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10 de noviembre de 2023

Feminismo social y emigración en Béjar (1ª Parte)

 Autora: Teresa López Hernández

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2019. 

       El siglo XX en España, a pesar del retraso respecto a otros países europeos, iniciaría la consolidación del sistema capitalista que se tradujo en el desarrollo industrial y financiero, así como en la transformación del sector agrícola, aunque en este último caso sería un procedimiento mucho más lento.

      Este proceso de modernización económica social y política no acabó con los problemas sociales existentes en el siglo XIX que se habían puesto de manifiesto a través de protestas y mítines por el precio del pan, el impuesto de consumo o las quintas.  La clase obrera  seguía soportando  bajos salarios, precariedad laboral y una vida paupérrima que conllevó un afianzamiento de la movilización social centrada en reivindicaciones laborales y políticas, continuaron los mítines, manifestaciones y huelgas apoyadas por las sociedades de resistencia, una evolución de las primitivas sociedades de socorros mutuos[1].

 Obreras de la aguja


      En este contexto el sacerdote D. José Polo Benito pronunció dos conferencias en el Círculo Católico de Béjar durante los días 8 y 9 de diciembre de 1906 que llevaban por título: “Feminismo Social” y “La emigración en Béjar”[2].

3 de noviembre de 2023

A la sombra de sus hermanos: Segundo Olleros Mansilla (2ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas


El quinto hijo del matrimonio formado por Anselmo Olleros Pérez y Petra Mansilla Ramos del Manzano fue Segundo Olleros Mansilla (1850-1890). Como decimos, es una figura ensombrecida por los tres hermanos que le antecedieron por nacimiento[1], pero sus descendientes aún guardan recuerdo de su memoria. Murió, como vemos, joven, con solo cuarenta años. Como miembro de la burguesía bejarana del régimen liberal, desempeñó cargos políticos y representativos a nivel local, a la vez que se dedicaba profesionalmente a la industria textil.

En 1879 le vemos ejerciendo de teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Béjar y de presidente de la comisión específica que trataba los asuntos de las Escuela de Artes y Oficios[2]. Sin embargo, su compromiso con sus paisanos fue más allá, pues ejerció como representante de la empresa que estaba trabajando en la línea de ferrocarril del Oeste que tardaría más de una década en abrirse. Al menos sus oficinas estaban afincadas en su casa hacia 1888[3]. Un año después de esta fecha, en 1889, obtuvo 58 votos en las elecciones municipales en el distrito de la plaza Mayor[4] y en 1890 se le documenta siendo síndico de la comisión de Hacienda en la alcaldía de Fulgencio García López[5]. Distintos cargos de la política municipal siempre de manera altruista, trabajando por su ciudad, entonces en ebullición. 

 Dominica Courtada, francesa de nacimiento, se trasladó con su marido Santiago Harguindegui (Harguindey), también francés, desde Galicia a Puerto de Béjar para construir una fábrica de curtidos después de la Guerra de Independencia. Eran los abuelos de Nicanora. 

Foto del blog Los Abdones


Llega septiembre de 1890, un año fatídico para la familia Olleros. Segundo estaba casado con Nicanora Harguindey Herrero (1852-1930), una mujer del linaje propietario de una de las dos fábricas de curtidos en funcionamiento en Puerto de Béjar. El padre de la novia, Domingo Harguindey Courtada, era uno de los industriales de mayor fortuna de la provincia. El matrimonio a esa fecha tenía nueve hijos, entre ellos Segundo, Feliciano, Arturo, Purificación, María, Tomás y Luisa. 

27 de octubre de 2023

A la sombra de sus hermanos: Segundo Olleros Mansilla (1ª Parte)

Dedicado a sus descendientes Tomás,

Juan Luis y José Ignacio Olleros Izard


 Autora: Carmen Cascón Matas

Los nombres de muchas personas que han puesto su granito de arena para que Béjar prosperara aún duermen en el olvido. Reposan esperando a que un investigador dé con ellos en la lectura del proceloso mar de los legajos. Folios y folios, cientos de ellos, miles, dormitan en los anaqueles de los archivos, crujientes folios que nadie lee desde hace décadas o incluso siglos. La tarea es ímproba, pero el número de interesados por la Historia va creciendo exponencialmente: unos porque es su oficio, otros porque son curiosos, y otros, al final, porque se precian de ser sus descendientes y quieren rescatar a sus antepasados de ese marasmo de indiferencia o del desconocimiento para llevar a gala la sangre de un bejarano ilustre aunque olvidado.

