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4 de abril de 2018

Cuando el Duque de Béjar quitaba y ponía rey


Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez
 
Eran otros tiempos, y la verdad es que Álvaro de Estúñiga y Guzmán, como se llamaba entonces, no era aún duque de Béjar sino sólo conde de Plasencia y Justicia Mayor del reino, pero de esos polvos salieron estos lodos. Era de la clase de nobleza levantisca, como muy bien apunta el escritor placentino Jesús Vicente Cano Montero en su novela histórica La Duquesa y el Deán, 2011, y no aguantaba pelos en el lomo. También es cierto que los hechos no se volvieron a repetir hasta mucho después, pero con otros resultados, cuando a dos de su linaje se les acusó de querer levantar Andalucía para convertirla enreino independiente... con uno de ellos como rey. El otro perdió la cabeza.  




 Detalle del retrato de Álvaro de Luna
 en la catedral de Toledo, 1488 



La serie comenzó con el condestable Álvaro de Luna, valido de Juan II, a quien Álvaro y su padre -en realidad toda la familia- llevaron a su eclipse total para librar al rey de su influencia, lo que debe entenderse como librarse ellos mismos de un obstáculo para manejar al rey. De nada le valió a Luna -eso sí post mortem- que un hijo suyo se casara con una hija de Álvaro. Del valido escribió Jorge Manrique, sobrino de Álvaro, en sus Coplas por la muerte de su padre: Pues aquel gran condestable, -maestre que conocimos –tan privado, -no cumple que dél se fable, -sino sólo que lo vimos –degollado.

18 de diciembre de 2017

Sobre don Luis de Ávila y Zúñiga, marqués de Mirabel, y algo más...



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

La noticia de lasubasta del busto de sí mismo regalado por el emperador Carlos V a su amigo ycronista Luis de Ávila y Zúñiga, que ha dado nombre a un salón del Palacio del Marqués de Mirabel en Plasencia, merece algunas precisiones, y la primera es que don Luis no fue el primer detentor del título, sino su tío y suegro Fadrique de Zúñiga y Sotomayor, que lo recibió del mismo emperador.  




Sala Carlos V del Palacio del Marqués de Mirabel, Plasencia.  
Foto Alberto Bravo



      El título nobiliario hace referencia al actual municipio de Mirabel, 30 km al sur de Plasencia, que por haber sido señorío anterior de Francisco de Zúñiga y Manrique de Lara, hijo de Álvaro de Zúñiga y Guzmán, I duque de Béjar, y padre de don Fadrique, lleva en su escudo hasta hoy el campo de plata y la banda de sable del escudo de la Casa de Zúñiga y de los duques de Béjar.

15 de diciembre de 2017

El busto de Carlos V del Palacio de Mirabel se pone en venta en medio del revuelo de las redes sociales



      Corría septiembre de 1556 cuando el recién abdicado césar Carlos V desembarcaba junto a su real séquito en Laredo para iniciar el que sería su último viaje, aquel que llevaría a su último retiro en el Monasterio de Yuste, donde llegó el 5 de febrero de 1557 y donde moriría el 21 de septiembre de 1558. 

 Escudo de don Luis de Ávila y Zúñiga

      Junto al emperador, en su séquito, se encontraba uno de sus hombres de confianza, don Luis de Ávila y Zúñiga, su cronista oficial, comendador mayor de la Orden de Alcántara, Marqués de Mirabel, por su matrimonio con su prima doña María de Zúñiga, Manuel y Sotomayor, II Marquesa de Mirabel, señora de Alconchel, Mirabel y Berantevilla. Don Luis de Ávila, nacido en Plasencia en 1504, era el hijo segundo del II Conde del Risco, don Esteban de Ávila y de su mujer doña Elvira de Zúñiga y Guzmán, hija a su vez del II Conde de Bañares y I Conde de Ayamonte, don Pedro de Zúñiga y Manrique de Lara y de su mujer doña Teresa de Guzmán. Su abuelo fue don Álvaro de Zúñiga y Guzmán, I Duque de Plasencia y I Duque de Béjar. Don Luis quedaría huérfano de padre a los pocos meses de su nacimiento, ocupándose de su educación su madre. Los títulos y estados de su padre fueron heredados por su hermano mayor Pedro Dávila.

