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13 de agosto de 2022

De dos sepulcros que viajaron desde San Esteban de Nogales (León) a Nueva York

         Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez  

       El Paso Honroso fue un episodio caballeresco (banal, diríamos hoy, pero tenía trasfondo político) protagonizado en 1434 en el puente de Hospital de Óbrigo, León, por Suero Quiñones y otros jóvenes acaudalados e influyentes en la corte de Juan II de Castilla. Al asunto se refiere Cervantes en El Quijote, y su puesta en escena sirve hoy de atractivo turístico para la localidad. En la camarilla de Suero estaba Lope de Estúñiga, autor del famoso cancionero, considerado su deudo (pariente) en algunos documentos.     

Vista panorámica del puente de Hospital de Órbigo. Es.wikipedia.org

       Es el caso que un siglo después, Suero de Quiñones y Zúñiga, bisnieto del anterior, contrae matrimonio con su parienta Elvira de Zúñiga, hija de Álvaro de Zúñiga, II duque de Béjar, y su amante Catalina Dorantes. La pareja se instala en el castillo de Villanueva de Jamuz (hoy en ruinas, pero con la torre de homenaje en pie) y ejerce patronazgo sobre el Real Monasterio de Santa María (también en ruinas), en San Esteban de Nogales, tierras del marqués de La Bañeza, Pedro de Zúñiga y Avellaneda.

2 de julio de 2022

"La máquina del tiempo. Relojes con vida". Los relojes de la familia Reig de Béjar (3ª Parte y final)

 Autor: Manuel Álvarez-Monteserín Izquierdo

Lo sorprendente e interesante en la vida del relojero bejarano José Ángel Reig Blasco está en que cuenta con una de las colecciones de relojes más interesantes de España, fundamentalmente de bolsillo, a la que se suman otras tipologías no menos importantes. En esta colección podemos encontrar relojes de distintas procedencias y nacionalidades: suizas, francesas, alemanas, italianas, portuguesas, españolas... por citar algunas. Dentro de esta tipología se podrían hacer dos grandes clasificaciones: caballero y señora, y asociadas a ellas otras subdivisiones por profesiones: militares, aviación, enfermería, etc. Pasaríamos a los relojes de sobremesa o chimenea (franceses normalmente) fabricados con diferentes materiales, siempre metal para la maquinaria, normalmente bronce, pudiendo estar profusamente decorados con tallas y policromía.



Los denominados relojes de pie o antesala son normalmente son de madera policromada y en otros casos decorados con diversas filigranas o motivos varios en bronce, bronce dorado o plateado, según los casos. Hay muchísimas denominaciones y clasificaciones en función del fabricante y país productor. José Ángel en los días de su jubilación ha conseguido poner en funcionamiento prácticamente la totalidad de los relojes de su colección y les sigue haciendo el mantenimiento oportuno.

24 de junio de 2022

"La máquina del tiempo. Relojes con vida". Los relojes de la familia Reig de Béjar (2ª Parte)

 Autor: Manuel Álvarez-Monteserín Izquierdo

 Fotografías del autor.

Sin crear escuela propia, sí supo enseñar Ángel Reig González a sus hermanos el oficio, fundamentalmente a Pedro, y a sus hijos Julia y José Ángel, siendo este último quien realmente se dedicó de lleno a esta actividad. Actualmente posee una de las mejores colecciones de relojes de la provincia, de tipologías muy diversas. Su hermana Julia fue, tal vez, la única mujer dedicada durante unos años a la relojería en Béjar.

 

Relojes de la colección de José Ángel en su emplazamiento original

La clientela de Reig era muy diversa y se extendía a prácticamente todos los sectores de la población bejarana. Siempre comentaba que a nivel particular, había en Béjar muy buenas piezas de relojería. Entre las marcas de prestigio y conocidas, tenía la exclusiva de Omega. Una manera de promocionar esta marca u otras era a través de una rifa: varios clientes se asociaban en torno a un buen reloj y cada semana entregaban una cantidad en concepto de anticipo a cuenta, y Reig les adjudicaba un número, de tal forma que el atractivo, a parte del reloj, era que alguien con la primera cuota podría llevarse el reloj y el resto seguir pagándolo.