Segundo Olleros Mansilla. 

Fotografía propiedad de la familia, cedida por José Ignacio Olleros

 

            Este es el caso de Segundo Olleros Mansilla, una persona de la cual no se han olvidado sus descendientes, pero cuya figura ha acabado apagada por la inmensa sombra de su hermano, el marino Tomás Olleros Mansilla, descubridor de las Islas Tawi-Tawi, considerado el último conquistador español[1]. Pero comencemos conociendo a Segundo por sus padres.

20 de octubre de 2023

Las devociones andaluzas de doña Teresa de Zúñiga, III duquesa de Béjar

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

A la memoria de mi madre

Hija de Francisco de Zúñiga, I marqués de Ayamonte, Teresa nació en Sevilla alrededor de 1502. Su relación con Béjar fue a través de la inmensa herencia y títulos que recibió de su tío Álvaro de Zúñiga, II duque de Béjar y hermano mayor de su padre (el título más importante: el ducal con Grandeza de España), y la fortuna personal de su tía, la duquesa viuda María de Zúñiga. No está de más recordar que, como hija única, fue también heredera de su padre en los marquesados de Ayamonte y Gibraleón. 

 

 

Marquesado de Ayamonte (naranja, izq.) y escudo de la Casa de Ayamonte. Wikipedia

 

Hubo señales de su paso por el palacio ducal de Béjar (Jardín del mediodía, Huerta del aire) y otros lugares de sus dominios (Burguillos del Cerro, Extremadura), pero fue en Sevilla donde vivió los últimos veintidós años de su vida y donde murió, aproximadamente a los sesenta y tres años. Como a otros miembros ilustrados de la alta nobleza andaluza, entre ellos varios de su familia, la deslumbraron los primeros destellos de la Reforma en esa ciudad, pero se redimió asistiendo al auto de fe celebrado en 1560 en la plaza San Francisco que aniquiló la célula protestante en Andalucía, habiendo prestado antes una importante suma de dinero al emperador Carlos V para luchar contra Lutero en Alemania.     

 

13 de octubre de 2023

El puente de San Albín y un arquitecto barcelonés (1895-1896) (2ª parte y final)

       Autora: Carmen Cascón Matas

      Publicado: Béjar en Madrid, n º 4.906,  (5/XI/2022), p. 4.

El 26 de diciembre de 1895[1] se reunió el pleno de nuevo con el mismo punto principal: las obras en el puente de San Albín. De nuevo, el dictamen de Benito Guitart Trulls, arquitecto municipal, copó el interés de los presentes. Dejemos que sea el propio arquitecto quien nos describa su proyecto de hace más de un siglo:

            «La forma en que puede levantarse la rasante del Puente de San Albín desde la clave a nivel hasta encontrar la rasante de diez centímetros por metro, o sea en la mitad del puente opuesta a esta Ciudad sin que se altere la seguridad de él, es, según mi opinión, la siguiente: 

Foto antigua donde se ve el puente de San Albín a la izquierda

Foto sacada de aquí

            Se empezará por levantar las losas que forman las aceras y desmontar el terreno hasta quedar al descubierto la parte resistente de los muros que constituyen los paramentos y sirven al mismo tiempo de contención a las tierras de relleno del puente y, examinadas que sean su espesor, que no deben bajar de ochenta centímetros, sus condiciones de resistencia y el material de unión, resultando en buenas condiciones, se recrecerán con el grueso citado hasta el nivel de la nueva rasante con mampostería ordinaria, procurando enlazar perfectamente la construcción nueva con los pretiles viejos y aun mejor sería derribar estos estrechos pretiles viejos y recrecer los muros de contención en todo su ancho hasta la nueva rasante.

4 de octubre de 2023

El Puente de San Albín de Béjar y un arquitecto barcelonés (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, n º 4.905 (21/IX/2022), p. 4.

