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26 de noviembre de 2018

El hermanamiento entre Béjar y Gibraleón a través de un linaje hidalgo de la Edad Moderna: los Pizarro (2ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas 
Publicado:  Revista Cultural de Gibraleón (Huelva) nº17. Junio de 2015

         En 1713 dejará este mundo Francisco Pizarro y Pedraza y en 1729 le seguirá su esposa doña Ana López Dávila, según la partida de defunción, muerta “de repente”. Al fallecimiento de su padre heredará el mayorazgo de los Pizarro y el vínculo de los López Dávila, como hemos comentado, su hijo Francisco Pizarro y Pedraza quien, como clérigo, no tendrá descendencia legítima.

 Iglesia de El Salvador. Béjar

      A la hora de redactar su testamento en 1734 designará como heredero del mayorazgo a su sobrino Antonio Raimundo, hijo de Juan Vicente. El segundón de la familia había casado en tres ocasiones con mujeres nacidas en Gibraleón y con todas ellas tuvo descendencia, primero con María Camacho y Blanco, después con Mª Josefa Ojeda y Rivera y por último con su prima Mª Agustina Pizarro y Acorso. Nos interesa mencionar a algunos de ellos porque seguirán consolidando los intereses familiares en ambas villas hermanas. Con María Camacho y Blanco, Juan Vicente había tenido en Gibraleón en 1714 a Antonio Raimundo Pizarro y Pedraza, quien heredaría el mayorazgo fundado por su abuelo Francisco Pizarro y Pedraza en Béjar, como hemos dicho. Mientras sus hermanos José (habido con su prima Mª Agustina Pizarro Acorso), Francisco Tadeo (Gibraleón, 1737-1799), Antonia, Isabel, Juan Antonio (casado también con su prima Mª Antonia Pizarro y Acorso, nacido en Gibraleón y muerto en Béjar) y María (casada con el onubense José de Mora y Negro) permanecían Gibraleón, él se apartaría de la senda del linaje en tierras andaluzas para seguir la política de engrandecimiento familiar en tierras salamantinas. 

29 de octubre de 2018

Bejaranas en los sucesos revolucionarios de 1868 (2ª Parte y final)

Autor: Ignacio Coll Tellechea
Publicado: Revista de Fiestas y Ferias de Béjar, 2018.

      ¿Por qué no tenemos noticia de la presencia de mujeres bejaranas en las huelgas y mítines que se multiplicaron durante la Primera República?” ¿Y en Béjar? 

     Poco sabemos de la actividad femenina durante el Sexenio Revolucionario. Quizás, y esto es una hipótesis, las bejaranas centraban sus esfuerzos en las actividades fabriles que ocupaban a muchas de ellas, de manera que la familia y el textil no dejaban tiempo para emprender otro tipo de iniciativas de carácter intelectual. Pero dando esto como posible ¿Por qué no tenemos noticia de su presencia en las huelgas y mítines que se multiplicaron durante los meses de la Primera República, como sí ocurrió con las obreras textiles de Valladolid, Valencia, Sevilla y Málaga? 



22 de octubre de 2018

Bejaranas en los sucesos revolucionarios de 1868 (1ª Parte)

Autor: Ignacio Coll Tellechea
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018 y emn el blog de su autor CollCenter


A Belén, y al resto de mujeres valientes que lo fueron 

         Hace ahora dos años, en el lugar exacto donde se levantaba la Puerta de Ávila, junto a las lápidas de mármol que recuerdan a la Junta Revolucionaria y a los mártires de la libertad, Ana Sánchez White se preguntó en voz alta: “¿Dónde están las mujeres?”. Quienes la escuchábamos repasamos los más de 40 nombres de los protagonistas de los sucesos revolucionarios de Béjar grabados en las dos placas. Todos varones. Y el silencio fue la única la respuesta. La duda de la periodista, invitada a hablar en el acto que cada año celebra la Agrupación Socialista para recordar el 28 de septiembre, abrió la puerta a la reflexión pública sobre el papel de las bejaranas en los sucesos revolucionarios que se conmemoran en esa fecha, y de las que, hasta ahora, no hemos tenido apenas rastro. ¿Dónde están las mujeres en la narración de lo que ocurrió en Béjar en aquella jornada revolucionaria? ¿Qué papel jugaron? E incluso la primera de las preguntas y más básica ¿Quiénes eran? ¿Conocemos siquiera sus identidades? 

