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4 de septiembre de 2021

Breve inventario de regocijos y jolgorios bejaranos civiles de la Edad Moderna y siglo XIX (2ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2019


Fiestas civiles fijas en el calendario por hechos de armas

El 3 de mayo de 1839 se produjo en las calles de Béjar una lucha cuerpo a cuerpo entre el ejército carlista del general Basilio y el isabelino comandado por el laureado general Pardiñas, que con el apoyo de la Milicia Urbana de Béjar acabó expulsando a los carlistas con el derramamiento de no poca sangre. Como recompensa la reina Gobernadora Mª Cristina hizo entrega de una bandera de España al Ayuntamiento de Béjar, que se recibió con pompa y boato en 1839. No faltaron el repique de campanas, la bendición y jura de la bandera, la parada de la Milicia Urbana en la Plaza, la suelta de novillos en la Plaza Mayor y una corrida de toros en el Castañar. A partir de ese año se estipuló la celebración de un homenaje a los caídos en aquella jornada gloriosa de 1838, fiesta que fue eclipsada años después por la de 1868. 

 Hoy día también se celebra el Día de los Mártires de la Libertad con una procesión cívica. Foto Béjar al día

Precisamente la bautizada como “Función del 28 de septiembre”, hoy Día de los Mártires por la Libertad, nació del deseo de los bejaranos de no olvidar las jornadas luctuosas de septiembre de 1868. Unos días después de la masacre perpetrada por el ejército realista entre los habitantes del barrio de La Corredera, indefensos frente a una carga indiscriminada y profesional, se acordó de manera unánime festejar todos los años este suceso inolvidable para aquellos que lo vivieron. No todos los días un pueblo entero se levanta en armas en favor de la libertad y de la democracia y se gana la batalla, aunque habría de puntualizarse que el golpe de estado triunfó en toda España y los bejaranos fueron a rebufo de los acontecimientos nacionales. Así se acordó que, tras una misa de difuntos en San Juan con la presencia de los sacerdotes, el Ayuntamiento en pleno, autoridades y amigos de los fallecidos, se repartiese una limosna para los pobres de 1000 libras de pan y la iluminación del edificio consistorial[1]

3 de julio de 2021

El "oro dulce" de Béjar (2ª Parte y final)

Autor: Manuel Álvarez-Monteserín Izquierdo

Publicado: Béjar en Madrid, 2021.

La campaña de obtención de miel comenzó en el pasado mes de septiembre y prácticamente en estas fechas está concluida. La producción de esta empresa es de unos veinte mil kilos de media anual y se guían por la “Regla de Farrar” basada en “cuanto más aumenta la población de una colmena mayor es la producción individual de cada abeja”. Cada temporada depende de la climatología y de las bajas que se producen por las infecciones de los ácaros, la invasión de la avispa asiática (que se nutre de las proteínas y glúcidos de las abejas), del abejaruco, por no hablar a veces de la mala praxis del apicultor. 


 Imagen sacada de aquí

 

La miel y el polen que manufacturan los Hnos. Navarro, aparte de la que se deja para el consumo familiar y amigos, va en su totalidad a una empresa valenciana que a su vez la exporta por todo el mundo. Están consiguiendo que en todos sus productos quede impreso en los bidones “Miel cosechada en España” para evitar así las malas prácticas y, si se trata de una mezcla, que conste el porcentaje de miel pura.

26 de junio de 2021

El "oro dulce" de Béjar (1ª Parte)

Autor: Manuel Álvarez-Monteserín Izquierdo

Publicado: Béjar en Madrid, 2021.

 

Por mi afición a la fotografía y a indagar en el tejido empresarial de Béjar, recalo en una actividad que nada tiene que ver con el sector industrial textil, sino con la obtención del “oro dulce” producido por uno de los insectos más importantes de la naturaleza: la “Apis Mellifera”, también conocida como abeja doméstica o abeja melífera y su producto estrella, la miel.