 

            Con motivo de la limpieza del puente de San Albín de Béjar por la Diputación de Salamanca, se ha aprovechado para levantar una parte del firme a través de una estrecha zanja y sacar a la luz su primitivo enlosado para su catalogación y datación. Sin entrar en un estudio minucioso sobre el mismo, que ya abordó magistralmente José Ignacio Díez Elcuaz[1] y al que remito a los interesados, perfilaremos que se trata del paso principal desde el casco urbano sobre el río Cuerpo de Hombre hacia el norte desde el medievo, momento del que data su construcción, concretamente en el siglo XIV. Ventura Lirios en 1727 captó su relevancia y lo colocó en primer plano de su Vista de Béjar, pues no en vano la perspectiva de nuestra alargada villa la toma desde el norte, en las proximidades del Ventorro Pelayo. Aunque no hay que olvidar que el pintor ducal no seguía las reglas exactas en cuanto a percepción visual y no hay duda de que le otorga un mayor protagonismo del que en realidad tiene este paso granítico sobre el río Cuerpo de Hombre. 

Puente de San Albín en una fotografía antigua. 

Tomada del blog Tierra de charros

 

            El caso es que, viendo las fotografías del perfecto enlosado que aparece resguardado bajo capas de tierra, recordé un pasaje documental del que tomé nota hace tiempo en el Archivo Histórico Municipal de Béjar[2] y que dormía en el sueño de los justos en su cuna de espiral y papel. Porque en 1895 andaba el Ayuntamiento metido de «hoy y coz» con el trazado del ferrocarril y con dimes y diretes con la compañía que estaba llevando a cabo tan magna obra. En octubre[3] se dirimía la necesidad de presentar el proyecto de una gran trinchera que permitiera la llegada de los trenes a la estación de Béjar, un requisito que exigía el «Yngeniero Gefe de Caminos, Canales y Puertos de esta Provincia» y, a mayores, la División de los Ferrocarriles del Oeste de España. La compañía concesionaria había construido las obras de consolidación de la trinchera en el kilómetro 75, pero no había presentado el proyecto en tiempo y forma, así que el Consistorio se consumía ante tal demora, declarando el gran perjuicio que contra el comercio y el público en general que esto suponía. Béjar debía de estar patas arriba, con obras en varios puntos, ejecutada por una Compañía que estaba de paso y que en muchas ocasiones hacía oídos sordos a los requerimientos municipales. 

29 de septiembre de 2023

28 de septiembre, el recuerdo del Béjar alzado por la Libertad (2ª Parte y final)

 Autor: Carlos Javier Salgado Fuentes

 

       Asimismo, otra figura de relevancia para la defensa de la ciudad fue el herrero de origen francés Víctor Gorzo, que impulsó la idea de reforzar las defensas de la ciudad con cañones, construyendo los revolucionarios cuatro mediante la fundición de maquinaria textil (los cuales actualmente se conservan en el Museo del Ejército, en Toledo, habiendo además un conjunto escultórico con cañones en honor de la revolución de 1868 en la parte baja de la calle Libertad de Béjar).


      En todo caso, ante el número de efectivos movilizados por el Gobierno se avecinaba un importante enfrentamiento, dado que las tropas reunidas por el Ejército para tomar Béjar sumaban 1.500 soldados, rechazando además la Junta Revolucionaria bejarana en la noche del 27 de septiembre la oferta gubernamental de rendirse a cambio del indulto y la entrega de armas.

        Se llegó así al 28 de septiembre de 1868, con el Ejército apostándose en la zona del cementerio bejarano en torno a las nueve y media de la mañana, situado sobre un alto desde el que se podía controlar el acceso hacia los puentes Viejo y Nuevo sobre el río Cuerpo de Hombre que daban acceso al casco urbano de Béjar.

22 de septiembre de 2023

28 de septiembre, el recuerdo del Béjar alzado por la Libertad (1ª Parte)

 Autor: Carlos Javier Salgado Fuentes

 

      El 28 de septiembre es una fecha marcada a sangre y fuego en la historia de la ciudad de Béjar, hecho por el cual podemos encontrarnos en esta localidad con una calle denominada ‘28 de septiembre’, alusiva al día en el que la ciudad textil, unida a la revolución de 1868 (conocida como “La Gloriosa”), vivió un cruento enfrentamiento bélico entre los bejaranos alzados y el Ejército fiel a Isabel II.


         No obstante, este no es el único recuerdo a estos hechos en el callejero bejarano: tomando por ejemplo la calle Libertad su nombre en memoria de los conocidos como ‘mártires de la libertad’, esto es, los bejaranos levantados frente al sistema isabelino en 1868 que demandaban unas mayores libertades en el país, entre los cuales se contaría un herrero de origen francés, Víctor Gorzo, que da nombre a otra de las calles de esta ciudad ducal.