22 de octubre de 2017

Béjar, Plasencia y Yuste: una relación interesante

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


       La pintura es ilustrativa porque muestra al emperador Carlos V llegando a su retiro de Yuste sobre una litera, similar a la réplica que hoy se muestra a los visitantes del palacio adjunto al monasterio, a hombros de cuatro portadores. Lo acompaña una breve comitiva de asistentes domésticos, y es recibido en la puerta del cenobio por una procesión de monjes jerónimos ataviados litúrgicamente. No obstante en el Museo del Prado existe otra pintura, de José María Alarcón Suarez, que muestra al monarca llegando a pie acompañado de una numerosa comitiva de nobles y cortesanos, y recibido bajo palio, en esta ocasión, por los monjes. Ambas pinturas son del siglo XIX.
 
Entrada del Rey Carlos V (sic) en el Monasterio de Yuste, por Antonio Casanova y Estorach. Museu Nacional d´Art de Catalunya.  elmundo.es

28 de agosto de 2017

Una mujer como lazo entre Plasencia y Santiago de Chile



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

        Considerada entre los grandes personajes de la historia de Chile en el contexto de un panteón eminentemente masculino, la placentina Inés de Suárez llegó acá a los treinta y siete años de edad, con antecedentes personales que ya daban para una novela.

La actriz chilena Fernanda Urrejola en un proyecto fílmico de Chilevisión, 2016. Foros.fotech.cl

       En el reportaje Inés de Suárez refugiada en la ficción (La Tercera 05/09/2015) el periodista Pedro Bahamondes Chaud describe la participación de la única española en la conquista de los confines australes del planeta, y establece diferencias entre los relatos de la gesta. Sobre el traumático episodio de la primera defensa de Santiago, cita al historiador Benjamín Vicuña Mackenna en Historia crítica y social de la ciudad de Santiago, 1869: Fue ésta la primera mujer que formara su hogar en este suelo de dulces hogares, y aquello que han contado del degüello que hizo de siete caciques por su propia mano, no es sino uno de esos plagios de escritores pedantes que quisieron pintarla como Judith, esta caricatura demonizada de la mujer.

21 de agosto de 2017

Mujeres extremeñas en el asentamiento español en Chile



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


Inés de Suárez nació en Plasencia en 1507. Su madre, mujer laboriosa y sencilla, le enseñó el oficio de costurera y la figura de su padre, de quien nada se sabe, fue reemplazada por la de su abuelo, carpintero ebanista. Era Inés poco sociable y sólo se entendía con su hermana Asunción. Inducida por su abuelo casó con Juan de Málaga, de quien no tuvo hijos y que pronto marchó a América. Pasaron los años sin noticias de su marido e Inés, que tenía temperamento, consiguió una licencia del rey y fue a buscarlo. Al enterarse que este había muerto, se las ingenió para obtener una pensión de viudez, y por añadidura recibió también una encomienda de tierras y de indios en Cuzco, Perú.         




Inés de Suárez representada en una teleserie. Enterartenoticias.blogspot.com



Tocó la casualidad que la encomienda de Inés lindaba con la del también extremeño Pedro de Valdivia, que se aprestaba a partir a Chile. A pesar de que Pedro era casado en España, ambos se atrajeron e Inés decidió acompañarlo. El permiso para viajar le fue extendido a Inés como sirviente doméstica de Valdivia para evitar problemas con la Iglesia. En el nuevo destino, donde Inés es considerada una de las fundadoras de la capital, desempeñó un papel muy importante, siendo descrita por el historiador moderno Tomás Thayer Ojeda como una mujer de extraordinario arrojo y lealtad, discreta, sensata y bondadosa, que disfrutaba de una gran estima entre los conquistadores

15 de mayo de 2017

La "placa de las tres mentiras"

*Hace un par de semanas colgamos en el blog una entrada de Jorge Zúñiga titulada "De cómo los duques de Béjar perdieron Plasencia" y en ella se hacía mención y transcribía una placa de granito promovida por el Centro de Iniciativas Turísticas de Plasencia en 2006 justo en la entrada del palacio de Mirabel, la antigua residencia de los duques de Béjar y Plasencia. No haré mención al texto ahora porque de ello se encargará Jerónimo Gómez-Rodulfo en el siguiente artículo, que no es ni más ni menos que una carta enviada por este bejarano, placentino de adopción, en aquel año al marqués de Griñón, propietario del inmueble, y a los medios de comunicación para que se hiceran eco de los errores que contiene dicha placa. 

