netamente burgués y liberal de su sociedad. Así mismo ciertos mitos locales, ciertos iconos, parecieron surgir: los cañones de Víctor Gorzo, las barricadas, la imagen de la Puerta de la Villa, los mártires… 

11 de enero de 2018

Making of de la novela "El manuscrito de fuego"



 *Reproducimos la entrevista al escritor de "El manuscrito de fuego", Luis García Jambrina, una novela que mucho tiene que ver con Béjar como vereis. El texto está escrito por el propio Jambrina en www.zendalibros.com

Luis García Jambrina nos cuenta cómo fue el proceso de escritura—en este making of que os ofrecemos— de su novela El manuscrito de fuego, que salió a la venta este martes.


La idea de escribir una novela sobre don Francés de Zúñiga, ilustre bufón del emperador Carlos V, me asaltó de repente una tarde en que paseaba por Béjar de la mano de José Antonio Sánchez Paso, el principal especialista en la vida y la obra de tan singular personaje y el más reciente editor de su famosa Crónica burlesca. Habíamos ido allí para otra cosa, pero en un momento de nuestro recorrido mi acompañante se detuvo delante de una fachada y me dijo: “En esta casa vivía don Francés cuando lo asesinaron, no muy lejos de aquí”. En ella se veía una puerta con arco de medio punto y decoración de bolas y, al parecer, se conserva también la bodega. Después me mostró la iglesia de Santa María, donde en su día lo enterraron; el palacio de los duques, en el que sirvió como criado durante algunos años; la casa con el escudo de la familia que hay en la plaza Mayor; la heredad de Navarredonda, a unos cinco kilómetros de Béjar, aguas abajo del río Cuerpo de Hombre; y otros lugares vinculados a la memoria de Francesillo. Naturalmente, yo ya había oído hablar antes de él con anterioridad e, incluso, había leído su irreverente Crónica burlesca. Pero hasta esa tarde en la que visité los mencionados lugares no sentí la llamada que me incitaba a escribir la novela.


3 de diciembre de 2017

Un libro recoge la biografía del anarquista bejarano José Mª Blázquez de Pedro (Patriletras)



Autora: Carmen Cascón Matas

El libro José Mª Blázquez de Pedro. Un anarquista entre dos mundos (Béjar, Panamá, Cuba), de Ignacio C. Soriano Jiménez y Miguel Íñiguez, está editado por la Asociación Isaac Puente de Vitoria y el Centro de Estudios Bejaranos, a propuesta de los autores, organizó su presentación en Béjar al ser ésta una biografía de un bejarano casi desconocido para el gran público. El acto tuvo lugar en el Casino Obrero el 24 de noviembre. 

 Portada del libro


Antonio Gutiérrez Turrión, miembro del CEB, en una charla amena con Ignacio Soriano Jiménez, propuso una serie de eventos trascendentales en la vida de José María Blázquez de Pedro, desgranando entre ambos su intensa trayectoria vital y salpicándolos con la lectura de fragmentos de sus artículos. Así los presentes pudimos transportarnos a aquel Béjar de 1875 en que nació en el seno de una familia conservadora y religiosa; asistimos a su transformación de ideas a raíz de su estancia militar en Cuba donde fue testigo de las injusticias que cometía el ejército contra el pueblo llano y sufrió las privaciones del soldado raso; volvimos con él a Béjar y después a Salamanca a estudiar tres años de Filosofía y Letras en la Universidad; sin acabar la carrera llevamos nuestros pasos con él a Madrid durante un tiempo, donde fue encarcelado y conoció a otros anarquistas; regresamos de nuevo a Béjar, donde abre la librería “La Racional” en los portales de Pizarro y somos testigos de una actividad frenética a la hora de publicar artículos en revistas y periódicos nacionales e internacionales, de fundar periódicos como “Patria y Letras” (de ahí su apodo de Patriletras), “La Dinamita” o “Cultura y Tolerancia” y de asentar las bases del Ateneo Bejarano; asistimos en suma a la predicación de sus ideas anarquistas basadas en la tolerancia, la defensa del débil y de la mujer, y la lucha frenética contra el clericalismo. 