          Los antecedentes a estos hechos los podemos encontrar en un primer conato revolucionario registrado en Béjar a finales de agosto de 1867, que evidenciaba un cierto descontento social y ánimo rebelde en la ciudad. Entonces, tras ser apresados dos vecinos conocidos por sus tendencias anti-gubernamentales, el 27 de agosto de 1867 un grupo de bejaranos asaltó el cuartel de la Guardia Civil, tomándolo y liberando a los dos apresados, huyendo hacia el monte el grupo de rebelados.

15 de septiembre de 2023

Hacia tierras ignotas: emigrantes bejaranos a América en el siglo XVI (3ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2021, pp. 22-26.

 

            Varias familias viajaron al completo. Es el caso de Francisco, apellidado Muñoz, que partió hacia lugar desconocido en 1539 con su hijo soltero Francisco. Alonso Hernández puso rumbo a Santo Domingo en 1563, acompañado tanto por su mujer, Marcela Rodríguez, como por sus hijos, naturales de otra localidad. Corría el año 1590 y Diego de Herrera tenía in mente asentarse en Nueva España a sus 44 años con su mujer, Catalina de Herrera, e hijos, Juan y Antonio, nacidos fuera de Béjar. Por su parte, Francisco de Laínez tomó una nao hacia Chile en 1580 acompañado por su esposa, María de Rivera, e hijos. Diego González Cañedo partió a Nueva España en 1637 junto a su mujer, María de Vergara, y sus hijos Diego y Pedro. El hidalgo Jerónimo de Oviedo y Tórtoles estuvo en Indias en 1615, regresó y en 1625 vuelve a partir hacia Perú. A pesar de sus 23 años estaba casado con Agustina Arias, que le acompaña en la aventura.


            La mayoría de los bejaranos que decidían emprender una nueva vida lucen en su informe su soltería. Sin ataduras familiares que les anclasen a sus tierras de origen, en las Indias pretenden medrar y, si acaso, matrimoniar con un buen partido o una bella princesa indígena. Es el caso de Fabiano de Soria (Indias, 1511), los hermanos Francisco García y Francisco Hernández (Indias, 1514), Diego de Nogales (Indias, 1514), Francisco Pérez (Indias, 1516), Diego de Valencia (Indias, 1517), Antonio de Montalvo (Indias, 1526), Alonso Martín (Indias, 1527), Pedro Hernández (1528), Pedro Romero (Perú, 1535), Francisco Martín (Indias, 1536), Bartolomé Sánchez (Santo Domingo, 1536), Toribio Sánchez (La Florida, 1538), Diego Rodríguez (Santo Domingo, 1538), Diego López (Santo Domingo, 1539), Juan de León (Nueva España, 1540), Melchor López y su criado (Nueva España, 1545), Juan de la Peña (Nueva España, 1552), Hernando del Campo (Nueva Granada, 1555), Francisco de Herrera (Chile, 1555), Juan de Herrera, mercader (Tierra Firme, 1555); Alonso Blázquez, Arnao/Francisco Segarra, Juan Nieto, Pedro González de Barrientos, Diego de Bolaños y Toribio de Bolaños (todos ellos a Nueva España, 1557); Pedro Flores (Nueva España, 1563), Martín Hernández de Herrera, mercader (Nueva España, 1564), Manuel Gómez (Nueva Granada, 1569), Diego López (Santo Domingo, 1569), Antonio Herrera (Nueva España, 1573), Pedro Rodríguez, labrador (Santo Domingo, 1574), Pedro Lorenzo (Nueva España, 1582), Martín de Herrera (Nueva España, 1590), Francisco de Olivares y Juan Rodríguez Francés (Nueva España), Ignacio González de Espinosa, vecino de Puebla de Montalbán (Indias, 1629). 