Autor: Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero. Autor del blog Los Abdones

 16 Agosto 2.006

Muy Sr. mío:

      Con motivo de la invitación que, en su día, me hizo D. Sixto Luceño, Presidente del Centro de Iniciativas y Turismo de la Comarca de Plasencia, de participar, al menos en calidad de amigo, en las actividades para la colocación de una placa conmemorativa a D. Juan de Zúñiga, me he enterado de la propuesta definitiva para la redacción de la placa y, como no estoy de acuerdo con la forma en que se están desarrollando las actuaciones y, aunque no tengo ningún cometido ni cargo, me he permitido redactar un escrito expresando mi opinión sobre el asunto.


Le adjunto el escrito, que he enviado al CIT de Plasencia y al periódico HOY, para su conocimiento.


 Atte.


PLACA A D. JUAN DE ZÚÑIGA

       Hace unos meses, mi amigo y compañero de afición sobre la historia local, Sixto Luceño, que es Presidente del Centro de Iniciativas y Turismo de la Comarca de Plasencia, me informó de que estaba promoviendo la colocación de una Placa conmemorativa de la figura de D. Juan de Zúñiga y Pimentel, en la zona comprendida entre el Parador de Turismo y el Palacio de los Marqueses de Mirabel, ambos edificios muy ligados a la vida de D. Juan.


2 de mayo de 2017

De cómo los duques de Béjar perdieron Plasencia



 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

*A Jerónimo Gómez-Rodulfo Barbero, bejarano-placentino (autor del blog Los Abdones)

      En 1442 d. Juan II hizo merced de la ciudad a d. Pedro de Zúñiga, conde de Ledesma, a cuyo título añadió el de Plasencia. Poco después revocó la donación por ser excesiva y contra su voluntad; pero la revocación no se llevó a efecto, y continuaron gozando del señorío de la ciudad el duque d. Álvaro, hijo del conde d. Pedro, y el duque d. Álvaro su nieto. En 1488, informada Isabel la Católica de que la merced había sido hecha por importunidad y revocada con justa razón, acordó restituir la ciudad al señorío real, dice el historiador y economista compostelano Manuel Colmeiro Penido, en Cortes de los Antiguos Reinos de León y de Castilla, 1883. En realidad fue la nobleza placentina, encabezada por los Carvajal, la que se levantó en armas contra los Zúñiga, ya duques de Béjar, para recuperar el poder que detentaban anteriormente sobre la ciudad y las rentas de las tierras que dependían de las mismas, según el catedrático de la Universidad de Extremadura Antonio Miguel Linares Luján, en El Mercado Franco de Plasencia, 1991. El movimiento habría sido ratificado en las puertas de la catedral por Fernando el Católico, que juró defender siempre los fueros y la libertad de Plasencia, tomando posesión de ella.   




Homenaje a Fernando de Aragón en la fiesta del Martes Mayor de Plasencia. Radiointerior.es



      En la Universidad Complutense de Madrid se encuentra un memorial que alrededor de 1728 envió el XI duque de Béjar, Juan Manuel de Zúñiga, al rey Felipe V, y que en la presentación dice lo siguiente:  Señor: el duque de Béjar, desposeído duque de Plasencia en sus abuelos, persuadido de la benigna justificación de V. Majestad e impelido de la obligación que le impone su conciencia como administrador de su Casa y mayorazgos, legítimamente fundados sobre las sólidas basas de facultades reales, repite hoy, con el mayor rendimiento a los pies de V. Majestad, la súplica que del hecho que propone resultará atendida, como espera la justicia de su causa.

15 de marzo de 2017

De judíos, cristianos y musulmanes en el linaje de los Duques de Béjar



 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

Du nouveau sur le royaume de Pampelune au IXe siècle, publicado por Évariste Lévi-Provenzal en el Bulletin Hispanique en 1953, reveló los fuertes lazos familiares del tronco navarro de los duques de Béjar con la dinastía de los Banu Qasi, señores musulmanes del Ebro, y con el emirato de Córdoba que dominó gran parte de la península.       