Visito a los hermanos Navarro para realizar algunas fotos del proceso de extracción de la miel de los panales y para que, de una manera sencilla y coloquial, me comenten cómo va este año la campaña de recolección de la miel de sus colmenas y apiarios. También para que me narren su vida como apicultores o colmeneros y las tareas propias de esta actividad milenaria, pues ya Plinio el Viejo en su Historia Natural (libro XI) nos habla de las abejas. Me dicen que normalmente el público en general no distingue la diferencia entre estos dos términos, colmena y apiario, siendo este último un conjunto de colmenas.


12 de junio de 2021

El largo proceso de construcción del edificio consistorial de Béjar: el Ayuntamiento versus Villafañe (4ª Parte y final)

 Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto

Publicado: Béjar en Madrid, 2021.

 

        El singular edificio de Luis de Villafañe, que diera lugar a conflictos entre este y el concejo bejarano, permaneció durante años contiguo al ayuntamiento por su fachada oriental como un apéndice testimonial o una reliquia urbana del pasado. Sin duda el elemento más significativo de esa vivienda y de otras que enmarcaban la plaza Mayor fue su porticado adintelado y sostenido con recias columnas, tal vez de madera, que como el resto de la construcción contrastaba por su sencillez con el noble conjunto del nuevo consistorio. En la década de los años veinte del siglo XVIII aún permanecía en pie ya como un anacronismo constructivo, incluso como un estorbo, tal y como se puede apreciar en un fragmento del famoso cuadro de Ventura Lirios «Vista de Béjar»[1] que adjuntamos. Esta imagen nos permite darnos una idea aproximada del aspecto de la vivienda (señalada con flecha verde) y también imaginar cómo debieron ser las que antes habían ocupado el espacio del propio ayuntamiento. Para cuando Lirios la representó (año 1726) la propiedad ya no correspondía a la familia Villafañe y además el inmueble comenzaba a amenazar ruina. 


Casa de licenciado Villafañe en el cuadro "Vista de Béjar" de Ventura Lirios

22 de mayo de 2021

El largo proceso de construcción del edificio consistorial de Béjar: el Ayuntamiento versus Villafañe (2ª Parte)

 

 Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto

Publicado: Béjar en Madrid, 2021.


Hacia el año 1560 el concejo bejarano contaba en la plaza Mayor con dos casas contiguas entre sí. Al menos una de ellas no tenía más función administrativa que servir de vivienda para el pregonero de la villa, oficio en cualquier caso vinculado con la institución. Parece ser que el uso público que se le daba a la otra, que acababa de ser adquirida de la ilustre familia Dorantes, era el de carnicería, al que se le uniría más tarde el de alhóndiga o almacén de granos[1]. Ambos inmuebles ocupaban la parte occidental de la fachada del actual edificio consistorial. En la parte oriental de ese bloque, la que da a la entrada de la calle de las Armas, había dos inmuebles más, propiedad del licenciado Luis de Villafañe, de los que después hablaremos. Es posible que todo el conjunto se sostuviera sobre un soportal de columnas de madera como era tradicional desde la Edad Media en las plazas castellanas, precedente del hermoso porticado pétreo que luciría después. 

 


Desde mediados del siglo XVI el Ayuntamiento[2] soñaba con la construcción de un edificio que aunara todas sus dependencias y que, adscribiéndose a los cánones del momento, representara con toda la dignidad posible a su institución. Esta había conseguido elevar su prestigio en enconada rivalidad con el señorío ducal intentando que el inevitable sometimiento a él no fuese excesivo. Pero no había prestigio ni obra posible sin la posesión de un espacio físico suficiente. Por ello a principios del año 1577 el Ayuntamiento, en reunión ordinaria, determina «se compre la casa de Villafañe»[3]. El licenciado Luis de Villafañe, como hemos dicho, tenía un par de viviendas colindantes entre sí: la más oriental hacía esquina con la salida de la plaza hacia la calle de las Armas, y la otra, la que iba a comprar el Ayuntamiento, lindaba a su vez con el resto de propiedades consistoriales.