8 de septiembre de 2023

Oraciones y ruegos en verso a la Virgen del Castañar (2ª parte)

 Autor: Iván Parro Fernández

     En un post anterior hicimos referencia a la poesía dedicada a la Virgen del Castañar, Patrona de Béjar y comarca, incidiendo sobre todo en el aspecto religioso en dos ámbitos: las oraciones, ruegos y súplicas dirigidas a la virgen y su imagen como Patrona. En esta ocasión queremos seguir ahondando un poco más en este sentido, compartiendo otro tipo de poesías dedicadas a nuestra patrona, como por ejemplo el relato de la aparición de la talla de la virgen que encontramos en el periódico Béjar en Madrid en agosto de 1978, compuesto por Germán Sierra y que dice así:


29 de agosto de 2023

Nuevos datos sobre "El pino de Béjar" de Darío de Regoyos

        Autora: Carmen Cascón Matas    

    Hace unos días volvía a la palestra digital el lienzo El pino de Béjar, del pintor impresionista Darío de Regoyos, expuesto en el Museo del Prado. En su red social de twiter la pinacoteca lo elegía “obra del día” de su colección expuesta a ojos del público. Su estancia en el Prado es relativamente reciente al haber sido donada por el coleccionista Hans Rudolf Gernstenmaier junto a otras once obras pictóricas en 2019. La tela recoge como centro de la composición un pino fuertemente iluminado por la luz, de tal manera que la sombra de su tronco destaca sobre la pared de un murete que se desarrolla por detrás, ocupando sus sillares la mitad del lienzo. En la mitad derecha, tras el muro que concluye, se abre la sierra de Béjar, nevada a trechos, con el monte del Castañar verde y frondoso a sus pies y una línea de chopos enmarcando, suponemos, un camino. A las plantas del árbol gigante, se ampara una humilde huerta, quizá de patatas, ya en sombra. 

 El pino de Béjar. Darío de Regoyos. Museo del Prado

            Contamos hace un tiempo[1] que el artista, uno de los máximos exponentes del impresionismo en España, había recalado en Béjar y en Candelario en el año exacto de 1900, llegando a nuestra ciudad en tren desde Salamanca. Gustaba de viajar y recorrer distintos puntos del país, cuyos pueblos, gentes y costumbres dejaba plasmadas en el lienzo. En su obra no eran ajenos temáticas tales como el choque de la modernidad con la tradición y eran frecuentes elementos novedosos como el ferrocarril, los puentes de hierro y los avances de la técnica.

25 de agosto de 2023

Hacia tierras ignotas: emigrantes bejaranos a América en el siglo XVI (2ª Parte)

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2021, pp. 22-26.

        Destacan aquellos bejaranos que partieron a América siguiendo el rastro de los conquistadores Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Hernán Cortés, Rodrigo Ortiz de Zárate, Diego Hernández de Serpa, Pedro de Alvarado, o del gobernador Rodrigo de Quiroga y otros. Les imagino, la mayoría jóvenes de sangre impetuosa, soñando por nuestras callejuelas con riquezas e imperios esperando a ser dominados por la Monarquía a golpe de espada y crucifijo. 

 

Alonso de Ojeda por Augusto Ferrer Dalmau


            A Hernán Cortés, casado en Béjar con una sobrina del duque de Béjar, Juana de Zúñiga[1], le siguieron con ansias de aventura. En 1518 se enroló en su expedición Juan Rodríguez Bejarano[2] y vivió las aventuras de la conquista del imperio azteca en primera persona. Con Alvarado y hacia Guatemala, marcharon Pedro de Camargo, Francisco López, Amador Muñoz[3] y Alonso de Palacios en 1538[4]. Por las fechas vivirían junto al conquistador, natural de Badajoz, en Guatemala y Honduras durante el virreinato de Alvarado. 

18 de agosto de 2023

Hacia tierras ignotas: emigrantes bejaranos a América en el siglo XVI

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar , 2021, pp. 22-26.

 

          Sevilla, el principal puerto de embarque hacia las Indias, bullía de actividad. El Guadalquivir rebosaba de naos y galeones prestos a cruzar el que otrora fuera un océano desconocido y tenebroso, plagado de monstruos y seres fantásticos. Las arboladuras ascendían hacia las nubes por encima de los edificios como bosques bamboleantes, mecidos por la corriente del Guadalquivir. La Giralda asistía brillante y cantarina al despliegue de hombres y mujeres, hormigas para ella, que pululaban a sus pies. Los gritos con aires salitrosos de los marineros se alternaban con los rezos de los clérigos, las palabras dichas quedamente de las mujeres nobles y las órdenes firmes de los funcionarios. Dejes extremeños, fablas gallegas, acentos vizcaínos, expresiones catalanas, aires andaluces y perfecto castellano salían de las bocas de los decididos a romper con su pasado y afrontar un futuro incierto. Muchos españoles embarcaban a pesar de los peligros, buscando una vida mejor, aventuras y riquezas, esas utopías vendidas por los retornados que habían conseguido medrar, o que decían haberlo conseguido. Algunos quedaban en el camino, muertos por las enfermedades desconocidas, las flechas de los indígenas y las reyertas entre los españoles, que de todo había por aquellas tierras