La península ibérica a comienzos del siglo X, mapa publicado por la Universidad de Texas

       Esta situación duró hasta la tercera generación de los reyes de Pamplona, cuando Fortún Garcés (aún no existían los apellidos en España) comenzó a alejarse de sus raíces islámicas, pero alcanzó a manifestarse en el nacimiento de Abderramán III, el más grande gobernante de la España musulmana, hijo de una bisnieta de Íñigo Arista (nota anterior)    



Corte de Abderramán III, por Dionís Baixeras, 1885

20 de febrero de 2017

Arquitectura y poder: el linaje de los duques de Béjar



Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez


La infatigable historiadora que dirige este blog, tuvo la gentileza de enviarme la foto antigua de una puerta del palacio ducal de Béjar desaparecida durante las obras de transformación del edificio en instituto de enseñanza secundaria, situada al final de la calle Los Curas, que permitía la entrada por el oeste al recinto palaciego.      







       Más que de desolación y ruina, la imagen transmite una sensación de majestuosidad que evoca el mundo de las narraciones fantásticas escuchadas en la niñez, y por una vía más racional remite a la relación que ha existido siempre entre la arquitectura y el poder. Hay varias obras que explicitan el tema, entre ellas Arte, poder y sociedad en la España de los siglos XV al XX, 2006, del español Miguel Cabañas Bravo y otros, y La arquitectura del poder, 2007, del británico Deyan Sudjic.

13 de febrero de 2017

Enrique IV de visita en Béjar (entre enero y mayo de 1468)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Semanario Béjar en Madrid nº 4.758 (5/08/2016), p. 4.



        La pista me la ofreció una amiga internauta, autora del blog “Todo lo que tiene nombre existe”, Ainhoa. Las cosas ocurrieron como por casualidad: en una visita a una exposición dedicada al Gran Capitán en el Hospital Real de Granada se topó con una carta custodiada tras un cristal. Tras acercarse a ella y leer su contenido, se asombró tanto de la fecha y del remitente como del lugar donde había sido redactada. Al volver a casa me mandó un correo electrónico dándome la noticia, pensando, en la duda, de si se trataba de un hecho sobradamente conocido para nosotros o una primicia interesante para una investigadora ávida de datos frescos del pasado. El interés de la misiva estribaba, como decimos, en la fecha (24 de mayo de 1468), el remitente (el rey de Castilla Enrique IV, hermanastro de Isabel la Católica) y el lugar de redacción (¡Béjar!).

 Enrique IV de Castilla

          Salté impulsada como por un resorte en cuanto leí los datos que me ofrecía en la pantalla del ordenador y comencé a bombardearla a través del chat de facebook. ¿De dónde procedía la carta? Del Archivo de los Duques de Maqueda, me desveló. Y, ¿qué decía en ella el rey? Pues daba las gracias a los castellanos de Badajoz por haber sido leales en un ataque fronterizo. Y, ¿a quién iba dirigida? La de la exposición se envió al primo del Gran Capitán, Diego Fernández de Córdoba, primer conde de Cabra

18 de octubre de 2016

Y los Duques de Béjar… ¿qué se fizieron?*



  Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

     El traslado de los restos del VII duque de Béjar Francisco López de Zúñiga (nacido y fallecido en Béjar)  desde el convento Madre de Dios de Sanlúcar de Barrameda a la iglesia Santiago Apóstol de Gibraleón en octubre de 2012 lleva a preguntarse qué fue de los restos de los once duques restantes del mismo título, linaje y apellido.




Recepción de los restos del VII duque de Béjar en Gibraleón, 2012 (Bejar.biz)



Los restos de Álvaro de Zúñiga y Guzmán (n. Encinas, Valladolid, f. Béjar), I duque de Béjar, se encuentran  en la iglesia San Vicente Ferrer, que él mismo mandó construir en Plasencia, junto a los de su sobrina y segunda esposa Leonor Pimentel y Zúñiga y los del hijo de ambos, Juan de Zúñiga y Pimentel, maestre de la Orden de Alcántara.


 Iglesia San Vicente Ferrer en Plasencia

15 de febrero de 2016

Sobre un retrato ecuestre del Palacio de Mirabel (Plasencia)



 Autor: Alberto Bravo Martín, Blog Reinado de Carlos II

En una reciente excursión a Plasencia pude finalmente visitar el interior del Palacio de los Marqueses de Mirabel que junto a la catedral constituye el edificio más representativo de la ciudad. El Palacio fortificado fue construido en el siglo XVI por los Duques de Plasencia don Álvaro de Zúñiga y doña Isabel de Pimentel, y constituye un magnífico ejemplo de arquitectura renacentista nobiliar. Actualmente pertenece a la familia Falcó, depositarios del título de Marqueses de Mirabel, siendo la actual titular Alejandra Falcó y Girod por cesión de su padre, el famoso Carlos Falcó, V Marqués de Griñón y XIII de Mirabel. 
 