15 de mayo de 2021

El largo proceso de construcción del edificio consistorial de Béjar: el Ayuntamiento versus Villafañe (1ª Parte)

 Autor: Óscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Béjar en Madrid, 2021

A lo largo de la Edad Media y del siglo XVI se desarrolla en Béjar, como en otras villas castellanas, el proceso de consolidación de su Concejo que tuvo que confrontarse con los organigramas de poder de los señoríos jurisdiccionales y de los cabildos eclesiásticos, estos últimos en el orden espiritual. El Concejo equivalía al actual Ayuntamiento, es decir a la administración pública representante del interés vecinal, frente a la defensa parcial que de los privilegios de un solo estamento realizaba la nobleza[1]. Antes de generalizarse el uso del término «Ayuntamiento» se lo conocía indistintamente como concejo o justicia y regimiento, y sus miembros eran llamados regidores[2]. Del mismo modo durante aquellos años, además de las pugnas locales, los concejos competían por obtener su espacio de  representatividad en las Cortes frente al poder del rey.

El edificio consistorial un día de Corpus, al sur de la Plaza Mayor

 

24 de abril de 2021

Historia de la Cruz Roja en Béjar (1896-2020) (2ª Parte)

      Autor: Francisco Tejeda Blázquez

      Publicado: Semanario Béjar en Madrid, 2021

 

      Durante los siguientes años las actividades no cesan. El tiempo pasa y llegamos a 1972. Un jueves de principios del mes  de febrero, el presidente-delegado de esta asamblea, Rafael       Calzada Diego, que tomó las riendas en 1971, convoca una reunión para constituir y presentar a la nueva asamblea: vicepresidente Ángel Olleros Petit, secretario Jorge Martínez Herrero, vocales Jesús Cid Cid, Benito González Fiz, Concha Goñi, Concha Palomo, Juana Muñoz Díaz y los demás componentes. A esta reunión acude el alcalde Pedro Carbajo.  En ella el delegado informa de las gestiones hechas en Madrid para la concesión de la tan necesaria ambulancia que sería donada al 50% por la Asamblea Suprema de la Cruz Roja, corriendo el otro 50% por cuenta de la asamblea. También se hacen constar las gestiones que se están haciendo para la implantación de una Clínica de Urgencias que constará de dos plantas: en la superior se instalaría la clínica con quirófano, sala de curas y camas, y en la inferior, el cuartelillo. Carbajo gestiona para  este proyecto un local en la calle Flamencos o en Padre Roca.

 


         En abril de este mismo año, el presidente, Rafael Calzada Diego crea el cuerpo de tropas de socorro con servicio de camilleros, que entrará en funcionamiento a lo largo de 1973. Este servicio estaría formado por camilleros, semioficiales y oficiales voluntarios, y por miembros del ejército de tierra elegidos entre los jóvenes bejaranos y comarcanos, una forma para que puedan hacer el servicio militar en la asamblea de Béjar. El objetivo es que exista un número aproximado de unos 40 componentes. En este año de 1972 hay 320 socios y las aportaciones siguen siendo voluntarias.

 

17 de abril de 2021

Historia de la Cruz Roja en Béjar (1896-2020) (1ª Parte)

Autor: Francisco Tejeda Blázquez, Secretario del Comité Comarcal

Publicado: Semanario Béjar en Madrid, 2021.

 

          La Cruz Roja Internacional nació en Ginebra en el año 1863, la Española un 6 de julio del año 1864 y la sección Bejarana el 9 de enero de 1896, a la que pertenecieron, entre otros, Félix Antigüedad (pionero de la Cruz Roja Bejarana), Francisco Íñiguez, José Méndez,  Francisco González Clemente o Anselmo García Galindo.


          Damos un salto y, a las 12 de la mañana del miércoles 8 de diciembre de 1926, el mencionado Félix Antigüedad, eminente doctor, cirujano y botánico bejarano, convoca una reunión en el Ayuntamiento de Béjar para organizar la Asamblea Local de Cruz Roja, acto que presidió el teniente alcalde Agustín Ramos Medina. Este dio lectura a un telegrama del presidente de la Cruz Roja en Salamanca, Fernando D. Zaballa, ofreciendo su apoyo a la asamblea. El señor Antigüedad se dirigió a los presentes con un emotivo discurso y se dio por constituida la Asamblea Local de Cruz Roja en Béjar.

20 de febrero de 2021

Mas vale no ofender a la Justicia: la conclusión del escandaloso episodio del carruaje de don Antonio Pizarro y Pedraza (2ª Parte y final)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.828 (05/07/2019), p. 4.