15 de octubre de 2017

De cuando en Béjar llovieron campanas




Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Semanario Béjar en Madrid, 4.781 (21/VII/2017), p. 6.

            El año de 1836 trajo consigo muchas novedades para Béjar entre ellas la extinción y desamortización de los tres conventos de la villa, dos de mujeres (Anunciación- franciscanas y Piedad- dominicas) y uno de hombres (San Francisco- franciscanos) con las consecuencias sociales y económicas, además de artísticas, que esa decisión a nivel estatal trajo consigo. Sin detenerme mucho en la explicación del proceso, complejo y que serviría para un trabajo investigador más extenso, señalaré que el motivo principal para suprimir los monasterios fue monetario. Dado que la mayoría de los cenobios contaban con escasos moradores e ingentes propiedades sin explotar, los gobiernos liberales de la primera mitad del siglo XIX fomentaron su supresión para sacar en pública subasta sus haciendas y ponerlas en producción. Los principales beneficiarios no fueron los campesinos, como se proclamaba hipócritamente, sino la burguesía detentadora del poder, es decir los valedores de la medida, compradores de las tierras desamortizadas.


27 de febrero de 2017

Entre la Medicina y el Derecho: Nicolás Sánchez de las Matas, un bejarano en el balneario de Archena (1803-1869)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid,  nº 4.762 (7/10/2016), p. 4.

El nombre de Nicolás Sánchez de las Matas nos es, quizá, desconocido en el entorno bejarano, pero eso no quiere decir que este nacido en Béjar resulte extraño en el territorio nacional. De hecho, en Murcia existen varias publicaciones centradas en este personaje[1]. La marcha de su ciudad natal le privó de ser recordado, quizá solo acaso por su familia, y ese fenómeno de olvido les es común a muchos otros bejaranos que vagan aún navegando en la leve línea que divide el reconocimiento de la más absoluta de las desmemorias. Y lo podemos fácilmente comprobar a través de la consulta de la bibliografía: aquí ni una línea; en Murcia, como digo, varios artículos, al margen de los libros que él mismo publicó en vida, reeditados algunos de ellos recientemente. 

Foto antigua de la fachada de las Escuelas Mayores de la universidad de Salamanca
Foto sacada de todocolección.net


Nicolás Sánchez de las Matas vio la luz en Béjar a principios del siglo XIX, en 1803, imaginamos que en el seno de una familia pudiente que bien le pudo costear su marcha a Salamanca y sus estudios en la Facultad de Medicina y de Filosofía de la Universidad. Sólo poseyendo este dato tan escueto podemos vislumbrar la curiosidad por saberes tan dispares, ciencias y letras, que demostró a lo largo de su vida nuestro biografiado, lo cual demostró a través de distintas publicaciones. Sus ansias por aprender parecían no  tener límites y podía compaginar estudios variados de manera simultánea. Comprobémoslo a través de su currículum: en 1826 se licenció en Medicina por la Universidad de Salamanca y un año más tarde conseguía de manos de la misma institución académica el título de catedrático de Instituciones Filosóficas. Por fin, en 1828 se doctoró en Medicina en el Real Colegio de San Carlos de Madrid

20 de febrero de 2017

Arquitectura y poder: el linaje de los duques de Béjar



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


La infatigable historiadora que dirige este blog, tuvo la gentileza de enviarme la foto antigua de una puerta del palacio ducal de Béjar desaparecida durante las obras de transformación del edificio en instituto de enseñanza secundaria, situada al final de la calle Los Curas, que permitía la entrada por el oeste al recinto palaciego.      







       Más que de desolación y ruina, la imagen transmite una sensación de majestuosidad que evoca el mundo de las narraciones fantásticas escuchadas en la niñez, y por una vía más racional remite a la relación que ha existido siempre entre la arquitectura y el poder. Hay varias obras que explicitan el tema, entre ellas Arte, poder y sociedad en la España de los siglos XV al XX, 2006, del español Miguel Cabañas Bravo y otros, y La arquitectura del poder, 2007, del británico Deyan Sudjic.

23 de enero de 2017

Gabriel Herrera, un rector de la universidad de Salamanca nacido en Béjar (3ª parte y final)


Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2015, pp. 64-69.
    