 En la visita al Palacio de Mirabel destacan, entre otros espacios, el patio renacentista decorado con los blasones de los Zúñiga-Mirabel; el conocido como Salón de Carlos V, dominado por un busto del Emperador, obra de Pompeo Leoni; el Salón de Firmas, decorado con los retratos del Conde de Gondomar y su familia; el amplio mirador, con pintoresco jardín colgante que se asoma a la plaza de San Nicolás, decorado con numerosas esculturas y restos romanos; o el salón de los trofeos de caza del VIII Duque de Arión, con la colección de piezas cobradas en la primera mitad del siglo XX y que incluye además un carruaje de época isabelina.

1 de febrero de 2016

Sobre"La Duquesa y el Deán -Historia de una Ambición-", de Jesús Vicente Cano Montero, o la Odisea de un Libro



 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

         Estoy seguro de que la referencia sobre este libro (novela histórica) la encontré en Pinceladas de Historia Bejarana, pero no he podido confirmarlo. Es mucha la información que entrega este blog. El caso es que el tema que trataba me quedó dando vueltas, y me puse en acción hasta que lo tuve en mis manos. El cómo y lo que tardó es motivo del comentario final, y ahora vamos al quid, como decían los romanos.




La Duquesa y el Deán –Historia de una ambición-, de Jesús Vicente Cano Montero, 2011



         La duquesa es doña Leonor Pimentel y Zúñiga, sobrina y mujer de Álvaro de Zúñiga y Guzmán (qué machista es la lengua española; tiene su contrapartida en el homme de la francesa. Podría haber escrito esposa, cónyuge, consorte, pero sonaba cursi para el caso), por entonces conde de Plasencia y duque de Arévalo, futuro I duque de Béjar. El deán es mosén Diego de Valera (Diego de Jerez en el texto), conquense, educador del hijo de la pareja, Juan de Zúñiga y Pimentel, maestre de Alcántara (Torres y Franco-Romero, Lucas de: Mosén Diego de Valera: Su vida y obras, 2008; Cátedra, Pedro M.: La historia de la Casa de Zúñiga otrora atribuida a mosén Diego de Valera, 2003; Scandellari, Simonetta: Mosén Diego de Valera y los consejos a los príncipes, 2007).


12 de septiembre de 2015

De cómo Álvaro de Zúñiga y Guzmán llegó a ser primer Duque de Béjar

       Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez 

      Hijo de Pedro de Zúñiga (Estúñiga) y García de Leiva, conde de Ledesma y de Plasencia, II señor de Béjar y otras villas, Justicia Mayor de Castilla y Alcalde Mayor de Sevilla; y de Isabel de Guzmán y Ayala, señora de Gibraleón, nació alrededor de 1410 en Encinas de Esgueva (Valladolid) en el castillo que su abuelo, Diego López de Estúñiga y Orozco, había mandado construir en 1394. En sus primeros años recibió educación junto con el primogénito de Enrique III, futuro Juan II.  

 Álvaro de Zúñiga en la serie Isabel

Castillo de Encinas en la actualidad. Foto elnortedecastilla.es

        Heredó a sus padres y abuelo en bienes, títulos y cargos, y antes de cumplir veinte años casó con Leonor Manrique de Lara y Castilla, hija del señor de Amusco, Palencia, y bisnieta de Enrique II Trastámara y de Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, con la cual tuvo nueve hijos. Viudo a los cincuenta años, casó con su sobrina y ahijada Leonor Pimentel y Zúñiga, de diecinueve, hija del conde de Mayorga y de su hermana Elvira de Zúñiga, con quien tuvo cuatro hijos más.   

17 de abril de 2014

El castillo de Béjar y otras fortificaciones de su entorno: origen y arquitectura (3ª Parte)



Autor: Roberto Domínguez Blanca
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2013, pp. 71-76.

 Castillos del territorio castellano (III)

           Continuando hacia Béjar, en Sorihuela, el castillejo era una defensa altomedieval que cita Grande del Brío [1], tal vez poco más compleja que una torre y de la que nada más sabemos. Desde luego el emplazamiento actual de su iglesia parroquial parece el lugar idóneo para una atalaya vigilante. 