17 de junio de 2022

"La máquina del tiempo. Relojes con vida". Los relojes de la familia Reig de Béjar (1ª Parte)

 Autor: Manuel Álvarez-Monteserín Izquierdo

      Desde los comienzos de la prehistoria, el hombre ha tratado de gestionar su vida y actividad controlando el transcurso de los días a través del ciclo del sol, las fases de la luna o fenómenos astronómicos, y para ello se valió de distintas observaciones en la naturaleza, teorías y artilugios. Una de las primeras referencias literarias que encontramos sobre relojes solares es el “Cuadrante de Achaz” del siglo VII a.C. y mencionado en la Biblia. Se trataba, dicho de una forma muy sencilla, de unos pequeños peldaños que, en función de la sombra que proyectaban, nos informaban del movimiento del sol y del transcurso del día.

 

            En el siglo XII aparecen algunos cuadrantes de sol con la división eclesial del día solar, y en el siglo XV comienzan a ponerse en iglesias y catedrales. Estos relojes solares se basan en la sombra que proyecta un gnomon o estilo sobre una superficie con una escala graduada que nos indica la posición del sol. Prácticamente hasta el siglo XIII el ser humano medía el tiempo con relojes e agua o clepsidra, y de arena, cuya construcción está ligada al soplado del vidrio. Los primeros relojes mecánicos aparecen pasado el año 1300. Es en el transcurso del siglo XV cuando el concepto hora tiene sentido como unidad del tiempo. El siglo XVI desmenuza aún más la hora, contemplándose las fracciones minuto y segundo. A lo largo del siglo XVII el reloj como pieza individual se incorpora al ser humano y siempre entre personas de nivel adquisitivo alto, pues también plasmaba la función de distinción entre los ciudadanos.

3 de junio de 2022

El desaparecido Rincón del Santo y las misas del Corpus en El Salvador (3ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Semanario Béjar en Madrid, 2021.

          El Rincón, o también llamado Rincón del Santo, situado en la esquina de la fachada de la iglesia de El Salvador, mirando al sur y al oeste, justo en mitad del corredor, era utilizado al mismo tiempo como osario. En otro documento del Archivo Histórico Nacional el archivero Fray Liciniano Sáez comenta que las misas se celebraban en el Rincón del Santo «donde havia un Altar mui alto con San Pedro para que todos asistiesen a la Feria del dia la oyesen y para lo que había Bulla Apostholica. Este sitio ha poco se incorporo en la Yglesia del Salvador para meter ornamentos y maderas, y tiene puerta que da a la Plaza[1]».

 Iglesia de El Salvador. En la esquina de la derecha se puede ver el llamado Rincón del Santo, un espacio de planta cuadrada incorporado al edificio del templo.

 

            Atendiendo a esta última anotación y a la anterior de la obra transcrita en el artículo anterior, y entendiendo que era imposible la aplicación de reformas a lo largo de la fachada desde el Rincón hasta la sacristía, es posible que esta transcripción se refiera al cierre del corredor y del espacio dedicado al altar elevado y abierto a la Plaza, llamado Rincón del Santo, y su nuevo uso como tras sacristía. Este conjunto de transformaciones se acometen en 1754 de la mano del maestro cantero Francisco Sino y consistieron en desmontar una torrecilla que allí había, abrir una puerta y una ventana hacia la Plaza (las que podemos ver hoy día), y utilizar ese nuevo espacio para almacenar objetos litúrgicos. El corredor y la tribuna, por tanto, habían dejado de tener sentido por lo que se reutiliza el espacio del Rincón del Santo como almacén o tras sacristía, función que sigue en vigor hasta la actualidad. La razón de este cambio la ofreceremos al lector al final de este artículo.

27 de mayo de 2022

El desaparecido Rincón del Santo y las misas del Corpus en El Salvador (2ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 2021.

 

        Quien escribe la transcripción que cierra el artículo anterior es Fray Liciniano Sáez[1], archivero de la duquesa de Osuna y de Béjar doña Mª Josefa Alfonso Pimentel, a finales del siglo XVIII y principios del XIX, hombre culto y metódico que poseía la sana costumbre de incluir una página de resumen a modo de portadilla en cada documento y o grupo de ellos, con jugosos comentarios de clara letra, una delicia para los que nos adentramos en los intrincados juegos de la paleografía. Atengámonos a esa descripción: un corredor se desplegaba desde la torre-campanario hasta la puerta principal de El Salvador con acceso desde la tribuna cuya función se centraba en comunicar dos altares, uno situado en su principio, dedicado a San Pedro (veremos que a este espacio se le llamaba Rincón del Santo), con apertura hacia el exterior por medio de una claraboya, y otro sobre la puerta principal[2], adornado con azulejos, dedicado, al menos en el siglo XVIII, a la Virgen de la Paz.