       Los hechos acaecidos el 6 de agosto de 1738 llegaron hasta los oídos ducales, imaginamos que en forma de rumor a los pocos días de ocurridos, y también de forma oficial a través de una denuncia interpuesta ante él por el Corregidor. Así del 20 de agosto se conserva un documento que describe lo acontecido y no precisamente siguiendo la versión recogida por el Consistorio, una versión en la que, recordemos, el primo de Antonio Pizarro había acudido a los regidores para solicitar la apertura de la puerta de paso del coso por la desembocadura de la calle Mayor, petición que se concedió, sino que “hizo romper y derribar una barrera para que entrase en dicha Plaza en el coche su mujer, hermana y criadas[1]”. Su violenta actuación “pudo ocasionar una sublevación de todos ellos

 


Escudo de los Pizarro según el libro de Juan Bautista de la Calle dedicado aAntonio Pizarro y Pedraza en 1756

Y el mismo escudo en una tumba de la rama Pizarro en Gibraleón (Huelva)

13 de febrero de 2021

Más vale no ofender a la Justicia: la conclusión del escandaloso episodio del carruaje de don Antonio Pizarro y Pedraza (1ª Parte)

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, 4.827 (21/06/2019), p. 4.

        Escándalo mayúsculo fue el que protagonizó el potentado Antonio Pizarro y Pedraza cuando, soliviantando a los procuradores del Ayuntamiento y provocando gran escándalo público, se encabezonó en que su carruaje debía pasar por medio de la cerrada Plaza Mayor en día de fiesta y toros. De tal suceso escribimos años ha un artículo[1] del que hoy pretendo ofrecer al lector una visión aumentada y corregida, pues entonces manejé para la construcción de los hechos la versión que del Ayuntamiento se conserva, mientras que hoy podemos añadir la historia vista desde el lado de los funcionarios ducales. 


           Mas comencemos por el protagonista de los hechos. No podría definirse a don Antonio Pizarro y Pedraza[2] como un cualquiera. Había visto la luz en 1714 en Gibraleón (Huelva), señorío de los Zúñiga, vástago de un linaje hidalgo cuyos orígenes radicaban en dicha villa onubense. Desde el siglo anterior una de sus ramas, vinculada a la Casa Ducal por desempeñar labores de funcionariado, se había asentado en Béjar destacándose poco a poco por sus propiedades, influencias y riquezas. Ambos dominios ducales presumían de pertenecer a la esta familia de potentados y se podría decir que se habían hermanado por tal causa.

16 de enero de 2021

Curiosidades en las que fijarse durante un paseo entre los soportales de la Plaza Mayor de Béjar (1ª Parte)

Autor: Roberto Domínguez Blanca

Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2020, pp. 10-13.

      La propuesta que traemos a estas páginas es la de una pequeña guía que sirva al bejarano y al foráneo para conocer algunas curiosidades de nuestra inacabada plaza mayor, a través de algunos detalles arquitectónicos y ornamentales de un espacio tan bello como poco cuidado y desconocido. No nos detendremos en dos de los grandes monumentos que forman parte de la misma, la iglesia de El Salvador y el Palacio Ducal, pues por sí mismos merecen un artículo. En cuanto a la historia de la plaza mayor, de la que aquí expondremos algún apunte, remitimos a los trabajos de José Muñoz Domínguez[1] y Óscar Rivadeneyra Prieto[2]

Vista del lado sur y este de la Plaza Mayor de Béjar
 

          Como es fácil constatar, la actual plaza mayor de Béjar es un espacio urbanístico heterogéneo, consecuencia de un proyecto de unificación arquitectónica que no fue posible completar. La actual plaza sustituiría a otra anterior que sería más irregular, pintoresca y construida con materiales más pobres como entramado de madera, adobe y ladrillo, y con soportales de madera o de piedra.