 Sucesos de París de 1848

       El incompleto relato de lo ocurrido en la ciudad en las últimas semanas del verano de 1868 prescinde de cualquier mención en femenino. Ni Béjar al vapor de los sucesos revolucionarios de 1868, la crónica en caliente de Juan Muñoz de la Peña, ni las reseñas en prensa que se publicaron al triunfar la revolución aportan mención alguna a las mujeres de la ciudad. Y la historiografía más reciente apenas ha aportado un par de nombres

3 de julio de 2018

El Fuero de Béjar restaurado

*En febrero de este año 2018 volvió completamente restaurado el Fuero de Béjar tras una larga intervención (ocho meses) que supuso la recuperación de 174 folios de pergamino datados en el siglo XIII. La Junta de Castilla y León inivirtió un total de 27.000 euros. Esta semana se inauguran unas Jornadas llamadas "Jueves de Fuero", organizadas por el Instituto Castellano Leonés de la Lengua, la Diputación de Salamanca, la Universidad de Salamanca y el Ayuntamiento de Béjar, en las que intervendrán diversos expertos en la materia y se inaugurará una exposición a mediados de mes.

Me gustaría recuperar esta semana, en relación a todo esto que comento, un artículo que se publicó en 2016, cuando el Fuero estaba a punto de ser enviado a los talleres de restauración porque en él se ofrecen muchos detalles, tanto de la intervención como de su importancia documental. 

Autor: Ignacio Coll Tellechea
Publicado: El Día de Salamanca, 24 de Julio de 2016. 
Título original:  El Fuero de Béjar se prepara para su restauración y tendrá una edición facsímil


     Mide 25’7 centímetros de alto por 16 de ancho. Está encuadernado en tablas de madera, probablemente con posterioridad al siglo XIV, y conserva la huella de varios clavos que le servirían de adorno. Su escritura es francesa, de la segunda mitad del siglo XIII, a línea tirada y rayado a punta seca. En total se compone de 174 folios útiles en pergamino que terminan de forma abrupta, sin las rúbricas correspondientes. 




20 de junio de 2018

El barroquismo de la procesión del Corpus de Béjar

Autora: Carmen Cascón Matas


Aunque sea a toro pasado no queremos dejar pasar el Corpus bejarano, tan conocido a nivel nacional por sus famosos hombres de musgo, sin mostraros una serie fotográfica. 



      El reportaje fotográfico, cuyo autor es Manuel Álvarez-Monteserín Izquierdo, a quien damos las gracias por su generosa aportación, viene aderezado por la transcripción de un documento de 1614 que nos transportará a una época en que el Corpus erta una manifestación religiosa, pero también civil, de la sociedad. 



23 de mayo de 2018

Béjar bajo el prisma militar según una encuesta de 1836


Autor: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid nº 4.794 (2/02/2018), p. 4.

A principios del siglo XIX Béjar dejaba pasar las lentas hojas del calendario siendo una villa, industriosa, sí, con fábricas laborando en los márgenes del Cuerpo de Hombre, sí, con una inmigración creciente de mano de obra, sí, mas continuaba con sus trazas de población rural, con presencia más que evidente de ganadería y una escasa agricultura. O así es al menos como nos la imaginamos, provinciana todavía, sin título de ciudad (no lo conseguiría hasta 1850), sin Escuela Industrial, con las calles enfangadas por la lluvia y casuchas misérrimas en la mayoría de su caserío. ¿O quizá no? 

 Sede de la Capitanía en Valladolid. Foto sacada de aquí


En 1836 la Capitanía General de Castilla la Vieja, con sede en Valladolid, remite un cuestionario a Béjar [1] con el fin de obtener datos fidedignos sobre distintos aspectos considerados relevantes en lo militar, dejando atrás otros asuntos no menos interesantes. La situación a nivel nacional así lo requería, por un lado, por haberse producido el motín de La Granja -un grupo de soldados y sargentos de la Guardia Real había obligado a la reina regente María Cristina y a su hija, menor de edad, Isabel II a jurar la constitución de 1812 e implantar un gobierno progresista- y, por otro, por encontrarse en plena efervescencia la Primera Guerra Carlista

14 de marzo de 2018

La misteriosa mujer del camino (1835)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid

      Sabido es que la presencia de figuras femeninas en la documentación de otros tiempos es meramente testimonial y difícil de encontrar, más allá de damas pertenecientes a la nobleza (veáse duquesas de Béjar en la documentación local) o a la Iglesia. Debemos recurrir a expedientes legales para toparnos con mujeres en particiones de herencias, tutorías por minorías de edad o casos delictivos, entre otros. 