Puerto de Indias. Atribuido a Alonso Sánchez Coello

Sacado de wikipedia

11 de agosto de 2023

Lepe (Huelva) y la III duquesa de Béjar Teresa de Zúñiga

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

 

Como Teresa de Guzmán se refieren aún en la región onubense a doña Teresa de Zúñiga, III duquesa de Béjar, para afirmar su pertenencia a la familia de los poderosos Guzmanes andaluces, unida por alianzas matrimoniales desde el siglo XV con la de los no menos poderosos Zúñiga castellanos, de ascendencia navarra. El caso es que doña Teresa heredó el ducado de Béjar (Salamanca) y el marquesado de Gibraleón (Huelva) de su tío Álvaro de Zúñiga y Pérez de Guzmán; y el marquesado de Ayamonte (Huelva) de su padre, hermano de su tío, Francisco de Zúñiga y Pérez de Guzmán, hijos ambos de Álvaro de Zúñiga y Guzmán, I duque de Béjar.

 

De Béjar a Sevilla hay 390 km por A-66. De Sevilla a Lepe, 125 km por A-49. Google.cl/maps

 

Sedes de los títulos del sur fueron los actuales municipios de Ayamonte y Gibraleón. Entre ellos, feudos menores como Cartaya, con el Castillo de los Zúñiga, que subsiste, y casi justo al medio Lepe, emplazamiento del desaparecido segundo Castillo de los Marqueses de Ayamonte, porque el primero estaba donde está hoy el Parador Nacional de Turismo de Ayamonte. De Lepe hacia Ayamonte, y cercanos a la frontera con Portugal, están San Bartolomé de la Torre, El Granado y San Silvestre de Guzmán, que en parte de su heráldica conservan el escudo de los Zúñiga, duques de Béjar (Gibraleón lo conserva en su totalidad).

15 de julio de 2023

El exvoto encargado por la duquesa de Plasencia Leonor de Pimentel y la conexión sumeria

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

 

Nuestra actualidad está llena de constructos que vienen del pasado, a los que reasignamos nuevas funciones o nuevos significados. Se podría hablar de un reciclaje de recursos de la memoria colectiva (¿economía de la razón?), o tal vez de una falta de apertura a nuevos horizontes en el campo de las ideas. Especialmente en el terreno religioso, son innegables los lazos que la cultura europea mantiene con sus precedentes, que equivocadamente consideramos extintas.     

 

 Exvotos sumerios. Pinterest.com

 

Los sumerios -que nos legaron los primeros avances de la civilización, pero también el miedo y la sumisión a dioses y reyes- agradecían los favores de las divinidades dedicándoles estatuillas, las que podían tener la forma de la deidad misma, la del beneficiado o de ambos a la vez. Originalmente confeccionadas en arcilla, más tarde fueron fabricadas en metal y son la base de lo que hoy conocemos como exvotos.

24 de junio de 2023

Breves notas biográficas del salesiano Padre Roca

Autor: Francisco Tejeda Blázquez

Buenaventura Roca Serra nació en Orcau (Lleida) en 1873. Este sacerdote salesiano fue un gran educador muy querido en nuestra ciudad porque realizó como docente una gran labor social y cultural. Trabajó en Sarriá, Valencia y Béjar pasando aquí cerca de 50 años de su vida. Durante 31 años ejerció como director en tres momentos diferentes: 1908-1922, 1928-1943 y 1949-1951. El libro de la historia Salesiana en España. Casas de los Salesianos en España 1881-2022 publicaba sobre el padre Roca: 

 

Amplió las asignaturas de la Primera Enseñanza con clases de contabilidad y otras propias del comercio, hizo numerosas mejoras en el colegio, tenía acceso y era muy apreciado por las diferentes clases sociales que existían en Béjar por aquellos años, cuando en una familia había que resolver algún pleito, frecuentemente era llamado como el consejero más apreciado.