      Gabriel Herrera cobraba por aquellas fechas la nada desdeñable suma de 6.000 reales anuales de sueldo a los que se añadirían las cuantías como rector de la Universidad de Salamanca desde 1846. En efecto, una vez que la reina Isabel II alcanzó la mayoría de edad, el régimen se agarró a la tabla de salvación de los liberales moderados a la vez que las carreras políticas de Herrera y Sánchez Ocaña se ven catapultadas. Tras el breve mandato del rector accidental Mariano Herrero[1], cuñado de José Sánchez Ocaña, Gabriel Herrera ocupa el rectorado de la universidad salmantina, concluidas sus labores como diputado y fiscal del Consejo Real. Es muy posible que en tales manejos se vislumbre la sombra alargada del futuro ministro de Hacienda Sánchez Ocaña planeando por encima de los designios de la política salmantina, en un ejemplo claro de nepotismo favorecedor de familiares y amigos. El Real Decreto de 3 de junio reza así: 

 Patio y fachada principal de las Escuelas Mayores 
Salamanca. Foto sacada de aquí

        Su Majestad se ha dignado expedir con fecha de 3 del corriente el Real Decreto que sigue:
          Atendiendo a los méritos particulares, circunstancias de don Gabriel Herrera, magistrado de la Audiencia de Zaragoza, vengo en nombrarle rector de la universidad de Salamanca.
      Lo que traslado a VE de orden de SM para los efectos correspondientes.
Dios guarde a VE muchos años
       Madrid, 5 de junio de 1846- Pidal-Sr. Presidente del Consejo de Instrucción Pública, dirigido por Javier de Quinto.
      Madrid, Imprenta de la viuda de Jordán e hijos, 1846.”

16 de enero de 2017

Gabriel Herrera, un rector de la universidad de Salamanca nacido en Béjar (2ª Parte)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2015, pp. 64-69.

      Los ideales políticos de Gabriel Herrera, por lo que deducimos, no debían de ser exaltados, pues hubiera sido depurado durante la Década Ominosa. Buena prueba de ello es que en 1824 se le propuso para corregidor de Medinaceli (Soria), no sin antes exigir por parte del jefe político de la provincia un informe al Ayuntamiento de Béjar de lealtad al rey y a la patria del beneficiado. El consistorio bejarano envió las siguientes líneas: Don Gabriel Herrera, Juez de Primera Instancia de Ciudad Rodrigo, Voluntario Nacional en Béjar, graduado de Doctor y alumno de Salamanca en tiempo del gobierno revolucionario, exaltado por el horrendo sistema, impío e irreligionario, uno de los hijos de Maldonado y Padilla, si bien no es masón, como se supone”. Y se añade “en Béjar, en Ciudad Rodrigo y en todas partes los hay que confirman lo mismo”. 



 Muchos liberales fueron fusilados tras el Trienio Liberal. 
"Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros", de Gisbert

            Por estas fechas el Ayuntamiento de Béjar estaba redactando una lista de sospechosos de simpatizar con el liberalismo a fin de mantenerlos controlados en caso de revueltas o traiciones al sistema. Y en él se incluyen a Gabriel Herrera, definido como constitucional, a su padre Sebastián de Herrera y a sus hermanos José y Felipe[1]. Ante tales informes negativos hacia su persona su candidatura poseía escasas posibilidades de progreso en aquel régimen absolutista, empero ocurre lo contrario: es nombrado corregidor de Medinaceli entre 1824 y 1831. Los motivos que llevarían a las autoridades políticas a confiar en una persona declaradamente liberal pudieron ser dos: por un lado, el acercamiento inevitable de Fernando VII hacia los liberales al ver peligrar el futuro reinado de su hija Isabel frente a las opciones ultramontanas de su hermano Carlos María Isidro, conflicto que estallaría en forma de tres guerras civiles (guerras carlistas); y, por otro, la valía de un Gabriel Herrera que moderó sus convicciones ideológicas de manera progresiva para escalar puestos dentro del funcionariado

9 de enero de 2017

Gabriel Herrera, un rector de la universidad de Salamanca nacido en Béjar (1ª parte)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas  de Béjar, 2015, pp. 64-69.