2 de enero de 2021

Una carta de Pascual Madoz en el archivo municipal de Béjar

Autora: Carmen Cascón Matas

Publicado: Béjar en Madrid, nº 4.841 (17/01/2020), p. 4

       Ingente fue la tarea que Pascual Madoz[1] emprendió en la década de los años 30 del siglo XIX. Consistía en escribir un diccionario geográfico que abarcara las poblaciones del territorio español y sus colonias, incluyendo una descripción histórica, económica y topográfica de cada una de ellas. El pamplonés, vinculado al partido progresista, había estudiado derecho en la Universidad de Zaragoza y, tras verse inmiscuido en asuntos políticos en defensa de la libertad, se vio obligado a exiliarse en Francia. El motivo no fue otro que la persecución desatada por Fernando VII durante los últimos compases de su reinado, una etapa que los historiadores hemos venido a denominar la Década Ominosa. Su alejamiento del terruño no le resultó baldío, pues en París estudiaría geografía y estadística. A su vuelta a España, propiciada por la amnistía política firmada por la reina regente Mª Cristina de Borbón a la muerte de Fernando VII, comenzaría su obsesión por alumbrar un Diccionario Geográfico de España, más completo que el de su antecesor Sebastián Miñano[2]

 


             Mientras ejercía su labor como diputado en varias legislaturas de aquella España vapuleada por vaivenes y golpes de estado, no cejaba en su empeño de recopilar datos sobre el territorio y sus colonias, en tan gran número que llegó a publicar con tal información un total de 16 volúmenes bajo el título común de Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. El avispado lector se dará cuenta de que a un político de tan dilatada vida pública le hubiera sido imposible alumbrar tan magna obra sin contar con el trabajo de un gabinete de estudiosos y colaboradores preparados para la ocasión hasta alcanzar un número de 1484, además de los organismos oficiales, claro.

19 de diciembre de 2020

De cuando en Béjar llovieron millones mientras se lanzaba el Apolo VIII a la Luna

 Autor: Ignacio Coll Tellechea

Publicado en http://collcenter.es/50-anos-del-segundo-premio-del-sorteo-de-navidad-en-bejar/

 Título original: "50 años del segundo premio del Sorteo de Navidad en Béjar"

Las Navidades de 1968 no se olvidan en Béjar. Ese año el gerente de Seguros Santa Lucía repartió en la ciudad y comarca el equivalente a 35 millones de euros a través del segundo premio de la lotería de Navidad, que vendió íntegramente. Es el más importante obtenido en la provincia de Salamanca en toda la historia del sorteo.


Fue un sorteo atípico, entre otros detalles porque hacía el número 150 y porque no se celebró el día habitual, sino uno antes, al caer el 22 en domingo. Coincidió, además, con el lanzamiento de la misión Apolo VIII a la Luna.

24 de julio de 2020

Apuntes sobre la situación de las mujeres tras la revolución del 1868 (3ª parte y final)


Autora: M.ª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018, pp. 46-51.


Educación

La libertad de enseñanza junto al derecho a la educación fue otro de los pilares sobre los que se fundamentó el progreso social. Las mujeres, como sujetos incluidos dentro de la sociedad, se beneficiarían de las medidas tomadas para conseguir esa regeneración, pero sin que se establecieran medidas específicas para ellas.  

 Grabado sacado de aquí

No obstante, hubo un movimiento de renovación pedagógica que se preocuparía porque las mujeres se incorporaran activamente a la sociedad y, basándose en las ideas del krausismo, crearon la Asociación para la Enseñanza de la Mujer en 1870 y la  Institución Libre de Enseñanza en 1876, que pretendía fomentar la igualdad con el hombre mediante la coeducación.[1]

18 de julio de 2020

Apuntes sobre la situación de las mujeres tras la revolución de 1868 (2ª Parte)


Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018, pp. 46-51.


2. MATRIMONIO CIVIL

El derecho a la libertad religiosa fue una consecuencia de la separación de la Iglesia y el Estado. Este reconocimiento conllevó la implantación del matrimonio civil obligatorio, Ley de 18 de junio de 1870, frente a la práctica anterior solamente del matrimonio religioso.