Foto extraída de aquí

Y si el trato hacia las mujeres y su relevancia social se reducen a un soplo en los testimonios escritos del pasado no digamos en lo referente a personas con enfermedades de tipo psicológico en lo que entonces se englobaba en el saco de la locura. Ya tratamos en estas páginas de un caso significativo con muerte enlas calles de Candelario[1] que debió de ser sonado por el expediente que generó a nivel legal. El artículo de hoy se centra en una mujer y en una hipotética locura…o no

19 de noviembre de 2017

Apuntes para una feria en decadencia (3ª Parte y final)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio de Béjar, 2016.


         Llegamos así al siglo XIX, concretamente al año 1835, y según un informe que el Ayuntamiento presenta al Gobierno por Real Orden[1], los principales artículos que se comerciaban en Béjar se circunscribían dentro de la ganadería (mular, caballar, vacuno, cabrío y cerdoso), además de granos (trigo, centeno, cebada y garbanzos). No faltaban los curtidos, los paños de lana, las telas y los muebles



Por lo que se deduce de la documentación, la feria había crecido en demasía con el paso de los años y a esas alturas la organización de los puestos brillaba por su ausencia. Hora era de poner orden en ese caos. Es curioso que justo un año antes de los acontecimientos de 1868, aquellos que elevaron a Béjar a la categoría de Ciudad Liberal y Heroica, se tomaran de una vez por todas medidas contra la desorganización y el caos que imperaba en la feria. Nadie hacía presagiar lo que ocurriría a doce meses vista. El Ayuntamiento decide en el pleno del 8 de julio de 1867 [2], como introducíamos al comienzo del artículo, aprobar unas nuevas ordenanzas de ferias y mercados. Dicen así:

 Plaza mayor en un día de mercado
Fotografía de Archivo fotográfico y documental de Béjar

12 de noviembre de 2017

Apuntes para una feria en decadencia (2ª Parte)



Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de la Cámara de Comercio, 2016. 

La feria bejarana de la Edad Moderna no se emplazaba en septiembre como hoy día, sino en el mes de agosto, quizá para aunar a la mayor cantidad de paisanos posible, y concentraba en un mismo espacio la feria de ganado y de productos varios. En concreto durante el reinado de los Reyes Católicos se desplegaba durante dos meses completos, coincidiendo con el estío[1]


    El paso del tiempo hizo mella en dicho evento y al duque Juan Manuel II, ya en el siglo XVIII, le fue preciso echar mano de su influencia en la corte (apoyó la causa de Felipe V, el pretendiente borbónico que ganó la guerra de Sucesión) para auparla de nuevo a sus cotas de influencia primigenia, más que nada porque cada Duque había cambiado las fechas de la feria a su libre albedrío. Así, en 1736, logra colocarla a finales de septiembre justo antes de la celebración del patrón de la villa, san Miguel. Durante tres días (25, 26 y 27 de septiembre) las calles de Béjar, desde los despoblados Prados de la Justa y de la Corredera hasta la Calleja de San Nicolás (más o menos por el actual Casino Obrero), se sucedían los puestos en una cadena que parecía no tener fin. Para el ganado de cerda, lanar, vacuno, cabrío y caballar se reservaron los extramuros de la villa (Corredera y Justas); para los comestibles y demás géneros los puestos intramuros, es decir, desde la Puerta de la Villa hacia dentro siguiendo la calle Mayor y paralelas, e incluso las colindantes. 

15 de octubre de 2017

De cuando en Béjar llovieron campanas




Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Semanario Béjar en Madrid, 4.781 (21/VII/2017), p. 6.

            El año de 1836 trajo consigo muchas novedades para Béjar entre ellas la extinción y desamortización de los tres conventos de la villa, dos de mujeres (Anunciación- franciscanas y Piedad- dominicas) y uno de hombres (San Francisco- franciscanos) con las consecuencias sociales y económicas, además de artísticas, que esa decisión a nivel estatal trajo consigo. Sin detenerme mucho en la explicación del proceso, complejo y que serviría para un trabajo investigador más extenso, señalaré que el motivo principal para suprimir los monasterios fue monetario. Dado que la mayoría de los cenobios contaban con escasos moradores e ingentes propiedades sin explotar, los gobiernos liberales de la primera mitad del siglo XIX fomentaron su supresión para sacar en pública subasta sus haciendas y ponerlas en producción. Los principales beneficiarios no fueron los campesinos, como se proclamaba hipócritamente, sino la burguesía detentadora del poder, es decir los valedores de la medida, compradores de las tierras desamortizadas.