            Ya en Béjar, el castillo, transformado en palacio por los duques desde el siglo XVI (del cual se hizo una amplia entrada en este blog), se erigió en el punto que entonces era la entrada a la población, frente al descampado de lo que hoy es la Plaza Mayor. Cuando una población amurallada se eleva sobre un cerro escarpado, el castillo suele ubicarse o bien en el lugar más elevado, para aprovecharlo como atalaya y como último reducto defensivo (castillo de Montemayor del Río), o bien en el lugar más débil junto al acceso a la población (castillo de Miranda del Castañar). Este último caso es el de Béjar. Curiosamente, al ampliarse la muralla hacia poniente y el barrio de San Juan hasta la nueva puerta de la Villa, el castillo queda en una localización para nada adecuada. Quizás esto fue lo que obligó construir el demolido castillo de Campopardo, en la parte más alta de la villa como excepcional atalaya.

 Castillo-palacio de Béjar

17 de marzo de 2013

El "duque fabricante" don Juan Manuel II: breve biografía (2ª Parte)


Autores: Alberto Bravo Martín y Carmen Cascón Matas
        
Para entender el papel preponderante del Duque de Béjar, Juan Manuel II,  en la Corte y lo que ello significó para el desarrollo de la pañería en Béjar y otros estados es preciso desglosar su vida y los logros que acumuló junto al rey de la nueva dinastía Borbónica, Felipe V. 

El 1 de noviembre de 1700 moría en Madrid Carlos II, declarando como sucesor (al no tener descendencia a pesar de sus dos matrimonios) a su sobrino-nieto Felipe, Duque de Anjou, hijo del delfín Luis y nieto de Luis XIV y de su mujer,  la infanta María Teresa, hermana del citado Carlos II. El día 4 de diciembre de 1700 el nuevo rey Felipe V partía de la corte francesa rumbo a España. Por el camino, todavía en Francia, recibió las embajadas de diversos nobles españoles, entre ellos, la del Duque de Béjar que fue besarle la mano a Mont de Marsan[1]. También debió estar don Juan Manuel presente en la famosa celebración de Bayona, uno de los episodios más significativos de ese recorrido. Allí se organizó un interminable besamanos con todo tipo de fiestas, incluso una corrida de toros. Finalmente, el Rey hizo su entrada en España por Irún el 22 de enero, llegando a Madrid el 18 de febrero y pasando a alojarse en el Palacio del Buen Retiro.

 Felipe V


El 5 de mayo tuvo lugar la consagración de Felipe V como nuevo Jefe y Soberano de la Orden del Toisón de Oro, máxima distinción que otorgaba el Rey de España, siéndole impuesto el collar por el Duque de Monteleón y actuando como padrinos el Marqués de Villena y el Duque de Béjar. Como se puede ver, don Juan Manuel fue uno de los nobles que más activamente participó en el cambio de reinado y de dinastía. Además, Felipe V le recompensaría con una llave de gentilhombre de la cámara[2].

22 de diciembre de 2010

Títulos que concentraba el duque de Béjar don Manuel de Zúñiga, un niño al inicio de la regencia de Mariana de Austria


*A petición de Su Majestad Carlos II y su blog el Reinado de Carlos II y en conmemoración del nacimiento de la reina regente Mariana de Austria

Mientras en la corte se produce la muerte del rey Felipe IV y se inicia la regencia de la reina Mariana de Austria durante la minoría de edad de Carlos II, que tenía entonces 4 años, ostentaba el título de décimo duque de Béjar otro niño: Manuel de Zúñiga y Mendoza. Nacido en Béjar en 1657, cuando llega su señor y soberano Carlos II al trono Manuel tenía 8 años y sus señoríos se hallaban regentados por su madre Teresa Sarmiento de la Cerda, quien tuvo que hacerse cargo de ellos en 1660 a la muerte de su esposo Juan Manuel I. Si nos fijamos en las casualidades Manuel heredó los señoríos paternos con 3 años y Carlos II con 4, por lo que serán sus respectivas madres, Teresa y Mariana, quienes se tengan que poner manos a la obra para gobernar los destinos de sus familias. Las regencias de ambas coinciden en el tiempo, por los menos hasta la mayoría de edad de Manuel.

