Autora: Carmen Cascón Matas
En Béjar a partir del mes de mayo se concentran las celebraciones y tradiciones religiosas hasta casi hacer resaltyar en rojo todos los días del calendario. El domingo pasado se celebró la procesión y festividad de la Virgen de la Salud, retomada desde hace un par de años después de su desaparición. La comitiva parte de los restos de la desaparecida iglesia de San Gil (apenas subsisten el ábside del templo y el campanario, el resto es ahora el Museo Mateo Hernández), en pleno centro del casco histórico, muy próximo a la Plaza Mayor, donde se atesoraba la primitiva imagen. Desde allí se marcha hasta la iglesia de El Salvador donde se dice la misa y se reparten las tradicionales roscas de pan y la ramita de romero.
Sin embargo, esta crónica actual no puede llegar a
entenderse del todo si no hacemos referencia al pasado, un pasado que puede
explicarnos mucho de las cuestiones del presente. Y más si tenemos en cuenta
que esta procesión se había perdido con el paso de los siglos.