 Foto internet

El art. 2 de dicha ley manifestaba que los matrimonios que no se celebraran con arreglo a las disposiciones establecidas en la ley no producirían efectos civiles respecto de las personas y bienes de los cónyuges y de sus descendientes. Se declaraba el matrimonio perpetuo e indisoluble y se hacia la declaración explícita de que los contrayentes podían celebrar el matrimonio religioso antes, después o al tiempo del civil.[1]

11 de julio de 2020

Apuntes sobre la situación de las mujeres tras la revolución de 1868 (1ª Parte)


Autora: Mª Teresa López Hernández
Publicado: Revista de Ferias y Fiestas de Béjar, 2018, pp. 46-51.


       Actualmente no se puede negar la presencia femenina en todos los acontecimientos históricos, si bien la subordinación social a que estaban sometidas hace que no figuren en crónicas ni documentos, siendo los firmantes de acuerdos y tratados, los dirigentes de guerras y revoluciones, los que adquieren protagonismo para la posteridad. 

Foto internet

       Es el caso de Béjar. A pesar de la actuación decisiva que tuvo la ciudad en la Revolución y de que en ella participaron todos los habitantes, no queda constancia de la colaboración de las mujeres. En 1868 las mujeres tenían el mismo interés que los hombres en derrocar a la monarquía e instaurar un nuevo orden que trajera los cambios necesarios que  permitieran el progreso económico y social, considerados indispensables para mejorar las condiciones de vida. Sabemos, por los estudios realizados en el resto del país, que su participación se realizó desde todas las ideologías políticas, aunando al mismo tiempo su lucha por la emancipación de la mujer

12 de junio de 2020

El origen seguntino de los Arcos de San Juanito de Béjar (1ª Parte)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid nº 4.847 (15/05/2020), p. 4.


         Hace diez años escribí en el especial de Navidad de Béjar en Madrid un trabajo versado en la fiesta de los Arcos de San Juanito. Lo titulé “Un ejercicio de recuperación de la memoria: la fiesta de San Juan y los arcos de San Juanito”. El texto me sirvió de base para otro texto sobre idéntico tema que publiqué en la Revista de Folclore nº 350 de la Fundación Joaquín Díaz Caneja de Valladolid, “Los Arcos de San Juanito de Béjar: una tradición ligada a los ritos vegetales. Explicación y evolución histórica”. A raíz de ambas investigaciones la familia Molina, mecenas de esta entrañable fiesta desde 1969, se puso en contacto conmigo para tratarme con gran amabilidad e invitarme a participar como miembro del jurado en la edición de ese año. Vaya desde estas líneas mi recuerdo a Evelio Rodríguez, tristemente fallecido, gran entusiasta de esta fiesta y de muchos otros temas bejaranos.

 Arco de San Juan en Sigüenza

            Como sabrán, y si lo desconocen lo revelaré aquí, fundé hace la friolera de once años un blog en internet, Pinceladas de Historia Bejarana, con la intención de ir compartiendo poco a poco, semanalmente, algunos trabajos de investigación relacionados con Béjar. En este espacio virtual colgué los trabajos mencionados con tan buena fortuna que recibí al poco un correo electrónico de Amparo Donderis Guastavino, archivera del Ayuntamiento Sigüenza. En un breve texto me ponía al corriente de que en esta ciudad se festejaba a San Juan Bautista en su versión infantil de una manera muy similar a la bejarana. El intercambio de información nos demostró que las concurrencias eran más numerosas que las diferencias en una celebración mantenida a lo largo del tiempo en Sigüenza y con altibajos en Béjar. 

10 de abril de 2020

Apuntes de la desamortización en Béjar (1836)


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Semanario Béjar en Madrid, 2019.

    Apenas han llegado hasta nosotros noticias de la desamortización de los tres conventos bejaranos y del trauma que tal decisión gubernamental provocó en cuanto a la pérdida de patrimonio artístico, material y espiritual[1], al margen de las consecuencias vitales en las vidas de los antiguos religiosos y religiosas, desalojados de la clausura. Sus propiedades fueron vendidas en pública subasta, los objetos del culto se repartieron entre las iglesias de Béjar y de los pueblos cercanos, y sus moradores se vieron obligados a mudarse. Porque una vez clausurados las autoridades eclesiásticas y provinciales designadas al efecto instaron a cada uno de ellos a tomar la segunda decisión más importante de sus vidas: si eran frailes ordenados se les daba la opción de trasladarse a otra ciudad y seguir la vida conventual en cualquiera de los monasterios de su orden monástica repartidos por España, preferentemente de su diócesis, o pasar a formar parte del clero secular de las distintas parroquias bejaranas dependiendo a partir de ese momento de la autoridad episcopal; en el caso de su condición femenina, se les ofrecía la opción primera, única y exclusivamente

 
 Claustro del convento de San Francisco

16 de noviembre de 2019

El tesoro bejarano del moro Muza


Autor: Oscar Rivadeneyra Prieto
Publicado: Semanario Béjar en Madrid nº 4.826 (7/06/2019), p. 6.