1 de octubre de 2017

Sobre aquellos paisanos cuyos nombres quedaron grabados en la placa de los héroes

Autora: Carmen Cascón Matas 
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.786 (06/10/2017), p. 7.

*El pasado 28 de septiembre los bejaranos recordamos los sucesos acontecidos en Béjar en 1868. Anualmente se conmemora con una marcha cívica desde el monumento a los Cañones de Víctor Gorzo hasta el cementerio de San Miguel donde el alcalde deposita un ramo de flores sobre la tumba de los caídos en esa jornada y pronuncia unas palabras en su nombre. Después de este acto la Agrupación Socialista Bejarana convoca a los bejaranos a asistir a un discurso en el lugar donde en aquellos tiempos se alzaba la desaparecida Puerta de la Villa, uno de los puntos calientes de aquella jornada gloriosa para la historia de Béjar. Este año esta que escribe tuvo el honor de pronunciar el homenaje que fue el siguiente: 


        Bejaranos de a pie. Así se podría definir a estos hombres cuya memoria honramos hoy. Bejaranos que dieron la vida por defender unos ideales que hoy consideramos una conquista política: por el sufragio universal (masculino), por una constitución democrática, por la libertad de reunión, asociación y opinión, por la separación de poderes, por el derecho a las bodas civiles, por la eliminación de las quintas y por el estado aconfesional. Bejaranos que defendieron las libertades de que hoy gozamos y que regaron con su sangre un bello ideario que parecía entonces lejano y utópico. Bejaranos y comarcanos que encontraron la muerte por el mero hecho de encontrarse en el sitio y el día equivocado, sólo por haberse acercado a Béjar con motivo de la feria y de la fiesta del patrón San Miguel. Bejaranas que fueron ultrajadas, atacadas y vejadas por su condición femenina. Familias que huyeron o se enfrentaron como supieron al ataque de decenas de soldados armados. 

 
 Monumento a los cañones de Víctor Gorzo (Béjar)


            Sin embargo, el sino de aquellos paisanos no era el de quedar grabados sus nombres en una placa ni de ser recordados por los hombres y mujeres del siglo XXI. Sus vidas consistían en trabajar de sol a sol para ganarse el sustento, bien en las fábricas, bien como artesanos, bien comerciando en los puestos de la feria, bien trajinando en las casas, cuidando de los hijos o haciendo la colada en el río. Nada les llevaba a pensar que Béjar y sus vidas cambiarían aquel 28 de septiembre de 1868. 

24 de septiembre de 2017

Palabras para la libertad - Héroes de la libertad (2ª parte y final)





Antonio Gutiérrez Turrión



Discurso

PUERTA DE ÁVILA  BÉJAR  2009-09-28  17,30h



Nuestros héroes de la libertad lo fueron porque sentían el empujón de ser libres, porque sus razonamientos les conminaban a defender su dignidad como hombres y como seres humanos iguales a los demás, porque estaban hartos de la situación en la que se encontraban, ellos y sus vecinos. Y para nuestros héroes de la libertad, ser libres tenía que significar sacudirse el yugo de la dependencia ducal, por ejemplo, tenía que significar aspirar a una sociedad en la que valieran los esfuerzos y no los privilegios sociales ni las herencias familiares, tenía que significar la posibilidad de pensar y organizar sus vidas en igualdad de condiciones con las demás personas, tenía que significar posibilidades reales de sentirse partícipes de la sociedad por el hecho de ser personas. Es muy fácil imaginar el plus de emoción y de impulso revolucionario en la Béjar de 1868. No es casualidad que aquí la revolución se produjera en los primeros momentos y con casi toda la población participando en ella.

 Barricada de la Puerta de la Villa. Béjar, 1868

Pero ya dije antes que la historia debería interesarnos solo en tanto que pueda servirnos como ejemplo para ser trasladada a nuestros días, como espejo de actuación para nosotros mismos.