 Detalle del arranque de un arco gótico embebido en la pared 

de la tribuna actual de El Salvador

20 de mayo de 2022

El desaparecido Rincón del Santo y las misas del Corpus en El Salvador (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 2021

 

        Sobre la procesión del Corpus Christi bejarano existen buenos y bien documentados trabajos de investigación tanto en forma de libros[1] como de artículos que inciden en sus diferentes aspectos, generales o particulares: el patronato ejercido por la Casa Ducal, el acompañamiento de los hombres de musgo al alguacil de la villa y sus orígenes de leyenda, el recorrido y el engalanamiento de calles y plazas, por poner algunos ejemplos[2]. Sin embargo, existen otros elementos que todavía no han sido suficientemente estudiados y que precisan de una investigación, si no extensa, por lo menos pausada. 

Ábside románico de la iglesia de El Salvador

 

          Uno de esos aspectos perdidos en la vorágine del tiempo es la tradicional misa, más bien misas, que se celebraba el Jueves de Corpus en la iglesia de El Salvador y su curioso emplazamiento. Dicho así no parece guardar un gran interés para el lector, habida cuenta de que es normal que una celebración de tal magnitud se acompañase de estas y otras celebraciones religiosas. Ahora bien, nos llama la atención no el acto en sí, sino dónde tenían lugar y su historia. 

 

13 de abril de 2022

Apuntes sobre el Nazareno de las Monjas de Béjar


Autora: Carmen Cascón Matas

Cuando observo el rostro del Nazareno de las Monjas, como tradicionalmente se ha venido en llamar a esta talla depositada en la iglesia de Santa María la Mayor de Béjar, me imagino qué pudieron ver esos ojos calmos, serenos, que observan a quien tiene delante con compasión. Y pienso en lo poco que se sabe de esta prodigiosa escultura a la que los bejaranos tienen tanta devoción. La industrialización, la desamortización, la desaparición de los señoríos y la llegada de gran cantidad de mano de obra proveniente de otros lugares provocaron la desaparición de nuestra memoria colectiva, al igual que la pérdida de documentación y su dispersión. Todos estos elementos conjugados, más algunos que nos escapan o que no procede mentar aquí, han silenciado o subsumido muchos de nuestros elementos identitarios, incluidos los religiosos, en un proceso difícil de comprender.


Un ejemplo de esto, es el desconocimiento del nombre del escultor que talló este Nazareno, una soberbia imagen de vestir de mediados del siglo XVII. Su característica principal es que solo está esculpido lo que el fiel puede ver, es decir, la cabeza, las manos y los pies; el resto es un esbozo en madera, una estructura, que siempre está oculta bajo la túnica morada con bordados en oro. Esta característica tan común en imágenes de este tipo no le resta belleza, muy al contrario: el escultor se esmeró en el rostro que presenta unos detalles expresivos que podrían dar pistas a un historiador del arte avezado a otorgarle una autoría. Destacan su barba, de mechones partidos, y sus ojos separados, plagados de conmiseración y dulzura a la par que de tristeza. 

24 de diciembre de 2021

La relación entre Felipe II y tres miembros del linaje Zúñiga a través del arte

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

       Al entonces príncipe Felipe no le gustó el retrato que le hizo Tiziano en Augsburgo -el rostro pintado de prisa y mal acabado, dicen que dijo-, por lo que el pintor le envió otro en el que el rostro era el mismo, pero había ciertos cambios como la ausencia de la gran mesa cubierta de terciopelo rojo. No sucedió igual con la composición Venus y Adonis, que Felipe aceptó de inmediato y con agrado cuando ya era rey de Nápoles y Sicilia. La nueva obra de Tiziano, sin embargo, no era más que copia de otra suya anterior, pintada cuando Felipe aún no había nacido, en la que el artista reemplazó la cabeza de Adonis por la del monarca y la de Venus por la de su amante, la burgalesa Isabel Osorio.    