16 de junio de 2023

Las fiestas de antaño y su música en Béjar (2ª Parte y final)

Autora: Josefa Montero García

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2019, pp.24-29.
 

Fiestas populares y civiles

Apenas se encuentran ejemplos de fiestas puramente civiles, sin ninguna ceremonia religiosa. Este es el caso del 1 de mayo, que los obreros celebraban con distintos actos y una manifestación, siempre acompañada por la banda de música. En 1919, esta agrupación les ofrecía un concierto vespertino en Santa Ana, donde se estrenó el pasodoble Nabuco, de Adrián Martín, hijo del director Gonzalo Martín, y entre otras piezas, sonó un fragmento de la ópera Garín de Tomás Bretón, salmantino y autor de la famosa Verbena de la Paloma, que gozaba de gran prestigio en la época[1].

 Salón Variedades de Béjar. Foto sacada de aquí

Con la infancia como protagonista, se celebraba en primavera la fiesta del árbol. Asistían los niños de escuelas públicas y colegios privados, que salían al campo en procesión, acompañados de sus maestros y autoridades civiles, militares y religiosas. En 1917, fue el 29 de abril y asistieron más de 1 400 niños que se dirigieron a “la extensa pradera que se extiende a ambos lados del comienzo del viejo y frondoso camino del Bosque”. Allí hubo discursos de mayores y pequeños y la gran masa infantil cantó el Himno del árbol y el Himno de la bandera. Costeó la abundante merienda el industrial Felipe Gutiérrez[2]. En 1919, la fiesta se celebró alrededor de la ermita de Santa Ana y acompañó la banda de música del Colegio Salesiano[3].

9 de junio de 2023

Las fiestas de antaño en Béjar y su música (1ª parte)

Autora: Josefa Montero García

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2019, pp.24-29.

Con este artículo quiero realizar un breve recorrido por las fiestas que tenían lugar en Béjar hace aproximadamente cien años, junto con las personas y entidades que las organizaban. La música era imprescindible y había que interpretarla en directo, pues los incipientes aparatos de grabación no estaban al alcance de todos y su técnica tampoco permitía la actual presencia constante y quizás abusiva de la música. Sin duda, aquellos bejaranos la apreciaban más que nosotros y se preocupaban de contar con músicos profesionales o aficionados en los principales actos de la vida ciudadana. 

La religión estaba muy presente en la vida cotidiana, por lo que la mayor parte de las fiestas tenían origen o carácter religioso y comprendían actos litúrgicos en los que se interpretaban piezas musicales de gran envergadura; después había bailes y veladas en el teatro, en el Casino Industrial o en el Casino Obrero. También se festejaban los eventos académicos, como aperturas o finales de curso de los centros educativos, donde destacaban las escuelas y especialmente el Colegio Salesiano. 

Foto antigua de Béjar sacada de aquí

 

En aquellos veranos, Béjar era un centro turístico frecuentado especialmente por familias extremeñas acomodadas, potenciales consumidores de ocio. Se anunciaban pisos disponibles, que se ofrecían amueblados y con buenas comodidades y había una buena colonia de veraneantes, que asistía a las actividades estivales, algunas de las cuales se organizaron teniendo en cuenta la presencia de forasteros.

2 de junio de 2023

«Por más agua que se gastó». Sobre el incendio que redujo a cenizas la iglesia del convento de San Francisco en 1751

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.900 (5/VIII/2022), p. 4.

 

            ¡Fuego, fuego!, grita un vecino corriendo despavorido por la calle Mansilla. ¿Dónde, dónde?, preguntan varios paisanos alertados por los gritos saliendo de sus refugios en sombra y exponiéndose al implacable sol de una tarde de julio. El temor a que las casas salieran ardiendo era una constante, una espada de Damocles siempre a punto de caer sobre las cabezas. No hace falta una respuesta: una densa columna de humo se alza hacia el cielo por detrás de las casas del lado norte. Sólo existen dos orígenes posibles: las cuestas del río o el convento de San Francisco. Por la gravedad de los rostros, la realidad más negra se les echa encima. Decenas de personas acuden al fuego, haciendo cadenas, traspasando de mano en mano baldes, cubos, tinajas, damajuanas. Son jornaleros, bataneros, tejedores, comerciantes, mendigos, ganapanes; flamencos e ingleses, españoles y portugueses; mujeres de mala vida y beatas, hiladoras y tenderas; sacerdotes, frailes, milicianos, buscavidas. Bejaranos ayudando codo con codo, de diversas procedencias y lenguas. El llamamiento se ha extendido como la pólvora y paisanos de todas las parroquias se tiznan de ceniza. Hasta el duque don Joaquín, presente en Béjar por aquellos días de julio de 1751, se interesa por el pavoroso incendio que está reduciendo a polvo su querido convento de San Francisco. A caballo se desplaza desde el palacio ducal con rostro preocupado bajo su peluca empolvada a la moda. Al día siguiente es el obispo de Plasencia, don José Ignacio Cornejo, también a caballo, quien se acerca a contemplar el destrozo. 