        De mirada recia e inquisitiva, Gabriel Herrera nos observa altanero desde su posición privilegiada. Las largas patillas enmarcan una cara a la moda de la 1ª mitad del s. XIX, a caballo entre los bravos guerrilleros de la Guerra de Independencia y las barbas recortadas de su segunda mitad, siendo su boca, fruncida y de labios ausentes, el puente entre ambos apéndices. La cabellera azabache surge de la oscuridad del fondo, al igual que su figura austera vestida enteramente de negro en la que destacan un pañuelo anudado al cuello y las insignias del cargo de rector de la Universidad de Salamanca: las puñetas blancas, el bastón y la medalla[1]

 Retrato de Gabriel Herrera en un dibujo 
de Óscar Rivadeneyra

           Si de su vida sólo poseyéramos el rastro de este retrato deduciríamos de su mirada el peso de una grave responsabilidad que surcó su rostro de arrugas, enmarcó de ojeras sus ojos y resumió su boca en una sobria línea. Seriedad y austeridad, dureza, destacan de una figura cuya faz nos mira desde el hall del rectorado de la universidad de Salamanca. Y nuestro interés en ella no es baladí porque tal personaje olvidado desde hace siglo y medio nació en Béjar y su imperativa mirada nos ordena rescatar una vida que, como tantas otras, pereció bajo esa extraña enfermedad del olvido imperante en nuestro lugar de mutuo origen para los nacidos en ella.


10 de octubre de 2016

Tomás Pérez Monroy y el retablo mayor de la iglesia de San Juan de Béjar (6ª parte y final)



Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Especial Béjar en Madrid, 2009.

El clan artístico de los Pérez Monroy

            Tomás Pérez Monroy forma parte de una saga de artistas que al menos se remonta a su bisabuelo. Éste se llamaba Diego Pérez Monroy y era de oficio pintor con taller abierto también en la ciudad del Tormes. A través de su testamento redactado en 1708 [1], sabemos que contrajo dos veces matrimonio, y de su primera mujer, Águeda Fernández, tuvo dos hijos, Antonio y Ramón. En el catastro del marqués de la Ensenada, realizado en 1753 [2], Antonio es citado como oficial ensamblador y Ramón, abuelo de Tomás, como maestro carpintero

 Retablo mayor de la iglesia de Navacarros (Salamanca) de Agustín Pérez Monroy

         Su padre fue Agustín Pérez Monroy, un importante ensamblador y tallista salmantino de la segunda mitad del siglo XVIII. Junto a Miguel Martínez de la Quintana [3] y Manuel Vicente del Castillo [4] divulga el tipo característico de retablo rococó salmantino por toda la provincia de Salamanca y limítrofes (Zamora, Ávila, Cáceres). Las primeras obras de Tomás son idénticas a las del padre, hasta que la necesidad de adecuarse a la nueva estética neoclásica le obliga a irse distanciando de lo aprendido durante su formación, presumiblemente junto a su progenitor. Realmente es complicado poder evidenciar a simple vista diferencias entre la obra de los cuatro maestros citados. A fin de cuentas, todos hacen suyo un diseño que crea el arquitecto Andrés García de Quiñones hacia 1760 para dos retablos colaterales de la iglesia del Colegio Real de la Compañía de Jesús de Salamanca, materializados finalmente por Agustín Pérez Monroy [5].

18 de julio de 2016

La participación bejarana en la 1ª Feria de Muestras de Salamanca (1961) (3ª Parte y final)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias de la Cámara de Comercio e Industrias de Béjar, 2009.


El día del Partido de Béjar

             
     Aún se conserva el programa de actos del 17 de septiembre de 1961. Se inauguraba con un pasacalles interpretado por la Banda Municipal de Música de Béjar por la zona céntrica de Salamanca (Rúa, Plaza Mayor, Zamora y Torres Villarroel) a las 10.30 de la mañana. Según el Béjar en Madrid, con el tono de la época, nuestros músicos fueron acompañados por los Hombres de Musgo y cuatro candelarias portando el escudo de Béjar que pasearon por las principales calles de la capital llenos de entusiasmo y plenos de orgullo de su abolengo pañero y trabajador, penetrando así en el recinto de la feria a los acordes marciales de su música.