 

Venus y Adonis, por Tiziano. Museo del Prado

 

       Descendiente del rabino Shlomóh Haleví -Pablo de Santamaría y obispo de Burgos después de convertirse-, Isabel, algunos años mayor, fue dama de la madre de Felipe y luego de su hermana Juana. Los amantes se habrían conocido en la corte de Juana en Toro, donde se crio el primer hijo legítimo de Felipe, pero se dice también que la relación venía de cuando el príncipe tenía quince años y estaba aún en manos de su preceptor, Juan de Zúñiga, que la habría informado en sus cartas al emperador. Otra línea de investigación conduce a que el vínculo se habría consumado y hecho permanente en una finca cercana al palacio Magalia, Ávila, de Pedro de Ávila y Zúñiga, I marqués de Las Navas, contador mayor de Castilla, miembro del Consejo de Hacienda del emperador y nieto de Álvaro de Zúñiga, I duque de Béjar (el II duque de Béjar, nieto homónimo del I, era padrino de bautismo de Felipe).

11 de diciembre de 2021

El monumento a Isaac Peral de Cartagena al que quiso contribuir Béjar

Autor: Carlos Javier Salgado Fuentes

Publicado: Béjar en Madrid, 2021

       Hace poco más de un siglo, la ciudad murciana de Cartagena decidió realizar un imponente monumento de homenaje a uno de sus hijos más ilustres, Isaac Peral, inventor del primer submarino funcional de la historia, para cuya construcción la ciudad de Béjar quiso aportar su granito de arena. Previamente, y dada la grandiosidad del proyecto, los costes del proyecto evidenciaron que Cartagena no podría construir por sí sola el monumento, por lo que el consistorio cartagenero decidió en 1918 pedir colaboración a otros ayuntamientos de España, entre los que se incluyó el de Béjar.

 

Primer Boceto del Monumento

        Por ello, en el pleno municipal de Béjar del 28 de mayo de 1918 se debatió la circular, enviada por el alcalde de Cartagena, mediante la cual se invitaba a contribuir para la construcción de un monumento que honrase la memoria de Isaac Peral. Ante dicha propuesta, Béjar no quiso quedarse al margen y dicho pleno municipal aprobó por unanimidad aportar la cantidad de diez pesetas de la época para la erección de dicho monumento. Por otro lado, si bien cabe reconocer que la cantidad aportada por el consistorio bejarano no era precisamente elevada (sino más bien baja), ha de recordarse el momento en el que llegó dicha propuesta, con las arcas municipales prácticamente en bancarrota, tras meses enfrentándose a una crisis de subsistencias, marcada por la escasez y la carestía de los alimentos de primera necesidad.

31 de julio de 2021

Sobre dos pinturas en la Purísima de Salamanca. El virrey Manuel de Zúñiga, San Genaro y la erupción del Vesubio de 1631

 Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

    Bajo el título El misterio de Rubens hallado en Salamanca, el blog libertaddigital.com informaba en abril de 2018 que  

       "Durante más de tres siglos la iglesia de la Purísima de Salamanca ha tenido un Rubens en el retablo que decora su altar, sin saberlo. Así lo afirma Matías Díaz Padrón, que fuera conservador jefe de pintura flamenca del Museo del Prado. Para probarlo acaba de publicar un artículo en la Revue Belge d'Archeologie et d'Histoire de l'Art, editada por la Real Academia de Arqueología e Historia del Arte de Bélgica, en el que demuestra que el “San Agustín meditando sobre el misterio de la Santísima Trinidad” que acompaña a la imponente Inmaculada Concepción, de José de Ribera, es obra del maestro del barroco flamenco."

 

El San Agustín salmantino de Rubens. Es.wilipedia.org

10 de julio de 2021

La Niña de Plata y el Niño Rojo: dos retratos de niños del linaje de los Zúñiga

Autor: Jorge Zúñiga Rodríguez

 

          Inés Francisca de Zúñiga y Fonseca era hija de Fernando Antonio de Ayala Fonseca y Toledo, III conde de Ayala, y de su prima y esposa, Isabel de Zúñiga y Fonseca, marquesa de Tarazona. Para heredar a su tío Manuel Alonso de Zúñiga Acevedo, VI conde de Monterrey, fallecido sin descendencia legítima, antepuso el apellido de su madre. Fue contemporánea de su primo Alonso Diego de Zúñiga, VIII duque de Béjar, y ambos descendientes de Diego López de Estúñiga, I señor de Béjar. 