 Vista aérea del convento de San Francisco de Béjar. Foto aquí

            Así nos lo narra fray Liciniano Saez, archivero de la Casa de Osuna a finales del siglo XVIII[1]. Aquel monasterio de orígenes medievales, engrandecido por los distintos señores de Béjar a finales del siglo XVI, de cuyos últimos años se puede fechar su magnífico claustro, quedaba destruido en buena parte por un incendio declarado a las dos de la tarde un día de julio de 1751. El foco comenzó en una celda situada encima de la portería y no pudo controlarse hasta el final de la jornada, extendiéndose por el edificio claustral «por más agua que se gastó». La ruina afectó al lado sur del convento es decir, a la iglesia de origen medieval, reedificada por Francisco II hacia 1570[2], y las celdas adyacentes al claustro. Una visión anterior al incendio la proporciona la Vista de Béjar de Ventura Lirios en 1727. Según las fuentes «apenas se pudieron sacar las ymagenes, pereçiendo lo demás con el organo, libros del coro, retablos y otras cosas». Hasta las cabezas de madera de las campanas de la espadaña acabaron destruidas. 

26 de mayo de 2023

La fundación del convento de la Piedad, las donaciones de la duquesa fundadora y la procesión del Corpus (2ª parte y final)

 Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4884 (3/XII/2021), p. 4.

 

        Siguiendo con las donaciones realizadas por la duquesa Brianda Sarmiento de la Cerda a su convento de la Piedad, hizo entrega de un palio de tela de oro amarillo y encarnado con goteras bordadas para procesiones y otras ceremonias religiosas en las que fuera preciso salir de los muros del convento. Con destino a la capilla regaló un conjunto de seis tapices «de figuras de juicio y salve», relacionadas con el paisaje bíblico del Juicio Final. Para aliviar el frío de las losas de piedra del suelo, hizo donación de una alfombra grande que compró en la almoneda realizada con los bienes del obispo de Plasencia, don Andrés de Noroña[1]. La lista de paños para el convento se cierra con dos de brocado[2] y otro de terciopelo negro para los sepulcros que hubiese en la capilla mayor, es decir, para los de los propios fundadores y los de sus sucesores y miembros de la Casa. De hecho en el propio documento se cita a varios ilustres difuntos presentes y futuros, tales como los mencionados fundadores y dos hijas del matrimonio ya fallecidas: la marquesa de Ayamonte Ana Felisa de Zúñiga Sarmiento e Isabel de Zúñiga, cuyos huesos reposaban en el convento de la Anunciación y fueron trasladados al de la Piedad. 


Lignum Crucis de Valladolid

 

            En cuanto a las reliquias, necesarias para la celebración de la misa, la duquesa Brianda Sarmiento de la Cerda entregó todas las que se encontraban en su oratorio privado, guarnecidas en plata en sus relicarios, hasta un total de once, así como un retablo pequeño de plata con figuras de oro, quizás portátil. La más importante de ellas era un Lignum Crucis o trozo de la cruz de Cristo que salía en la procesión del Corpus. En este sentido inserta una cláusula específica en su testamento que ordena su cesión durante ese día por parte de las monjas, aunque su veneración a lo largo del año fuera en la capilla del convento. En el inventario figura una cabeza de una virgen, también de su oratorio, guarnecida en plata, y una lámpara del mismo metal para la capilla mayor. Del gusto por el coleccionismo de reliquias y su relevancia para la fundación de centros religiosos, solo es necesario fijarse en la concentración de las mismas en el monasterio regio de San Lorenzo de El Escorial.