Escudo de la Casa de Zúñiga

4 de julio de 2009

El Licenciado Castañares y la lucha por la preeminencia (2ª Parte)



Autor: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4452. Julio de 2007.




El conflicto por la preeminencia parroquial entre las iglesias de San Juan Bautista y de Santa María la Mayor no terminó, sino que se acentuó aún más si cabe. Ya relatamos en el artículo antecedente los altercados que se produjeron entre los clérigos de Béjar el 14 de agosto de 1597, día del entierro del cura rector de San Juan, y los del día siguiente, hechos motivados por el orden de las cruces procesionales y que se resolvieron con la confirmación de la preeminencia de la de Santa María.. Los alborotos continuaron un año después: en mayo de 1598 el Obispo de Plasencia, ante la situación, y por un despacho enviado por el duque de Béjar Francisco III, resuelve dirimir el conflicto volviendo a confirmar la preeminencia de la parroquia de Santa María, declarada ya por D. Pedro Ponce de León en 1568. Sin embargo, la resolución no parece ser aceptada, pues un tal Gaspar de Oviedo, entre otras personas, enviaron despachos desde el Consistorio a Plasencia contra esta medida. La decisión del Obispo, apoyada por el Duque, se mantuvo con firmeza, a pesar de las dichas oposiciones.

Tribunal de la Inquisición. Extraído de portal planeta

Pero, la vida del Licenciado Castañares no se centró sólo en conflictos: como cura párroco de Santa María la Mayor, a la que se adscribía el Palacio Ducal, poseía el privilegio de bautizar a los hijos de los duques de Béjar. Así ocurrió en el caso de Don Alonso de Çúñiga y Sotomayor, hijo legítimo y primogénito de los Excelentísimos Señores Duques de Béjar Francisco Diego López de Çuñiga Sotomayor y Doña Ana de Mendoça su mujer bautizado por nuestro personaje el día 11 de Febrero de 1621 y que luego sería Duque de Béjar con el nombre de Alonso II. (si quereis saber más de los bautismos y otras ceremonias de la familia ducal
http://ccasconm.blogspot.com/2008/12/ceremonias-religiosas-y-familia-ducal.html
http://ccasconm.blogspot.com/2009/01/normal-0-21-false-false-false.html


29 de junio de 2009

El Licenciado Castañares y la lucha por la preeminencia (1ª Parte)


Autor: Mª del Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.451. Julio de 2007


El Licenciado Castañares recorre nuestras calles de Béjar durante el Siglo de Oro, a caballo entre un siglo XVI, sinónimo de apogeo del dominio español, que declina, y un siglo XVII, sinónimo de crisis, que comienza; entre los reinados de Felipe II y de Felipe III; entre los ducados de Francisco II (que embelleció el palacio ducal con la construcción de su patio y cuya viuda doña Brianda mandó construir el Convento de la Piedad), Francisco III (que costeó el patio del Convento San Francisco), Alonso I (a quien dedicó Cervantes su primera parte del Quijote) y Francisco IV (mecenas como todos sus antecesores).

El señor licenciado Castañares (cuyo nombre completo era Pedro Hernández o Fernández de Castañares) nació con probabilidad en Béjar entre las décadas de 1560 o 70. No sabemos si el Pedro Hernández de Castañares que aparece citado en el Libro de reducción parroquial de 1568 es nuestro personaje o su padre. Lo que sí es cierto que el Antonio Hernández de Castañares, al que hace mención, ejercía en Béjar profesión de notario por esas mismas fechas, lo que denota que su familia debía poseer cierto carácter hidalgo o con posibles, pues este oficio requería una cierta solvencia económica. El hecho de poder cursar estudios mayores o universitarios indicaba una familia que podía costear los gastos que conllevaban esos estudios, pues la mayoría de la población sólo podía aspirar a sobrevivir de la agricultura en medio de un analfabetismo generalizado. La suerte de haber nacido en el seno de una familia del estamento privilegiado, permitió al padre de Pedro dedicar a su hijo a la carrera eclesiástica con el título superior de licenciado.Al término de sus estudios, vuelve a Béjar, siendo destinado a la iglesia de Santa María la Mayor y nombrado párroco en 1592, tras la muerte de Francisco Gil de Arellano.



Estatua orante del Licenciado Pedro Hernández de Castañares.
Iglesia de Santa María la Mayor. Béjar.