A las 12.00 tuvo lugar una misa en el recinto ferial y después las autoridades hicieron una visita al stand de Béjar y fueron obsequiados con un vino de honor. Finalmente a las 20.00 horas concluiría el día con una mezcla curiosa y pintoresca de actividades. Según el programa y, literalmente, la Banda Municipal de Béjar durante el desarrollo de la gran Velada pugilística interpretará partituras de su brillante repertorio y amenizará el baile popular a la terminación de la fiesta deportiva. Resumen: la Banda Municipal tocando pasodobles, mientras dos fulanos se sacudían entre los ánimos de los concurrentes. Nada más acabar la fiesta del mamporro, nuestros músicos continúan su cadencia al son del tambor y la flauta, pues eso interpreto yo por baile popular. ¿Quién da mas?

11 de julio de 2016

La participación bejarana en la Primera Feria de Muestras de Salamanca (1961) (2ª Parte)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2009. 


El pabellón de Béjar, una muestra del diseño y la modernidad para la época


            El proceso de toma de decisión no debió dar muchos quebraderos de cabeza porque estaba claro que a los fabricantes bejaranos les interesaba muy mucho estar presentes en la Primera Feria de Muestras de Salamanca. Había que demostrar que Béjar podía presumir aún de conservar un poderío industrial fácilmente envidiable por el resto de sus compañeros provincianos (esa era la mentalidad de la época), dedicados, más bien, a labores de carácter agrícola y ganadero.

 Folleto de la Feria de Muestras con un dibujo del pabellón bejarano


            Por ello no se escatimó en gastos ni esfuerzos. La primera noticia que poseemos sobre esta Feria de Muestras aparece reflejada en la sesión de la Cámara de Comercio de Béjar correspondiente al 7 de junio de 1961[1]. Ese día, de manera oficial, el presidente de la Cámara de Salamanca, Zenón Jiménez Ridruejo, nombrado como tal en Marzo de ese mismo año, y su compañero el Sr. Sánchez visitaron Béjar para comunicar la celebración del evento entre el 8 y el 21 de septiembre. Fueron recibidos por el presidente de la Cámara de Béjar, Antonio Olleros Petit, y su secretario, José Cid Gómez, e invitados a recorrer varias de nuestras fábricas, para después asistir a un almuerzo en el Hotel Colón.

4 de julio de 2016

La participación bejarana en la Primera Feria de Muestras de Salamanca (1961) (1ª Parte)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2009.

El vendaval de los años 60



            Cuando a uno le nombran los años 60 enseguida vienen a la cabeza imágenes de los Beatles, los hippies, la Guerra del Vietnam y la carrera espacial. De Kennedy y Fidel, de Luther King y Mao, del Che y Andy Warhol. Los acontecimientos políticos y culturales se suceden vertiginosamente, abriendo a la humanidad a una mentalidad nueva. Sin embargo, nadamos de lleno en la Guerra Fría, dualidad EEUU /URSS, capitalismo/comunismo. No es más que un periodo consecuencia de la 2ª Guerra Mundial. En 1961 se construye el Muro de la Vergüenza y se invade Bahía de Cochinos.


           Pero es que España, por su parte, continuaba encerrada en los primeros años de la década en su caparazón de hambre, miseria y silencio. La Guerra Civil aún continúa. En el año 59 el Régimen quiere mostrar una apariencia de “normalidad”, de abrirse al mundo, camuflando la imagen de dictadura opresora y desfasada ante el resto de los países del mundo. Y estos se inclinan, se dan por engañados y se produce un acercamiento lento y progresivo a nuestra cerrada y temerosa España. El régimen se ve invadido por los tecnócratas, encargados de iniciar una política económica lejos del racionamiento y la achicoria, del proteccionismo y el estraperlo, que dará lugar a la poderosa clase media.

16 de mayo de 2016

La duquesa de Béjar María de Zúñiga y Pimentel, y su legado a la Universidad de Salamanca



*Durante unos días permaneceré alejada de Internet, así que os dejo un par de entradas programdas para que disfrutéis con las historias de la Casa Ducal narradas por mi buen amigo en la distancia Jorge Zúñiga Rodríguez. 