         Sostienen con reiterada insistencia los historiadores que las leyendas, fruto de la imaginación, son una perversión popular y adornada de la historia, que sin sostén documental nada puede ser tenido por cierto y que sin la fe de un escribano o la sentencia de un juez todo carece de credibilidad. Todos los pueblos y ciudades tienen salpicada su pequeña historia con relatos fantásticos que pretenden ser tenidos por verdaderos. El medievalismo que dominó algunas facetas del siglo XIX, momento álgido de la creación de tantas ficciones, configuró un universo increíble de batallas remotas y sangrientas, amores apasionados, muertes inesperadas y tesoros escondidos para, de manera atractiva y simple, explicar nuestro pasado.

 La cara norte del casco antiguo de Béjar se alza sobre la muralla y una colina que se utilizó con carácter defensivo



        Una de las creencias más extendidas en Béjar es la que supone que el subsuelo del antiguo palacio ducal, y aun el de la plaza Mayor y su entorno, está repleto de túneles y pasadizos de extensión casi ilimitada que pondrían en comunicación la residencia de los duques con lugares muy distantes. Que existen esos túneles es una realidad demostrada siendo sus dimensiones, en todo caso, mucho más reducidas que las que la fantasía les otorga. 


      La prueba de su certeza y de que la historia muchas veces adquiere tintes y destellos legendarios quedó reflejada en los autos judiciales que contra el bejarano Agustín de Bonilla se desarrollaron en el año 1662 «por haber extraído un cofre con piezas de oro que encontró en los muros de la ciudad, a las espaldas de las casas del duque de Béjar»[1], en los que, sin duda, adquiere protagonismo uno de los famosos túneles del palacio. 

9 de noviembre de 2019

Una aventura de galeotes


Autora: Carmen Cascón Matas
Publicado: Béjar en Madrid, 4.812 (02/11/2018), p. 4

      ¿Qué había peor que acabar con los huesos en la cárcel por dedicarse a robar en los caminos públicos? La justicia de la Edad Moderna tenía la potestad de imponer la pena de galeras a los amigos de lo ajeno y no era extraño ser condenado en estos casos a cumplir, como mínimo un año o diez a lo sumo, atados a un remo, bogando en los galeones de Su Majestad, desterrados y lejos de la familia. Mejor seguir vivo y entero que sin una mano o una oreja, sin ver la luz del sol en una cárcel húmeda y oscura, o azotado con riesgo de morir. Si lo miramos desde un prisma positivo era una buena forma de ver mundo para aquellos hombres fuertes y con suerte; desde el negativismo, una esclavitud para los sancionados de por vida o para los endebles y desafortunados. Muchos morían por las fiebres, el agotamiento extremo o el hundimiento del barco. Algunos se agarraban con fuerza a la vida pero eran hechos prisioneros o trocaban su barco por otro u otros de distinta bandera, por ejemplo en los galeones de los piratas berberiscos, que azotaban con sus saqueos el Mediterráneo. Los menos sobrevivían y volvían a sus casas, con un sentimiento de desarraigo que acababa en locura, mendicidad o regreso al delito.



      Conocido es el episodio XXII de la primera parte de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, en el que don Quijote libera a una cuerda de galeotes, es decir, a unos presos que eran conducidos con grilletes hasta el puerto más próximo, en contra de la voluntad de Sancho. Por semejante afrenta a la justicia su protagonista muy bien hubiera podido encontrar la muerte en la horca, final que no quiso aplicarle don Miguel de Cervantes para deleite del lector, que disfruta así de capítulos y aventuras sin cuento.