        Terminó reuniendo en sus manos los títulos nobiliarios de sus padres y de su tío, y la Grandeza de España. A menudo se la confunde con su tía Inés de Zúñiga y Velasco, esposa de Gaspar de Guzmán, conde-duque de Olivares, hija de Gaspar de Zúñiga Acevedo y Velasco, V conde de Monterrey. Casó con su pariente Juan Domingo Méndez de Haro y Fonseca, hijo del VI marqués del Carpio, que cambió de nombre a Juan Domingo de Zúñiga y Fonseca, y al quedar viudo y sin descendencia se hizo sacerdote. A los 19 años la retrató Juan Carreño de Miranda, pintor de la corte de Felipe IV, y Lope de Vega le dedicó los siguientes versos en la comedia La Niña de Plata: …Y doña Inés de Zúñiga y Fonseca –de plata sobre raso naranjado, -que al fruto del azahar las flores trueca.

Retrato de Inés Francisca de Zúñiga, por Juan Carreño. 

Fundación Lázaro Galdiano, Madrid

        A Juan Domingo lo retrató Frederik Bouttats el Joven, con el apellido y los títulos de su esposa, cuando fue gobernador general de los Países Bajos. Posteriormente fue virrey de Cataluña, presidente del Consejo de Flandes y consejero de Estado de Carlos II. Está enterrado en la iglesia de la Purísima del convento de las Agustinas de Salamanca, que Manuel Alonso de Zúñiga Acevedo y Fonseca, VI conde de Monterrey, había mandado construir frente a su palacio para su hija religiosa Inés Francisca de Zúñiga, habida fuera del matrimonio, y para capilla funeraria de su familia.  

12 de junio de 2021

El largo proceso de construcción del edificio consistorial de Béjar: el Ayuntamiento versus Villafañe (4ª Parte y final)

 Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto

Publicado: Béjar en Madrid, 2021.

 

        El singular edificio de Luis de Villafañe, que diera lugar a conflictos entre este y el concejo bejarano, permaneció durante años contiguo al ayuntamiento por su fachada oriental como un apéndice testimonial o una reliquia urbana del pasado. Sin duda el elemento más significativo de esa vivienda y de otras que enmarcaban la plaza Mayor fue su porticado adintelado y sostenido con recias columnas, tal vez de madera, que como el resto de la construcción contrastaba por su sencillez con el noble conjunto del nuevo consistorio. En la década de los años veinte del siglo XVIII aún permanecía en pie ya como un anacronismo constructivo, incluso como un estorbo, tal y como se puede apreciar en un fragmento del famoso cuadro de Ventura Lirios «Vista de Béjar»[1] que adjuntamos. Esta imagen nos permite darnos una idea aproximada del aspecto de la vivienda (señalada con flecha verde) y también imaginar cómo debieron ser las que antes habían ocupado el espacio del propio ayuntamiento. Para cuando Lirios la representó (año 1726) la propiedad ya no correspondía a la familia Villafañe y además el inmueble comenzaba a amenazar ruina. 


Casa de licenciado Villafañe en el cuadro "Vista de Béjar" de Ventura Lirios

29 de mayo de 2021

El largo proceso de construcción del edificio consistorial de Béjar: el Ayuntamiento versus Villafañe (3ª Parte)

Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto

Publicado: Béjar en Madrid, 2021.     

 

        La relación entre el licenciado Luis de Villafañe y el Ayuntamiento no fue buena desde el mismo momento en que los regidores locales consideraron necesaria la demolición de una de sus casas a fin de hacer posible la amplitud ideada en el nuevo edificio municipal. El conflictivo proceso de expropiación, que se elevó a instancias judiciales y fue resuelto por la Chancillería de Valladolid, retrasó las obras más de lo que el Ayuntamiento esperaba y supuso un verdadero quebradero de cabeza para sus regidores y alcaldes. Cuando los pleitos entablados entre ambas partes parecían solucionados y las obras del nuevo consistorio iban a buen ritmo el licenciado volvió a la carga. Era el año 1580.
 

Edificio del ayuntamiento de Béjar construido en el siglo XVI

      Como ya hemos dicho en la parte más oriental del actual edificio (la izquierda según se mira hacia la fachada principal) Villafañe tenía dos casas parejas, una de ellas fue la adquirida por el Ayuntamiento para ser demolida, mientras que la otra, que hacía esquina con la salida hacia la calle de las Armas, siguió en pie y en posesión de dicho vecino [1]. Tal vez esta fue la equitativa resolución judicial que había logrado el tenaz licenciado frente a las mayores ambiciones del Ayuntamiento que en primera instancia debió desear aun más espacio para su nueva sede[2]. La rapidez con que el Ayuntamiento demolió y quiso empezar con la nueva obra denota la urgencia de aquel proyecto pero también la necesidad de no demorarse ante los continuos desafíos de aquel vecino. Tal rapidez resultó a la larga precipitada pues Villafañe interpondría nuevo pleito contra el consistorio, esta vez quejándose de los perjuicios que el derrumbe de su antigua casa y la nueva construcción estaban provocando en la que allí le quedaba. 