Y ahora, aquí y en voz alta, es cuando me atrevo a imaginar qué pensarían de nosotros todos estos héroes, qué nos pedirían a nosotros si queremos también alzar la bandera de la libertad, si realmente aspiramos a ser libres y ayudar a que nuestros semejantes también lo sean. Lo haré solo en términos generales, pero con el deseo de que cada uno de nosotros se dé por aludido en alguna de las peticiones que aquí se describan.

17 de septiembre de 2017

Palabras para la libertad - Héroes de la Libertad (1ª Parte)



Antonio Gutiérrez Turrión

Discurso

PUERTA DE ÁVILA  BÉJAR  2009-09-28  17,3h

Excmo. Señor alcalde de Béjar, representantes públicos, amigos todos. 

Es para mí un honor haber sido invitado a dirigiros unas palabras. Y lo es, sobre todo, por la ocasión que las acoge, por el sentido del acto que estamos celebrando.

Nos hemos reunido hoy aquí para conmemorar, creo que es la tercera vez que se realiza en este escenario, un hecho histórico para esta ciudad. Porque un hecho histórico es, sin duda, que un nutrido ramillete de ciudadanos, de manera consciente y no azarosa, dieran por su comunidad lo más valioso de ellos mismos, su propia vida.


 Grabado aparecido en La Ilustración Española sobre los sucesos revolucionarios de Béjar

Los hechos históricos deberían ser bien conocidos y no me parece esencial volver sobre ellos; pero permitidme que anote al menos que la fecha de 1868 supone para Béjar uno de los hitos más visibles y nobles de su historia. Hay fuentes diversas en las que beber y conocer los detalles de todo lo que estos hechos supusieron en el discurrir de la historia de España y de Béjar en particular. Los hay incluso directos, de alguno de los que los vivieron y los sufrieron en sus propias carnes y en sus propios sentimientos. A ellos podemos acudir, aunque se sugiere hacerlo con la serenidad que da la distancia en el tiempo y el desapasionamiento de los que quieren reflexionar sobre los hechos con serenidad y firmeza.

7 de agosto de 2017

Algunas aportaciones al estudio del urbanismo y la vivienda medieval en Béjar (4ª Parte)



Autor: Antonio Avilés Amat
Publicado: Béjar en Madri, nº 4778 (2/06/2017), p. 6.


4.-EVOLUCIÓN DE LA VIVIENDA


     Cuando, al paso del tiempo, aquel tipo elemental de vivienda evoluciona diferenciándose la de los labriegos de la de los artesanos y burgueses, aparecen nuevas zonas destinadas a la vida doméstica: hogar o cocina, cámaras, alcobas, dormitorios; laboral: huertos o parcelas de cultivo, en su parte trasera, así como cuadras para animales de labranza o domésticos y cobertizos donde guardar carros o carretas, aperos y utillaje, si se trataba de residencias de campesinos; amplios y profundos zaguanes utilizados como taller para la manufactura y posterior venta de productos, si sus moradores eran artesanos o comerciantes; lagar y bodega, en el sótano, para la elaboración y conservación del vino, y de almacenaje y previsión: sobrado o desván ––en el lugar entre la cubierta del piso y el tejado–– para el acopio de cereales, frutos, legumbres y hojas de tocino y otros productos cárnicos conservados en salazón, ahumados, embutidos y chacinas. 

      Geneviève d’ Haucourt, refiriéndose, en su caso, a un campesino francés en la época medieval, manifiesta que este tendía a ser completamente autosuficiente, produciendo su grano para el pan, su manteca de cerdo, sus conservas, sus carnes saladas o ahumadas, sus mermeladas, su miel, su aguardiente, su vino, sus ropas blancas y sus telas, hecho todo en casa de lo que había cultivado en las tierras de su propiedad [1]. Lo que, sin cambiar apenas, podría ser aplicado a los que, con la misma profesión, por entonces poblaban la villa bejarana.
 

31 de julio de 2017

Algunas aportaciones al estudio del urbanismo y la vivienda medieval en Béjar (3ª Parte)




Autor: Antonio Avilés Amat
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4777 (19/05/2017), p. 6.

       Si desde el Neolítico y edades posteriores ––colonizaciones e invasiones púnica, romana, visigoda y musulmana–– el sitio destinado a vivienda podría ofrecer gran variedad de plantas: cuadrada, rectangular, circular o elíptica ––como nos muestran algunas excavaciones de primitivos castros celtas y poblados iberos o celtíberos[1]––, la ahora predominante será la rectangular con uno o dos pisos, según la clase social de sus moradores, con puertas de acceso y vanos adintelados aunque a veces, en construcciones más suntuosas, se emplee el arco de medio punto y, asimismo, el apuntado u ojival, ya en los siglos finales de este período. 