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

      María de Zúñiga y Pimentel, hija y esposa respectivamente de los dos primeros duques (y tía además del que fue su esposo), gobernó sola durante el breve período de dos años entre la muerte de su marido y su propio fallecimiento, dejando como legado una generosa provisión para edificar un hospital para los pobres que sean de esta mi villa de Béjar y lugares de su tierra, excepto si no pasare alguno y enfermare yendo de camino (testamento de doña María en Documentos sobre los seis primeros duques de Béjar, Anastasio Rojo Vega, 2008)




Fachada del Hospital de San Gil, hoy Museo Mateo Hernández, Béjar



      Otro de sus legados fue la provisión de seiscientos mil maravedís de renta, más cien mil eventuales, para la edificación de un colegio en la ciudad de Salamanca dedicado a San Guillermo, en el cual perpetuamente recibirían instrucción teológica y mantenimiento cincuenta frailes franciscanos, o en su defecto agustinos. De hecho era una facultad de teología, por lo que el colegio debía construirse en la Universidad de Salamanca (El convento de San Agustín y el colegio de San Guillermo, Teófilo Viñas Román, 2002) y albergar una iglesia y capilla donde se haga mi entierro humilde y sin curiosidad…

21 de marzo de 2016

Heráldica de los Duques de Béjar en la Provincia de Salamanca



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


        El patriarca del linaje Zúñiga en Castilla fue Diego López de Estúñiga (primera castellanización del apellido), primer señor de Béjar, villa que obtuvo al intercambiarla por Frías con el rey Enrique III en 1396. De sus descendientes quedan huellas heráldicas en la provincia de Salamanca en lo que corresponde a las ramas de los duques de Béjar y los condes de Miranda del Castañar y Monterrey, representadas fundamentalmente por el blasón de los duques, que actuaron como parientes mayores en la detentación del emblema y en la castellanización definitiva del apellido. Las que se encuentran en Béjar fueron más o menos registradas en el artículo Una historia particular desde un enfoque bejarano, por lo que se apuntará aquí a otros municipios de la provincia.

 



Escudos en el Palacio Ducal y en El Bosque de Béjar



      Los municipios salmantinos de Ledrada, Sanchotello y Valdelacasa llevan el escudo de los duques en el segundo cuartel, por haber pertenecido a la Comunidad de la Villa y Tierra de Béjar.

25 de enero de 2016

Bernardo Ordóñez de Lara, un bejarano tesorero de los condes de Monterrey y de la catedral de Salamanca (1620-1676) (3ª Parte y final)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.732 (3/07/2015), p. 6.

Bernardo Ordóñez de Lara otorgó testamento el 21 de febrero de 1676 [1]. A través de él comprobaremos las cuantiosas rentas, amasadas a lo largo de su vida, de que disponía, entre ellas una casa en Salamanca. El documento se dictó ante el escribano Matías de Zamora, declarándose Ordóñez de Lara “vezino de esta Ciudad de Salamanca y thesorero de la Santa Yglesia Cathedral de ella, y natural de la Villa de Bejar, hijo lexitimo de los señores Paulo Hordoñez de Lara y Doña Agueda Fernandez de Castañares, mis señores y padres”. Su deseo era que sus restos reposasen bajo la peana de la Virgen del Desagravio de la Catedral Nueva de Salamanca, cuyo retablo se había montado a través de su intermediación, como comentamos. 

Catedral de Salamanca reflejándose en las aguas del Tormes
Foto sacada de wikipedia


Al margen de las acciones piadosas, tales como repartir una elevada cantidad económica entre los pobres y sus propios criados, y las mandas religiosas, el bejarano no olvidaba a su familia: a su hermana, a su cuñada Francisca de Salazar (que había entrado en religión en las agustinas de Monterrey), a sus sobrinos y a sus primos. A todos legó dinero u objetos personales de valor. 

18 de enero de 2016

Bernardo Ordóñez de Lara, un bejarano tesorero de los condes de Monterrey y de la catedral de Salamanca (1620-1676) (2ª Parte)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.731 (19/06/2015), p. 11.

          

       En 1659 Bernardo Ordóñez de Lara había pasado a ejercer como tesorero de los condes de Monterrey y como tal moraba en Salamanca, tras desempeñar el cargo de abad de los monasterios de Fraeriz y Videferre, en el obispado de Orense, durante cinco años. 