22 de mayo de 2021

El largo proceso de construcción del edificio consistorial de Béjar: el Ayuntamiento versus Villafañe (2ª Parte)

 

 Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto

Publicado: Béjar en Madrid, 2021.


Hacia el año 1560 el concejo bejarano contaba en la plaza Mayor con dos casas contiguas entre sí. Al menos una de ellas no tenía más función administrativa que servir de vivienda para el pregonero de la villa, oficio en cualquier caso vinculado con la institución. Parece ser que el uso público que se le daba a la otra, que acababa de ser adquirida de la ilustre familia Dorantes, era el de carnicería, al que se le uniría más tarde el de alhóndiga o almacén de granos[1]. Ambos inmuebles ocupaban la parte occidental de la fachada del actual edificio consistorial. En la parte oriental de ese bloque, la que da a la entrada de la calle de las Armas, había dos inmuebles más, propiedad del licenciado Luis de Villafañe, de los que después hablaremos. Es posible que todo el conjunto se sostuviera sobre un soportal de columnas de madera como era tradicional desde la Edad Media en las plazas castellanas, precedente del hermoso porticado pétreo que luciría después. 

 


Desde mediados del siglo XVI el Ayuntamiento[2] soñaba con la construcción de un edificio que aunara todas sus dependencias y que, adscribiéndose a los cánones del momento, representara con toda la dignidad posible a su institución. Esta había conseguido elevar su prestigio en enconada rivalidad con el señorío ducal intentando que el inevitable sometimiento a él no fuese excesivo. Pero no había prestigio ni obra posible sin la posesión de un espacio físico suficiente. Por ello a principios del año 1577 el Ayuntamiento, en reunión ordinaria, determina «se compre la casa de Villafañe»[3]. El licenciado Luis de Villafañe, como hemos dicho, tenía un par de viviendas colindantes entre sí: la más oriental hacía esquina con la salida de la plaza hacia la calle de las Armas, y la otra, la que iba a comprar el Ayuntamiento, lindaba a su vez con el resto de propiedades consistoriales.

15 de mayo de 2021

El largo proceso de construcción del edificio consistorial de Béjar: el Ayuntamiento versus Villafañe (1ª Parte)

 Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid, 2021

A lo largo de la Edad Media y del siglo XVI se desarrolla en Béjar, como en otras villas castellanas, el proceso de consolidación de su Concejo que tuvo que confrontarse con los organigramas de poder de los señoríos jurisdiccionales y de los cabildos eclesiásticos, estos últimos en el orden espiritual. El Concejo equivalía al actual Ayuntamiento, es decir a la administración pública representante del interés vecinal, frente a la defensa parcial que de los privilegios de un solo estamento realizaba la nobleza[1]. Antes de generalizarse el uso del término «Ayuntamiento» se lo conocía indistintamente como concejo o justicia y regimiento, y sus miembros eran llamados regidores[2]. Del mismo modo durante aquellos años, además de las pugnas locales, los concejos competían por obtener su espacio de  representatividad en las Cortes frente al poder del rey.

El edificio consistorial un día de Corpus, al sur de la Plaza Mayor

 

3 de abril de 2021

Siguiendo la pista a la Virgen de las Angustias a través de la documentación (2ª Parte). Datación y autoría

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4853 ( 21/08/2020), p. 6.

         Después de la magnífica restauración acometida por el taller de Simancas, la talla de la Virgen de las Angustias se ha podido definitivamente datar a mediados del siglo XVIII, una fecha que se correspondería con la historia de María La Morala narrada por don Juan Muñoz [1], ya que sigue los patrones que se van introduciendo de corte neoclasicista a la vez que continúan en cierta forma ciertos signos que la entroncan con el barroco. No olvidemos que durante el siglo XVIII se desarrollan dos estilos distintos en España: una tendencia barroca más vinculada a lo español y castellano, que continúa estilísticamente, y otra rococó y neoclásica que proviene de influencia francesa y de la nueva dinastía borbónica. La Virgen de las Angustias de Béjar está a caballo entre una y otra.