 Vivienda de Candelario

     Además de la mencionada pudo darse un tipo de vivienda colectiva/comunal o agrupación de varias ––similar a los populares corrales o corralas de vecinos que proliferaron en los siglos siguientes–– con un patio central en el que se situaría un pozo para dotar de agua a las familias ocupantes de la misma. Esta característica residencia, asociada a judíos y musulmanes y tradicional en algunas zonas de Castilla y Andalucía, debió tener alguna implantación local por lo que se podría deducir del estudio de la distribución de calles, parcelario y manzanas en el casco histórico. También es de interés señalar la existencia de alguna calleja cerrada como las que aparecen con alguna frecuencia en el urbanismo medieval aunque más de tipo árabe o judío que cristiano. 

24 de julio de 2017

Algunas aportaciones al estudio del urbanismo y de la vivienda medieval en Béjar (2ª Parte)

Autor: Antonio Avilés Amat
Publicado: Béjar en Madrid, nº 4776 (5/05/2017), p. 4.


3. CONFIGURACIÓN DEL ESPACIO: URBANISMO Y VIVIENDA (I)


     Tras esta introducción acerca del lugar de asentamiento y de las personas que, como pobladores estables, construirán en el mismo sus casas en función de su trabajo, familia y necesidades y, posteriormente, las habitarán, intentaré un acercamiento a la tipología y características de la vivienda en el periodo histórico bajomedieval y en aquella sociedad sólidamente estratificada como, al igual que las de su entorno, lo sería la bejarana. 

 Casa solariega del siglo XV
Museo Judío "David Melul"

         Buscar un prototipo que refleje como debió ser la generalidad de la vivienda de la época, acorde a la profusión de clases sociales y las diferencias económicas, intereses y motivaciones de cada una, sería empeño baldío ya que la diversificación se impondría sobre la homogeneidad. A este respecto y queriendo resaltar las desigualdades existentes en las propias construcciones, señala Eloy Benito Ruano[1] que no son los mismos ––nunca lo han sido–– su ubicación, sus materiales, ni sus dimensiones. Sin embargo, es posible y justificado un acercamiento a su estudio por lo que se conoce de las técnicas, progresos y soluciones aplicadas, de modo generalizado, a las diversas obras y edificaciones que, en aquel momento, se realizan en territorios musulmanes o cristianos indistintamente. O en este caso particular, referido a Béjar, a donde llegan tales referencias, como al resto de poblaciones, debido al continuo trasvase de conocimientos constructivos y de todo tipo que se expande por el centro y occidente europeo y la cuenca mediterránea. Estudio que será complementado con la observación y el conciso análisis de algunas construcciones de la época y otras tardomedievales (repetición de modelos y patrones anteriores) que, aunque sensiblemente alteradas por el transcurso del tiempo, se conservan todavía en la ciudad. Tales podían ser la casa solariega, que actualmente ocupa el Museo Judío “David Melul”, construida a mediados o finales del siglo XV con elementos góticos reconocibles en el frontispicio y en la fachada este, y otras de Barrionuevo (la mayor parte, por desgracia, demolidas), la Plaza Mayor y La Antigua, sobre las que más adelante me detendré.                                               

17 de julio de 2017

Algunas aportaciones al estudio del urbanismo y de la vivienda medieval en Béjar (1ª Parte)



Autor: Antonio Avilés Amat
Publicado: Béjar en Madrid nº 4775 (21/04/2017), p. 4.


        El tan sugerente, por su artificiosa composición y barroca originalidad, lienzo del pintor italiano —veronés por más señas— Ventura Lirios, Vista de Béjar, realizado por encargo del duque don Juan Manuel II en torno a 1726, refleja con bastante exactitud y detalle como debió ser, en el primer cuarto del denominado siglo de las luces, la vetusta villa bejarana. Esta apenas habría cambiado desde su fundación, varios siglos antes, hasta el momento en que se ejecutaba el cuadro; algo más, casi siglo y medio después, con la incorporación del barrio de la Corredera y de algunos edificios fabriles junto al río, cuando, en 1867,  Francisco Coello traza el plano de la que ya, desde 1850, poseía el título de ciudad. 