 Convento de las Agustinas de Monterrey (Salamanca)
Foto sacada de aquí
 
       Sin embargo, nunca se desentendió de sus señores naturales y en 1660 representó de nuevo al duque de Béjar en la toma de posesión del Colegio Agustino de San Guillermo en Salamanca, de fundación ducal [1]. La descripción que del ceremonial se hace es cuanto menos curiosa. Recibido Ordóñez de Lara por el prior y la totalidad de los monjes, se dirigió hacia el altar mayor de la iglesia donde se había dispuesto un sitial. Al llegar a él, “se inco de rodillas y puso los braços en dicho sitial y aviendose levantado se sento en la silla que esta puesta junto al dicho sitial y se lebanto y bajo las gradas y tiro por unas argollas que están incadas en una piçarra puesta junto a las gradas del altar mayor […] y se paseo por la dicha capilla mayor e hiço otros actos de posesión”. No hay que olvidar que los duques de Béjar y los condes de Monterrey eran parientes, al pertenecer ambos linajes a la Casa de Zúñiga y descender de Diego López de Zúñiga, hijo de Diego de Zúñiga y Juana García de Leiva, Justicia Mayor de Castilla, camarero mayor de los reyes Enrique III y Juan II. Asimismo el poderoso clan de los Zúñiga salmantino no dejó de ascender en su status económico y político al matrimoniar Inés de Zúñiga, hermana del conde de Monterrey, con el conde- duque de Olivares, todopoderoso valido de Felipe IV [2], y a su vez Manuel de Zúñiga y Acevedo, conde de Monterrey, con la hermana del conde-duque, Leonor de Guzmán y Acevedo.

11 de enero de 2016

Bernardo Ordóñez de Lara, tesorero de los condes de Monterrey y de la catedral de Salamanca (1620-1676) (1ª Parte)


   Autora: Carmen Cascón Matas
   Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.730 (5/06/2015), p. 6.


   En enero del pasado año se presentó en Salamanca el libro que contiene los trabajos de investigación conmemorativos al V centenario de la construcción de su Catedral Nueva. Coordinada por Mariano Casas y auspiciada por la diputación de Salamanca, la publicación lleva por título La Catedral de Salamanca. De Fortis a Magna y en ella he tenido el gusto de participar con un artículo dedicado a un bejarano desconocido, Bernardo Ordóñez de Lara. Para aquellos que no dispongan de la oportunidad de hacerse con este libro, y con el fin de difundir someramente la vida del biografiado, escribo estas líneas que son una sombra de las andanzas de Bernardo, un leal siervo a las órdenes de la nobleza y de la Iglesia salmantina, como le he definido en el título del trabajo no sé si acertada o erróneamente. 



 Portada del libro
La Catedral de Salamanca. De Fortis a Magna

       Por aquello de reunir los datos del personaje de manera cronológica iniciaremos el relato de su vida por su nacimiento. Bernardo Ordóñez de Lara vio la luz en Béjar en el año 1620, hijo menor de Paulo Ordóñez de Lara y de Águeda Fernández de Castañares [1], hidalgos ambos, de rancio abolengo él según prueban las escrituras de probanza de su estatus. El linaje paterno procedía de Salas de los Infantes [2] y su pertenencia al estamento nobiliario había permitido a Paulo introducirse entre la servidumbre funcionarial y administrativa de la Casa Ducal bejarana. Así Ordóñez de Lara desempeñó los cargos de alcalde mayor de la fortaleza o palacio ducal de Béjar y secretario de los duques Francisco III, Alonso I y Francisco IV, lo cual le posicionaba cerca de la familia Zúñiga. Dentro de la compleja corte ducal, compuesta por decenas de personas tanto en Madrid (lugar de residencia habitual de los duques) como en Béjar, Paulo ocupaba una posición preponderante. Por su parte, Águeda Fernández de Castañares, de su mismo nivel social, era sobrina- nieta del cura rector de la parroquia de Santa María la Mayor y comisario del Santo Oficio de la Inquisición, Pedro Fernández de Castañares [3]. La pertenencia a una familia de tales características fue determinante en la vida del pequeño Bernardo Ordóñez de Lara, como veremos posteriormente.