 

            Así esta pieza se asemeja estilísticamente con la Piedad que realiza Luis Salvador Carmona, de escuela vallisoletana, para la catedral de Salamanca hacia 1755 [2], pero es un tanto más avanzada en cuanto que se nota en ella la impronta neoclásica, tanto en la aplicación de los colores como en los rasgos serenos y contenidos de la talla. No es neoclásica en el término literal de la palabra, pues todavía se aplican en ella tonos rosáceos para la túnica y el cristo aún muestra los signos de la pasión, por ejemplo la sangre. Sin embargo tampoco es rococó estricto senso porque la policromía es más oscura en el manto y no se utilizan brillos sobre la policromía. 

27 de marzo de 2021

Siguiendo la pista a la Virgen de las Angustias de Béjar a través de la documentación. Procedencia

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.852 (07/08/2020)

     La primera noticia historiográfica más reciente sobre la talla de Nuestra Señora de las Angustias data de mediados del siglo XX y pertenece a don Juan Muñoz [1]. Basándose en un escrito inédito del escribano del Ayuntamiento de Candelario del siglo XIX, Joaquín Peña Rico, nos narra la historia de la monja terciaria franciscana María García Morales, conocida con La Morala. Resumiremos sus visiones milagrosas explicando que experimentaría en casa de la fabricante Antonia Hernández Ajero[2] una de aquellas en la que contempló a la Virgen sentada a los pies de la cruz, sosteniendo en los brazos a Su Hijo muerto y llevada en andas por un coro angélico que cantaba el himno del Stabat Mater Dolorosa. María relató que la Virgen le dijo: Vengo para concederte lo que me pides. Coloca en la iglesia del Convento San Francisco una imagen mía en la que yo esté representada tal como aquí me ves. Y diciendo esto, sacó una llave y, por la llaga del costado, abrió el pecho y habló: Aquí está el amor. Pon aquí tu corazón. 

 

Nuestra Señora de las Angustias 

30 de enero de 2021

Curiosidades en las que fijarse durante un paseo entre los soportales de la plaza Mayor de Béjar (3ª Parte y final)

Autor: Roberto Domínguez Blanca

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas, 2020, pp. 10-13. 

   

Esta parte oriental de la plaza Mayor queda dividida en su mitad por la desembocadura de la calle Mayor, que a su vez marca las dos fases en las que se construyeron los edificios de este lado. Los más antiguos son los del lado norte, lado que quedó inconcluso, pues los arranques de algunos arcos indican la previsión de seguir construyendo la plaza, algo que finalmente no se hizo, hacia la calle Víctor Gorzo, por lo que los edificios actuales de la posada del Peso y la casa de Francés de Zúñiga hubieran desaparecido. 

 

 Paños de teja árabe en los muros para protegerlos de la humedad

 

        En el lado que hace esquina con la calle Mayor, tenemos una vivienda que se prosiguió al margen del proyecto inicial, empleando materiales más modestos en lugar de granito. Recientemente ha sido restaurada tras presentar problemas de estabilidad. Que se construyó al margen del proyecto inicial dan fe el arco del soportal (distinto, peor trazado y más tendido) y la ausencia del arco que, al inicio de la calle Mayor, comunicaría esta calle con el espacio bajo los soportales. Esta vivienda se tenía que haber construido con materiales y proporciones nobles como en las adyacentes, y de este modo lo atestigua el arranque del arco que se dejó preparado en la vivienda vecina, para que, con el tiempo y renovados recursos económicos,  se prosiguiera el proyecto de regularización de las fachadas de la plaza.

 

23 de enero de 2021

Curiosidades en las que fijarse durante un paseo entre los soportales de la Plaza Mayor de Béjar (2ª Parte)

Autor: Roberto Domínguez Blanca 

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2020, pp. 10-13.

En el ángulo noreste de la plaza, tras el ábside de la iglesia de El Salvador, se paralizaron las obras y nunca se volvieron a continuar por el lado norte, pese a que se preparó el arranque de un arco para seguir prolongando los pórticos en dirección a la calle Víctor Gorzo. Cuando las obras se retomaron mucho más adelante se hizo salvando esta esquina de la plaza, que aún mantiene el carácter popular y pintoresco que caracterizaría a la plaza mayor anterior a la dieciochesca

Traseras de la iglesia de El Salvador

 Traseras de la iglesia de El Salvador