 Vista de Béjar, de Ventura Lirios.
Imagen extraída de aquí

       Y no demasiado, si lo comparamos con el tiempo presente, salvo la pérdida de la mayor parte del recinto amurallado[1] y de algunos destacados monumentos y obras públicas de abastecimiento de agua (como el evaporado acueducto del que nunca más se supo) que aparecen en la pintura al principio citada. Por lo demás, la ciudad contemporánea sigue conservando en una proporción importante, aunque se hayan transformado o alterado sustancialmente, la fisonomía de muchas de sus edificaciones y el primitivo aspecto y configuración urbanística desde el Medioevo. 

Plano de Coello

12 de junio de 2017

Sangre y fervor en el Corpus de otro tiempo



Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid , nº 4.750 (5/06/2015), p. 4.


       Que la celebración del Corpus Christi es vivida en Béjar desde hace siglos con devoción de fiesta mayor y con multitudes como testigos de la procesión no se le escapa a nadie, incluso en este laicizado presente donde los afanes de promoción turística van sustituyendo a los orígenes ortodoxamente religiosos de esta fiesta. Ese impulso y deseo por mostrar al visitante una ciudad entregada a su celebración más emblemática está haciendo regresar poco a poco el viejo esplendor del Corpus bejarano, aún lejos, no obstante, de la pasión y entrega con que en otros siglos se vivía. 

 Hombre de musgo

        Quizá fuera en la centuria de 1600 cuando la fiesta del Santísimo y de los Hombres de Musgo alcanzara su cenit de inusitada magnificencia implicando a todos los estamentos de la villa, incluyendo a todos los gremios, y congregando multitudes. Las rivalidades entre las jerarquías eclesiales y consistoriales por ocupar lugares de privilegio en la procesión y en las iglesias, o las fuertes multas con que se penaba a quienes no asistieran con el debido decoro dan muestra de la trascendencia de tan señalado día. 

 Procesión Corpus Béjar

      Fue en ese siglo XVII cuando, además, fruto del descontrol de la muchedumbre, la procesión pareció irse de las manos sucediéndose una serie de altercados que en algunos casos concluyeron  con resultados fatales. De esta manera queda descrito en los numerosos documentos que sobre el Corpus bejarano se custodian en el Archivo Histórico Nacional. 

12 de diciembre de 2016

La invisibilidad de las obreras del textil (1900-1960) (3ª Parte y final)



Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2016, pp. 48-53. 

Dos de las principales reivindicaciones de la clase obrera fueron la reducción de la jornada laboral y el descanso dominical.

El descanso dominical para todos los trabajadores fue reconocido por Ley de 3 de marzo de 1904, porque para las mujeres y los menores ya se contemplaba en la Ley de 1900. No obstante, el incumplimiento era patente incluso bastantes años después de su promulgación. 

 Trabajadoras textiles en una fábrica de Nueva York
Foto sacada de aquí


Quedaba constatado que en Béjar, en 1913, “el descanso dominical sólo se observaba en el textil por los varones”. Los menores también trabajaban en domingo y más horas de las permitidas, aunque se reconocía que las condiciones eran menos penosas que en Cataluña[1].
 

El primer límite de jornada se estableció en 1902 sólo para mujeres y menores  con un máximo de 11 horas diarias.

5 de diciembre de 2016

La invisibilidad de las obreras del textil (1900-1960) (2ª Parte)



Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiesta de Béjar, 2016, pp. 48-53.

La lucha obrera por conseguir una mejora de las condiciones laborales generó una gran conflictividad social que, unida al cambio de la legislación internacional, obligó a los países a incorporar los avances para no peder competitividad y condujo a reformas institucionales y legales[1].

En 1903 se creó el Instituto de Reformas Sociales y más tarde, en 1920, el Ministerio de Trabajo, a la vez que se fue configurando una legislación laboral que pretendía “proteger” a la mano de obra más frágil: mujeres y niños,  extendiéndose posteriormente al resto de trabajadores.



Una “protección” que muchas veces las mujeres no vieron como tal, puesto que no se las tuvo en cuenta a la hora de elaborarlas y les produjeron perjuicios que condujeron a incumplimientos no sólo por parte de la patronal, sino por parte de las mismas trabajadoras que veían como esas normas les privaban de trabajo sin aportarles ningún beneficio a cambio.